Editorial: Grijalbo.
Fecha publicación: marzo, 2014.
Nº Páginas: 464.
Nº Páginas: 464.
Precio: 19,90 €
Género: Ficción histórica.
Edición: Tapa blanda con solapas.
Edición: Tapa blanda con solapas.
ISBN: 9788425351426
Autor
Nacho Ares nació en León en 1970. Es licenciado con grado en Historia Antigua por la Universidad de Valladolid y certificado en egiptología por The University of Manchester. Ha dedicado su tiempo a la investigación y a la divulgación de temas históricos relacionados con el Antiguo Egipto. Fue director de la prestigiosa Revista de Arqueología, publicación pionera en nuestro país durante casi tres décadas en todo lo referente a este campo.
Nacho Ares es también director del programa SER Historia de la Cadena SER y reportero del espacio Cuarto Milenio de Cuatro Televisión.
Hasta la fecha ha publicado una docena de libros sobre la cultura egipcia que se han convertido en obras de referencia para miles de lectores en España e Iberoamérica. La tumba perdida (Grijalbo, 2012), su primera novela ambientada en Egipto, fue muy bien recibida por la crítica especializada y por los lectores.
Sinopsis
Nadie debe profanar el sueño de los faraones...
El epiptólogo Émile Brugsch intenta averiguar la procedencia de algunos objetos valiosos que han aparecido en las tiendas de antigüedades de Luxor. Su instinto le dice que, detrás de esos objetos que se venden como recuerdos a los turistas, subyace una tupida red de traficantes que actúa sin el menor escrúpulo amparada por unas autoridades locales corruptas.
Lo que tanto Brugsch como los ladrones de tumbas ignoran es que ese lugar, que está siendo saqueado sin piedad, también esconde la prueba de algo que sucedió muchos siglos atrás, cuando los faraones gobernaban Egipto: una terrible historia marcada por la codicia, la traición y la más cruel de las venganzas.
Una aventura que recrea uno de los mayores descubrimientos arqueológicos del siglo XIX al tiempo que nos sumerge en las apasionantes intrigas cortesanas del antiguo Egipto.
Egipto siempre ha sido un tema recurrente en literatura. Momias, sarcófagos, reyes, sacerdotes, tumbas, arqueólogos,... han poblado páginas y páginas de libros llenando nuestras horas de lectura de aventuras, descubrimientos, maldiciones, viajes,... Es un país y una cultura tan emocionante, con tantos secretos escondidos que dudo mucho que los lectores nos cansemos de argumentos a orillas del Nilo.
El autor Nacho Ares, con quien tuve el placer de charlar tiempo atrás (puedes leer la entrevista aquí), vuelve a adentrarse en su gran pasión, la egiptología, a través de su nueva novela, un libro con el que he viajado en el tiempo a tierras lejanas.
El sueño de los faraones transcurre a través de dos hilos temporales. La acción se inicia el 6 de febrero de 1874. Alrededor de aquellos días, un pastor, Ahmed Abderrasul, junto a su hermano Mohamed y su amigo Kamal, descubren casualmente una cueva que oculta una cantidad innumerable de tesoros, un hallazgo sin precedentes. La familia de Ahmed es pobre y él, movido por la codicia, decide ir extrayendo poco a poco distintas piezas para su venta posterior. Será el secreto familiar que pasará de un miembro a otro pues nadie debe conocer la ubicación de aquella cueva por temor a perder el control sobre los tesoros.
Son tiempos en los que el mercado negro y el tráfico de antigüedades ya tenían cierta importancia en el comercio egipcio. Piezas de origen desconocido salían a la luz para ser vendidas en los comercios de Luxor y enriquecer así las colecciones privadas de adinerados hombres encaprichados por piezas comos los ushebtis. El gobierno egipcio hacía oídos sordos a todo lo que transcurría delante de sus narices movido por sus propios intereses.
Contra individuos como Anton Wardi o Mustafa Aga Ayat que actuaban sin ningún tipo de pudor, tenían que luchar los miembros del Servicio de Antigüedades.Émile Charles Adalbert Brugsch, Gaston Maspero, Maxence Chalvet o Charles Edwin Wilbour, todos ellos con una fuerte vinculación a la egiptología, intentaron proteger el patrimonio egipcio ante la indiferencia del gobierno al detectar la presencia de diversos objetos que indicaban el saqueo de una tumba desconocida. Para ello, Brugsch se infiltra «en las redes más oscuras del negocio en Egipto, como falso comerciante de antigüedades».
