Juan Francisco Ferrándiz nació en Concentaina (Alicante) en 1971. Es licenciado en Derecho y actualmente ejerce como abogado en Valencia. Su anterior novela, Las horas oscuras (Grijalbo, 2012), fue toda una revelación en la narrativa épica, con gran éxito de crítica y de lectores. La llama de la sabiduría supone su consagración en el género de la ficción histórica.
«Juan Francisco Ferrándiz resucita la épica más pura con la magna Las horas oscuras, una novela que homenajea sin complejos la emblemática El nombre de la rosa de Eco».El Mundo.
Sinopsis
¿Tienen alma las mujeres?
Así es como todo empezó, con esa pregunta.
Valencia, finales del siglo XV. En una época en que la mujer era considerada un ser sin alma, una joven decide sacar adelante el hospital fundado por sus padres, ahora asediado por las deudas y por una misteriosa conspiración.
En la opulenta Valencia del siglo XV, una joven mujer emprende su propia lucha para preservar el legado de sus padres: En Sorell, un hospital célebre por atender a los más desposeídos. Acosada por leyes injustas y por los poderes fácticos de la ciudad, ella pronto comprenderá que se enfrenta a algo más peligroso que la incomprensión o la intolerancia. Porque una sombra letal se pasea impune por la ciudad dispuesta a propagar la muerte entre quienes se atrevan a desafiarla, entre todos aquellos que conocen los verdaderos secretos del hospital y de la extraordinaria mujer que lo fundó.
Una novela ambiciosa y apasionante, llena de acción e intriga, que nos habla del valor de unas mujeres cuyo único pecado fue defender su dignidad en un mundo que las consideraba seres moralmente defectuosos... Seres sin alma.
[Biografía y sinopsis tomadas directamente del ejemplar]
Tremenda suerte estoy teniendo últimamente con mis lecturas. No había leído nada de Juan Francisco Ferrandíz aunque por casa sí pasó Las horas oscuras pero no cayeron en mis manos. El autor alicantino vuelve a publicar y esta vez construye para nosotros una historia llena de grandes mujeres, féminas que alzan la voz, que se rebelan contra la costumbre, que tienen anhelos, sueños, deseos,... y nada las amedrenta. Todo ello en un contexto histórico que nos muestra el esplendor de la Valencia del siglo XV y también todas sus desdichas, como la riada del Turia, la llegada de la peste,... Digo bien, cuando os hablo de lo afortunada que estoy siendo últimamente con las novelas que caen en mis manos. La llama de la sabiduría es una de ellas y con su autor pude sentarme a hablar hace unos días. Esto es lo que nos contó.
Marisa G.- Juan Francisco yo no he leído Las horas oscuras aunque sí he leído muy buenas opiniones de ese libro. Tengo entendido que aquella fue tu primera novela pero claro, eso no quiere decir que fuera la primera novela que escribiste. Escritura y publicación no van siempre de la mano, ¿verdad?
Juan F.F.- Cierto. Y en mi caso Las horas oscuras fue mi segunda novela. En el año 2003 publiqué una novela que se llamaba Secretum Templi, pero la escribí en valenciano y la publiqué con una editorial muy pequeña de aquella zona, que por cierto ha desaparecido ya. La verdad es que funcionó muy bien pero claro, al estar escrita en valenciano, su ámbito fue más local. Encima ahora que la editorial ha desaparecido, el libro es más difícil de encontrar. Pero todavía hoy, en algunos libros de texto de la ESO en valenciano, se pueden encontrar fragmentos de aquel libro para que los niños hagan comentarios de texto. Por lo tanto, fue un libro que tuvo su aceptación. Aquella novela es la que me dio a mí la seguridad suficiente como para seguir contando historias. Y así seguí con Las horas oscuras, ambientadas en el mundo celta, pero esta vez en castellano y conseguí entrar en Grijalbo y la novela de ahora es la consecuencia de aquella. Así que las tres que he escrito, las tres han sigo publicadas.
M.G.- Sobre Las horas oscuras me ha surgido una duda. Yo tenía cierta idea sobre su argumento pero al leer la solapa interior de esta última novela de la que hablamos hoy, he leído un titular de El Mundo que dice: «...una novela que homenajea sin complejos la emblemática El nombre de la rosa de Eco». Esta frase me ha desorientado un poco porque bueno, no tenía yo constancia de que el argumento de Las horas oscuras fuera un homenaje a El nombre de la rosa.
