Año: 2014
Nacionalidad: Española.
Director: Alberto Rodríguez.
Reparto: Raúl Arévalo, Javier Gutiérrez, Nerea Barros, Antonio de la Torre, Jesús Castro, Mercedes León, Manolo Solo, Jesús Carroza, Cecilia Villanueva, Salvador Reina, Juan Carlos Villanueva.
Género: Intriga.
Sinopsis: España, a comienzos de los años 80. Dos policías, ideológicamente opuestos, son enviados desde Madrid a un remoto pueblo del sur, situado en las marismas del Guadalquivir, para investigar la desaparición de dos chicas adolescentes. En una comunidad anclada en el pasado, tendrán que enfrentarse a un feroz asesino.
[Información facilitada por Filmaffinity]
Isla Mayor es un municipio de la provincia de Sevilla ubicado en los terrenos de las marismas del Bajo Guadalquivir. El río, que por esa zona se ramifica, forma dos islas, siendo una de ellas el pueblo de Isla Mayor y la otra, la tan conocida Isla Mínima, terrenos de cultivos en los que antiguamente había un cortijo pero hoy ha sido reconvertido en hotel.
Cuando todo el mundo hablaba de esta película, a mí se me iban los ojos en otra dirección. No es que no quisiera verla, es que no hacía más que recibir un bombardeo de información que ejerce en mí el efecto contrario. Mejor dejar un tiempo para verla más allá de las primeras semanas de proyección.
El inicio es espectacular. En la secuencia de los créditos se alternan imágenes con fotografías que parecen enteramente un cerebro seccionado transversalmente pero que no son más que fotografías aéreas de las estructuras fractales de las marismas andaluzas, impresionantes instantáneas tomadas por el fotógrafo onubense Héctor Garrido cuya web os recomiendo visitar aquí.
Cuando todo el mundo hablaba de esta película, a mí se me iban los ojos en otra dirección. No es que no quisiera verla, es que no hacía más que recibir un bombardeo de información que ejerce en mí el efecto contrario. Mejor dejar un tiempo para verla más allá de las primeras semanas de proyección.
El inicio es espectacular. En la secuencia de los créditos se alternan imágenes con fotografías que parecen enteramente un cerebro seccionado transversalmente pero que no son más que fotografías aéreas de las estructuras fractales de las marismas andaluzas, impresionantes instantáneas tomadas por el fotógrafo onubense Héctor Garrido cuya web os recomiendo visitar aquí.
El 17 de septiembre de 1980 desaparecen de un pueblo andaluz en plenas fiestas, dos hermanas adolescentes: Estrella y Carmen. Su padre, Rodrigo, es un barquero de los que cruzan el río Guadalquivir de una orilla a otra. Parece un hombre trabajador y humilde aunque también demasiado callado. Su madre, una simple ama de casa, sometida a los desaires de su marido. La familia es un vivo retrato del rudo mundo rural, tan machista, donde el hombre lleva el pan a la casa y la mujer queda al cuidado de la prole. Hasta allí se desplazan Pedro Suárez (Raúl Arévalo) y Juan Robles (Javier Gutiérrez) dos policías de Madrid para investigar el caso. De la casa familiar falta una cartilla de ahorros a nombre de las niñas y ropa. Entre las pertenencias de las jóvenes, los policías encuentran un folleto sobre el mundo laboral de la mujer.
Comienzan los interrogatorios. Las compañeras de clase solo saben que las niñas tenían ganas de dejar el pueblo, como todas ellas, pues aquel lugar no ofrece perspectiva ninguna para una juventud que ya no piensa como sus padres. Por otro lado, una vecina del pueblo asegura que vio a las niñas subirse a un coche, un Dyane 6 de color blanco, y parece que lo hicieron por propia voluntad pues iban alegres y riendo. A su vez, la Guardia Civil, que no queda muy bien parada en la película, informa a la policía que las niñas ya han desaparecido alguna que otra vez pero siempre han regresado. En principio, todo apunta a una chiquillada.