Pero para que Ahmed encontrara aquella singular cueva tuvo que ocurrir algo muchos años antes. Allá por el 969 antes de nuestra era, un momento muy convulso en Egipto, los ladrones de tumba, como Paykamen, Beki y Nesumontu, saqueaban los enterramientos y las necrópolis alterando la eterna paz de reyes y reinas en sus moradas de eternidad. Pinedjem, sumo sacerdote de Amón, teme por sus ancestros y por su futuro descanso ahora que se encuentra enfermo y presiente que se acerca la muerte. Es necesario capturar a los ladrones y someterlos al escarnio público pero todo está pergeñado de tal modo que resulta sumamente complicado averiguar quién se esconde tras estos hechos. ¿Alguien con poder? ¿Hay alguna manzana podrida entre el clero de Amón? Pinedjem intentará solventar el problema que tanto le preocupa con la ayuda de Rekhamun, un artesano de Teba, Takelot y Ahmose, el primer escriba de la Necrópolis de Millones de Años de los Faraones, Vida, Salud y Prosperidad, sin saber que miles de años después la familia de Ahmed encontrará su sarcófago junto al de otros muchos.
Todo lo que he contado hasta ahora parece pura ficción, sin embargo, la realidad es bien distinta. El hallazgo que Nacho Ares narra en su libro, el escondite Deir el-Bahari, tuvo lugar tal y como él lo describe y, de igual modo, todos los personajes existieron realmente, salvo ligeras excepciones. Al parecer es la primera vez que se novela este hito de la historia de Egipto, un país que siempre me ha interesado por su cultura y sus secretos. No obstante, mi conocimiento sobre la materia es bastante escaso por lo que adentrarme en una novela como esta, sea ficción o realidad, supone para mí un placer. El gozo aumenta si además me topo con un hecho real del que no sabía absolutamente nada.
Decía antes que prácticamente todos los personajes son reales, incluidos aquellos saqueadores del año 969 antes de nuestra era, de lo que se extrae que el autor ha realizado una dura tarea de documentación. Pero también hay una parte de la trama y algún que otro personaje que pertenecen por entero a la imaginación del autor. Me refiero al hilo amoroso que se desarrolla en la novela, tan sutil, tan velado, que de no haber existido tampoco hubiera importado. Y es que El sueño de los faraones ofrece una historia tan interesante llena de intrigas, sospechas, amenazas, muertes, envenenamientos, traiciones, corrupción,... que todo lo demás queda empañado.
Estructurado en treinta y un capítulos precedidos por un prólogo que nos servirá de antesala a la trama, El sueño de los faraones culmina con una Nota de Autor que nos explica con todo detalle la realidad que oculta el argumento de esta novela. Un libro en el que las dos líneas temporales se van alternando con maestría, haciendo hincapié en el contexto histórico de las dos épocas que se narran, sin que el lector se pierda, quedando enredado entre sus páginas. Esta historia está contada al estilo de aquellas viejas películas que nos hablaban de Egipto y sus faraones y que conseguían dejarnos embobados frente al televisor y es que su autor es habilidoso a la hora de narrar. Sin necesidad de un ritmo frenético y con un estilo sencillo pero atrayente nos conducirá hacia la Montaña Tebana donde se encuentra el sarcófago de la reina Henut-taui del que no se conocía su ubicación junto a otros muchos, para poner ante nuestros ojos los objetos más valiosos pertenecientes a las antiguas dinastías faraónicas.
He disfrutado mucho con la lectura de esta novela, así que no me queda más remedio que recomendarla. Si te apasiona Egipto, si siempre quisiste viajar al Valle de los Reyes, si soñaste de niño en convertirte en un aventurero descubriendo secretos enterrados bajo las arenas del desierto, sin lugar a dudasEl sueño de los faraones es tu libro. Con él vivirás en primera persona el descubrimiento de uno de los mayores hallazgos arqueológicos del siglo XIX, el escondite de Deir el-Bahari, donde se encontraron momias y sarcófagos de decenas de reyes y sacerdotes. Junto a los miembros del Servicio de Antigüedades lucharás contra una red de traficantes de objetos funerarios. La aventura está garantizada.
Por si sentís interés y mis palabras se quedan cortas, os dejo el booktrailer:
[Información facilitada por la editorial]
Egipto siempre ha sido un tema recurrente en literatura. Momias, sarcófagos, reyes, sacerdotes, tumbas, arqueólogos,... han poblado páginas y páginas de libros llenando nuestras horas de lectura de aventuras, descubrimientos, maldiciones, viajes,... Es un país y una cultura tan emocionante, con tantos secretos escondidos que dudo mucho que los lectores nos cansemos de argumentos a orillas del Nilo.
El autor Nacho Ares, con quien tuve el placer de charlar tiempo atrás (puedes leer la entrevista aquí), vuelve a adentrarse en su gran pasión, la egiptología, a través de su nueva novela, un libro con el que he viajado en el tiempo a tierras lejanas.
El sueño de los faraones transcurre a través de dos hilos temporales. La acción se inicia el 6 de febrero de 1874. Alrededor de aquellos días, un pastor, Ahmed Abderrasul, junto a su hermano Mohamed y su amigo Kamal, descubren casualmente una cueva que oculta una cantidad innumerable de tesoros, un hallazgo sin precedentes. La familia de Ahmed es pobre y él, movido por la codicia, decide ir extrayendo poco a poco distintas piezas para su venta posterior. Será el secreto familiar que pasará de un miembro a otro pues nadie debe conocer la ubicación de aquella cueva por temor a perder el control sobre los tesoros.