J.F.F.- Bueno, en principio, no tiene más vinculación que la ambientación porque el argumento transcurre en un monasterio y hay una serie de intrigas que giran en torno a ese lugar que, además es medieval. Tal vez, un monasterio de por sí conlleva unas connotaciones como la penumbra, las piedras, los monjes con los hábitos,... y puede que eso nos pueda llevar a establecer relaciones con otros libros o películas, porque, además, yo trato que mi escritura sea muy visual e intento traspasar a papel todo lo que imagino. En cualquier caso, yo me siento halagado con esa crítica y que relacionen una novela mía con Umberto Eco y encima sea El nombre de la rosa, imagínate... Una novela que para mí es magistral.
M.G.- Al margen de aquella que escribiste con la editorial pequeña, las dos últimas las publicas con Grijalbo. A mí siempre me ha parecido que los grandes sellos son reticentes a apostar por los autores noveles, no sé si la cosa está cambiando o no es así.
J.F.F.- Cuando termino Las horas oscuras y la reviso bien, busqué editoriales, como miles de autores hacen, y leí que Grijalbo, dentro de su política de edición, apostaba por valores nóveles, así que la mandé, ¿por qué no? Pero, ¿por qué me escogieron? Pues mira, algo verían en el texto pero también te digo que posiblemente dio la casualidad de que en ese momento buscaban ese tipo de novela. Aquí pasa como todo en la vida, al final todo se reduce a estar en el momento justo y en el lugar oportuno. A lo mejor esa novela llega un año antes o un año después y lo mismo ni se publica. De igual modo, lo mismo alguien está escribiendo ahora lo que va a ser el gran best-seller del 2018 y ni siquiera sabe que lo será en su momento.
A mí me pasó algo muy curioso. Yo no tengo agente literario, lo mío fue una propuesta personal. Mandé la novela a la editorial y quería también mandarla a otras, pero tuve una punta de trabajo muy grande y me olvidé. Recuerdo que un día iba en el coche volviendo a casa y me puse a pensar en la novela, que la había enviado hacía tres meses y no había tenido noticias, y volví a plantearme enviarla a más editoriales. Recuerdo que iba pensando que ese fin de semana tenía que comprar folios, tinta de impresora,... todo lo necesario para imprimir varias copias del manuscrito. Casualidad que al día siguiente, suena mi teléfono, descuelgo y sale una voz muy plana que me dice que llama de la editorial Grijalbo. Yo al principio no lo entendí bien y pensé que era alguna empresa que me quería vender algún producto de telefonía o algo y estuve a punto de colgar, pero en esto que la palabra «editorial» hizo que conectara la neurona y ya me puse tan nervioso que el chico de la editorial reaccionó también y ya nos pusimos como locos a hablar. Me dio un sofocón. Y a partir de ahí, pues subí a Barcelona, conocí la editorial y organizamos la edición. Pero fue algo sorprendente. Así que yo siempre he pensado que eso me tenía que tocar a mí y así fue, como otras cosas le tocan a otras personas.
M.G.- Bueno, pues hablemos de la novela. La llama de la sabiduría narra parte de la vida de una mujer, Irene Bellvent, casi una heroína, que tiene el propósito de mantener abierto un hospital, En Sorell, para personajes con pocos recursos y que ya regentaban sus padres en Valencia. Esto es la base del argumento, pero aquí ocurren muchas más cosas, ¿no?
J.J.F.- Sí. Esta novela, como bien has dicho, es la historia de una heroína. Tendemos a pensar que es un anacronismo que, en aquellos años, una mujer pudiera tirar adelante con lo que dijéramos sus sueños, pero no es así. El germen de esta novela está en el descubrimiento que he hecho, el rascar en la historia y encontrarme con mujeres como Irene Bellvent. Es increíble la cantidad de restos de biografías que nos quedan sobre mujeres que dijeron «no» en esa época y en otras anteriores. Pese a toda la presión, a los escasos derechos jurídicos, a la situación social,... se enfrentaron y fueron adelante. Y ya no hablo de reinas o nobles, sino de taberneras, de mujeres que se dedicaban a comerciar con telas,... Ellas están ahí, y de alguna manera Irene aglutina un montón de biografías de mujeres desconocidas que fueron capaces de hechos muy grandes, más allá de los tres caminos que podían seguir: el convento, el matrimonio o la mancebía. Y el matrimonio solo para parir hijos. Por suerte, hubo mujeres que dijeron «no» pero, lamentablemente conocemos poco de ellas. Lo que he pretendido es contar y aglutinar esa parte de sus historias.
M.G.- Tu novela se puede entender como una novela de grandes mujeres porque no solamente la protagoniza Irene Bellvent si no que también está Caterina, que es otra mujer de armas tomar, e incluso la madre de Irene, Elena de Mistra, una mujer con grandes conocimientos que procede de Constantinopla y funda La Academia de las Sibilas, de la que me gustaría que me hablaras.
J.J.F.- Mira, la novela tiene varios planos. Por un lado, la trama con Irene que intenta desentrañar el misterio en torno a su madre, de la cual sabe poco. Y por otro lado, está el plano que yo quería transmitir en forma de enseñanza. Como sabes, la novela está estructurada en siete partes, siete lecciones (Lectio), que de alguna forma refleja el crecimiento personal de Irene. ¿Cuál es el plano que yo quería destacar? ¿Qué era para mí lo más sorprendente y lo que me inspiró a escribir esta novela? Pues fue el descubrimiento del mayor enigma del pensamiento occidental. Todos nos preguntamos si Jesús estuvo casado con María Magdalena o no, dónde está el Santo Grial, tal... Hay muchos enigmas por los que la gente puede sentir curiosidad pero para mí el mayor enigma es saber cómo hemos llegado a preguntarnos si las mujeres tienen alma. El libro se inicia así y yo no pretendo contestar a esa pregunta porque me parece absurda, pero ¿cómo hemos llegado a hacernos esa pregunta?
En la mitología, los mitos han ido cambiando. Por ponerte un ejemplo, en el drama de Leda, lo que en principio era un baile entre el dios y la diosa, de repente se torna en la violación de Zeus a la diosa. Otro ejemplo, fíjate lo que pasó con Helena de Troya. Nada, nada,... la mujer mejor en casa y siempre fiel, como fue Penélope, que estuvo diez años metida en casa mientras Ulises andaba por ahí. Y si la mujer tiene que demostrar valor, que lo haga dando su vida por el marido, como lo hizo Alcestis. ¿Entiendes por dónde voy? Se tiende a arrinconar a la mujer.
Esto en cuanto a mitología, pero si te vas a la teología, resulta que encontramos restos de un texto muy antiguo, el Targum Neofiti, que narra que Dios creó el mundo y aparece la sabiduría como un ente femenino. De hecho, hay representaciones muy antiguas que muestran el Espíritu Santo con forma de mujer. A este respecto hay incluso documentos escritos por religiosas en activo. No hay nada de esoterismo ni similar. Pero llega el Concilio de Trento y hace desaparecer esas representaciones e instaura la paloma como imagen del Espíritu Santo.
En la mitología, los mitos han ido cambiando. Por ponerte un ejemplo, en el drama de Leda, lo que en principio era un baile entre el dios y la diosa, de repente se torna en la violación de Zeus a la diosa. Otro ejemplo, fíjate lo que pasó con Helena de Troya. Nada, nada,... la mujer mejor en casa y siempre fiel, como fue Penélope, que estuvo diez años metida en casa mientras Ulises andaba por ahí. Y si la mujer tiene que demostrar valor, que lo haga dando su vida por el marido, como lo hizo Alcestis. ¿Entiendes por dónde voy? Se tiende a arrinconar a la mujer.
Esto en cuanto a mitología, pero si te vas a la teología, resulta que encontramos restos de un texto muy antiguo, el Targum Neofiti, que narra que Dios creó el mundo y aparece la sabiduría como un ente femenino. De hecho, hay representaciones muy antiguas que muestran el Espíritu Santo con forma de mujer. A este respecto hay incluso documentos escritos por religiosas en activo. No hay nada de esoterismo ni similar. Pero llega el Concilio de Trento y hace desaparecer esas representaciones e instaura la paloma como imagen del Espíritu Santo.
Pues bien, he hablado de mitología, de religión, pero a nivel de filosofía también ocurre. El padre del pensamiento occidental fue Parménides, a quien una serie de mujeres, llamadas Las Conocedoras, se lo llevan a una cueva y allí habla con las diosas y escribe un poema, del que apenas quedan fragmentos, que inspiró a Aristóteles. Sócrates, otro padre de la filosofía, su maestra fue una sacerdotisa, Diotima. Con todo esto, lo que te quiero decir es que mire a donde mire, veo mujeres y una esencia femenina desde la Antigüedad. ¿Cómo es posible que luego se planteen si las mujeres tienen alma o no? Si ellas fueron las custodias y las portadoras de la sabiduría de los filosófos, un sabiduría que no es solo el conocimiento en sí, si no un ente, era el Ruha que llamaban los hebreos, que es el espirítu de Dios y que tenía ámbito femenino. Bueno, pues todo esto es el otro plano de la novela. Me gustaría que todos descubriéramos a Irene porque cuando yo lo hice fue una auténtica iniciación para mí. Si siempre se ha hablado de los pitagóricos ¿por qué no se habla también de las pitagóricas? De hecho se conservan pequeños textos en los que se dicen que la virtud o la necedad no es una cuestión de género sino una cuestión personal, que no tiene nada que ver con ser hombre o mujer. ¿Y todo esto por qué no me lo dijo nadie cuando estaba en el instituto estudiando Filosofía? ¿Por qué nadie habla de las trovadoriis, las mujeres trovadoras que también las había? Ya está bien. El mito patriarcal es algo que nos insertaron desde el tiempo de los griegos, que hemos ido manteniendo y que nadie, ni los teólogos ni los filósofos, ha querido romper. Creo que ya es hora de despertar. En el momento en que logremos quitarnos ese arquetipo patriarcal e insertar un arquetipo basado en el respeto seguramente ayudaremos mucho en el tema de la violencia de género. Se hacen muchas leyes, derechos y juzgados pero habría que ver qué modelo educativo se está mostrando a los hijos en las casas, si siguen ese modelo en el que el hombre está un paso por encima de la mujer. Mientras no reinsertemos en las mentes una idea de respeto, no lograremos llegar a ese nivel que todos queremos.
M.G.- Pero es que hoy en día, todavía hay mujeres que piensan que el hombre está por encima de ellas... Es algo terrorífico.
J.J.F.- Es que los mitos y los arquetipos en la mente humana es más más poderoso de lo que pensamos. Es que eso está inserto en lo más profundo de nuestra mente. Algo más tendremos que hacer a nivel de educación, porque las leyes valen, que si alguien pega una torta que lo pague, pero hay que conseguir que ese que pega la torta se sienta mal, se mire al espejo y se sienta un monstruo y que sus amigos alrededor lo vean así.
En cierto modo, la novela conecta con la actualidad. Bueno es una novela histórica que lo que pretende es entretener pero yo sí quería que esas lectios que recibe Irene, nos sirvieran también a nosotros para darnos cuenta cómo los modelos que tenemos no es algo connatural al ser humano sino artificial. Se insertaron, no sabemos muy bien por qué, si por medio de invasiones indoeuropeas o qué,... pero ahí siguen, y tanto la religión como la filosofía le ha dado una cobertura que ha permitido que llegue hasta nuestros días.
Las sufragistas del siglo XIX empezaron a luchar por los derechos de la mujer y hemos avanzado mucho a nivel de derechos, lo cual está muy bien, pero tenemos que avanzar también a nivel de psique interior, que es lo que hará que, en una o dos generaciones, la violencia de género se vea como una aberración.
M.G.- Comentas que la novela es histórica, la editorial la cataloga como ficción histórica. ¿Dónde acaba la historia y comienza la ficción?
J.J.F.- Bueno, ahí entra en juego el problema de la nomenclatura. ¿Qué es novela histórica y qué es ficción histórica? La novela es una ficción histórica porque los personajes principales y la historia propiamente es ficción. Ahora bien, yo inserto mi ficción dentro de un contexto histórico con personajes reales, que hay muchísimos en la novela como Lluis Alcanyis que fue médico, sor Isabel de Villena, Estefanía Carrós y Mur que es la institutriz de Irene y aunque no sale como protagonista propiamente sí se hace referencia a su persona. Este personaje fue una nobilísima porque su padre fue virrey de Cerdeña y ella decidió no casarse y dedicarse a ser institutriz de chicas. Algo que probablemente le causó más de un problema porque la soltería, en aquel entonces, como que no. Pero ella resistió y optó por dedicarse a la enseñanza toda su vida. Me pareció interesante hablar de ella como ejemplo, uno más, de esas mujeres que fueron a contracorriente en su época. Es que había muchas mujeres así, existieron, y tan solo rascando un poquito en la historia salen a la luz.
M.G.- Y tú rascas en la historia de Valencia, en su siglo XV. Si te digo la verdad creo que es la primera novela que leo sobre Valencia en esa época. Se ha escrito mucho sobre Madrid, Barcelona, Sevilla... No sé si la novela surge así o tú buscas escribir una historia enclavada en tu Valencia a propósito.
J.J.F.- Mira, ahí he hecho una apuesta y la editorial también. Las ciudades que despiertan atractivo, quizás más a fuerza de costumbre, son Madrid, Barcelona y Sevilla. Sin embargo, en esa época concreta, la ciudad más potente de España durante unos años fue Valencia porque en el año 1453 se produce la invasión de los turcos sobre Constantinopla, entonces el comercio mediterráneo bascula hacia occidente y una década y poco más antes se había producido la guerra civil catalana entre el rey Juan II y la Diputación catalana. Entonces Barcelona estaba en situación de postguerra y Valencia supo aprovechar esas circunstancias y la ciudad se llenó de genoveses, de venecianos,... Fue una época de esplendor y de hecho se considera que el siglo de oro de las letras valencianas fue en esa época con Tirante el Blanco,... Luego también se construyeron importantes edificios como la Lonja de la Seda. Así que yo creo que se merecía una novela así aunque no es una loa a Valencia, ni mucho menos. Valencia es solo el escenario. Pero le propuse a la editora ambientarla en Valencia y le pareció bien. Pensé que podía ser novedoso.
M.G.- Y lo es. Madrid, Barcelona y Sevilla están ya muy trabajadas.
J.J.F.- De todos modos la novela contiene algunas escenas que ocurren fuera de Valencia. Algunas situaciones se desarrollan en Baza porque claro, no podemos estar hablando de esa época sin que se comente lo que estaba sucediendo en otros lugares como la conquista del reino de Granada. Y en la novela se narra uno de los capítulos vitales que fue la toma de Baza que abrió camino hacia el sitio de Granada. La escena de la novela se desplaza a ese lugar.
En Baza estuve varios días documentándome para tratar de imaginarme lo que ocurrió allí. Yo siempre digo que esta novela es de fantasmas porque, aunque en el argumento no hay fantasmas, yo los veo. Me fui a Baza y me imaginé todo lo que tuvo que liar el rey Fernando y sus huestes. Fue bonito estar allí e imaginarse la angustia de los árabes rodeados de treinta mil o cuarenta mil soldados cristianos,...
M.G.- Una documentación que habrá sido exhaustiva pero imagino que, siendo tú abogado, habrá sido especialmente interesante indagar sobre el sistema judicial de entonces con aquellos justicias criminales, los delitos y las condenas de la época.
J.J.F.- Sí, a mí es que todo me provoca curiosidad y buscar, por ejemplo, en los Fueros, las leyes como la Endoploratio, las instituciones que salen en la novela, cómo se regulaban..., todo eso es muy, muy curioso. Si has tenido formación jurídica, ves esa semejanza que hay con el Derecho Romano y cómo muchos Fueros heredan las instituciones básicas del Derecho Romano. Todo esto te lo explicaban en la facultad pero solo cuando te metes en harina es cuando ves que las cosas son tan y como te las han explicado.
Por otro lado, también es interesante el sistema asistencial que tenía una ciudad medieval, en este caso Valencia pero seguro que existía en otras ciudades. Ese abogado y procurador de pobres o una figura, que se cree que es genuina de Valencia, y que se llama el afermamossos. Literalmente vendría ser algo así como el recoge-mozos, un oficial del Consejo de la ciudad que se dedicaba a recoger adolescentes y jóvenes que mendigaban o delinquían por las calles. Eran sacados de la calle y puestos al servicio de un maestro o de un artesano, como aprendiz. O las didas que se dedicaban a amamantar a los expósitos que eran abandonados en las puertas de las parroquias, aunque esto no es tan raro y hasta hace relativamente poco seguía existiendo... En fin, había todo un sistema institucional que tiene cierto paralelismo con la asistencia sanitaria actual.
M.G.- Y la última pregunta. Las horas oscuras funcionó muy bien. Y no sé si te ha llegado ya algún feedback sobre cómo va funcionando esta nueva novela.
J.J.F.- No, ¿sabes qué pasa? La novela lleva como doce o trece días en la calle. De hecho, la primera promoción la hice en Valencia y la segunda aquí y no me ha dado lugar a recibir ninguna información sobre la opinión de los lectores. La maquinaria está empezando ahora pero de momento la novela es un tanto desconocida. Así que todavía no sé cómo va. Espero que vaya bien, aunque son tiempos difíciles. Las ventas de libros han caído en general. Ya, en el 2012 cuando salió Las horas oscuras la cosa andaba regular y desde entonces han seguido cayendo las ventas, pero yo tengo esperanza de que a la gente le guste.
M.G.- Si te vale mi opinión, yo la estoy disfrutando mucho. Además es una novela en la que ocurren tantísimas cosas... De una situación saltamos a otra y luego hay muchos misterios, como esa mujer de negro llamada Gonstaça de Monreale que me tiene totalmente intrigada.
J.J.F.- Yo he tratado de trabajarme mucho eso. Soy consciente de que la mayoría de lectores lo que quiere es distraerse y, aunque hemos hablado de filosofía, de teología y tal, tampoco quiero que quede la idea de que esta novela es una novela erudita, solo apta para historiadores, grandes pensadores,... No. Yo soy una persona que quiero distraerme y extraer entretenimiento de una novela y si aprendo, pues mucho mejor. He tratado de que tenga un estilo ágil. Si había dos adjetivos y puedo construir la frase con uno, pues mejor que con dos. Que sea fácil de leer. Incluso creo que esta novela es más fácil de leer que Las horas oscuras porque me lo he trabajado más. He hecho más correcciones pesando en eso mismo y simplificando frases,... Y , si detrás de ese placer que todos buscamos, vienen esas enseñanzas, esas lectios y esa posible reflexión que nos traslada al mundo actual y ayuda a plantearnos ciertas cuestiones, pues mejor. Pero eso que venga después. Lo primero es disfrutar y conocer algo más sobre las mujeres, el ámbito femenino,...
M.G.- Sobre Valencia...
J.J.F.- Y sobre Valencia, exacto. Esa era mi intención. Luego ya vendrá el lector que es realmente el juez.
M.G.- Pues a mí me está gustando. La estoy terminando. Me queda muy poco y la historia es muy interesante. Así que te deseo que tengas mucha suerte y espero que la novela funcione muy bien.
J.J.F.- Gracias a vosotros.
Y hasta aquí lo que nos contó Juan Francisco Ferrandiz sobre su nueva novela que cuenta con un argumento, a mi juicio, de lo más interesante pero sobre eso ya os daré todos los detalles cuando publique la reseña en breve.
M.G.- Pero es que hoy en día, todavía hay mujeres que piensan que el hombre está por encima de ellas... Es algo terrorífico.
J.J.F.- Es que los mitos y los arquetipos en la mente humana es más más poderoso de lo que pensamos. Es que eso está inserto en lo más profundo de nuestra mente. Algo más tendremos que hacer a nivel de educación, porque las leyes valen, que si alguien pega una torta que lo pague, pero hay que conseguir que ese que pega la torta se sienta mal, se mire al espejo y se sienta un monstruo y que sus amigos alrededor lo vean así.
En cierto modo, la novela conecta con la actualidad. Bueno es una novela histórica que lo que pretende es entretener pero yo sí quería que esas lectios que recibe Irene, nos sirvieran también a nosotros para darnos cuenta cómo los modelos que tenemos no es algo connatural al ser humano sino artificial. Se insertaron, no sabemos muy bien por qué, si por medio de invasiones indoeuropeas o qué,... pero ahí siguen, y tanto la religión como la filosofía le ha dado una cobertura que ha permitido que llegue hasta nuestros días.
Las sufragistas del siglo XIX empezaron a luchar por los derechos de la mujer y hemos avanzado mucho a nivel de derechos, lo cual está muy bien, pero tenemos que avanzar también a nivel de psique interior, que es lo que hará que, en una o dos generaciones, la violencia de género se vea como una aberración.
M.G.- Comentas que la novela es histórica, la editorial la cataloga como ficción histórica. ¿Dónde acaba la historia y comienza la ficción?
J.J.F.- Bueno, ahí entra en juego el problema de la nomenclatura. ¿Qué es novela histórica y qué es ficción histórica? La novela es una ficción histórica porque los personajes principales y la historia propiamente es ficción. Ahora bien, yo inserto mi ficción dentro de un contexto histórico con personajes reales, que hay muchísimos en la novela como Lluis Alcanyis que fue médico, sor Isabel de Villena, Estefanía Carrós y Mur que es la institutriz de Irene y aunque no sale como protagonista propiamente sí se hace referencia a su persona. Este personaje fue una nobilísima porque su padre fue virrey de Cerdeña y ella decidió no casarse y dedicarse a ser institutriz de chicas. Algo que probablemente le causó más de un problema porque la soltería, en aquel entonces, como que no. Pero ella resistió y optó por dedicarse a la enseñanza toda su vida. Me pareció interesante hablar de ella como ejemplo, uno más, de esas mujeres que fueron a contracorriente en su época. Es que había muchas mujeres así, existieron, y tan solo rascando un poquito en la historia salen a la luz.
M.G.- Y tú rascas en la historia de Valencia, en su siglo XV. Si te digo la verdad creo que es la primera novela que leo sobre Valencia en esa época. Se ha escrito mucho sobre Madrid, Barcelona, Sevilla... No sé si la novela surge así o tú buscas escribir una historia enclavada en tu Valencia a propósito.
J.J.F.- Mira, ahí he hecho una apuesta y la editorial también. Las ciudades que despiertan atractivo, quizás más a fuerza de costumbre, son Madrid, Barcelona y Sevilla. Sin embargo, en esa época concreta, la ciudad más potente de España durante unos años fue Valencia porque en el año 1453 se produce la invasión de los turcos sobre Constantinopla, entonces el comercio mediterráneo bascula hacia occidente y una década y poco más antes se había producido la guerra civil catalana entre el rey Juan II y la Diputación catalana. Entonces Barcelona estaba en situación de postguerra y Valencia supo aprovechar esas circunstancias y la ciudad se llenó de genoveses, de venecianos,... Fue una época de esplendor y de hecho se considera que el siglo de oro de las letras valencianas fue en esa época con Tirante el Blanco,... Luego también se construyeron importantes edificios como la Lonja de la Seda. Así que yo creo que se merecía una novela así aunque no es una loa a Valencia, ni mucho menos. Valencia es solo el escenario. Pero le propuse a la editora ambientarla en Valencia y le pareció bien. Pensé que podía ser novedoso.
M.G.- Y lo es. Madrid, Barcelona y Sevilla están ya muy trabajadas.
J.J.F.- De todos modos la novela contiene algunas escenas que ocurren fuera de Valencia. Algunas situaciones se desarrollan en Baza porque claro, no podemos estar hablando de esa época sin que se comente lo que estaba sucediendo en otros lugares como la conquista del reino de Granada. Y en la novela se narra uno de los capítulos vitales que fue la toma de Baza que abrió camino hacia el sitio de Granada. La escena de la novela se desplaza a ese lugar.
En Baza estuve varios días documentándome para tratar de imaginarme lo que ocurrió allí. Yo siempre digo que esta novela es de fantasmas porque, aunque en el argumento no hay fantasmas, yo los veo. Me fui a Baza y me imaginé todo lo que tuvo que liar el rey Fernando y sus huestes. Fue bonito estar allí e imaginarse la angustia de los árabes rodeados de treinta mil o cuarenta mil soldados cristianos,...
M.G.- Una documentación que habrá sido exhaustiva pero imagino que, siendo tú abogado, habrá sido especialmente interesante indagar sobre el sistema judicial de entonces con aquellos justicias criminales, los delitos y las condenas de la época.
J.J.F.- Sí, a mí es que todo me provoca curiosidad y buscar, por ejemplo, en los Fueros, las leyes como la Endoploratio, las instituciones que salen en la novela, cómo se regulaban..., todo eso es muy, muy curioso. Si has tenido formación jurídica, ves esa semejanza que hay con el Derecho Romano y cómo muchos Fueros heredan las instituciones básicas del Derecho Romano. Todo esto te lo explicaban en la facultad pero solo cuando te metes en harina es cuando ves que las cosas son tan y como te las han explicado.
Por otro lado, también es interesante el sistema asistencial que tenía una ciudad medieval, en este caso Valencia pero seguro que existía en otras ciudades. Ese abogado y procurador de pobres o una figura, que se cree que es genuina de Valencia, y que se llama el afermamossos. Literalmente vendría ser algo así como el recoge-mozos, un oficial del Consejo de la ciudad que se dedicaba a recoger adolescentes y jóvenes que mendigaban o delinquían por las calles. Eran sacados de la calle y puestos al servicio de un maestro o de un artesano, como aprendiz. O las didas que se dedicaban a amamantar a los expósitos que eran abandonados en las puertas de las parroquias, aunque esto no es tan raro y hasta hace relativamente poco seguía existiendo... En fin, había todo un sistema institucional que tiene cierto paralelismo con la asistencia sanitaria actual.
M.G.- Y la última pregunta. Las horas oscuras funcionó muy bien. Y no sé si te ha llegado ya algún feedback sobre cómo va funcionando esta nueva novela.
J.J.F.- No, ¿sabes qué pasa? La novela lleva como doce o trece días en la calle. De hecho, la primera promoción la hice en Valencia y la segunda aquí y no me ha dado lugar a recibir ninguna información sobre la opinión de los lectores. La maquinaria está empezando ahora pero de momento la novela es un tanto desconocida. Así que todavía no sé cómo va. Espero que vaya bien, aunque son tiempos difíciles. Las ventas de libros han caído en general. Ya, en el 2012 cuando salió Las horas oscuras la cosa andaba regular y desde entonces han seguido cayendo las ventas, pero yo tengo esperanza de que a la gente le guste.
M.G.- Si te vale mi opinión, yo la estoy disfrutando mucho. Además es una novela en la que ocurren tantísimas cosas... De una situación saltamos a otra y luego hay muchos misterios, como esa mujer de negro llamada Gonstaça de Monreale que me tiene totalmente intrigada.
J.J.F.- Yo he tratado de trabajarme mucho eso. Soy consciente de que la mayoría de lectores lo que quiere es distraerse y, aunque hemos hablado de filosofía, de teología y tal, tampoco quiero que quede la idea de que esta novela es una novela erudita, solo apta para historiadores, grandes pensadores,... No. Yo soy una persona que quiero distraerme y extraer entretenimiento de una novela y si aprendo, pues mucho mejor. He tratado de que tenga un estilo ágil. Si había dos adjetivos y puedo construir la frase con uno, pues mejor que con dos. Que sea fácil de leer. Incluso creo que esta novela es más fácil de leer que Las horas oscuras porque me lo he trabajado más. He hecho más correcciones pesando en eso mismo y simplificando frases,... Y , si detrás de ese placer que todos buscamos, vienen esas enseñanzas, esas lectios y esa posible reflexión que nos traslada al mundo actual y ayuda a plantearnos ciertas cuestiones, pues mejor. Pero eso que venga después. Lo primero es disfrutar y conocer algo más sobre las mujeres, el ámbito femenino,...
M.G.- Sobre Valencia...
J.J.F.- Y sobre Valencia, exacto. Esa era mi intención. Luego ya vendrá el lector que es realmente el juez.
M.G.- Pues a mí me está gustando. La estoy terminando. Me queda muy poco y la historia es muy interesante. Así que te deseo que tengas mucha suerte y espero que la novela funcione muy bien.
J.J.F.- Gracias a vosotros.
Y hasta aquí lo que nos contó Juan Francisco Ferrandiz sobre su nueva novela que cuenta con un argumento, a mi juicio, de lo más interesante pero sobre eso ya os daré todos los detalles cuando publique la reseña en breve.
[Ilustraciones e imágenes tomadas de Google]