Sin embargo las pistas que van surgiendo inducen a pensar de otra manera. Unos negativos medio quemados y recuperados del brasero por la madre, muestran a las niñas en actitud poco decorosa. Por el pueblo ronda un guaperas (Jesús Castro) que se lleva de calle a todas las chicas de los alrededores y a quien se les vio con las chicas desaparecidas. Un vecino borracho revela a los polis que otras jóvenes han desaparecido en extrañas circunstancias. Una cosa llevará a la otra, a asuntos turbios que no convienen que salgan a la luz, a gente con poderes que podrían estar implicados, a un padre al que le puede la culpa, a narcotraficantes,... En definitiva, son muchos los que pueden estar detrás de la desaparición de las niñas, desde un familiar, un antiguo novio, un feriante o un temporero. Los policías irán tirando del hilo y el carrete se irá deshaciendo poco a poco para llegar al meollo de la cuestión en un terreno pantanoso, lleno de canales, de arrozales, caminos intrincados llenos de casas abandonadas en las que es fácil esconderse si conoces la zona.
Comienzan los interrogatorios. Las compañeras de clase solo saben que las niñas tenían ganas de dejar el pueblo, como todas ellas, pues aquel lugar no ofrece perspectiva ninguna para una juventud que ya no piensa como sus padres. Por otro lado, una vecina del pueblo asegura que vio a las niñas subirse a un coche, un Dyane 6 de color blanco, y parece que lo hicieron por propia voluntad pues iban alegres y riendo. A su vez, la Guardia Civil, que no queda muy bien parada en la película, informa a la policía que las niñas ya han desaparecido alguna que otra vez pero siempre han regresado. En principio, todo apunta a una chiquillada.
Sin embargo las pistas que van surgiendo inducen a pensar de otra manera. Unos negativos medio quemados y recuperados del brasero por la madre, muestran a las niñas en actitud poco decorosa. Por el pueblo ronda un guaperas (Jesús Castro) que se lleva de calle a todas las chicas de los alrededores y a quien se les vio con las chicas desaparecidas. Un vecino borracho revela a los polis que otras jóvenes han desaparecido en extrañas circunstancias. Una cosa llevará a la otra, a asuntos turbios que no convienen que salgan a la luz, a gente con poderes que podrían estar implicados, a un padre al que le puede la culpa, a narcotraficantes,... En definitiva, son muchos los que pueden estar detrás de la desaparición de las niñas, desde un familiar, un antiguo novio, un feriante o un temporero. Los policías irán tirando del hilo y el carrete se irá deshaciendo poco a poco para llegar al meollo de la cuestión en un terreno pantanoso, lleno de canales, de arrozales, caminos intrincados llenos de casas abandonadas en las que es fácil esconderse si conoces la zona.
La Isla Mínima parte como favorita a los Goya. Diecisiete nominaciones en total entre las que figuran a la Mejor Película y al Mejor Guión Original pero, sinceramente, a mí el argumento me pareció de una simpleza aplastante. Había escuchado tantas alabanzas que cuando la terminé de ver me quedé un poco fría. ¿Es que no había entendido absolutamente nada? Aunque flotaban en el aire algunas cuestiones que me habían dejado un tanto descolocada, a priori, el argumento era de fácil asimilación. Pero como andaba con la mosca tras la oreja, me fui a internet, a leer lo que se decía de este largometraje que tanto revuelo estaba causando. Lo que me encontré me dejó más atónita todavía. Entre opiniones que la ensalzaban como obra maestra del séptimo arte, las teorías sobre lo que nos venía a decir esta película circulaban a velocidad de vértigo. Muchos teorizaban sobre las implicaciones de los personajes en el caso criminal. Se hablaba de pequeñísimos detalles donde radicaba la auténtica verdad del asunto, de temas políticos, de trapicheos infames,.... ¡Qué mareo!
Por suerte, había otros tantos espectadores que no la catapultaban al éxito con tanta inmediatez, cuyas opiniones se asimilaban más a mis propias impresiones. Sea como fuere, lo que está claro es que esta película de Alberto Rodríguez (Grupo 7) ha conseguido que más de uno nos estemos comiendo el tarro a estas alturas de la película, y nunca mejor dicho. Las distintas hipótesis que he encontrado me han hecho reflexionar y rescatar de mi memoria algún detalle que en un principio pasé por alto, alguna escena que aparentemente era irrelevante o alguna frase en un diálogo que dejaba una pregunta flotando en el limbo. Y es que el director sabe colocar una preciosa guinda a este pastel con una última escena en la que se suelta un pregunta con muy mala leche adornada con un cruce de miradas tensas. A partir de ahí el debate que queda por delante es largo y el espectador es libre de opinar.
