Editorial: Espasa.
Fecha publicación: marzo, 2015.
Nº Páginas: 320.
Precio: 19,90 €
Género: Narrativa.
Autora
Belén Barroso (Madrid, 1970), después de muy variados colegios, trabajos, casas y muchas lecturas, tuvo una iluminación: debía dedicarse a escribir humor. No: nadie advierte de que la lectura encierra tamaños peligros.
Un día le dijeron: «¿Por qué no escribes un blog?». Y lo escribió.
Otro día: «¿Y por qué no escribes un libro?». Y lo escribió.
Y ahora que ha escrito el libro, le han dicho: «¿Por qué no te conviertes en una autora superventas?» Ahí lo dejó.
Sinopsis
Querida lectora, lector, o dependiente de la librería que está colocando el libro: ¿Eres tú una de esas miles de personas que se emocionan cuando se habla de tacitas de té, vestidos de corte imperio y damas de compañía? ¿Te gustaría tener una tenacilla para los rizos y poner «Mr. Darcy» en todas las hojas de tu carnet de baile? ¿Dónde se podrá encontrar hoy en día un carnet de baile? ¿Y un Mr. Darcy?
¿Qué te parecería entonces una historia que transcurre en Pasley Manors, una mansión en medio de la campiña inglesa (¿dónde si no?), protagonizada por una joven y rica heredera que ahora mismo está escribiendo una carta sentada frente a la ventana, a través de la cual cree vislumbrar su futuro y al lechero aguando su mercancía?
Aquí la tienes, servida, por supuesto, en bandeja de plata abrillantada hasta hacer daño en los ojos por el imponente mayordomo de Pasley Manors. Gracias, Branson, eso es todo, puede retirarse.
Mónica del blog Serendipia, junto con From Isi, organizó una lectura conjunta sobre esta novela allá por el mes marzo. Me apunté a la iniciativa pero fueron momentos turbulentos y no pude cumplir. Confesiones de una heredera con demasiado tiempo libre se perfilaba como una novela divertida y fresca a la que me apetecía acercarme pero no lo pude hacer hasta finales de junio, unos días previos a la intervención quirúrgica que tenía programada. Necesitaba despejarme la cabeza, lanzarme a una lectura simpática y llena de humor y elegí la novela de Belén Barroso para pasar los malos tragos previos al quirófano, en plan lectura anestésica.
[Biografía y sinopsis tomadas directamente del ejemplar]
Mónica del blog Serendipia, junto con From Isi, organizó una lectura conjunta sobre esta novela allá por el mes marzo. Me apunté a la iniciativa pero fueron momentos turbulentos y no pude cumplir. Confesiones de una heredera con demasiado tiempo libre se perfilaba como una novela divertida y fresca a la que me apetecía acercarme pero no lo pude hacer hasta finales de junio, unos días previos a la intervención quirúrgica que tenía programada. Necesitaba despejarme la cabeza, lanzarme a una lectura simpática y llena de humor y elegí la novela de Belén Barroso para pasar los malos tragos previos al quirófano, en plan lectura anestésica.
Confesiones de una heredera con demasiado tiempo libre es una novela epistolar, un conjunto de misivas que una joven protagonista, cuyo nombre de pila conoceremos al final pero de apellido tan rimbombante como Hawthornetone-Williamsmith, remite a su amiga Edwina, una antigua compañera de internado para narrarle todos los avatares, acontecimientos, chismorreos, noticias,... que, con mayor o menor transcendencia, transcurren en Langfalls Upon Avon, un bonito pueblo de la campiña británica en el que residen, en el condado de Somerset.
Las cartas no están datadas pero por lo que se narran en ellas es obvio que el argumento se encuadra dentro de la época victoriana, el mismo contexto en el que se sitúan las novelas de Jane Austen, fuente de la que este libro bebe aunque sea para presentarla desde una perspectiva humorística.
