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LA TEORÍA DEL TODO (DRAMA - 2014).

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Año: 2014

Nacionalidad: Reino Unido.

Director: James Marsh.

Reparto: Eddie Redmayne, Felicity Jones, Charlie Cox, David Thewlis, Emily Watson, Simon McBurney, Charlotte Hope, Adam Godley, Harry Lloyd, Maxine Peake, Joelle Koissi, Zac Rashid, Hugh O'Brien, George Hewer, Georg Nikoloff, John W.G. Harley.

Género: Drama. Biográfico.

Premios: 5 nominaciones a los Oscar (2015); 2 Globos de Oro (Mejor actor - Redmayne) y Mejor BSO; entre otros...

Sinopsis: Narra la relación entre el célebre astrofísico Stephen Hawking y su primera mujer, Jane, en la época en que ambos lucharon contra la enfermedad degenerativa que postró al famoso científico en una silla de ruedas. 


[Información facilitada por Filmaffinity]



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Descorazonadora, triste, emotiva, conmovedora y muy bella. Esto es lo que me ha parecido La teoría del todo, una película con cinco nominaciones a los Oscars, entre ellas la de Mejor Película, Mejor Actor y Mejor Actriz. 

Hacia el infinito (Jane Hawking)James Marsh narra en este biopic parte de la vida de Stephen Hawking, aproximadamente unos veinte años que se inician en su época de estudiante. Partamos de la siguiente premisa, el largometraje está basado en uno de los libros escritos por Jane Wilde, primera mujer de Stephen Hawking, tituladoTravelling to Infinity: My life with Stephen(Hacia el infinito, Lumen - 2015), por lo que es lógico esperar que la perspectiva que nos ofrece la película sea parcial. Además, más allá de que los hechos se ajusten a la realidad, me ceñiré a lo que la cinta nos narra, sin más. 

En 1963, Stephen Hawking eran un joven estudiante, brillante e inteligente, un cosmólogo que, a pesar de su timidez, conoce a una chica en una fiesta universitaria. Mientras decide sobre qué tema versará su tesis doctoral, Hawking inicia una relación con la joven, Jane Wilde, una muchacha anglicana, creyente, estudiante de filología francesa y española. El futuro de la pareja parece prometedor pero todo se trunca cuando a él le diagnostican la enfermedad de la neurona motora (ELA), un trastorno neurológico progresivo que destruye las células cerebrales encargadas de la actividad muscular esencial. La esperanza de vida es de tan solo dos años, un duro mazazo que el joven apenas puede asimilar, encerrándose en su habitación, rodeado de libros, oyendo a Wagner y apartándose de sus amigos y de su novia. Pero Jane no se rendirá fácilmente. Ella lo ama y desea estar con él el tiempo que Dios les conceda. Así que, sin saber qué ocurrirá mañana, se casan y nacerá su primer hijo.

El deterioro de Hawking es cada vez más evidente y aunque hay que hacer reajustes, acondicionar la casa, adaptarse a las nuevas y difíciles circunstancias, la pareja sigue adelante. Sin embargo, la llegada a sus vidas de dos nuevas personas, Jonathan Hellyer, un amigo de la pareja, y Elaine Maison, la enfermera de Hawking, supondrá un giro en la relación conyugal y la convivencia matrimonial.

La teoría del todo navega entre la vida personal y profesional del científico, sus años de juventud, la camaradería con sus compañeros de clase, la relación con sus profesores y sus logros académicos, así como su vida matrimonial y su relación con Jane Wilde, madre de sus tres hijos, hasta el momento en que recibe el título de Caballero por la reina de Inglaterra en 1982.



Muchos han dicho que esta película se centra demasiado en la parte romántica y sentimental de la vida del astrofísico y que apenas muestra sus teorías científicas y el desarrollo de sus avances en las áreas de estudio, esa búsqueda de la ecuación única que demuestre el origen del universo. Yo no estoy tan conforme. Reitero que la película está basada en el libro de su ex mujer, una filóloga que también conocía las teorías de su marido y que le ayudaba con la publicación de sus libros. Por tanto, sí se hace hincapié en cuestiones de números pero no se profundiza demasiado pues, en tal caso, la película podría haberse convertido en un galimatías para el espectador medio.

La teoría del todo centra nuestra atención en la fuerza de voluntad, la lucha, el coraje, la capacidad de superación personal de la que ha hecho siempre gala Hawking a lo largo de sus 73, todo un hito para la medicina. Sin lugar a dudas, él es un auténtico ejemplo a seguir que no ha consentido que su silla de ruedas sea una cárcel. Lo será para su cuerpo pero no para su mente, una de las más brillantes de los últimos tiempos. Estamos ante una película que combina momentos muy tristes y conmovedores con otros más alegres en los que Hawking intenta disfrutar de la vida con sus amigos y familia sin que su discapacidad sea un obstáculo. Es más, en algún momento se vislumbra el posible optimismo del que ha gozado cuando en lo momentos más duros responde a su mujer, «Todo irá bien». Inevitable que el espectador, o al menos yo, se conmueva en los momentos más dramáticos pero también me he enfadado cuando Hawking decide romper con su pasado e iniciar una nueva vida en el terreno personal. Si la cosa fue tal que así, no creo que fuera justo.

La ciencia frente a la religión será otro tema que asome por la película. Jane es una mujer creyente conviviendo con un hombre que no cree en Dios pues, según sus palabras «un físico no puede creer en un creador sobrenatural». Aún así hay un respeto mutuo e incluso el físico menciona con cierta reiteración a Dios en sus libros y conferencia. En una de las escenas finales, la palabra Dios da pie a una ensoñación de Hawking que invita al espectador a pensar en un posible cambio en sus teorías. Pero en 2014 concedió una entrevista al diario El Mundo (No hay ningún Dios. Soy ateo) en la que declaró:


«En el pasado, antes de que entendiéramos la ciencia, era lógico creer que Dios creó el Universo. Pero ahora la ciencia ofrece una explicación más convincente. Lo que quise decir cuando dije que conoceríamos "la mente de Dios" era que comprenderíamos todo lo que Dios sería capaz de comprender si acaso existiera. Pero no hay ningún Dios. Soy ateo. La religión cree en milagros, pero éstos no son compatibles con la ciencia»


Al margen del guion, que ya digo desconozco si se ajusta o no a la realidad, La teoría del todo cuenta con una baza importante y fundamental, la brutal interpretación de Eddie Redmayne, un joven actor que muchos no conocerán pues, aunque ha participado en varios trabajos, solo ha encabezado el cartel en un par de ocasiones. Yo lo vi en Mi semana con Marilyn (puedes leer la reseña aquí) y que me encantó. En esta ocasión Redmayne está sublime, se sale del papel, lo borda. Desde los inicios en el que muestra a joven apocado y tímido, pasando por los momentos en los que comienzan a hacerse notables los efectos de su enfermedad hasta que queda postrado en una silla de ruedas. No me imagino la cantidad de horas que habrá tenido que pasar viendo vídeos, documentales, entrevistas de Stephen Hawking o estudiando al personaje in situ para calcar sus escasos movimientos que quedarán reducidos a un simple alzamiento de cejas cuando ya no pueda pronunciar palabra. Su trabajo es absolutamente tan espectacular que me parecía estar viendo al mismísimo Hawking en pantalla. No me extrañaría que se llevara el Oscar aunque, del resto de los nominados, tan solo he visto a Benedict Cumberbath en The Imitation Game, interpretando a otro cerebrito, este no me ha impresionado tanto como Redmayne.



Felicity Jones en el papel de Jane Wilde también está bastante bien pero resulta muy difícil centrar nuestra atención en ella cuando tenemos a Redmayne, postrado en una silla de ruedas, con las manos y los pies retorcidos e inmovilizados, intentando hacerse entender y sin dejar descansar a su cerebro. Aún así interpreta correctamente a esa mujer comprensiva, paciente y amorosa que tuvo que vivir unos años dedicada exclusivamente al bienestar de su marido. 

Mirando otras cuestiones, lo primero que me llamó la atención cuando me dispuse a ver la película fue la disposición de la escenas. La película se inicia con una carrera en bicicleta entre Hawking y un compañero de clase. Unos fotogramas bañados con una preciosa luz azul. De manera muy habilidosa se nos muestran escenas en las que el movimiento es el eje principal. Esa misma carrera de bicicletas, un baile,  gente que anda y pasea por la calle o que simplemente usa sus manos para comer o coger cosas,... escenas que reflejan el dolor del joven cuando ya es conocedor de su enfermedad y sus efectos.

Por otro lado, hay fotogramas con una pátina que simulan fotografías antiguas, como si hubieran sido rescatadas del álbum familiar. Eso, unido a la luz en algunas escenas y a una banda sonora que cabalga acorde a lo que se narra, hacen deLa teoría del todo una película muy agradable de ver. 

Y no solamente es agradable, también es muy recomendable. Yo la he disfrutado muchísimo. He visto la parte más personal de este gran científico, un hombre que, al margen de tener una mente privilegiada, ha sabido darnos una lección de vida, junto a una mujer entregada y cariñosa. Pero si te interesa saber más e incluso quieres conocer la otra versión, Planeta publicó un libro titulado Breve historia de mi vida escrito por él mismo y aquí puedes leer las primeras páginas. En cualquier caso, La teoría del todo cuenta con la aprobación de buena parte de la crítica especializada y no me sorprende. Desde aquí te invito a que no te la pierdas.




Trailer:







[Ilustraciones e imágenes tomadas de Google]

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