Año: 2015.
Nacionalidad: EE.UU.
Director: Thomas McCarthy.
Reparto: Mark Ruffalo, Michael Keaton, Rachel McAdams, Liev Shreiber, John Slattery, Stanley Tucci, Brian d'Arcy James, Gene Amoroso, Billy Crudup, Elena Wohl, Doug Murray, Sharon McFarlane, Jamey Sheridan, Neal Huff, Robert B. Kennedy, Duane Murray, Brian Chamberlain, Michael Cyril Creighton, Paul Guilfoyle, Michael Countryman.
Género: Drama. Periodismo.
Premios: 2 Premios Oscar 2015 (Mejor Película y Guión Original), entre otros más.
Sinopsis: En 2002, un equipo de reporteros de investigacion del Boston Globe destapó los escándalos de pederastia cometidos durante décadas por curas de Massachussets. La publicación de estos hechos, que la archidiócesis de Boston intentó ocultar, sacudió a la Iglesia Católica como institución.
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Cuánto revuelo alrededor de la película Spotlight. Para la ceremonia de los Oscars, celebrada este pasado fin de semana, se habían barajado varias apuestas. Los presagios vaticiban que sería el año de Leonardo DiCaprio y que la película Spotlight se llevaría la estatuilla como mejor película del año. No se equivocaron los que así lo auguraron. El renacido aún no he llegado a verla pero de Spotlight me he dado un buen atracón.
Hace unas cuantas de semanas, me metí en el cine con más sueño que otra cosa. Había sido una semana de auténtico ajetreo, de madrugones, de tardes llenas de actividades diversas y de alguna que otra trasnochada. Cuando llegué al viernes no me tenía en pie y no se me ocurre mejor cosa que meterme en una sala oscura. Ocurrió lo que era inevitable que ocurriera. Me entró un sopor espantoso que me impidió por completo seguir el hilo de la cinta. A los veinte minutos ya no sabía de quién estaban hablando, me liaba con los nombres y no conseguía concentrarme.El resultado fue que salí de la sala conociendo el argumento pero sin haber entendido los detalles de la trama.
Había que poner remedio antes de los Oscars, así que este fin de semana, con un nivel de concentración muy aceptable, volví a enfrentarme a Spotlight. Las sensaciones posteriores al visionado han mejorado muchísimo pero ¿realmente se mería el Oscar a la Mejor Película?
Spotlight está basada en hechos reales, como refleja el titular de la fotografía publicado el 6 de enero de 2002.Recoge uno de los episodios de abusos sexuales más espinososocurrido en Estados Unidos, en el que Iglesia católica y sus miembros fueron el punto de mira. El Boston Globe, y más concretamente su equipo de investigación apodado Spotlight (se podría traducir como sacar algo a la luz y colocarlo bajo un foco a la vista de todo el mundo) llevó a cabo una investigación que sacó a la luz (nunca mejor dicho) un escándalo de dimensiones mayúsculas.
La historia arranca en el año 1976 cuando el párroco Geoghan, destinado en Boston, es acusado por una madre de abusar sexualmente de sus hijos. La historia no llegó a ser conocida por la opinión pública, sino que todo se gestionó de manera privada, quedando solucionado con la intercesión del obispo de Boston.
Estas breves escenas dan paso al año 2001. A modo de introducción, nos colaremos en la redacción del Boston Globe, cuyo personal está despiendo a un compañero por jubilación. Entre ellos veremos al equipo de Spotlight -Walter Robinson, Sacha Pfeiffer, Michael Rezendes y Matt Carroll- , que son los encargados de realizar los trabajos de investigación del periódico.
La llegada de un nuevo director -Marty Baron- pone sobre la mesa una noticia suculenta. Una breve columna hablando sobre el padre Geoghan y su supuesta implicación en un caso de abuso sexual pone a todo el equipo de Spotlight a trabajar. La investigación revelerá que el padre Geoghan es uno más de los miembros de la iglesia acusado por este delito, supone la punta de un gran iceberg que desvelará un comportamiento reiterado por parte del clero mientras que las altas instancias de la Iglesia Católica estaba al tanto de estas prácticas.
El abogado Mitchell Garabedian es el encargado de representar a más de ochenta víctimas en un proceso que se presenta lleno de dificultades. Los tentáculos de la Iglesia son largos y sabe cómo manejar los hilos. Será el momento de recabar toda la información posible desde la víctimas, abogados o antiguos miembros de la iglesia. Spotlight pone ala Iglesia Católica contra las cuerdas.
Antes os decía que la primera vez que vi la película me resultó algo liosa y el problema no era el argumento. Se entiende perfectamente de qué va la cosa. Pero inicialmente me pareció que la cinta adquiría una velocidad difícil de llevar, como reflejo del ritmo frenético que se debe vivir en la redacción de un periódico y eso está muy bien, no obstante había algo más. En apenas unos minutos salen a la luz una cantidad ingente de nombres de personas, -posibles víctimas, posibles verdugos, profesionales o ciudadanos que podían tener vinculación o información sobre el caso- que me despistaron por completo. Creí que era ese sopor que me tenía aletargada pero sigo pensando lo mismo después de haberla vuelto a ver.
Más allá de ese pequeño escollo que se consigue dominar sin mucha dificultad, lo realmente importante de Spotlight es el mensaje que nos quiere transmitir, un mensaje en el que reside la verdadera valía de esta película, y no es otro que el poder que ostenta la Iglesia como institución, con capacidad suficiente como para manejar las distintas instancias de una sociedad de tal modo que ningún escándalo pueda llegar a salpicarla. Por otra parte también deja en evidencia la integridad y la dudosa moralidad de sus miembros, personas en las que hombres, mujeres y niños de una comunidad confían y recurren en momentos adversos.
Para los católicos del mundo, tener conocimiento de un caso así supone un duro golpe y así nos lo deja ver el largometraje en un secuencia en la que, una mujer de férreas creencias, lee el artículo publicado por el Boston Globe al mismo tiempo que su rostro nos deja ver cómo su fe se evapora. ¿Ocurre así realmente?¿Los católicos dejan de creer al enterarse de un suceso así?Yo no lo creo. Casos de abusos sexuales en el seno de la Iglesia se han producido cientos. En los créditos finales se relacionan todos los casos documentados ocurridos no solo en Estados Unidos sino también en otro puntos del mundo, incluido España. Ningún acto de este tipo debe quedar sin castigo y aunque parece que los abusos sexuales son mucho más sensibles dentro de un estamento como es la Iglesia, la verdad es que resultan igualmente monstruosos en el resto de ámbitos y profesiones. Todos conocemos el caso de algún médico o un docente que ha perpetrado algún tipo de abuso respaldado en su posición. ¿Vamos a dejar de creer en la medicina o en la educación por eso? ¿Vamos a dejar de ir al médico o de mandar a nuestros hijos al colegio? En este caso, y permitidme el chascarrillo, el hábito no hace al monje y aunque en la película nos quiere dar a entender lo contrario, creo que la señora que se lleva el disgusto de su vida seguirá yendo a misa los domingos.
Bueno, que me voy por las ramas. Hablemos ahora del reparto. Sin dudaSpotlight cuenta con un buen elenco. Mark Ruffalo, Michael Keaton, Rachel McAdams, Liev Shreiber,... todos están correctosy cada uno tiene un claro papel. Ruffalo es el periodista impulsivo, profundamente dolido por lo que va descubriendo y que, en un momento de euforia incontenida, lanza un speech brillante. Keaton es el jefe que tiene que tomar las riendas de su prestigioso equipo y medir los tiempos. El personaje que interpreta Rachel McAdams tiene un dilema moral que involucra a su familia, quizá es el personaje que más contacto directo tiene con el problema. Mientras que Shreiber es el director del rotativo, adicto al trabajo y con ideas renovadoras. Pero a mí, la labor interpretativano me ha ganado. No puedo decir que tal o cual destaque sobre los demás. Simplemente están correctos.
Y ahora vamos a la pregunta del millón. ¿Realmente Spotlight se merece alzarse como la mejor película del año? Partamos de la base de que tiene una buena historia que contar. La pederastia en la Iglesia Católica no es un asunto baladí y más si está respaldado por un caso real. También es importante destacar que cuenta con un reparto notable, aunque a mí no me hayan impresionado, y además hay algunos planos estupendos en los que podemos ver las torres de una iglesia mientras las víctimas declaran en contra de los sacerdotes. Ahora bien, y no me linchéis por ello, ¿hay algo realmente destacable para tanto bombo y platillo? Pues yo tengo que deciros que a mí me ha faltado brío y emoción. El frenesí de la redacción del Boston Globe no me ha transmitido nada, ni el tratamiento del asunto me ha provocado ningún sobresalto, no me ha impactado, me he quedado incólume, ajena a la historia por lo que, sin dudala recordaré pero no habrá apenas emoción en mi voz cuando mencione su nombre.
Y sobre este punto estuve pensando que esa sensación vacua que me ha dejado la película, bien podría interpretarse como la objetividad que ha de tener todo trabajo periodístico en los que no hay que abusar del sensacionalismo ni la lágrima fácil.Hay que dar la noticia, supuestamente, bajo un halo de neutralidad, ceñirse a los hechos y dejar de lado los sentimientos, que sea el lector de la noticia el que interprete. Vale, bajo ese punto de vista puedo llegar a entender que la cinta sea sobria, sin sensiblería, asépticay neutrapero esto es cine y como tal necesito que me emocione de alguna manera, que me haga rabiar,reír, llorar, enojarme,que me haga temblar de terror, que me provoque ansiedad, que me exapere,... algo. Spotlight no lo ha conseguido.
En definitiva, creo que la elegida como mejor película del año no ha resultado así para mí.Insisto en que su temática es muy buena, que está bien hecha, que incluso va de menos a más, que tiene un buen reparto,... pero yo me esperaba algo más.Hubiera necesitado algo más punzante, más vibrato y con esto no quiero decir que me tenga que tirar las dos horas de metraje llorando por la barbaridad de unos sacerdotes y por el trauma que sus actos ocasionaron en unos niños, hoy ya adultos que no han podido superar la experiencia. No se trata de eso. Para mí Spotlight ha sido como un documental de investigación aunque hay documentales que me han emocionado más que esta película. Ojo, no digo que sea mala, todo lo contrario. Recomiendo su visionado pero el problema está en que una espera algo más si recibe el Oscar a la Mejor Película y en este caso, tal galardón, y siempre bajo mi punto de vista, le queda grande.
El abogado Mitchell Garabedian es el encargado de representar a más de ochenta víctimas en un proceso que se presenta lleno de dificultades. Los tentáculos de la Iglesia son largos y sabe cómo manejar los hilos. Será el momento de recabar toda la información posible desde la víctimas, abogados o antiguos miembros de la iglesia. Spotlight pone ala Iglesia Católica contra las cuerdas.
Antes os decía que la primera vez que vi la película me resultó algo liosa y el problema no era el argumento. Se entiende perfectamente de qué va la cosa. Pero inicialmente me pareció que la cinta adquiría una velocidad difícil de llevar, como reflejo del ritmo frenético que se debe vivir en la redacción de un periódico y eso está muy bien, no obstante había algo más. En apenas unos minutos salen a la luz una cantidad ingente de nombres de personas, -posibles víctimas, posibles verdugos, profesionales o ciudadanos que podían tener vinculación o información sobre el caso- que me despistaron por completo. Creí que era ese sopor que me tenía aletargada pero sigo pensando lo mismo después de haberla vuelto a ver.
Más allá de ese pequeño escollo que se consigue dominar sin mucha dificultad, lo realmente importante de Spotlight es el mensaje que nos quiere transmitir, un mensaje en el que reside la verdadera valía de esta película, y no es otro que el poder que ostenta la Iglesia como institución, con capacidad suficiente como para manejar las distintas instancias de una sociedad de tal modo que ningún escándalo pueda llegar a salpicarla. Por otra parte también deja en evidencia la integridad y la dudosa moralidad de sus miembros, personas en las que hombres, mujeres y niños de una comunidad confían y recurren en momentos adversos.
Para los católicos del mundo, tener conocimiento de un caso así supone un duro golpe y así nos lo deja ver el largometraje en un secuencia en la que, una mujer de férreas creencias, lee el artículo publicado por el Boston Globe al mismo tiempo que su rostro nos deja ver cómo su fe se evapora. ¿Ocurre así realmente?¿Los católicos dejan de creer al enterarse de un suceso así?Yo no lo creo. Casos de abusos sexuales en el seno de la Iglesia se han producido cientos. En los créditos finales se relacionan todos los casos documentados ocurridos no solo en Estados Unidos sino también en otro puntos del mundo, incluido España. Ningún acto de este tipo debe quedar sin castigo y aunque parece que los abusos sexuales son mucho más sensibles dentro de un estamento como es la Iglesia, la verdad es que resultan igualmente monstruosos en el resto de ámbitos y profesiones. Todos conocemos el caso de algún médico o un docente que ha perpetrado algún tipo de abuso respaldado en su posición. ¿Vamos a dejar de creer en la medicina o en la educación por eso? ¿Vamos a dejar de ir al médico o de mandar a nuestros hijos al colegio? En este caso, y permitidme el chascarrillo, el hábito no hace al monje y aunque en la película nos quiere dar a entender lo contrario, creo que la señora que se lleva el disgusto de su vida seguirá yendo a misa los domingos.
Bueno, que me voy por las ramas. Hablemos ahora del reparto. Sin dudaSpotlight cuenta con un buen elenco. Mark Ruffalo, Michael Keaton, Rachel McAdams, Liev Shreiber,... todos están correctosy cada uno tiene un claro papel. Ruffalo es el periodista impulsivo, profundamente dolido por lo que va descubriendo y que, en un momento de euforia incontenida, lanza un speech brillante. Keaton es el jefe que tiene que tomar las riendas de su prestigioso equipo y medir los tiempos. El personaje que interpreta Rachel McAdams tiene un dilema moral que involucra a su familia, quizá es el personaje que más contacto directo tiene con el problema. Mientras que Shreiber es el director del rotativo, adicto al trabajo y con ideas renovadoras. Pero a mí, la labor interpretativano me ha ganado. No puedo decir que tal o cual destaque sobre los demás. Simplemente están correctos.
Y ahora vamos a la pregunta del millón. ¿Realmente Spotlight se merece alzarse como la mejor película del año? Partamos de la base de que tiene una buena historia que contar. La pederastia en la Iglesia Católica no es un asunto baladí y más si está respaldado por un caso real. También es importante destacar que cuenta con un reparto notable, aunque a mí no me hayan impresionado, y además hay algunos planos estupendos en los que podemos ver las torres de una iglesia mientras las víctimas declaran en contra de los sacerdotes. Ahora bien, y no me linchéis por ello, ¿hay algo realmente destacable para tanto bombo y platillo? Pues yo tengo que deciros que a mí me ha faltado brío y emoción. El frenesí de la redacción del Boston Globe no me ha transmitido nada, ni el tratamiento del asunto me ha provocado ningún sobresalto, no me ha impactado, me he quedado incólume, ajena a la historia por lo que, sin dudala recordaré pero no habrá apenas emoción en mi voz cuando mencione su nombre.
Y sobre este punto estuve pensando que esa sensación vacua que me ha dejado la película, bien podría interpretarse como la objetividad que ha de tener todo trabajo periodístico en los que no hay que abusar del sensacionalismo ni la lágrima fácil.Hay que dar la noticia, supuestamente, bajo un halo de neutralidad, ceñirse a los hechos y dejar de lado los sentimientos, que sea el lector de la noticia el que interprete. Vale, bajo ese punto de vista puedo llegar a entender que la cinta sea sobria, sin sensiblería, asépticay neutrapero esto es cine y como tal necesito que me emocione de alguna manera, que me haga rabiar,reír, llorar, enojarme,que me haga temblar de terror, que me provoque ansiedad, que me exapere,... algo. Spotlight no lo ha conseguido.
En definitiva, creo que la elegida como mejor película del año no ha resultado así para mí.Insisto en que su temática es muy buena, que está bien hecha, que incluso va de menos a más, que tiene un buen reparto,... pero yo me esperaba algo más.Hubiera necesitado algo más punzante, más vibrato y con esto no quiero decir que me tenga que tirar las dos horas de metraje llorando por la barbaridad de unos sacerdotes y por el trauma que sus actos ocasionaron en unos niños, hoy ya adultos que no han podido superar la experiencia. No se trata de eso. Para mí Spotlight ha sido como un documental de investigación aunque hay documentales que me han emocionado más que esta película. Ojo, no digo que sea mala, todo lo contrario. Recomiendo su visionado pero el problema está en que una espera algo más si recibe el Oscar a la Mejor Película y en este caso, tal galardón, y siempre bajo mi punto de vista, le queda grande.
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