Y sin que podamos leer alguna carta de respuesta de Edwina (solo se harán breves referencias al contenido de las mismas), nuestra joven protagonista narrará con todo lujo de detalles la vida social a la que se ve casi sometida, su aburrimiento cuando no hay acontecimiento al que asistir, el ansia por la llegada de la temporada social, los bailes, las comidas campestres, los dimes y diretes que circulan, los paseos, las visitas,... y por encima de todo, sus deseos de encontrar marido. En el juego amoroso que se desarrolla en la novela serán tres los pretendientes que pululen alrededor de lady Hawthornetone-Williamsmith: Lord Arlington, Lord Skeffington y Bouvril, un duque algo dubitativo. Los tres estarán muy presentes en la vida de la joven que contará a su amiga los avances y retrocesos de sus relaciones.
Pero, al margen de su análisis sobre cuál sería el mejor candidato a convertirse en su marido, nuestra joven protagonista es tan bondadosa y caritativa que no duda en acoger en su seno a miss Thompson, la pobre, digo sencilla, hija del párroco recién llegada al condado. Su misión será instruirla y convertirla en una auténtica señorita, dentro de las posibilidades de esta porque claro, a miss Thompson le falta el donaire, el buen gusto y la educación que posee lady Hawthornetone-Williamsmith. Así le enseñará todo lo que sabe sobre vestidos, sombreros, hábitos, costumbres,... y quién sabe, lo mismo con sus lecciones consigue que la hija del párroco encuentre marido.
Confesiones de una heredera con demasiado tiempo libre es una novela que se acerca a toda esa literatura romántica de Jane Austen y las hermanas Brontë que tanto nos gusta pero en forma de parodia. Con esto no quiero decir que exista mofa, más bien es un homenaje en el que se resalta el supuesto lado menos conocido de la época. Tras unas estrictas actitudes sociales, seguro que existían recelos, envidias, ironía, intereses económicos, despechos,... Esta novela hace un retrato cómico de la sociedad de la época en la que esas familias pudientes muestran su lado más frívolo, con jovencitas que únicamente se preocupaban por hacerse notar en las reuniones sociales y estar atenta ante la aparición de un posible futuro marido con buena posición social y económica. Así Belén Barroso caricaturiza a esas jóvenes británicas de inicios del siglo XIX con pocas responsabilidades y menos preocupaciones, que solo invertían su tiempo en bobadas que ellas consideraban cuestiones de gran importancia.
Las cartas no están datadas pero por lo que se narran en ellas es obvio que el argumento se encuadra dentro de la época victoriana, el mismo contexto en el que se sitúan las novelas de Jane Austen, fuente de la que este libro bebe aunque sea para presentarla desde una perspectiva humorística.
Y sin que podamos leer alguna carta de respuesta de Edwina (solo se harán breves referencias al contenido de las mismas), nuestra joven protagonista narrará con todo lujo de detalles la vida social a la que se ve casi sometida, su aburrimiento cuando no hay acontecimiento al que asistir, el ansia por la llegada de la temporada social, los bailes, las comidas campestres, los dimes y diretes que circulan, los paseos, las visitas,... y por encima de todo, sus deseos de encontrar marido. En el juego amoroso que se desarrolla en la novela serán tres los pretendientes que pululen alrededor de lady Hawthornetone-Williamsmith: Lord Arlington, Lord Skeffington y Bouvril, un duque algo dubitativo. Los tres estarán muy presentes en la vida de la joven que contará a su amiga los avances y retrocesos de sus relaciones.
Pero, al margen de su análisis sobre cuál sería el mejor candidato a convertirse en su marido, nuestra joven protagonista es tan bondadosa y caritativa que no duda en acoger en su seno a miss Thompson, la pobre, digo sencilla, hija del párroco recién llegada al condado. Su misión será instruirla y convertirla en una auténtica señorita, dentro de las posibilidades de esta porque claro, a miss Thompson le falta el donaire, el buen gusto y la educación que posee lady Hawthornetone-Williamsmith. Así le enseñará todo lo que sabe sobre vestidos, sombreros, hábitos, costumbres,... y quién sabe, lo mismo con sus lecciones consigue que la hija del párroco encuentre marido.
