Año: 1952.
Nacionalidad: EE.UU.
Director: Otto Preminger.
Reparto: Robert Mitchum, Jean Simmons, Mona Freeman, Herbert Marshall, Leon Ames, Barbara O'Neil.
Género: Drama.
Sinopsis: Frank Jessup es un enfermero de urgencias que acude a una mansión para atender a la señora Tremayne que ha sufrido un accidente. Frank conocerá allí a Diane, la hijastra de la señora Tremayne, una joven cautivadora.
[Información facilitada por Filmaffinity]
Hacía tiempo que no traía una película en blanco y negro y esta vez vengo con un largometraje de otro galán del cine clásico aunque a mí este actor me ha dicho siempre bien poco. Me refiero a Robert Mitchum.
El carácter dramático de la película se percibe desde las primeras escenas por medio de unas notas musicales en la que ya se masca la tragedia porque Cara de ángel, con ese título tan irónico que invita a pensar en bonhomía, esconde maldad, odio, maquinación, venganza y arrepentimiento.
Frank Jessup (Robert Mitchum) es un enfermero. Su pasado como conductor de coches de carrera lo colocan frente al volante de una ambulancia con la que acude presto y raudo ante cualquier contingencia sanitaria que se presente. Es un hombre independiente que, si bien tiene una amiga especial -Mary Wilton, recepcionista del hospital-, solo sueña con abrir su propio negocio, un taller de coches.
Por otro lado tenemos a la familia Tremayne compuesta por Charles, un novelista viudo venido a menos que se casa con una mujer rica, Catherine, que controla la vida económica de su marido. Charles aporta al matrimonio una hija joven y guapa, Diane. El ambiente en la familia no parece que sea muy cordial, no al menos entre Catherine y su hijastra. Una noche, la señora Treymane sufre un accidente y es necesario llamar a los servicios médicos. Frank se presenta con su ambulancia y en la mansión conoce a Diane. Inmediatamente surge entre ambos una fuerte atracción que en el caso de ella parece dejar translucir más interés que amor. Diane no tiene amistades y vuelca en Frank toda su atención pero este no tardará en darse cuenta que ella esconde algo tras su cara bonita. Ella rezuma odio por su madrastra y los celos se presienten flotando en el aire mientras que por otro lado adora a su padre con quien una relación estrecha y animosa. Con buenas palabras, llantos y miraditas intentará ganarse el favor de Frank. Todo se complicará tras un trágico acontecimiento que hace pensar en una mano negra que intenta desatar lazos familiares. Enseguida el espectador señala al culpable pero ¿estará en lo cierto?
Cara de Ángel tiene una trama medianamente previsible aunque he de reconocer que su final me sorprendió. (Si véis la película, prestad atención a esa escena final; no hay que fijarse mucho en los detalles para saber que la profesión de dobles de cine era algo del futuro). Su lento ritmo consiguió que cayera ligeramente en el aburrimiento. De todos modos, con este tipo de películas, el espectador sabe que algo terrible está siempre a punto de suceder y ahí quedamos esperando ese momento, ese giro tremendo que nos remueva por dentro pero no cumple satisfactoriamente las expectativas, le falta garra, le falta tirón.
En cuanto a la interpretación, si no llega a ser por Jean Simmons, no habría mucho que decir. El personaje que le toca interpretar a Robert Mitchum es el de tipo duro que trata a las mujeres sin ningún tipo de conmiseración. En sus escenas se muestra excesivamente estirado y pétreo sin atisbo de la más mínima expresividad en su rostro. Mantiene la misma parsimonia en los momentos en los que le toca zarandear a la chica por su ataque de histeria que en aquellos en los que se enrosca con ella en un beso apasionado. No he visto muchas películas de este actor pero si recuerdo alguna escena de otro de sus largometrajes lo veo con la misma expresión en su rostro.
En el otro lado tengo que alabar el trabajo de Jean Simmons. Su papel de mosquita muerta, de tontorrona lista, lo hace a las mil maravillas dejándose sumergir en sus reflexiones maquiavélicas mientras mantiene la mirada perdida en el horizonte o bien tirando de los hilos del teatro de títeres que ella misma compone. Un tanto sibilina y con unos primeros planos magníficos, sabe qué teclas tocar para intentar que su partenaire haga lo que ella quiere, aunque alguna vez le saldrá el tiro por la culata y es que la vida nos devuelve nuestras malas pasadas y entonces llega el arrepentimiento y los golpes de pecho a los que Simmons sabe también dar vida perfectamente.
En el otro lado tengo que alabar el trabajo de Jean Simmons. Su papel de mosquita muerta, de tontorrona lista, lo hace a las mil maravillas dejándose sumergir en sus reflexiones maquiavélicas mientras mantiene la mirada perdida en el horizonte o bien tirando de los hilos del teatro de títeres que ella misma compone. Un tanto sibilina y con unos primeros planos magníficos, sabe qué teclas tocar para intentar que su partenaire haga lo que ella quiere, aunque alguna vez le saldrá el tiro por la culata y es que la vida nos devuelve nuestras malas pasadas y entonces llega el arrepentimiento y los golpes de pecho a los que Simmons sabe también dar vida perfectamente.
Pero si algo resalta en la película por encima de todo es el tremendo machismo que exuda. Obviamente estamos en 1952 y la cuestión de género ha cambiado una barbaridad desde entonces pero aún así, es la primera vez que me topo con un clásico en el que el papel de la mujer está tan manido. Alusiones cómo quién lleva los pantalones en casa no me suenan tan escandalosas como frases del tipo "En América se mima demasiado a las mujeres", "Eres demasiado bondadosa para ser mujer" o bien cuando se pone en duda si una mujer puede llegar a manipular el motor de un vehículo. Me han hecho sentir algo de incomodidad por tener una mente del siglo XXI, pero nada que no pueda olvidar pasados unos minutos. Menos mal que no nací en 1952.
Cara de ángel es una película en la que se nos presenta una maldad envuelta en belleza que más tarde se convertirá en arrepentimiento. Una fórmula que hemos visto en muchas otras películas más modernas pero por aquellos años seguro que un argumento de este tipo no estaba tan explotado. En cualquier caso, estamos ante un clásico entretenido y recomendable con un final que me ha sorprendido y aunque no es de las mejores que he visto, sí que puede funcionar muy bien para esas tardes que sobremesa lluviosa.
Os dejo con el trailer en inglés (imposible encontrarlo en castellano) un poquito largo y que desvela demasiado para mi gusto.
Cara de ángel es una película en la que se nos presenta una maldad envuelta en belleza que más tarde se convertirá en arrepentimiento. Una fórmula que hemos visto en muchas otras películas más modernas pero por aquellos años seguro que un argumento de este tipo no estaba tan explotado. En cualquier caso, estamos ante un clásico entretenido y recomendable con un final que me ha sorprendido y aunque no es de las mejores que he visto, sí que puede funcionar muy bien para esas tardes que sobremesa lluviosa.
Os dejo con el trailer en inglés (imposible encontrarlo en castellano) un poquito largo y que desvela demasiado para mi gusto.