Salvador Navarro (Sevilla, 1967) es ingeniero industrial de Renault. En 2002 publicó su primera novela, Eres lo único que tengo, niña, a la que han seguido Rosa. 0, Andrea no está loca y No te supe perder (2011). Muy influenciado por la narrativa americana del siglo XX, desarrolla una literatura urbana y con fuertes componentes psicológicos.
Leo, acosado por los problemas económicos de su estudio de Arquitectura y convencido de que su vida conyugal se ha convertido en un juego de disimulos y silencios, se topa una noche con Virginia, su gran amor juvenil. Creyendo que el azar los ha reunido tras veinte años sin verse, se sumergirán en una espiral de falsas confesiones e intentarán utilizarse mutuamente pretendiendo que hay un amor por despertar. Será Pablo quien intente desanudar esta maraña de equívocos, traiciones y medias verdades.
A principios de noviembre os hablé por primera vez de esta novela cuando su autor presentaba Huyendo de mí en Fnac Sevilla, de la mano de la empresaria sevillana Nuria Cobo (puedes leer sobre el acto aquí). No ha sido hasta el pasado 23 de diciembre, preámbulo de la noche más buena del año, cuando pude sentarme con Salvador Navarro para comentar diversos aspectos del libro. He tardado en traer la entrevista. Son fechas de mucho ajetreo. Esto es lo que nos contó.
Marisa G.- Salvador, me lo paso muy bien viendo tu Facebook en cuyo muro muestras todo lo que acontece en relación a Huyendo de mí pero, a veces, no sé si estás promocionando tu novela o te estás haciendo un book de mujeres hermosas que posan con tu libro (Risas).
Salvador N.- (Risas). ¿Has visto la suerte que tengo?
M.G.- Oye pero es que a cada ciudad que vas, hay mujeres fantásticas que cuentan maravillas de tu novela.
Fotografía tomada del Facebook del autor. |
S.N.- Sí, estoy muy contento. Todo empezó con Nuria Cobo, primero porque la quiero mucho y tenía ilusión porque me presentara el libro aquí en Sevilla y luego también por su gran visión comercial. Ella arrastra mucha gente de la edad y del tipo que a mí me pueden convenir como lectores o lectoras. Fundamentalmente mujeres entre cuarenta y cincuenta años, urbanas, que leen, que son cultas... Nuria en su blog combina mucho la promoción de sus zapatos pero también incluye temas literarios. A partir de ahí le hicimos una foto en plan profesional, muy chula, y así se me ocurrió hacer lo mismo con mi amiga la de Málaga y con las demás.
M.G.- Esa foto de Nuria es muy bonita. Me parece una forma de promoción muy original.
S.N.- Y luego en Huelva también tengo una amiga actriz, muy dicharachera. En Valladolid otra amiga,...
M.G.- Hijo, en cada ciudad tienes a una mujer estupenda. Pero a ver, llevas ya cinco novelas publicadas, confieso que yo no te conocía hasta ahora. No obstante, indagando un poco sobre las anteriores, descubro que de la anterior, No te supe perder, hay incluso una película que todavía no se ha estrenado.
S.N.- No. Es una pena porque la película es preciosa. Su director, Manuel Benito de Valle quedó como finalista en el Festival de Cine Europeo de Sevilla con un documental. Es sevillano y pensé que sería una buena ocasión para proponerle hacer una película de la novela porque es muy cinematográfica. Se leyó el libro y me dijo que sí. Y así empezamos a hacerla sin un duro, por medio del crowfunding, que por entonces nadie lo conocía. Conseguimos veintitrés mil euros, hicimos un trailer para promocionarla, mi casa fue una oficina de casting, estuvimos un mes haciendo el guión en un corcho enorme con etiquetas de colores... En fin, una experiencia preciosa pero luego vino la pesadilla. El director es muy perfeccionista, con un carácter huraño y es complicado trabajar con él en equipo. Le da muchas vueltas a todo y nos hemos comido los plazos. La verdad es que he quedado mal con gente que ha invertido o que me ayudaron para grabar la película. Hasta mi empresa, Renault, que promocionaba la película, me pagó todo el transporte del material a París donde se rodó el principio. Se me cae la cara de vergüenza cuando la gente me pregunta por la película pero es tan bonita. Dura una hora y media. La vi hace un año y me emocioné mucho. Pero lamentablemente el sonido nos había quedado mal y hemos tenido que doblarla entera. El próximo 15 de enero me reúno con el compositor de la banda sonora y espero que se pueda estrenar en el próximo Festival de Cine de Málaga.
NTSP trailer [Eng Subt] from Manuel Benito de Valle on Vimeo.
NTSP trailer [Eng Subt] from Manuel Benito de Valle on Vimeo.
M.G.- Pues esperemos verla pronto.
Y con Huyendo de mí has cambiado de editorial. No sé si esta novela supone un punto y aparte en tu vida, en tu trayectoria,... ¿cómo lo ves?
Y con Huyendo de mí has cambiado de editorial. No sé si esta novela supone un punto y aparte en tu vida, en tu trayectoria,... ¿cómo lo ves?
S.N.- Sí, por supuesto. Yo empecé con una pequeña editorial local pero todo fue un desastre. Lo bueno es que poco a poco he ido mejorando.
Mi relación con Algaida viene de mi anterior novela. Yo presenté No te supe perder con el título de Azulejos rotos al Premio Luis Berenguer, un premio internacional de novela que convocaba Algaida y que ya no existe. Me llamaron y me dijeron que había quedado finalista de ese premio. Para mí ese fue el momento que empiezo a creer en mí mismo. Nadie me conocía, el jurado lo componían Manuel Hidalgo, Andrés Pérez Domínguez,... otros pocos escritores más. Cuando me llaman me vengo arriba de felicidad. ¿Qué pasa? En ese momento yo estaba moviendo la novela y José María Toro de Guadalturia me dice que quiere publicarla y me lo dice justo en el periodo entre la comunicación de los finalistas y la entrega del premio. Se lo agradecí mucho pero le tuve que decir que era finalista del premio y encima estaba convencido de que me lo iban a dar. Al final no me lo dieron (risas) y volví a hablar con Guadalturia para que me la publicaran.
Huyendo de mí ha coincidido con la jubilación de José María Toro pero él me dijo que confiaba mucho en mi potencial y por eso iba a hablar con Algaida. Por otro lado, soy amigo de Félix G. Modroño y a través de él también le hago llegar la novela a Miguel Ángel Matellanes, el editor de Algaida. Me llamaron y me confirmaron que la publicaban.
M.G.- Bueno, yo ya me he leído la novela, pero cuéntale tú a los lectores lo que puede encontrar en Huyendo de mí.
M.G.- Bueno, yo ya me he leído la novela, pero cuéntale tú a los lectores lo que puede encontrar en Huyendo de mí.
S.N.- Mira es una novela de crisis en todos los sentidos. La baso en una época y en una ciudad en plena crisis pero también tiene mucho de crisis generacional, ese momento en el que llegas a los cuarenta y estás desorientado, sin saber muy bien qué has hecho con tu vida. También hay buena parte de crisis moral y una crisis que por entonces yo también sentía, la crisis profesional. La novela es una bomba que yo lanzo dentro de una familia de clase media alta, estable, para comprobar qué pasa con sus personajes cuando la bomba explota, de ahí el título, Huyendo de mí.
M.G.- Pero hay un poquito también de suspense, ¿verdad?
S.N.- Sí siempre me gusta meterlo. Creo que toda buena obra, salvo excepciones, debe tener algo de suspense.
M.G.- ¿Y esta historia cómo surge en tu cabeza?
S.N.- Pues mira como lo he analizado tantas veces ya no sé si lo que cuento es verdad o mentira. Tengo en mente varios orígenes de la historia. Uno de ellos es la película Rompiendo las olas de Lars von Trier, una historia que me impresionó mucho. Pero por otro lado, también tengo una amiga que ha vivido una relación de amor muy dura y toda esa historia me afectó mucho a raíz de una conversación a la que asistí entre las dos partes. Aquello me marcó mucho y en cierta manera se puede entender que ahí radica el origen de esta novela pero ya te digo, no lo tengo claro.
M.G.- Algo que me gusta de la novela es ese inicio tan directo. Virginia es una de los personajes fundamentales en el libro, es la que da lugar a todo el argumento, y este personaje aparece en la página 2, y desde ese mismo momento el lector ya intuye que algo gordo va a ocurrir. Vas muy directo al grano.
S.N.- Sí, no soy nada artificioso, con lo bueno y lo malo que tiene eso. Tampoco soy de grandes golpes de efecto pero sí me gusta que todo lo que aparezca en la novela sea por un motivo concreto y en un determinado momento. Todo tiene un motivo y un por qué.
M.G.- Y antes has comentado que es una novela de crisis pero también es una novela de amor. El amor está muy presente y lo vamos a ver en muchas de sus facetas.
S.N.- El amor es un tema que yo me planteo mucho. Creo que todo escritor tiene que ser un gran observador de la vida. A mí me gusta observar, soy muy feliz pero sufro mucho con las relaciones de pareja que vivo a mí alrededor. A veces encontramos grandes historias de amor, con un amor poderoso, fuerte,.. pero sus protagonistas lo hacen tan mal... He querido jugar con los distintos grados del amor y de ahí que le meta pimienta a determinadas relaciones. ¿Hasta qué punto uno se arrastra, se crea su propia isla artificial, se convierte en un naufrago del amor? ¿Y hasta qué punto son auténticos los amores que aparecen en la novela? ¿Ese amor es real o simplemente es una relación de fuerza? ¿El amor desinteresado existe?
M.G.- No sabría decirte. Es una pregunta para un extenso debate.
Pero centrémonos ahora en los personajes. En la presentación que hiciste en Fnac tiempo atrás, Nuria Cobo comentó que Virginia no le caía nada bien. Pues bien, a mí el que me cae fatal es precisamente Leo.
S.N.- Pues mira eso no me lo habían dicho nunca.
M.G.- No lo soporto. Más que nada porque no soy capaz de entenderlo.
S.N.- Claro porque Leo representa una persona inmadura. Hay mucha gente que vive justificando su inmadurez y él tiene una excusa muy buena y real. Sus padres se matan en un accidente de tráfico, tiene un hermano que es un egoísta pero por el que Leo hace una cosa de vital importancia y jamás se lo agradece. Se crió con un tío un poco de prestado. Su única relación afectiva más sincera es con su prima. Entonces, el vínculo que él mantiene con su mujer, con Carmela, es un poco maternal. Él abusa del amor y del cariño de Carmela pero, ¿hasta qué punto está justificado que uno salga corriendo cuando las cosas van mal? De todos modos, he querido construir un personaje que inspire cierta compasión, muy sutil pero compasión al fin y al cabo, aunque a veces se porte mal.
M.G.- Es que es un poco maquiavélico, pero tienes razón en lo que dices de la compasión. Yo reconozco que en algún momento asoma un lado tierno y sensible. El lector se encuentra con un hombre que se desmorona, que se convierte en...
S.N.- Un trapo.
M.G.- Exacto. Esa es la palabra. Pero hay mucha ambigüedad. Algunas cosas suyas te producen ternura y otra, como mujer, me entran ganas de matarlo. Pero, ¿no crees que Leo es un personaje demasiado confiado? Le va contando sus cuitas a cualquiera que se encuentra en su camino.
S.N.- Es un personaje muy entregado sí, pero es que hay gente así por la vida. A mí me gusta la gente así. En mi empresa hacemos mucho trabajo en la máquina de café. Somos muy Camera Café. Yo no cuento mucho de mi vida personal pero como me gusta escuchar, en esos momentos me cuentan historias espeluznantes. Ese punto de ingenuidad de algunas personas me gusta mucho y a Leo lo hago muy ingenuo e incluso hay escenas que parecen que sobran, aunque en una novela todo sobra o todo falta. Dependerá del criterio de cada uno, del que lo lee y del que lo escribe. Hay una escena peculiar...
M.G.- A ver si va a ser la que yo pienso
S.N.- La de Leo con los dos estudiantes.
M.G.- ¡Esa! Jesús, menos mal que la mencionas. Me perdí totalmente en esa escena... ¿Por qué la metes?
S.N.- Porque yo quería hacer ver que Leo había perdido los papeles y se entrega a otra cosa. De hecho con esa escena quiero que el lector se plantee si Leo está soñando o no. Es un punto mágico y raro que quería introducir. Una escena fuera de lugar pero con la que yo quería zarandear al lector. Esto puede salir bien o mal pero mi intención era esa. Descolocar al lector.
M.G.- A mí me descolocaste por completo.
S.N.- Está hecho aposta para que te quedes pillada. Y encima la dejo ahí en el aire y te quedas pensando si esa escena tendrá repercusión después o no. Esto es muy de Auster.
M.G.- Y con respecto a tu manera de escribir, te confieso que al principio había algo que no me gustaba para nada y luego me ha encantado.
S.N.- ¿Sí? Pues te iba a decir que me lo dijeras para corregirlo.
M.G.- No, no... No corrijas nada. Verás, empiezo a leer y vas soltando información poco a poco de los personajes pero no explicas nada. Vale. A esto estoy acostumbrada pero lo que me extrañaba es que iba avanzando en la lectura y no terminabas de explicar esos detalles que quedaban en el aire. Avanzaba, avanzaba... y hay cosas que no explicas hasta casi las últimas páginas y mientras tanto me has tenido con el run run en la cabeza. ¿Esto tiene un origen premeditado?
S.N.- Eso es lo que te explicaba antes. Todo tiene un por qué y se explica justo en el momento en el que va a tener sentido. Mira, creo que lo comenté en la presentación en Fnac, yo me paso mucho más tiempo pensando la novela que escribiéndola porque mi estilo literario es relativamente básico. Yo no tengo grandes frases subordinadas que duren un párrafo entero.
M.G.- Es lineal...
S.N.- Es lineal también sí, pero porque me gusta así. Los autores que a mí me gustan escriben así y tengo mis modelos. Tú lees a Murakami, a Auster o a Highsmith y no son muy barrocos. Entonces, todo eso que tú comentas son detalles que los tengo escritos desde un principio y sé cuando tienen que aparecer pero claro tengo que ir dando pistas. En ese sentido Isabel Allende es muy buena. Y yo soy un gran copión y si veo algo que me gusta, lo copio y listo. Si vieras los esquemas que me hago. Soy un friki total. Creo que me podría dedicar a dar clases sobre cómo construir una novela no porque sea bueno sino porque soy original. No te imaginas la de recursos que me invento para construir una novela.
M.G.- O sea que tú sabes perfectamente en qué capítulo vas a dar la pertinente explicación, ¿no?
S.N.- Sí, soy asquerosamente ingeniero para eso.
M.G.- (Risas). Muy metódico, ya veo. Oye y otro de los personajes que me gusta mucho es Pablo porque introduce la metaliteratura en la novela.
S.N.- Me encanta hacer eso.
M.G.- Bueno es algo que los lectores agradecemos mucho. Pablo trabaja en una librería de Sevilla que por cierto no existe y organiza tertulias y club literarios. Es una parte que me gusta mucho. Pero no todo transcurre en Sevilla. Hay varios escenarios: Sevilla, París, Bruselas... Son ciudades que tú conoces muy bien. Es obvio que resulta mucho más fácil desarrollar una historia en entornos conocidos, ¿verdad?
S.N.- Totalmente. Yo siempre lo defiendo con honestidad. No soy Góngora pero creo que tengo capacidad para perfilar personajes y construir diálogos. De la misma forma no tengo ni el tiempo ni las ganas de investigar otros escenarios. Más que nada es pereza. Mis historias son conflictos universales que pueden ocurrir en cualquier ciudad y por lo tanto es mejor aderezarlas con lo que yo conozco.
M.G.- Y esta novela, en paralelo a sus escenarios, nos puede servir casi para hacer una ruta gastronómica.
S.N.- Sí. Eso me dice la gente que, leyendo la novela, les entra mucha hambre porque los personajes están todo el día comiendo y bebiendo.
M.G.- (Risas) Cierto. Bueno y del final, ¿qué me dices?
S.N.- El final es muy polémico. Hay gente que le encanta y gente a la que no. ¿Por qué ese final? Tenía dos posibles versiones para el final. Si os fijáis, el testigo va pasando de mano en mano, de Leo a Pablo, a Virginia, a Carmela,... para, al final, devolvérselo a Leo. En principio iba a cambiarlo pero lo estuve pensando y el final que ofrezco en la novela es el que más me convence, el que más sentido da a la historia.
M.G.- Salvador, para ir terminando, creo que hay otra novela que ya está en manos de Algaida, ¿cierto?
S.N.- Sí. Tengo mucha ilusión. No te supe perder, que por cierto, quiero hacértela llegar, supuso mi humilde consolidación, con la que yo me sentí escritor pero fue una novela muy densa, muy trágica. Huyendo de mí creo que es una novela de transición, algo más liviano pero con la que estoy muy contento. Además ha caído en una editorial importante y estoy feliz. En cuanto a la tercera es una mezcla de ambas. Me la he currado mucho. Por las fechas en las que la escribí, me recluí en casa, no salía para nada. Con esa novela me he puesto a prueba. Pero de momento, no contaré más nada.
M.G.- Me dejas con la intriga. Bueno Salvador, un placer este rato que he compartido contigo. Te agradezco mucho que hayas podido encontrar tiempo en estas fechas pre-navideñas de tanto lío.
S.N.- Nada, nada. Gracias a ti, por supuesto.
Y hasta aquí la entrevista a Salvador Navarro. En unos días os traeré la reseña de la novela y os contaré con detalle mis impresiones. Por otra parte, ando deseando ver esa película que esperemos se estrene muy pronto.
M.G.- Salvador, para ir terminando, creo que hay otra novela que ya está en manos de Algaida, ¿cierto?
S.N.- Sí. Tengo mucha ilusión. No te supe perder, que por cierto, quiero hacértela llegar, supuso mi humilde consolidación, con la que yo me sentí escritor pero fue una novela muy densa, muy trágica. Huyendo de mí creo que es una novela de transición, algo más liviano pero con la que estoy muy contento. Además ha caído en una editorial importante y estoy feliz. En cuanto a la tercera es una mezcla de ambas. Me la he currado mucho. Por las fechas en las que la escribí, me recluí en casa, no salía para nada. Con esa novela me he puesto a prueba. Pero de momento, no contaré más nada.
M.G.- Me dejas con la intriga. Bueno Salvador, un placer este rato que he compartido contigo. Te agradezco mucho que hayas podido encontrar tiempo en estas fechas pre-navideñas de tanto lío.
S.N.- Nada, nada. Gracias a ti, por supuesto.
Y hasta aquí la entrevista a Salvador Navarro. En unos días os traeré la reseña de la novela y os contaré con detalle mis impresiones. Por otra parte, ando deseando ver esa película que esperemos se estrene muy pronto.
[Ilustraciones e imágenes tomadas de Google]