Año: 2012.
Nacionalidad: Española.
Director: Fernando Cortizo
Reparto: --
Género: Animación.
Sinopsis: Un preso recién fugado de la cárcel intenta recuperar el botín que escondió unos años antes en una remota y solitaria aldea, pero lo que allí se encuentra supone una condena peor que la cárcel. Siniestros ancianos, extrañas desapariciones, espíritus, un peculiar sacerdote y hasta el mismísimo arcipreste de Santiago protagonizan una historia de terror, humor y fantasía. Primera producción de stop-motion con plastilina hecha en España. Cuenta con las voces de Luis Tosar, Geraldine Chaplin, Manuel Manquiña, Jorge Sanz y Paul Naschy entre otros.
[Información facilitada por Filmaffinity]
A raíz de una reciente lectura se me ocurrió recuperar un par de películas que en parte tienen que ver con el argumento de esa novela de la que os hablaré en breve. Concretamente hoy vengo a hablaros de cine de animación. Hacía ya mucho tiempo que no lo hacía y creo que es una bonita costumbre que no debo abandonar.
La primera vez que oí hablar de O Apôstolo fue en febrero de 2013. Era una de las nominadas a los premios Goya en su categoría pero no salió galardonada. El cabezón se lo llevó Las aventuras de Tadeo Jones. Sin embargo, con tan solo mirar las breves escenas que se mostraron durante la gala ya sentí inmensas ganas de verla. Fue tiempo después cuando pude saciar mi curiosidad y recientemente la he vuelto a disfrutar y así refrescar mi memoria para poder hablaros de ella con exactitud. Sé que no es fácil encontrar animación o cierta animación en todos los videoclubs pero, en este caso, la web oficial de la película te permite verla on-line por el módico precio de 1,50 €. Merece la pena, creedme.
Xanaz es un ruinoso pueblo gallego oscuro y siniestro, tanto como sus escasos habitantes. Hasta allí, y en busca de un tesoro escondido, llega Ramón Fortes, un preso fugado de la cárcel que quiere iniciar una nueva vida en otro país pero para ello tiene que localizar el botín que Xavier, un compañero de celda había ocultado tiempo atrás. Atravesando un inmenso bosque en el que la vida dejo de existir hace mucho, Ramón llega a la aldea guiado por un aldeano quejumbroso. Xanaz ofrece un panorama desolador pero sus gentes, encabezados por D. Cesáreo, el párroco de nariz prominente y largas uñas, muestran una hospitalidad inusual. Todos se deshacen en atenciones, algo que resulta del todo sospechoso.
Ramón no es el único visitante en el pueblo. En la taberna se dan cita otros peregrinos que van camino de Santiago y hacen una parada para descansar. Los aldeanos miran a los viajeros con ojos ávidos, cuchicheando entre ellos, tramando quién sabe qué. A Ramón poco le importa todo. Él tiene claro que, llegando la noche, irá en busca del tesoro escondido por Xavier y desaparecerá para siempre de aquel lugar tenebroso. Y sí, llega la noche y él se dispone a llevar a cabo su plan pero lamentablemente todo se verá truncado.
Por otra parte, la cosa se complica cuando al pueblo llega el archipreste de Compostela con su ayudante en busca de una comitiva procedente de Lourdes a la que le han perdido la pista en el bosque que rodea Xanaz, un bosque inerte en el que todos los caminos conducen al mismo punto. Aldeanos, peregrinos y visitantes conviven durante el día en un ambiente más o menos relajado salvo por los extraños comportamientos de los aldeanos, pero cuando llega la noche... Y ahí me quedo.
Al margen de un argumento lleno de magia, misterio y fantasía con algún toque de humor, lo más simpático de este largometraje son sus protagonistas, unos muñecos de plastilina en cuyas voces y fisonomía, el espectador puede reconocer a actores y a actrices de carne y hueso. Resulta muy sencillo identificar a Carlos Blanco en el papel de Ramón Fortes, a Geraldine Chaplin como Dorinda, a Luis Tosar como Xavier -que apenas tiene protagonismo-, a Celso Bugallo como Celso, a Pedro Alonso como Pedro,... Es fascinante lo bien conseguidos que están aunque algunos no llegan a alcanzar el mismo nivel de perfeccionismo. Por ejemplo, si no llega a ser por las voces, no hubiera reconocido a Jorge Sainz o a Manuel Manquiña. En cualquier caso es una maravilla ver a esos muñecos gesticular y hablar en los que voz y movimiento cuadran a la perfección.
O Apôstolo está dedicada precisamente a uno de sus personajes, a Paul Naschy que pone voz al archipreste de Compostela y cuyo trabajo no pudo ver pues falleció antes de que la película se estrenara.
La ambientación también es otro aspecto a destacar de este trabajo. Los detalles están sumamente cuidados. Los decorados tienen una calidad alucinante con multitud de elementos tan reales que si no llega a ser por la barrera que supone la pantalla de cine o del televisor, casi se podrían tocar. La niebla que cubre el pueblo, las ramas secas y marchitas de los árboles, las telarañas que recubren los muebles de las casas, la extraña bruma nocturna... Todas las escenas tienen una viveza increíble. Se nota que ha sido un trabajo hecho con esmero y absoluta dedicación.
Si tengo que ponerle alguna pega, por poner alguna y siempre bajo mi opinión personal, es la existencia de un tema musical. Casi al final, una canción nos desvela qué se esconde tras el pueblo de Xanaz y sus gentes. Este recurso me sacó un poco del argumento y aunque en algunos espectadores puede funcionar, en mi caso hubiera preferido que todo el entramado fuera explicado de otro modo.
Ramón no es el único visitante en el pueblo. En la taberna se dan cita otros peregrinos que van camino de Santiago y hacen una parada para descansar. Los aldeanos miran a los viajeros con ojos ávidos, cuchicheando entre ellos, tramando quién sabe qué. A Ramón poco le importa todo. Él tiene claro que, llegando la noche, irá en busca del tesoro escondido por Xavier y desaparecerá para siempre de aquel lugar tenebroso. Y sí, llega la noche y él se dispone a llevar a cabo su plan pero lamentablemente todo se verá truncado.
Por otra parte, la cosa se complica cuando al pueblo llega el archipreste de Compostela con su ayudante en busca de una comitiva procedente de Lourdes a la que le han perdido la pista en el bosque que rodea Xanaz, un bosque inerte en el que todos los caminos conducen al mismo punto. Aldeanos, peregrinos y visitantes conviven durante el día en un ambiente más o menos relajado salvo por los extraños comportamientos de los aldeanos, pero cuando llega la noche... Y ahí me quedo.
Al margen de un argumento lleno de magia, misterio y fantasía con algún toque de humor, lo más simpático de este largometraje son sus protagonistas, unos muñecos de plastilina en cuyas voces y fisonomía, el espectador puede reconocer a actores y a actrices de carne y hueso. Resulta muy sencillo identificar a Carlos Blanco en el papel de Ramón Fortes, a Geraldine Chaplin como Dorinda, a Luis Tosar como Xavier -que apenas tiene protagonismo-, a Celso Bugallo como Celso, a Pedro Alonso como Pedro,... Es fascinante lo bien conseguidos que están aunque algunos no llegan a alcanzar el mismo nivel de perfeccionismo. Por ejemplo, si no llega a ser por las voces, no hubiera reconocido a Jorge Sainz o a Manuel Manquiña. En cualquier caso es una maravilla ver a esos muñecos gesticular y hablar en los que voz y movimiento cuadran a la perfección.
O Apôstolo está dedicada precisamente a uno de sus personajes, a Paul Naschy que pone voz al archipreste de Compostela y cuyo trabajo no pudo ver pues falleció antes de que la película se estrenara.