Son tiempos en los que el mercado negro y el tráfico de antigüedades ya tenían cierta importancia en el comercio egipcio. Piezas de origen desconocido salían a la luz para ser vendidas en los comercios de Luxor y enriquecer así las colecciones privadas de adinerados hombres encaprichados por piezas comos los ushebtis. El gobierno egipcio hacía oídos sordos a todo lo que transcurría delante de sus narices movido por sus propios intereses.
Émile Brugsch |
Pero para que Ahmed encontrara aquella singular cueva tuvo que ocurrir algo muchos años antes. Allá por el 969 antes de nuestra era, un momento muy convulso en Egipto, los ladrones de tumba, como Paykamen, Beki y Nesumontu, saqueaban los enterramientos y las necrópolis alterando la eterna paz de reyes y reinas en sus moradas de eternidad. Pinedjem, sumo sacerdote de Amón, teme por sus ancestros y por su futuro descanso ahora que se encuentra enfermo y presiente que se acerca la muerte. Es necesario capturar a los ladrones y someterlos al escarnio público pero todo está pergeñado de tal modo que resulta sumamente complicado averiguar quién se esconde tras estos hechos. ¿Alguien con poder? ¿Hay alguna manzana podrida entre el clero de Amón? Pinedjem intentará solventar el problema que tanto le preocupa con la ayuda de Rekhamun, un artesano de Teba, Takelot y Ahmose, el primer escriba de la Necrópolis de Millones de Años de los Faraones, Vida, Salud y Prosperidad, sin saber que miles de años después la familia de Ahmed encontrará su sarcófago junto al de otros muchos.
Todo lo que he contado hasta ahora parece pura ficción, sin embargo, la realidad es bien distinta. El hallazgo que Nacho Ares narra en su libro, el escondite Deir el-Bahari, tuvo lugar tal y como él lo describe y, de igual modo, todos los personajes existieron realmente, salvo ligeras excepciones. Al parecer es la primera vez que se novela este hito de la historia de Egipto, un país que siempre me ha interesado por su cultura y sus secretos. No obstante, mi conocimiento sobre la materia es bastante escaso por lo que adentrarme en una novela como esta, sea ficción o realidad, supone para mí un placer. El gozo aumenta si además me topo con un hecho real del que no sabía absolutamente nada.
Decía antes que prácticamente todos los personajes son reales, incluidos aquellos saqueadores del año 969 antes de nuestra era, de lo que se extrae que el autor ha realizado una dura tarea de documentación. Pero también hay una parte de la trama y algún que otro personaje que pertenecen por entero a la imaginación del autor. Me refiero al hilo amoroso que se desarrolla en la novela, tan sutil, tan velado, que de no haber existido tampoco hubiera importado. Y es que El sueño de los faraones ofrece una historia tan interesante llena de intrigas, sospechas, amenazas, muertes, envenenamientos, traiciones, corrupción,... que todo lo demás queda empañado.
Estructurado en treinta y un capítulos precedidos por un prólogo que nos servirá de antesala a la trama, El sueño de los faraones culmina con una Nota de Autor que nos explica con todo detalle la realidad que oculta el argumento de esta novela. Un libro en el que las dos líneas temporales se van alternando con maestría, haciendo hincapié en el contexto histórico de las dos épocas que se narran, sin que el lector se pierda, quedando enredado entre sus páginas. Esta historia está contada al estilo de aquellas viejas películas que nos hablaban de Egipto y sus faraones y que conseguían dejarnos embobados frente al televisor y es que su autor es habilidoso a la hora de narrar. Sin necesidad de un ritmo frenético y con un estilo sencillo pero atrayente nos conducirá hacia la Montaña Tebana donde se encuentra el sarcófago de la reina Henut-taui del que no se conocía su ubicación junto a otros muchos, para poner ante nuestros ojos los objetos más valiosos pertenecientes a las antiguas dinastías faraónicas.
Distintas tomas del agujero que da lugar al escondite de Deir el-Bahari
y que técnicamente se nombró como DB 320
He disfrutado mucho con la lectura de esta novela, así que no me queda más remedio que recomendarla. Si te apasiona Egipto, si siempre quisiste viajar al Valle de los Reyes, si soñaste de niño en convertirte en un aventurero descubriendo secretos enterrados bajo las arenas del desierto, sin lugar a dudasEl sueño de los faraones es tu libro. Con él vivirás en primera persona el descubrimiento de uno de los mayores hallazgos arqueológicos del siglo XIX, el escondite de Deir el-Bahari, donde se encontraron momias y sarcófagos de decenas de reyes y sacerdotes. Junto a los miembros del Servicio de Antigüedades lucharás contra una red de traficantes de objetos funerarios. La aventura está garantizada.
Por si sentís interés y mis palabras se quedan cortas, os dejo el booktrailer: