Editorial: Bibliotex, s.l.
Colección: Las 100 mejores novelas en
castellano del siglo XX.
Fecha publicación: 2001.
Nº Páginas: 189.
Precio: --€
Género: Novela.
Edición: Tapa dura con sobrecubiertas.
ISBN:84-8130-389-5
Autor
Miguel de Unamuno nació en Bilbao en 1864 y falleció en Salamanca en 1936. Entre 1880 y 1884 cursó Filosofía y Letras en Madrid y se doctoró al año siguiente con una tesis titulada «Crítica del problema sobre el origen y prehistoria de la raza vasca». Tras su vuelta a Bilbao, donde ejerció como profesor de latín en un instituto, en 1891 obtuvo la cátedra de lengua griega de la Universidad de Salamanca, ciudad en la que vivió el resto de su vida. En 1900 fue nombrado rector en las aulas salmantinas, cargo del que fue desposeído en 1914 por declararse partidario de los aliados. Unamuno escribió artículos en periódicos y revistas de España y América. Fue uno de los intelectuales más activos, imaginativos y polémicos de principio de siglo. Dentro de su obra literaria cabe destacar, como libros de ensayo, En torno al casticismo (1885), Vida de Don Quijote y Sancho (1905), Por tierras de Portugal (1911), Del sentimiento trágico de la vida (1912) y La agonía del cristianismo (1924). En el terreno novelístico fue el autor de Paz en la guerra (1897), Niebla (1914), Abel Sánchez (1917), La tía Tula (1921) libro ya aparecido en esta misma colección, con el número 17, y San Manuel Bueno, mártir (1933), también presente en esta coleccion -número 87-.
Niebla nace de la preocupación del autor por encontrar una conexión entre el mundo real y el imaginario. Una simple ocurrencia, como es la de salir a la calle y seguir al primer perro que pase, desencadena una serie de situaciones y acontecimientos en la que lo único real parece ser la lectura que estamos realizando. Calificada por Unamuno como «nivola», «novela malhumorada» o «rechifla amarga», incluso el propio escritor se ve enredado en la trama de un libro en el que el lector es el eslabón final de la cadena narrativa. Una búsqueda de la existencia verdadera en la que el autor, lector y personajes conviven, se recrean, se identifican y, en definitiva, se influencian.
[Biografía y sinopsis tomadas directamente del ejemplar]
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No hace mucho os hablé de una de las novelas de Unamuno, La tía Tula(cuya reseña puedes leer aquí). Es una novela que me gusta muchísimo y que he releído en más de una ocasión. Por otra parte, en mi época estudiantil también leí Abel Sánchez y San Manuel Bueno, mártir, pero de aquellas lecturas no guardo apenas recuerdo, seguramente porque fueron obligatorias, a destiempo y que supusieron para mí un lastre más que un disfrute. Así que, cuando en el club de lectura se propuso leer Niebla, conociendo el estilo del autor, tenía una ligera idea de lo que me podía encontrar.
Las novelas de Miguel de Unamuno no son para echar el rato. Hay una complejidad que subyace bajo un argumento en apariencia sencillo. No obstante,lo que no figura en la superficie es precisamente lo que más pena merece en las historias de este autor.
Niebla narra las vicisitudes de Augusto Pérez, un joven que disfruta de una vida contemplativa, gran observador y entregado filósofo. Acaba de perder a su madre, bajo cuyas faldas vivía, tiene una economía saneada pues se mantiene gracias a las rentas y cuenta con un matrimonio que se ocupa de él,Domingo y Liduvina. Como no tiene mucho más que hacer, suelo pasear frecuentemente. Una mañana lluviosa, en la que sale a la calle para entregarse a una reflexión sin medida, como intuímos hará siempre, se topa con unos ojos que lo azoran. La dueña de esos luceros es Eugenia Domingo del Arco. Inmediatamente quedará prendado de ella y como hipnotizado por su belleza, se dispone a seguirla. Comienza así la historia de una obsecación por conquistar a la dama, por hacerla suya, por fraguar un futuro en común con ella. Pero Augusto se dará de bruces con la cruda realidad yla trama que se desgrana en Niebla nos desvelará el recorrido de su protagonista por los caminos amorosos.
A decir verdad, inicialmente me costó adaptarme a la historia de Augusto Pérez. Reflexivo e inquisitorio, rebosa su discurso de un interrogante tras otro hasta el punto de incordiarme ligeramente pero esto solo ocurre en los primeros compases. Posteriormente fui descubriendo el alma del personaje, su forma de pensar, los dolores de su corazón, sus desventuras, así como al resto de personajes, para llegar a un desenlace llamativo y novedoso. Y es que en Niebla, no una novela sino una nivola como le gusta denominarla a su autor,es rompedoray se aparta de los criterios establecidos para una narrativa convencional.
Augusto Pérez ha vivido hasta este momento en una nebulosa. Quizás, al amparo de su madre y sin más preocupación que contemplar la vida, su contacto con la realidad ha sido hasta el momento casi inexistente. Será cuando se quede huérfano y conozca a Eugenia cuando despierte a la vida, cuando esa pompa de niebla se rompa y se difumine. Eugenia lo hará despertar.
Lo más característico del personaje es ese constante run run filosófico que lo abstrae. De principio a fin, Augusto se cuestiona todo hecho, circunstancia o situación, divagando por cuestiones tan triviales como puede ser la belleza de un paraguas cerrado o el enorme deterioro que causamos en los objetos cuando lo usamos.
Nos comentó la coordinadora del club que Augusto Pérez es un reflejo del propio autor, filósofo como él mismo, e incluso una parodia. La verdad es que a mí no se me había ocurrido pero ella nos aclaró que en Niebla todo es un crítica, a los autores, a los propios críticos literarios,... Unamuno se ríe de sí mismo.
En cuanto a Eugenia, es una dama de armas tomar. Sabe lo que quiere o mejor dicho, lo que no quiere. Sin embargo, como decía aquel aria de Rigoletto, La donna é mobile, Eugenia se replanteará sus decisiones, ¿de manera interesada? Me gusta mucho el carácter de Eugenia. Creo que es un personaje potente que se contrapone perfectamente al pusilánime de Augusto.
Y habrá otros personajes, como Fermín, el tío de la dama en cuestión, un anarquista místico si es que eso es posible que tiene gran visión de futuro y ve en su sobrina Eugenia la mujer de los años venideros. Es un personaje con mucha chispa.
Niebla tiene muchos toques de humor. El drama que vive Augusto Pérez pasa por un tamiz que lo transforma en comicidad. Hay situaciones hilarantes, irónicas, sarcásticas que generan en el lector esa media sonrisa cargada de complicidad. Es un humor que me ha recordado en algunas pinceladas a Jardiel Poncela. Es probable que esté diciendo una barbaridad, no lo niego, pero qué queréis, a mí me ha recordado a algunas escenas surrealistas deAmor se escribe con H.
Y es que el amor es el tema de arranque no solo del argumento sino también de toda esa espiral filosófica que embadurna la novela. Augusto cree estar enamorado de Eugenia pero yo lo pongo en duda. ¿De quién está realemente enamorado? Para mí no se enamora de la mujer sino de su ensoñación, de la figuración que él se construye sobre Eugenia y sus cavilaciones lo llevarán de un punto a otro, de una cuestión a otra, hasta el extremo de filosofar sobre la naturaleza propia y entera del ser humano. La muerta, la vida, los celos, el amor,... incluso esa esencia contradictoria que nos caracteriza.
Hay sentencias realmente brillantes sobre diversos temas que, aunque pueden parecer incoherentes, encierran un pensamiento de lo más lógico.
Y decía antes que Niebla rompe con los preceptos de la novela y probablemente de ahí venga la denominación de «nivola» pues tiene características que distinguen un género de otro. Fijaos bien. Cuenta con un prólogo, algo muy natural pero lo realmente significativo de este preludio es que está escrito por Victor Goti.¿Que quién es? Pues uno de los propios personajes de la novela. No tiene desperdicio. A su vez, hay un post-prólogo escrito por el propio Unamuno y un epílogo titulado Oración fúnebre por modo de epílogo, narrado en tercera persona pero que tiene como protagonista a un personaje sin par.
Y todo esto en cuanto a la estructura pero además,en su argumento se solapa ficción y realidad en un diálogo maravilloso que nos dejará con la boca abierta y si eso fuera poco, hay un pequeño cameo de un personaje de otra novela de Unamuno. En fin, un montón de elementos originales y brillantes que denotan el ingenio del autor.
Leer Niebla ha sido una experiencia de lo más gratificante que yo os recomiendo. Os comento además que hay película y que la podéis ver íntegramente en Youtube.
Os dejo con la voz de Unamuno hablando sobre escritores y libros.
[Ilustraciones e imágenes tomadas de Google]
Retos:
- Autores de la A a la Z.
- Libros olvidados.
- 25 españoles.
- 100 libros
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