La ambientación también es otro aspecto a destacar de este trabajo. Los detalles están sumamente cuidados. Los decorados tienen una calidad alucinante con multitud de elementos tan reales que si no llega a ser por la barrera que supone la pantalla de cine o del televisor, casi se podrían tocar. La niebla que cubre el pueblo, las ramas secas y marchitas de los árboles, las telarañas que recubren los muebles de las casas, la extraña bruma nocturna... Todas las escenas tienen una viveza increíble. Se nota que ha sido un trabajo hecho con esmero y absoluta dedicación.
Si tengo que ponerle alguna pega, por poner alguna y siempre bajo mi opinión personal, es la existencia de un tema musical. Casi al final, una canción nos desvela qué se esconde tras el pueblo de Xanaz y sus gentes. Este recurso me sacó un poco del argumento y aunque en algunos espectadores puede funcionar, en mi caso hubiera preferido que todo el entramado fuera explicado de otro modo.
Todo lo que tenga que ver con las artes escénicas se me antoja sumamente difícil pero cuando ya nos metemos en técnicas de este tipo la cosa me resulta del todo imposible. El cine digitalizado, con los avances tecnológicos, ha alcanzado cotas inimaginables con una calidad que supera la realidad, pero ¿y trabajar con muñecos de plastilina? Aquí entra la habilidad plástica de un equipo de profesionales que moldean y dan forma a unos muñecos inertes que adquieren vida ante una cámara. Hace bastantes años vi un documental en el que se explicaba cómo había que trabajar esta técnica. Implica contar con un enorme equipo de profesionales que necesitaban días para grabar lo que en pantalla ocupa apenas unos segundos.
En este vídeo, aun a riesgo de desvelar demasiados detalles del argumento, su director Fernando Cortizo y algunos miembros del reparto nos hablan de esta película. Doscientos profesionales y cinco años de trabajo para conseguir esta película tan estupenda, grabada fotograma a fotograma, que no tiene nada que envidiarle a otras del mismo género y con factura internacional. Creo que O Apôstolo es un largometraje poco conocido y con la que no se hace justicia. El argumento es bueno, la calidad técnica y artística indiscutible y sin embargo, seguro que sois pocos los que habéis oído hablar de ella.
Así que ya lo sabéis, O Apôstolo es un largometraje altamente recomendable encuadrado en un género al que, salvo en el caso del público infantil y en épocas navideñas, no goza de muchos adeptos pero que sin duda tiene un gran valor. ¿Es recomendable para los más pequeños? Muchos espectadores dicen que sí. Yo tengo mis dudas. La temática que abarca tiene un trasfondo vinculado con las leyendas que a much@s niñ@s pueden llegar a asustar.
Trailer:
Detalle del rodaje |
En este vídeo, aun a riesgo de desvelar demasiados detalles del argumento, su director Fernando Cortizo y algunos miembros del reparto nos hablan de esta película. Doscientos profesionales y cinco años de trabajo para conseguir esta película tan estupenda, grabada fotograma a fotograma, que no tiene nada que envidiarle a otras del mismo género y con factura internacional. Creo que O Apôstolo es un largometraje poco conocido y con la que no se hace justicia. El argumento es bueno, la calidad técnica y artística indiscutible y sin embargo, seguro que sois pocos los que habéis oído hablar de ella.
Así que ya lo sabéis, O Apôstolo es un largometraje altamente recomendable encuadrado en un género al que, salvo en el caso del público infantil y en épocas navideñas, no goza de muchos adeptos pero que sin duda tiene un gran valor. ¿Es recomendable para los más pequeños? Muchos espectadores dicen que sí. Yo tengo mis dudas. La temática que abarca tiene un trasfondo vinculado con las leyendas que a much@s niñ@s pueden llegar a asustar.
Trailer: