Año: 1946.
Nacionalidad: EE.UU.
Director: Charles Vidor.
Reparto: Rita Hayworth, Glenn Ford, George MacReady, Joseph Calleia, Steven Geray, Rosa Rey, Joseph Sawyer, Gerald Mohr, Mark Roberts, Ludwig Donath, Donald Douglas, Lionel Royce, Saul Martel.
Género: Cine negro. Drama.
Sinopsis: Johnny Farrell (Glenn Ford), un aventurero que vive de hacer trampas en el juego, recala en Buenos Aires. Allí lo saca de un apuro Ballin Mundson, el propietario de un lujoso casino, que acaba haciendo de él su hombre de confianza. Un día, Mundson le presenta a su esposa Gilda. Su sorpresa no tiene límites: fue ella precisamente quien lo convirtió en lo que es, un ser cínico y amargado.
[Información facilitada por Filmaffinity]
Hablar de Gilda es facilisimo. Es una de esas películas de culto, todo un clásico, de la que la inmensa mayoría de los espectadores guardan en su memoria dos fotogramas y un par de melodías, porque es difícil no pensar en Gilda y no tararear Amado Mío. Con este largometraje me ocurre como con algunas películas de Marilyn Monroe de las que podré olvidar el título pero jamás me olvidaré de un par de escenas míticas.
Gilda es Rita Hayworth, o sería más certero decir que Rita Hayworth es Gilda. Fue uno de los papeles más importantes de su vida, el que la encumbró como mito erótico sin que la hazaña se volviera a producir. Censurada en algunos países, la película se hizo tan famosa que incluso la imagen de Gilda se colocó en la bomba atómica que Estados Unidos lanzó a modo de prueba sobre las Islas Bikini el mismo año del estreno, 1946.
Pero vayamos al argumento.
Pero vayamos al argumento.
Buenos Aires. Johnny Farrell es un granuja que pasa las noches en partidas ilegales de dados donde despluma a sus contrincantes. Es un timador, un tramposo de los bajos fondos que mira con recelo a su alrededor, temeroso de las envidias de sus adversarios. Tanto es así que no descarta ser atacado para despojarlo de sus ganancias y de hecho, el ataque se producirá pero por suerte contará con la ayuda de un caballero, Ballin Mundson, quien lo salva de una más que probable paliza. Mundson le aconseja dejar las calles y acudir a establecimientos donde se juega de verdad, un casino. Y hasta allí se dirige Farrell para poner en práctica sus artimañas y desvalijar la banca, algo que lo conducirá irremediablemente al despacho del dueño del casino, ante el propio Mundson. Ambos llegarán a un acuerdo y Farrell pasará ser hombre de confianza del empresario.
El tiempo pasa y todo marcha sobre ruedas. Farrell prospera a la sombra de Mundson y este siente que la seguridad de su negocio está en buenas manos. Pero nadie dijo que la vida fuera fácil y como si de una macabra burla del destino se tratara, Mundson regresa de un viaje y no lo hará solo. Lo acompaña su nueva y flamante esposa. Gilda, la mujer que hundió a Farrell en el fango, vuelve a aparecer en su vida. Comienza así la trama central de la película pero sería un error calificar Gilda como una película que únicamente se sustenta en el odio y el amor entre un hombre y una mujer. Gilda no es solamente una película de amor y celos. Su argumento toca otros temas como la lealtad y asuntos legales que tienen tanto peso con las cuestiones amorosas. Amor, misterio, celos, suspense, intriga y algún giro argumental conforman este largometraje de obligado visionado.
En relación al reparto, Glenn Ford da vida a Johnny Farrell, un truhán desconfiado y tramposo que vagabundea y trapichea por las calles porteñas sin que sepamos qué lo condujo a esa situación. Por un golpe de suerte, la vida pone en su camino a Mundson y desde ese momento se convertirá en su protector en el sentido más amplio de la palabra. Ford consigue que de sus ojos emane el odio más visceral cuando contempla por primera vez a Gilda ante sus ojos pero sus sentimientos parecen encontrados. No puede evitar repudiar a la mujer que le hizo daño pero su corazón marcará otro ritmo distinto.
Y luego está Rita, la bellísima Rita que cuando rodó esta película contaba con 28 años de edad aunque aparentara unos cuantos más, algo habitual en aquellos tiempos. Como decía al principio de esta reseña Rita es Gilda, la provocadora, sexy, seductora, descarada, coqueta y embaucadora esposa de Mundson y por encima de todo eso, la supersticiosa neoyorquina que no está dispuesta a perder su libertad bajo ningún concepto. Ha sido así siempre y así será. Probablemente la admiración que Gilda despertaba en los hombres es la misma que despertaba la propia Rita, una mujer con raíces españolas y cuyo nombre real era Margarita Carmen Cansino.
Nacida en Nueva York, su padre - Eduardo Cansino- era natural de Castilleja de la Cuesta, un pueblo de Sevilla. Bailarín de profesión, emigró a Estados Unidos donde conoció a Volga Hayworth, bailarina también, ambos formaron el dueto Cansino's Dancing aunque Eduardo terminó por montar espectáculos con su hija cuando esta alcanzó la adolescencia. No parece que la actriz llegara a tener mucha relación con la rama paterna y española de la familia aunque corre el rumor de que hizo una visita al pueblo, asunto este del que no he podido encontrar ningún testimonio gráfico. Rita Hayworth falleció a los 68 años de edad a causa del Alzheimer que padecía, en su apartamento de Manhattan. Aquí puedes ver un documental muy interesante sobre su vida, desde sus orígenes y sus inicios hasta el momento de su muerte.
En la película, la relación entre Farrell y Gilda discurre en un tira y afloja. Los sentimientos laten bajo una coraza que ambos se colocan, intentando disfrazarlos de aversión. El espectador asiste a esa lucha que comienza con un cruce de miradas en el primer instante en que ambos se reencuentran. No sabremos concretamente qué paso entre ellos en el pasado. Intuiremos que hubo un desprecio, un rechazo, una afrenta pero no se abarcará de manera explícita. En cualquier caso, eso será lo menos porque lo importante es que ninguno de los dos le hace sombra al otro. Sus interpretaciones son electrizantes.
Nacida en Nueva York, su padre - Eduardo Cansino- era natural de Castilleja de la Cuesta, un pueblo de Sevilla. Bailarín de profesión, emigró a Estados Unidos donde conoció a Volga Hayworth, bailarina también, ambos formaron el dueto Cansino's Dancing aunque Eduardo terminó por montar espectáculos con su hija cuando esta alcanzó la adolescencia. No parece que la actriz llegara a tener mucha relación con la rama paterna y española de la familia aunque corre el rumor de que hizo una visita al pueblo, asunto este del que no he podido encontrar ningún testimonio gráfico. Rita Hayworth falleció a los 68 años de edad a causa del Alzheimer que padecía, en su apartamento de Manhattan. Aquí puedes ver un documental muy interesante sobre su vida, desde sus orígenes y sus inicios hasta el momento de su muerte.
En la película, la relación entre Farrell y Gilda discurre en un tira y afloja. Los sentimientos laten bajo una coraza que ambos se colocan, intentando disfrazarlos de aversión. El espectador asiste a esa lucha que comienza con un cruce de miradas en el primer instante en que ambos se reencuentran. No sabremos concretamente qué paso entre ellos en el pasado. Intuiremos que hubo un desprecio, un rechazo, una afrenta pero no se abarcará de manera explícita. En cualquier caso, eso será lo menos porque lo importante es que ninguno de los dos le hace sombra al otro. Sus interpretaciones son electrizantes.
Al margen del espectacular tandem Farrell-Gilda, otros personajes se mueven a lo largo de los 110 minutos de metraje. Un par de alemanes se dejan caer por el casino de vez en cuando, un misterioso individuo que no hace más que observar a Farrell y a su jefe, un hombrecillo de aspecto débil que siempre gana en la ruleta cuando apuesta al número 2,... Son estos personajes los que nos llevarán a la otra parte del argumento con tintes de thriller, a una subtrama en la que asoman negocios truculentos y un tanto turbios. Y entre todos estos personajes, uno que infiere una dosis de comicidad a la película, un empleado muy observador y mordaz que conoce todos los entresijos del negocio y no duda en decir lo que piensa. Hasta su nombre es divertido. Tío Pío.
La película, narrada en parte por el propio Farrell con voz en off, cuenta con dos escenas espectaculares, de esas que, como decía antes, se nos quedan grabadas en la retina. La primera aparición de Rita Hayworth en pantalla nos deja sin aliento. Sobre un plano vacío asoma de repente el rostro de Rita alzando la cabeza y con un golpe de melena. Será el momento en el que advirtamos que Gilda nos va a dejar secos. Y por otro lado, el pseudo-striptease que protagoniza mientras interpreta Put the Blame on Mame, envolviendo su cuerpo escultural con un vestido ceñido y escote palabra de honor, dos largos guantes y unas caderas bamboleantes. Bailaba realmente bien y es que que lo llevaba en la sangre y había practicado mucho de joven.
Gilda data de 1946 y supuestamente la trama se desarrolla en 1945, por lo menos hay una escena en la que se celebra el final de la II Guerra Mundial. Las referencias al conflicto bélico son someras pero la cuestión nazi subyace con la presencia de los dos personajes alemanes a los que todo el mundo mira y trata con una mezcla entre el respeto y el desprecio. Concretamente hay un frase en uno de los diálogos que no tiene desperdicio.
Sí, hablar de Gilda es facílismo. Mientras más la veo, más la disfruto. Pero en vez de hablar más de ella, será mucho mejor que os anime a volverla ver, en caso de que ya la conozcáis (¿quién no la ha visto alguna vez?). Pero si aún no la conoces porque no te guste el cine clásico o seas demasiado joven, déjame que te diga que te estás perdiendo una joya. Para mí, Gilda, la película y la mujer, siempre serán maravillosas.
Trailer:
[Ilustraciones e imágenes tomadas de Google]
Sí, hablar de Gilda es facílismo. Mientras más la veo, más la disfruto. Pero en vez de hablar más de ella, será mucho mejor que os anime a volverla ver, en caso de que ya la conozcáis (¿quién no la ha visto alguna vez?). Pero si aún no la conoces porque no te guste el cine clásico o seas demasiado joven, déjame que te diga que te estás perdiendo una joya. Para mí, Gilda, la película y la mujer, siempre serán maravillosas.
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[Ilustraciones e imágenes tomadas de Google]