Año: 2015.
Nacionalidad: EE.UU.
Director: Uli Edel.
Reparto: Nicolas Cage, Sarah Wayne Callies, Veronica Ferres, Lyriq Bent, Jack Fulton, Juan Carlos Velis, Elizabeth Jeanne le Roux, Alex Mallari Jr., Erin Boyes, Sofia Wells, Lauren Beatty, Fabrio Lusvarghi.
Género: Terror.
Sinopsis: Un profesor inicia una búsqueda exhaustiva tras descubrir que su hijo ha sido raptado durante una noche de Halloween.
[Información facilitada por Filmaffinity]
Cuando uno mira la cartelera del cine y se encuentra con una película con un título como este, Pay the ghost, lo menos que siente son ganas de pagar una entrada, que te sale por un ojo de la cara, para ir a verla. Y es que hay títulos especialmente poco sugerentes como este caso, y no digamos ya si nos da por traducirlo al castellano. No obstante, la sinopsis no tenía mala pinta y además tenía el aliciente, mínimo todo he decirlo, de contar con Nicolas Cage en el reparto. Pero no, no me apetecía nada ver esta película que, por lo que he visto, ha pasado sin pena ni gloria. Así que decidí que este largometraje sería carne de videoclub.Como el puente ha sido largo, una de esas tardes tras copiosa comida con los amigos, me dispuse a verla.
Pay the ghost narra el secuestro de Charlie, un niño de siete años de edad, hijo de Michael (Nicolas Cage) y Kirsten (Sarah Wayne Callies). En la noche de Halloween, entre disfraces, trucos y tratos, el pequeño desaparece entre la multitud sin que su padre se percate del asunto. A priori parece un simple secuestro más, de esos que solemos ver en las películas a cambio de un rescate o bien cometidos por pederastas, pero en este largometraje la cosa tiene más enjundia y los derroteros se encaminan hacia un mundo fantástico con grandes pájaros que sobrevuelan el cielo de la ciudad y una leyenda que viene de antaño.
En las noches de Halloween, el mal acecha a los niños. Muchos son los que desaparecen y muy pocos los que reaparecen. Pero ¿por qué? ¿Qué es lo que ocurre? Todo se remonta a 1697. Un hecho trágico que se narrará como introducción a la película traerá funestas consecuencias a las generaciones futuras.
La película apuntaba maneras. Independientemente de que se sustente en un mundo de fantasía, he de decir que me tenía bastante intrigada. La desaparición de Charlie junto con la de otros muchos niños esconde una leyenda detrás, un recurso muy usado en cine, es verdad, que además cuenta en este caso con un agravante, implicar una cultura ancestral. Esto es algo que hasta me molestó. Me pareció que los guionistas optaban por el camino fácil. Aún así, las sombras que acechan, una figura misteriosa que surge ocasionalmente, unos pájaros con mala pinta que sobrevuelan las calles, luces que se apagan y encienden, objetos que se mueven, visiones, voces y una zona subterránea en la que se oyen lamentos,... eran elementos que me mantenían sentada en el sillón, donde pegaba algún que otro ligero brinco provocado por algún susto que otro. Nada alarmante. Pero la cosa empeora, ¡y cómo! El desenlace es penoso. Que cuente con un toque de fantansia y elementos sobrenaturales no es el problema. El problema está en que todo el entramado final resulta un pegote que recuerda a otras películas del género y encima nos precipitamos al final con demasiada prisa. En un plis - plas, todos felices. Y lo peor no es eso, sino que además se intuye segunda parte.
Demasiados tópicos en esta película, no solo ya en el argumento sino también en el perfil de los protagonistas. Nicolas Cage interpreta el papel de un profesor entregado a su trabajo, que pierde la noción del tiempo enredado en asuntos laborales a pesar de que su hijo está en casa esperándolo. Esa falta de atención a su retoño le provocará un fuerte sentimiento de culpabilidad que se agrava cuando el niño desaparece, provocando importantes descalabros colaterales en su vida. A partir de entonces vivirá atormentado, obsesionado por encontrar a su hijo y realizando una investigación por su cuenta.
Cage hace una vez más el papel de sufridor. Lo mismo da verlo en esta película que en cualquier otra que haya hecho porque nos parecerá lo mismo. No hay cambio expresivo alguno. Su sempiterno gesto de asombro-miedo-tristeza le domina por completo.
En el caso de Sarah Wayne Callies tampoco vamos a quedar entusiasmados. Como madre de Charlie sufrirá la desaparición de su hijo pero el tiempo pasa y tiene que continuar con su vida. Se ahonda muy poco en el dolor de esta madre, no hay emoción. El hijo ha desaparecido, lloro un poco y a otra cosa. No me ha gustado nada el personaje de Kirsten.
Además, las relaciones entre los personajes están demasiado edulcoradas. El padre y el hijo se adoran a pesar de que el pequeño tenga carencia de atención. El padre lo sabe y le hace promesas especiales a un niño especial. ¡Puff! Mucho azúcar. Lo mismo que ocurre con el matrimonio, tan bien allegado, ella tan comprensiva, él tan chistoso,... ¡Qué felices somos hasta que desaparece nuestro hijo! Mucho, mucho cliché.
Por otra parte, visualmente tampoco es una película que resulte llamativa. No hay efectos impactantes, tan solo un par de ellos pero que tampoco suponen justificación para esta película. Lo peor de todo en el plano técnico son los pájarracos agoreros. La primera vez que salen tienen un pase pero insistir en el tema es forzar las cosas. A mí me ha sobrado tanto buitre digitalizado.
En definitiva, Pay the ghost no tiene mucho por donde cogerla. Una pena porque la primera media hora prometía pero se va desinflando cada vez más hasta llegar a un desenlace que me dieron ganas de llorar. Así que solo te la recomiendo si no tienes otra cosa mejor que hacer, que seguro que la tienes. Por lo demás, este largometraje no merece mucho la pena. Vista una del mismo tipo, vistas todas.