Editorial: Espasa
Colección: EspasaesPoesía.
Fecha publicación: mayo, 2016.
Precio: 14,90 €
Precio: 14,90 €
Género: Poesía.
Nª Páginas: 168
Edición: Tapa blanda.
Nª Páginas: 168
Edición: Tapa blanda.
ISBN: 978-84-670-4761-5
Me pidieron que escribiera poesía,
y, al no saber cómo empezar,
comencé a escribir sin poner una etiqueta.
Sólo busco llegar al corazón de quien me lee
tras una gafas de sentimientos y vivencias.
Me llaman Rubén y esta cruz es la que porto:
escribir hasta que el dolor se convierta en arte.
Sinopsis
Este poemario sabe a mentiras bajo una palmera,
a dolor del que marca, a lágrimas dulces,
a noches sin dormir, a corazón abierto.
El conjunto perfecto de sentimientos para olvidar a [alguien.
Escribimos para escupir dolor hasta que escupimos tanto [que la boca
se nos queda seca y ya no queda más que el folio en blanco.
En este libro sucede exactamente eso.
Estuve escribiendo hasta que esa persona dejó de [importarme.
Y entonces me di cuenta de que lo había logrado,
de que ya no la necesitaba: cuando ya no tinta nada.
[Biografía y sinopsis tomadas directamente del ejemplar]
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Hace ahora un año que Espasa lanzaba una nueva colección dedicada íntegramente a la poesía, a esa nueva corriente de poetas y poetisas, ventana abierta principalmente para una juventud que pisa fuerte y que llega dispuesta a no callar, a poner melodía a sus versos, a hacer canciones poemas o poemas canciones, que se valen de los nuevos medios de comunicación a los que una legión de seguidores se asoma cada día, para dejarse emocionar por unas letras que nos hablan del hoy.
Abrió la veda Diego Ojeda, de cuyo Siempre Donde quieras dejé buena constancia en este post. Y a él le siguió otros tantos que han querido traspasar fronteras para vestir sus sentimientos y reivindicaciones con las letras de sus plumas. Entre estos volúmenes encontramos mucha gente joven pero también algún veterano se presta a vestirse bajo el disfraz de la literatura, como Luis Eduardo Aute.
Hasta ahora, de esta colección tan solo he podido leer el volumen de Ojeda y el de Loreto Sesma, ambos muy recomendables. Compruebo que son poemarios que siguen unas pautas, aunque en este he echado en falta un cd con algunas canciones como ocurrió con el de Ojeda. La música es un elemento que acorta distancias al menos para la gente como yo, más acostumbrada a leer narrativa que poesía. Y aunque la poesía y yo mantenemos mucho las distancias, de vez en cuando me asomo a este género para dejarme sorprender por las nuevas propuestas que salen a la luz. Y por eso hoy vengo a hablaros de Ya no tintas nada, de Rubén de la Cruz, más conocido por Xenon.
Hasta ahora, de esta colección tan solo he podido leer el volumen de Ojeda y el de Loreto Sesma, ambos muy recomendables. Compruebo que son poemarios que siguen unas pautas, aunque en este he echado en falta un cd con algunas canciones como ocurrió con el de Ojeda. La música es un elemento que acorta distancias al menos para la gente como yo, más acostumbrada a leer narrativa que poesía. Y aunque la poesía y yo mantenemos mucho las distancias, de vez en cuando me asomo a este género para dejarme sorprender por las nuevas propuestas que salen a la luz. Y por eso hoy vengo a hablaros de Ya no tintas nada, de Rubén de la Cruz, más conocido por Xenon.
Ya veis lo que Ruben dice de sí mismo en la biografía que acompaña al volumen pero movida por la curiosidad quise saber más sobre este joven del que la nota de prensa dice que nace en Alicante en 1990. Desde la adolescencia se sintió atraído por los nuevos ritmos y el hip-hop entró en su vida, grabando los primeros temas cuando tan solo contaba con quince años. Actualmente ha lanzado seis discos, siendo Pandora su último trabajo en solitario. Se ha llegado a definir así mismo como «un arquitecto de palabras, un malabarista de sentimientos, un defensor de injusticias, o... sencillamente, como un escritor que se aísla demasiado».
Y me adentro en su canal de Youtube para oír varios temas, tan distintos a mis gustos musicales hasta ahora para comprobar que en ellos no se habla de temas que desconozca.
Y me adentro en su canal de Youtube para oír varios temas, tan distintos a mis gustos musicales hasta ahora para comprobar que en ellos no se habla de temas que desconozca.
En Ya no tintas nada reside el amor y sus heridas, un amor que nace y muere, que se va difuminando en el tiempo, como si una brisa marina fuera barriendo la arena de una playa, eliminando progresivamente las huellas que habíamos dejado marcadas. Y el amor genera una amplitud de emociones que van desde la tristeza y la melancolía al deseo y la rabia.
Y si algo distingue a esta poesía de toda aquella que un día aprendimos en las aulas es que versan sobre nuestra cotidianidad, nuestros miedos, nuestras emociones y quizá por eso resulta más cercana.
Ya no tintas nada, siendo un poemario, se inicia con un relato breve del propio Xenon que ha titulado El contador de heridas, una puerta de entrada al paraíso poético que el alicantino nos propone. Y como umbral, para presentarnos el libro, también ha grabado un vídeo acompañado al piano por su hermana Sara, en el que explica por qué este libro y estos poemas. En el fondo, este volumen es parte de un proceso de duelo, el paso obligado por un camino tortuoso en el que llueve día sí y día no, para que el agua lama nuestras heridas hasta llegar ese momento en el que un casi imperceptible rayo de sol se cuela entre la pesadez de las nubes. Creo que nadie mejor que el autor para explicarlo.
Y si algo distingue a esta poesía de toda aquella que un día aprendimos en las aulas es que versan sobre nuestra cotidianidad, nuestros miedos, nuestras emociones y quizá por eso resulta más cercana.
Ya no tintas nada, siendo un poemario, se inicia con un relato breve del propio Xenon que ha titulado El contador de heridas, una puerta de entrada al paraíso poético que el alicantino nos propone. Y como umbral, para presentarnos el libro, también ha grabado un vídeo acompañado al piano por su hermana Sara, en el que explica por qué este libro y estos poemas. En el fondo, este volumen es parte de un proceso de duelo, el paso obligado por un camino tortuoso en el que llueve día sí y día no, para que el agua lama nuestras heridas hasta llegar ese momento en el que un casi imperceptible rayo de sol se cuela entre la pesadez de las nubes. Creo que nadie mejor que el autor para explicarlo.
Estructuralmente el libro se compone de un prólogo escrito por Irene X que lleva por título La ignorancia de no querer haber sabido. Irene también prologó el volumen de Ojeda y en esta ocasión nos habla de esos juegos infantiles en los que uno siempre la paga, o la queda -como decimos aquí-, resaltando así la figura del perdedor
«Es sólo que, a veces, no queremos haber sabido».
Ya no pintas nada contiene tres partes que, como bien dice Irene, son tres mensajes: Ámate, Ámale, Ámales. Cada uno de estos bloques contiene un número variable de poemas, más largos, más cortos, todo dependiendo de la profundidad de la emoción o del sentimiento, de lo que tengamos que decir, aunque, a veces, dos líneas dicen más que toda una parrafada.
Mi religiónA santo de qué me pides que no cometa más pecados en [tu nombre
si siempre he sido ateo
En total son ochenta poemas que rompen las pautas de la poesía más clásica -ya lo vimos en las ocasiones anteriores-, con un lenguaje muy actual, muy joven y fresco que no tiene pegas a la hora de llamar las cosas por su nombre.
Y para adornar las palabras, las ilustraciones de Sandra de la Cruz, tan bonitas.Para aquellos que gusten de la poesía, para los que anhelen dejarse envolver por las emociones, para los que una vez dejaron de creer en el amor, Ya no tintas nada.
[Imágenes e ilustraciones tomadas de Google]
Retos:
- 100 libros.
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