Pero después de leer y releer tanto sobre el argumento de La Isla Mínima, me siguen quedando incógnitas por resolver. Y me dirijo ahora aquellos que ya la han visto. ¿Alguien me puede decir por qué tanta insistencia en esas llamadas de la esposa a uno de los policías? ¿Para qué se nos muestra que el otro poli está enfermo? Esta información más el mal augurio de la vidente, ¿es indicativo de que al poli le queda poca vida por delante? ¿O estamos ante un caso de justicia poética? En el pueblo se han producido otras desapariciones en el pasado y siempre por las mismas fechas: el 14 de septiembre de 1977, el 15 de septiembre de 1978 y las hermanas Estrella y Carmen el 17 de septiembre de 1980. ¿Me falta algo? ¿Ocurrió algo el 16 de septiembre de 1979? Y ahí lo dejo aunque me quedan más preguntas que lanzar pero para ello tendría que desvelar partes importantes de la trama.
El tandem protagonista funciona muy bien. Dos policías, Pedro y Juan (Arévalo y Gutiérrez), son muy distintos uno del otro. No hay compañerismo, ni camaredería. Se diría que no tienen más remedio que aguantarse el uno al otro, que soportar el caso que se les ha asignado en un lugar remoto en el culo del mundo, quizás como un castigo. El uno por publicar una carta en el periódico. El otro por un pasado bastante turbio. Todo con connotaciones políticas.Arévalo interpreta el papel del poli taciturno, con más pose de tío amargado que de poli duro, que no soporta la manera en la que se siguen haciendo las cosas a pesar de que España ya es un país democrático y dejó atrás la dictadura. Pero en los pueblos sigue imperando, incluso a día de hoy, el caciquismo y contra eso hay poco que hacer. Gutiérrez es mucho más dicharachero. A pesar de estar un lugar recóndito no desaprovecha las oportunidades de diversión que le ofrece el entorno. Pero su actitud alegre y relajada se combina con un comportamiento más agresivo pues aún se cree con derecho a ejercer abuso de poder. Ambos están impecables.
Antonio de la Torre en el papel del padre de las niñas, tan parco en palabras, está muy desaprovechado. Me encanta este actor y hubiera preferido que tuviera más presencia en la película.
Por suerte, había otros tantos espectadores que no la catapultaban al éxito con tanta inmediatez, cuyas opiniones se asimilaban más a mis propias impresiones. Sea como fuere, lo que está claro es que esta película de Alberto Rodríguez (Grupo 7) ha conseguido que más de uno nos estemos comiendo el tarro a estas alturas de la película, y nunca mejor dicho. Las distintas hipótesis que he encontrado me han hecho reflexionar y rescatar de mi memoria algún detalle que en un principio pasé por alto, alguna escena que aparentemente era irrelevante o alguna frase en un diálogo que dejaba una pregunta flotando en el limbo. Y es que el director sabe colocar una preciosa guinda a este pastel con una última escena en la que se suelta un pregunta con muy mala leche adornada con un cruce de miradas tensas. A partir de ahí el debate que queda por delante es largo y el espectador es libre de opinar.
Pero después de leer y releer tanto sobre el argumento de La Isla Mínima, me siguen quedando incógnitas por resolver. Y me dirijo ahora aquellos que ya la han visto. ¿Alguien me puede decir por qué tanta insistencia en esas llamadas de la esposa a uno de los policías? ¿Para qué se nos muestra que el otro poli está enfermo? Esta información más el mal augurio de la vidente, ¿es indicativo de que al poli le queda poca vida por delante? ¿O estamos ante un caso de justicia poética? En el pueblo se han producido otras desapariciones en el pasado y siempre por las mismas fechas: el 14 de septiembre de 1977, el 15 de septiembre de 1978 y las hermanas Estrella y Carmen el 17 de septiembre de 1980. ¿Me falta algo? ¿Ocurrió algo el 16 de septiembre de 1979? Y ahí lo dejo aunque me quedan más preguntas que lanzar pero para ello tendría que desvelar partes importantes de la trama.
