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EXODUS: DIOSES Y REYES (BÍBLICA - 2014).

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Año: 2014

Nacionalidad: EE.UU.

Director: Ridley Scott.

Reparto: Christian Bale, Joel Edgerton, Aaron Paul, Sigourney Weaver, Ben Kingsley, Emun Elliott, John Turturo, María Valverde, Anton Alexander, Indira Varma, Ben Mendelsohn, Golshiffteh Farahani, Hiam Abbass, Kevork Malikyan, Andrew Tarbet, Aaron Neil, Anna Savva, Barrie Martin, Gerard Monaco, Ghassan Massoud.

Género: Bíblica.

Sinopsis: Narra la historia de Moisés, un hombre de extraordinario valor que desafió al faraón Ramsés y liberó a 600.000 esclavos, que protagonizaron una épica y peligrosa huida a través de Egipto en busca de la Tierra Prometida.

[Información facilitada por Filmaffinity]


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Creo que todos conocemos la historia de Moisés, el joven hebreo que por instancia de Dios,  liberó a su pueblo de la esclavitud y la opresión ejercida por los egipcios durante 400 años. Primeramente, el faraón se negó en rotundo a dejar marchar a sus esclavos por lo que Dios decidió castigar a los egipcios enviando plagas que destruyeran sus cosechas, pudrieran a sus animales, envenenaran sus aguas e incluso matara a sus primogénitos. Tras una desgracia tras otra, el faraón accede a liberar a los hebreos quienes ponen rumbo a Canaán guiados por Moisés.

Si no es por la lectura de la Biblia o por aquellas clases de religión que recibíamos en el colegio, la mayoría de nosotros conoceremos la historia por aquella versión de Cecil B. DeMille, Los diez mandamientos, dirigida en 1956 e interpretada por Charlton Heston, una superproducción que obtuvo un Oscar a los Mejores Efectos Visuales y que, hipotéticamente, novelaba los acontecimientos recogidos en el Exodo, el segundo libro del Antiguo Testamento.

 

Los más pequeños seguro que conocerán la vida de Moisés por la película de animación, El príncipe de Egipto, que a pesar de ser infantil, refleja muy bien buena parte de lo que se narra en la Biblia y por lo tanto, dicho sea de paso, no es nada desdeñable. Pero hay más versiones y series de televisión de distinta nacionalidad.

Exodus: Dioses y Reyes de Ridley Scott, es una versión más. Quizás, sería mejor decir que es un remake de Los diez mandamientos, que, por desgracia, se queda corto y no supera a su antecesora ni por asomo. Pero es que además, se ha podado demasiado el argumento,eliminando escenas que le restan fuerza al guión. En cualquier caso hay que decir que tanto en una película como en otra hay notables diferencias con respecto al texto sagrado. Leído el Exodo, texto en el que se basan estas películas, hay que advertir que no se recoge ninguna profecía que hablara de un libertador de los esclavos. Lo que se menciona es que el pueblo israelita se multiplicaba muy rápidamente y por lo tanto se volvió muy poderoso, superando en número a los propios egipcios. Por temor a una rebelión, el faraón ordenó a las parteras lanzar al río a todos los nacidos varón, dejando con vida a las hembras. Pero las parteras desobedecieron la orden recibida.

Según se entiende, o al menos eso es lo que yo deduzco, Moisés fue criado por la hija del faraón pero siempre supo que era hebreo. 


«En aquellos días, cuando Moisés ya fue mayor, fue a visitar a sus hermanos, y comprobó sus penosos trabajos; vio también cómo un egipcio golpeaba a un hebreo, a uno de sus hermanos.  Miró a uno y otro lado, y no viendo a nadie, mató al egipcio y lo escondió en la arena». [Ex, 2-11 y 2-12]

Por temor a ser condenado a muerte por este hecho, Moisés huyó hacia Madián, donde conoció a Jetró y a sus siete hijas, entre las que figura Séfora, con la que se casó y tuvo un hijo, Guersom. Con ella y con su familia vivió largos años.

Cuando Moisés regresa a Egipto tras recibir las instrucciones de Dios, lo hace con su mujer y su hijo. Y en las ocasiones que tuvo audiencia con el faraón para pedirle que liberara al pueblo, no fue el interlocutor pues alegando que tenía poco poder de oratoria, Dios le encomendó tal misión a su hermano, Aaron. Ambos se presentaban ante el faraón, contando Moisés con 80 años y su hermano Aaron 83, siendo este último quien manifestaba los deseos de Dios. 

En total no fueron siete plagas sino diez. En ningún caso, las desgracias afectaban al pueblo hebreo que vivía en Gosen. El faraón jugaba a engañar a Moisés, prometiendo con cada plaga, dejar marchar al pueblo. Tras lo cual, Moisés solicitaba a Dios que cesara la desgracia, pero una vez que todo había vuelto a su cauce, el faraón daba marcha atrás e incumplía su promesa. Así una y otra vez, con cada plaga, hasta que con la muerte de su primogénito terminó por acceder.

Así pues, no todo lo que recoge la Biblia se narra en estas películas. Los guiones se amoldan a conveniencia, se adaptan, se omiten detalles, se añaden otros,... Todo con tal de recrear una historia que, en algunos pasajes, se aparta de la realidad.

El guión de Exodus se acerca al que ya vimos en Los diez mandamientos pero, como dije antes, elimina de un plumazo escenas fuertes y poderosas que le quitan parte de la intensidad al argumento.  Me refiero a todos los prodigios que Moisés realiza con su cayado, artilugio mágico que en la peli de Scott no deja de ser más que una simple vara.  Para colmo, en Exodus nos perdemos esa magnífica actuación de Charlton Heston separando las aguas del Mar Rojo, algo que en Exodus se muestra de manera descafeínada. 




Visualmente es interesante. Aunque os digo una cosa, la película de DeMille contaría con bastante menos presupuesto que esta y muchos menos recursos y en comparación con Exodus no está mal. Es cierto que las escenas de batalla y aquellas que muestran las consecuencias de las plagas están bien rodadas y son muy creíbles. También hay mucha profundidad en los planos con 4.000 extras, que se multiplican como los panes y los peces hasta convertirse en legión, los decorados están muy bien conseguidos. Nos parece estar viendo auténticas ciudades egipcias. Pero en cuanto al vestuario, el de aquella película no tiene nada que envidiarle al de esta. 


Respecto al reparto, Christian Bale (Moisés) se salva, de egipcio y de hebreo. En algunos momentos nos hace sentir su pesadumbre y desolación cuando se siente abandonado por Dios pero es inevitable compararlo con Charlton Heston (palabras mayores) y en la comparación Bale sale perdiendo. Heston era mucho Heston y el poder que desprendió en aquella película es difícilmente igualable. 

Lo mismo ocurre con Joel Edgerton (Ramsés), un papel que salvo por el maquillaje y por el brillo de sus ropajes deja mucho que desear. Incluso en el momento más trágico de su vida, cuando descubre que su hijo a muerto, no transmite absolutamente nada. Imposible equipararlo con Yul Brynner que cada vez que abría la boca templaba Egipto entero.




Pero si algo me ha dado rabia de verdad es comprobar lo desaprovechados que están Sigourney Weaver y Ben Kingsley, especialmente este último. Apenas tienen presencia. Hubiera estado bien destacar mucho más la maldad de Weaver en el papel de madre de Ramsés que ve como la sucesión de su hijo al trono de Egipto está en peligro. Y no digamos ya con Kingsley, interpretando al anciano Nun, del que apenas vemos un par de primeros planos. Una pena. 

¿Y por qué Dios se presenta ante Moisés como un niño?¿Por qué materializar en forma humana su divinidad? Mientras el Dios de DeMille posee una voz dulce que habla a Moisés con mimo y cariño, el de Scott es un Dios vengativo y cruel, al que no le importa hacer sufrir al propio pueblo hebreo con tal de conseguir lo que se propone. En este sentido sí se acerca más al que aparece en las Escrituras, aunque como dije antes, los hebreos jamás sufrieron las consecuencias de las plagas. Dios lanzó su furia y su rabia contra el pueblo egipcio y su faraón, por no acatar sus órdenes y en este largometraje lo vemos colérico y cruel, enfrentándose al propio Moisés y este, a su vez, a Él. Pero lo que me ha chirriado totalmente es ver cómo Dios le prepara una infusión a Moisés mientras este cincela las Tablas de la Ley. Una escena extraña que me ha chocado. 

Por último, desconocía que en esta superproducción apareciera María Valverde en el papel de Séfora, la esposa de Moisés. No tiene mucho texto porque de la vida de Moisés junto a la hija de Jetró se muestra lo sucinto pero lo poco que sale resulta convincente.

Sobre otros aspectos, la banda sonora no está mal, la fotografía es bonita en algunas escenas, y las localizaciones, por si no lo sabéis, se sitúan en Almería y las Islas Canarias. En este vídeo se os explica.





En definitiva, mirando una y otra, si me paro a comparar tengo que reconocer que me esperaba mucho más de este largometraje de Scott, tan maravilloso en Gladiator, por ejemplo, y tan aburrido en Prometheus, por ejemplo. Más allá de esos aspectos negativos que he comentado, la película se deja ver pero si tengo que ser sincera, me quedo con Los diez mandamientos y su escasos recursos de 1956 o ya puestos, con los dibujitos de Dreamwork en El príncipe de Egipto. 




«En la batalla, un guía será salvado 
y su salvador algún día será el que guíe».






[Ilustraciones e imágenes tomadas de Google]

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