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GRACE DE MONACO (DRAMA - 2014)

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Año: 2014

Nacionalidad: Francesa.

Director: Olivier Dahan.

Reparto: Nicole Kidman, Tim Roth, Milo Ventimiglia, Derek Jacobi, Parker Posey, Paz Vega, Frank Langella, Geraldine Somerville, Robert Lindsay, Roger Ashton-Griffiths, Flora Nicholson, Jeanne Balibar.

Género: Drama. Biografía.

Sinopsis: A los 33 años, Grace Kelly, una gran estrella de Hollywood, renunció a su carrera como actriz para casarse en 1956 con el príncipe Rainiero III y convertirse en Su Alteza Serenísima la Princesa Gracia de Mónaco. La historia se ambienta en plena crisis política y económica entre Francia y Mónaco en la que la actriz americana estuvo involucrada.



[Información facilitada por Filmaffinity]



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[​IMG]Grace Patricia Kelly era una jovencita de Filadelfia que soñaba con convertirse en actriz. Nacida en el seno de una familia muy humilde, sus padres no vieron con buenos ojos el sueño de su hija pero ella no cejó en su empero y se trasladó a Nueva York donde estudiaría arte dramático. 

Empezó desde cero. Al principio con papeles breves y muy secundarios pero su belleza no pasaba desapercibida y poco a poco fue haciéndose hueco en la industria del cine compartiendo la pantalla con actores de la talla de Clark Gable y Ava Gadner con quien coincidió en la película Mogambo. Actriz predilecta de Alfred Hitchcock, años después recibiría su único Oscar. 

Admirada y aplaudida, la carrera cinematográfica de Kelly se frenó en seco cuando conoció en Cannes al príncipe Rainiero de Mónaco, mientras se rodaba la película Atrapa a un ladrón junto a Cary Grant. En 1956, el típico sueño de princesas se convertía en realidad. La actriz, la joven de Filadelfia había conquistado el corazón del príncipe y unía su vida a la de él bajo la atenta mirada del mundo.




Grace de Mónaco no es un biopic de la princesa de Mónaco. Este largometraje refleja parte de su vida, un momento crucial para el Principado de Mónaco a nivel político en el que la princesa tuvo un papel crucial.

La película se inicia con unas declaraciones de Grace Kelly - La idea de mi vida como un cuento de hadas es en sí misma un cuento de hadas -,  que dan paso a la última escena del rodaje de su última película, Alta sociedad, en 1956. De ahí se producirá un salto a finales de 1961. Por entonces, ya era madre de Carolina y Alberto. Grace vive en un palacio, rodeada de sirvientes y ayudantes que intentan hacerle la vida más fácil pero ella no es más que una joven americana de familia humilde y todas las normas protocolarias le quedan un poco grande, sin mencionar su forma de pensar, muy distinta de la europea y especialmente de aquella que debe tener la princesa del principado más antiguo de Europa.

Atrás quedaron los guiones, los directores, sus compañeros de reparto, las luces, los platós, las cámaras y la ¡acción!. Aunque se siente feliz con su nueva vida, no puede evitar echar de menos todo aquel mundo en el que la realidad se vuelve ficción o la ficción realidad. Cuando Alfred Hitchcock decide visitarla con el guion de Marnie en la mano, Grace se siente terriblemente tentada.¿Qué pensaría el pueblo de Mónaco si la princesa abandonara durante el verano su castillo de cristal para regresar a su faceta de actriz de Hollywood? ¿Sería algo tan grave? 


Por otra parte, Mónaco no pasa por su mejor momento. Sin erario público, Francia, inmersa en la guerra contra Argel, reclama la ayuda de lo que ellos consideran un protectorado francés. Charles de Gaulle exigirá a Rainiero de Mónaco el pago de devengos que ayude a Francia a sufragar los gastos de la guerra pero Mónaco no está dispuesta a someterse a tal sumisión porque además no hay fondos con los que pagar. ¿Hipotecar las propiedades del Principado? Están más que hipotecadas. ¿Debería entonces Grace Kelly aceptar el papel que le ofrece Hitchcock en su película Marnie para aliviar ligeramente la situación económica por la que pasa el Principado?

Esta es la situación de la que parte este largometraje. La diatriba en la que se encuentra Grace Kelly, si aceptar o no el papel, lo problemas con su marido en relación a esta decisión, y la tensión que vive Mónaco con respecto a las presiones que recibe por parte de Francia, una potencia que amenaza con emprender un bloqueo económico si no se atienden sus peticiones, algo que ahogaría por completo a los monegascos. Con la tensión de momento que amenaza el futuro de sus hijos y su propio matrimonio, la princesa de Mónaco llevará a cabo un plan con final feliz.

Desconozco por completo si la situación de la que parte este filme se desarrolló tal y como cuenta. No he leído nada al respecto pero, después de ver la película, el espectador puede llegar a pensar que si no hubiera sido por su mujer, Rainiero hubiera llevado Mónaco al colapso. Uno tiene la impresión que el príncipe dio dos pasos atrás y dejó hacer a su mujer para ganarse, por un lado, al pueblo de Mónaco, que según muestra la película, no veía a la princesa con buenos ojos, y luego al mismísimo Charles de Gaulle con un discurso conmovedor y rebosante de ternura que ella pronunció ante los cientos de invitados al Baile Anual de la Cruz Roja en octubre de 1962. Y así llegaremos a un final demasiado pomposo en el que la princesa se perfila más como un ángel, un espíritu celestial que como una mujer de carne y hueso, imagen que viene reforzada por un coro de voces que parecen emanar del mismo cielo. Y no, no veremos el accidente de la princesa aunque sí se dejará vislumbrar en una escena su conducción temeraria con motivo de un enfrentamiento con las damas de la alta sociedad de Mónaco.

Grace de Mónaco es una película en la que se relata una parte de la historia del Principado sin saber si se ajusta a la realidad o la historia ha sido ficcionada. Estamos ante un largometraje en el que encontraremos espías, traiciones, dudas, recelos e incertidumbre, con unos personajes que intentan sacar lo mejor de sí mismo, y otros que tienen un doble fondo. 


En el plano interpretativo, no soy muy partidaria de Nicole Kidman. La actriz australiana me ha transmitido siempre mucha frialdad. Quizás por el azul de su mirada, por la palidez de su piel o simplemente porque no me gusta como lo hace, la cuestión es que no tendemos a conectar y sus interpretaciones, por regla general, no me inmutan. En cualquier caso, en Grace de Monaco está simplemente correcta, para mi gusto. Su papel pretende transmitirnos un aire de rebeldía, un encorsetamiento al que la princesa no pretende someterse y por eso no le importa expresar sus opiniones políticas libremente ante un concurrido público pero no consigo empatizar con la situación que ella vive. Sus gestos, su pose,... aunque parecen bien estudiados no consiguen transmitirme nada de lo que se supone tenía que sentir. Lo que la actriz sí aporta al personaje es su porte y su elegancia. Una mujer tan estilizada como Kidman y de una belleza, para mi gusto gélida, pero bella al fin y al cabo, es quizás lo más renombrable de su papel que la obliga a soportar primorosamente una sucesión de primeros planos muy reiterativos que no consigo entender.

Junto a ella otros actores y actrices de los que solo voy a destacar a Paz Vega en el papel de María Callas, y lo hago más que nada por la cercanía y no por su valía. Vega está muy bien caracterizada e incluso se atreve a cantar durante el transcurso de una cena pero no hay mucho más que decir. Para mí, esta actriz nacida en Sevilla y a la que conocí cuando hacía el papel de sevillana en 7 vidas, ha perdido toda la naturalidad y la frescura que la caracterizaba y, al contrario de lo que le ha ocurrido a otros actores que cruzan el charco, como Antonio Banderas, me da la impresión que ha perdido su seña de identidad con tanta internacionalización. 

En cuestiones técnicas destaca de esta película la preciosa fotografía. Escenas que parecen un lienzo de tonos pastel recuerdan mucho al colorido de las primeras películas en color. Azules, verdes, amarillos,... destacan la belleza de unos paisajes llenos de mar y cielo. 

Pero otra de las cuestiones que no debemos pasar por alto es el vestuario, maquillaje y peluquería. Me encanta el estilismo de Kidman en esta película. Sin lugar a dudas es todo un acierto que recrea perfectamente cómo debía de ser la moda de la época en las altas esferas. Vestidos elegantes, grandes sombreros, zapatos de salón,... Una maravilla pararse a contemplar su vestuario y sus peinados.

En definitiva, Grace de Mónaco es una película que se deja ver. Creo que el tratamiento que se hace de la figura de la princesa va in crescendo para llegar a un punto demasiado almibarado al final. En cualquier caso, no deja de ser un largometraje entretenido que, por un lado, si bien pretende narrar un episodio de la vida de la corona monegasca un tanto controvertido, desconozco si lo hace desde una perspectiva objetiva y por otro, nos muestra una imagen de Grace Kelly que no la deja en muy mal lugar. Hora y media aproximada de entretenimiento sin dejar huella.



Trailer:




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