Confesiones de una heredera con demasiado tiempo libre es una novela que se acerca a toda esa literatura romántica de Jane Austen y las hermanas Brontë que tanto nos gusta pero en forma de parodia. Con esto no quiero decir que exista mofa, más bien es un homenaje en el que se resalta el supuesto lado menos conocido de la época. Tras unas estrictas actitudes sociales, seguro que existían recelos, envidias, ironía, intereses económicos, despechos,... Esta novela hace un retrato cómico de la sociedad de la época en la que esas familias pudientes muestran su lado más frívolo, con jovencitas que únicamente se preocupaban por hacerse notar en las reuniones sociales y estar atenta ante la aparición de un posible futuro marido con buena posición social y económica. Así Belén Barroso caricaturiza a esas jóvenes británicas de inicios del siglo XIX con pocas responsabilidades y menos preocupaciones, que solo invertían su tiempo en bobadas que ellas consideraban cuestiones de gran importancia.
La autora hace un retrato caricaturesco de las jóvenes de la época en el personaje de la superficial lady Hawthornetone-Williamsmith, que se muere de hastío sin reunión social que llevarse a la boca y teme haberse convertido ya en una solterona a pesar de contar tan solo con diecinueve años de edad y formar parte de una familia rica. Es excesivamente franca, desconsiderada, egoísta, cínica, sarcástica, pedante, vanidosa,... (habría que seguir buscando epítetos de esta índole en el diccionario) y sus obras caritativas son ciertamente cuestionables. Cree sentar cátedra en sus disertaciones pero los demás tuercen el gesto y ponen los ojos en blanco cuando la oyen hablar, y es que no hay diálogo o reflexión en la que el lector no termine con los ojos como platos y una media sonrisa en los labios:
«Sería un drama que no me casara precisamente yo, que, como sabes, deseaba fervientemente tener muchos hijos para luego dárselos a la nodriza y que de la nodriza pasasen a la niñera, de la niñera a la institutriz, de la institutriz al internado, del colegio a la universidad y de ahí a donde les diera la gana, porque ni creo que entonces estuviera viva ni, aunque lo estuviera, me importasen lo más mínimo esas criaturas a las que no habría visto en la vida». [Pág. 14]
Las 316 páginas que componen la novela están llenas de perlas de este tipo con lo que es fácil hacerse una imagen nítida del pensamiento de nuestra joven.
El personaje de lady Hawthornetone-Williamsmith puede provocar dos reacciones en el lector. Por un lado que su ridiculez nos parezca tan cómica que no dejemos de reír con sus disparates. Pero también es posible que le cojamos una tirria espantosa. En mi caso, he experimentado las dos sensaciones pues a veces la protagonista me sacaba de mis casillas pero en otros momentos me parecía tan botarate y simple que no podía evitar reírme.
Pero por encima de la narradora, a mí me gustaría destacar el personaje de miss Thompson, porque habla poco pero cuando lo hace deja huella. A pesar de todos los intentos de la narradora por hacernos ver a la hija del párroco como una ignorante que no tiene ni idea de las cuestiones más esenciales para la mujer, como los tipos de tejidos y encajes, las costumbres en los bailes, los títulos nobiliarios,... miss Thompson es mucho más inteligente y lógica que su mentora, además de haber recibido una cultura más esplendorosa. Con una sutileza cargada de ironía la hija del párroco pone en entredicho las opiniones de la protagonista y eso me ha parecido tremendamente divertido.
Y habrá muchos más personajes que en cierto sentido constituyen los caracteres más estereotipados de las novelas románticas de la época.
Por otra parte, los encuentros entre lady Hawthornetone-Williamsmith y miss Thompson o cualquier otra joven del condado son muy visuales. En algunas escenas, en las que hay diálogos, se puede contemplar con total transparencia cómo las jóvenes, supuestamente amigas, bien encopetadas y con mucho boato, se lanzan halagos que son dardos envenedados. Estas luchas dialécticas siempre me han resultado simpáticas porque tras ellas luce la ironía, sagacidad y el humor ácido de las interlocutoras.
Y habrá muchos más personajes que en cierto sentido constituyen los caracteres más estereotipados de las novelas románticas de la época.
Por otra parte, los encuentros entre lady Hawthornetone-Williamsmith y miss Thompson o cualquier otra joven del condado son muy visuales. En algunas escenas, en las que hay diálogos, se puede contemplar con total transparencia cómo las jóvenes, supuestamente amigas, bien encopetadas y con mucho boato, se lanzan halagos que son dardos envenedados. Estas luchas dialécticas siempre me han resultado simpáticas porque tras ellas luce la ironía, sagacidad y el humor ácido de las interlocutoras.
Es innegable que la novela entra por los ojos y no solo por la sinopsis sino por el trabajo de edición tan maravilloso. La cubierta es un fiel reflejo de la historia que vamos a encontrar en el interior, con esa jovencita ataviada con un florido sombrero tomando una coqueta taza de té y tres abejorros a su alrededor que representan a los supuestos tres pretendientes de la protagonista. Y si nos paramos a ojear el interior, el deleite aumenta pues cuenta con bonitas ilustraciones, filigranas y adornos de todo tipo.
Estamos ante un libro de humor pero, siendo género epistolar se entenderá que el argumento está narrado íntegramente en primera persona. En cuanto a la estructura, la novela cuenta con siete bloques, cada uno con un título cargado de humor y acompañado de alguna cita de Jane Austen que no tiene desperdicio, y a lo largo de los cuales se distribuyen treinta y cuatro capítulos (una carta por capítulo), igualmente titulados de manera jocosa.
El estilo de Belén Barroso es fresco y dinámico, algo que unido al frecuente uso del diálogo y al constante toque humorístico que tiene el argumento consigue que la lectura fluya a velocidad de vértigo. En honor a la verdad, tengo que decir que yo esperaba reírme más con esta novela aunque no lo achaco a la calidad de la obra sino más bien a mi estado de ánimo que no era precisamente muy allá. Confieso que me he reído con muchas situaciones y algunos diálogos son tremendamente divertidos pero esperaba que la novela produjera en mí un estado más animoso. Insisto en que creo que el problema estaba en mí porque el resto de lectores, cuyas opiniones he leído, señalan que se han reído a lo grande con esta novela.
En definitiva, Confesiones de una heredera con demasiado tiempo libre es un libro divertido con un único objetivo, entretener, y que homenajea la novela romántica de la época de Jane Austen, contexto que la autora conoce en profundidad. Es una historia sencilla, llena de chismorreos, amores, pretendientes, bailes, y sándwiches de pepinillos que constituyen una novela divertida y amena con la que acompañar los calores del verano. Me ha gustado leerla, me ha divertido, aunque no tanto como esperaba por los motivos que ya he explicado, pero si eres lector/a de novela romántica de la época victoriana y quieres pasar un rato divertido, te recomiendo que conozcas a la señorita Hawthornetone-Williamsmith y a las terribles tribulaciones de su vida.
Y antes de que se me olvide, Belén Barroso es una compañera bloguera a la que yo no conocía y que administra el blog Lo que me ahorro en psicoanálisis.
Puedes adquirirlo aquí:
Y antes de que se me olvide, Belén Barroso es una compañera bloguera a la que yo no conocía y que administra el blog Lo que me ahorro en psicoanálisis.
Agradezco a la editorial el envío del ejemplar.
[Ilustraciones e imágenes tomadas de Google]
Retos:
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