El tandem protagonista funciona muy bien. Dos policías, Pedro y Juan (Arévalo y Gutiérrez), son muy distintos uno del otro. No hay compañerismo, ni camaredería. Se diría que no tienen más remedio que aguantarse el uno al otro, que soportar el caso que se les ha asignado en un lugar remoto en el culo del mundo, quizás como un castigo. El uno por publicar una carta en el periódico. El otro por un pasado bastante turbio. Todo con connotaciones políticas.Arévalo interpreta el papel del poli taciturno, con más pose de tío amargado que de poli duro, que no soporta la manera en la que se siguen haciendo las cosas a pesar de que España ya es un país democrático y dejó atrás la dictadura. Pero en los pueblos sigue imperando, incluso a día de hoy, el caciquismo y contra eso hay poco que hacer. Gutiérrez es mucho más dicharachero. A pesar de estar un lugar recóndito no desaprovecha las oportunidades de diversión que le ofrece el entorno. Pero su actitud alegre y relajada se combina con un comportamiento más agresivo pues aún se cree con derecho a ejercer abuso de poder. Ambos están impecables.
Antonio de la Torre en el papel del padre de las niñas, tan parco en palabras, está muy desaprovechado. Me encanta este actor y hubiera preferido que tuviera más presencia en la película.
El papel de Quini, el guaperas que encandila a las jóvenes, lo interpreta Jesús Castro. No tiene mucho texto pero encaja bien en la piel del típico chulo engreído, arrogante y desafiante que no teme a la policía y va por libre.
La ambientación está tremendamente bien conseguida. Los coches de la época, la indumentaria (esas niñas con los pantalones de campanas y las blusitas entalladas), las casas de la zona. Han cuidado mucho los detalles incluso hasta el punto de rescatar del pasado un antiguo envase de litro de cerveza Cruzcampo, un formato que desapareció hace ya bastante. Todo recrea una atmósfera de pesadumbre y en eso juega un papel importante la fotografía tan bonita de Álex Catalán, nominado a un merecido Goya. Muchas de las escenas transcurren en una penumbra velada, los atardeceres y amaneceres pintan el cielo de tonos rojos y amarillos y hay planos a plena luz del sol, cuando el astro rey sigue calentando con ferocidad la superficie de las tierras del sur aunque ya estemos a finales de septiembre, y flota en el aire esa especie de neblina que nosotros llamamos calima.
Y por otra parte, me gusta muchísimo como está rodada esta película, los planos cenitales me han atrapado, la composición de las escenas, un estupendo travelling en una persecución, las escenas finales desarrolladas en plena lluvia torrencial,... Impresionante todo.Muchos han comparado esta película con la serie de la HBO True Detective. Yo no he visto la serie así que no puedo opinar.
En definitiva, La Isla Mínima es una película que bien merece el Goya en muchas de sus candidaturas pero para mí el guion tiene ciertas lagunas que por mucho que quiera hacer la vista gorda están ahí y no me las quito de la cabeza. Si tales cuestiones que quedan en el aire es un recurso adoptado a conciencia he de reconocer que el truco le ha funcionado, pero cuando veo una película encuadrada en este género me gusta que todo cuadre y no me queden cabos sueltos. No ocurre así en este largometraje. En cualquier caso es una película que yo recomiendo y que genera muchas especulaciones y eso, siempre es positivo.
Trailer:
En definitiva, La Isla Mínima es una película que bien merece el Goya en muchas de sus candidaturas pero para mí el guion tiene ciertas lagunas que por mucho que quiera hacer la vista gorda están ahí y no me las quito de la cabeza. Si tales cuestiones que quedan en el aire es un recurso adoptado a conciencia he de reconocer que el truco le ha funcionado, pero cuando veo una película encuadrada en este género me gusta que todo cuadre y no me queden cabos sueltos. No ocurre así en este largometraje. En cualquier caso es una película que yo recomiendo y que genera muchas especulaciones y eso, siempre es positivo.
Trailer: