Editorial: Ediciones B.
Autor
Mikel Santiago nació en un pueblo marinero de Vizcaya en 1975. El piano de su hermana, que siempre resonaba por la casa, despertó en él un apetito muy temprano por la música. De sus primeras lecturas recuerda las obras de Sherlock Holmes, Los Cinco y Edgar Alan Poe.
Ha vivido en Irlanda, de donde sacó las ideas para escribir esta novela, y actualmente reside en Ámsterdam, donde trabaja en el mundo del software. Cuando no está entre ordenadores, se dedica a escribir y a tocar la guitarra con su banda de blues-rock.
La última noche de Tremore Beach, su debut literario, se ha convertido en un fenómeno antes de su publicación y ha hecho que se lo compare con maestros como Stephen King, Jöel Dicker o John Connolly.
Sinopsis
Un compositor que ha perdido la inspiración.
Una casa aislada en una playa irlandesa.
Una noche de tormenta que puede cambiarlo todo.
Peter Harris es un prestigioso compositor de bandas sonoras que, tras un traumático divorcio, se refugia en un rincón perdido de la costa de Irlanda para recuperar la inspiración. La casa de Tremore Beach, aislada en una enorme y solitaria playa, parece el lugar indicado para lograrlo. Todo parece perfecto... hasta que llega la noche de la gran tormenta.
[Información facilitada por la editorial]
¡Cuántas ganas tenia de leer este libro! Solo con ver la cubierta ya te entran ganas de lanzarte a por él. Además la sinopsis culmina con un punto de intriga que me resulta interesante.
La noche que comencé a leerlo llovía a mares. Desde el confortable calor de mi cama sentía las gotas repiquetear sobre los cristales mientras al mismo tiempo me sumergía en tierras irlandesas y visitaba Tremore Beach, una playa de preciosos acantilados en Clenburran, un pequeño pueblo que en invierno vive de la pesca y la ganadería y en verano del turismo. El inicio en circunstancias climatológicas tan adversas no pudo ser más acertado porque al mismo tiempo que sentía caer la lluvia, Mikel Santiago me narraba cómo empeoraba el clima en Tremore Beach. Allí reside, Peter Harper, un famoso compositor de bandas sonoras que ha perdido su inspiración tras un desastroso divorcio. A raíz de un fracaso personal y profesional, Peter decidió meses atrás mudarse a un rincón tranquilo que le pudiera permitir pensar. Tremore Beach es un paraje idílico salvo cuando el tiempo empeora. Los servicios meteorológicos han anunciado que una terrible tormenta, bautizada Luzbel, se acerca a las costas del pueblo. Todos los habitantes intentan salvaguardar la seguridad de sus hogares y Peter duda si asegurar o no las ventanas de su casa alquilada. Las nubes que comienzan a formarse en el horizonte, tiñendo de gris y negro el cielo no invitan demasiado a salir de paseo. Aun así, y a pesar de que algo en su interior parece advertirle, Peter opta por aceptar la invitación a cenar de sus vecinos, Leo y Marie Kogan. Hizo mal. En el camino de vuelta sufrirá un accidente que cambiará por completo su vida.A partir de este punto Peter dejará de ser el mismo y comenzará a experimentar ilusiones, visiones y malestares que alterarán su vida y de la de su familia de manera espeluznante. De hecho, nuestro protagonista ya tenía premoniciones anteriormente, algo que le venía por herencia familiar pero hasta ahora no había presentido escenas tan terribles. Solo podrá salir de su pesadilla con la ayuda de su novia Judie, sus hijos Jip y Beatrice y sus vecinos.
Peter, sin pretenderlo, se convertirá en una pieza clave en una trama llena de sueños que parecen realidad o realidad paralela. Eso tendréis que descubrirlo vosotros. Sin llegar a ser una page-turner, al menos inicialmente, La última noche de Tremore Beach cuenta con un argumento lleno de intriga y suspense, no siempre constante aunque la tensión se mantiene a un nivel moderado que consigue que nuestra atención no decaiga. Se lee con mucha rapidez pues este género alienta al lector a seguir avanzando a la espera de voltear una página y encontrar la solución a todas las preguntas que nos van surgiendo. Además, cuenta con bastante diálogo lo que otorga mucho dinamismo a la narración.En cuanto a los personajes habría que decir que tienen sus dobleces. El autor no nos permite conocerlos con profundidad, salvo al protagonista que nos habla en primera persona. Algunos de ellos parecen adorables habitantes pero la historia va sacando a la luz pequeños detalles que nos obliga a pensar que no todo es lo que parece. Sus secretos y sus fantasmas del pasado se verán amenazados cuando Peter comienza a llevar a cabo diversas pesquisas en un intento de averiguar lo que le está ocurriendo.
La ambientación también está muy conseguida. Yo, que jamás he visitado Irlanda, me he podido hacer una idea bastante precisa del entorno natural de aquellas tierras. Probablemente el buen hacer del autor en este sentido se deba a que conoce de buena mano el terreno en el que coloca a sus personajes.
La última noche de Tremore Beach se compone de capítulos de longitud variable, una treintena, repartidos en tres bloques, siendo el último el que adquiere un ritmo más vertiginoso. Para ser un thriller carece de ciertos elementos típicos en este género. Santiago prescinde de policías, detectives, investigaciones,... todo el proceso que se suele desarrollar cuando existen crímenes y víctimas por medio, al menos cuando tales sucesos ocurren en nuestra realidad. Y ahí lo dejo.
En definitiva, puedo decir que esta novela me ha gustado. Y aunque no comparto totalmente las opiniones de algunos críticos y autores que se recogen en la contra del libro sí opino que La última noche de Tremore Beach es una novela que ha cumplido con mis exigencias. Considero que se trata de una lectura recomendable en la que, si bien la tensión fluctúa, al menos mantiene la intriga lo suficiente como para que el lector disfrute página a página. Además, hay que tener en cuenta que esta novela supone el debut literario de Mikel Santiago. A mi juicio, un buen comienzo.
Por si os apetece echarle un vistazo, os dejo el booktrailer.
