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ENTREVISTA a TANIA PADILLA (Un secuestro raro).

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Autora

Tania Padilla (Córdoba, 1985) es licenciada en Filología Hispánica, y actualmente realiza un doctorado en literatura española. En 2004-2005 disfrutó de una beca en la Fundación Antonio Gala para jóvenes creadores. Ha impartido talleres de escritura creativa y ha publicado artículos de investigación, cuentos y poemas en revistas y antologías de ámbito nacional e internacional. En 2013 publicó su primera novela, Nosocomio: el diamante negro.

En Un secuestro raro utiliza el humor como herramienta para trazar una despiadada sátira del momento actual.


Sinopsis

Al término de un mitin de Aurelio Ruz, candidato del PMC (Partido Monárquico Conservador) a las próximas elecciones generales, Leonarda Parda, una mujer sin escrúpulos y con mucha iniciativa, embarca al político en un disparatado viaje que los llevará a atentar contra la Mezquita-Catedral de Córdoba  a recorrer media España con la Policía Nacional pisándoles los talones. Jubilados intrépidos, guardias de seguridad y gente del hampa los ayudarán a salir airosos de un secuestro que en realidad encubre un sacrílego robo y la eterna pugna por el poder.

Un secuestro raro es una sátira político-social que hace un mordaz repaso en clave humorística de los principales temas de la actualidad española. La corrupción, el surgimiento de nuevas formaciones políticas, el poder de los medios de comunicación o el yihadismo son piezas fundamentales en el rocambolesco viaje al que se ven abocados los protagonistas de esta aventura.



[Biografía y sinopsis tomadas directamente del ejemplar]

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Tania Padilla es una joven cordobesa que se ha alzado recientemente con el I Premio Logroño de Novela para Jóvenes Escritores. Inaugura así esta categoría de un premio que ya lleva en marcha varias ediciones y por el que han pasado nombre como Pedro Ugarte o Luis del Val.

Hace unas semanas la autora vino a Sevilla para presentar la novela galardonada, Un secuestro raro, una sátira política-social que pretende divertir al lector pero también hacerlo reflexionar. A través de un conjunto de personas muy caricaturizados, Padilla toca temas de total actualidad y nos saca billete para un viaje lleno de disparates. Sobre la creación de la obra y su opinión sobre el premio estuvimos charlando muy animosamente. Esto es lo que nos contó.


Marisa G.- Tania, en primer lugar felicidades por el premio.

Tania P.- Muchas gracias.

M.G.- Creo que es importante felicitar a los galardonados en premios literarios porque se deben de presentar mucha gente y la competencia seguro que es muy alta.

T.P.- Y más ahora con la crisis. Ha habido un subidón importante de gente que se presenta a premios porque claro, la precariedad laboral ha sentado a mucha gente a escribir.

M.G.- ¿Y qué te ha supuesto ganar este premio?

T.P.- Creo que en mi caso es importante por dos motivos. Primero por ser joven. Creo que los premios para la gente joven son particularmente importantes porque buscas abrirte camino en el mundo literario y también porque vivimos una situación actual donde la gente joven está especialmente vulnerable por la falta de empleo y demás. El mundo literario se convierte en una opción laboral más y cuando escribes la visibilidad es fundamental. Un autor quiere estar bien distribuido para que llegue a toda España. Así que, premios de este tipo te dan la posibilidad de entrar en una editorial grande con buena distribución y poder llegar a un gran número de lectores. Y en segundo lugar, también estoy contenta como mujer porque soy la primera mujer a la que dan el premio Logroño de Novela.

M.G.- Bueno esta ha sido la primera edición en la categoría joven.

T.P.- Sí, pero contando también con el senior, soy la primera mujer a la que dan el premio. 

M.G.- ¿Sí? Pues si ya llevan nueve ediciones.

T.P.- Pues así estamos. Obviamente no nos lo van a dar por ser mujeres pero ¿es que no hay escritoras? ¿No se han presentado mujeres? Por suerte, con las nuevas promociones en el mundo literario la mujer tiene más visibilidad. Ahora están muy de moda Marta Sanz, Sara Mesa,...

M.G.- Sara Mesa trabaja en el mismo organismo que yo. Está muy considerada.

T.P.- ¿Sí? A mí me encanta, sobre todo sus cuentos. Me da mucha alegría que se vea a la mujer en el panorama literario y no soy una feminista beligerante, conste. Yo soy partidaria de la igualdad pero la igualdad empieza por ahí, e incluso que las propias autoras tengamos una nómina de mujeres. Así que estoy contenta por ambos lados, por haber inaugurado el premio joven y por ser mujer, que gratifica también.

M.G.- ¿Pero el premio joven lleva dotación económica Tania? He leído que no.

T.P.- Eso es otra cosa por la que indignarse. La cuantía del premio senior son 45.000 €, muchísimo dinero. Es de los premios mejor dotados de España y en cambio el joven no tiene dotación. Se intentó sacar con dotación pero nada. Bien, yo percibo como premio el propio adelanto. Te cuento esto para que sepas cómo está la gente joven. El hecho de que la editorial te pague un adelanto es para mí un premio. Esta es mi segunda novela y la primera vez que me pasa esto. Tengo compañeros que publican con editoriales independientes y no reciben adelanto  alguno. Esto la gente no lo sabe y es muy duro. Tú entregas tu novela, esperas a ver cuántos ejemplares se venden, que nunca van a ser mucho porque la gente no lee, y al final de año recibes los royalties que se llaman. Te dan lo que te dan, no mucho porque se vende poco. Es muy duro, así que, como te digo, el hecho de haber recibido adelanto para mí es un premio.

M.G.- Yo he conocido casos de autores muy vendidos, con una trilogía muy conocida en la calle, y que, después de publicar la tercera entrega, aún no había percibido los ingresos de la primera.

T.P.- ¿Ves? Eso es la precariedad literaria después de un trabajo hecho. Muy mal.

M.G.- Y has comentado que esta es tu segunda novela porque la primera la publicaste en 2013. Un secuestro raro se etiqueta como una sátira política - social en la que reflejas la actualidad desde un punto de vista cómico. ¿Las cosas están tan mal, tan mal, que más vale reír que llorar?

T.P.- Claro, claro, buena pregunta. Yo creo que el enfoque humorístico era necesario por la visión que yo quería dar. Para mí el humor es la mejor manera de dar un tratamiento serio a las cosas, aunque parezca una paradoja. Me gustan mucho los autores anglosajones que hacen esto mismo. O por ejemplo, también está la ironía cervantina. El Quijote es un libro muy divertido pero a la vez muy grave porque habla de cuestiones vitales, la diferencia entre la realidad y la ficción, el crecimiento personal, la importancia del viaje como camino de aprendizaje,... pero todo eso desde un punto de vista humorístico que te permite subrayar el sinsentido, el disparate de nuestra actualidad, una situación muy lamentable. Creo que mi novela es de risa pero también es una novela dura que muestra el rencor, el odio o la ira, por ejemplo.

M.G.- El argumento de la novela cuenta con un número de personajes muy variopintos que se embarcan en diversas aventuras descabelladas. Algunas de las situaciones que tú narras rozan lo esperpéntico.

T.P.- Pues sí, es que es una novela muy esperpéntica. Enlaza con Valle-Inclán o Jardiel Poncela.

Jardiel Poncela
M.G.- A mí me ha recordado mucho a Poncela e incluso a los Hermanos Marx. Quería saber si son estos tus referentes.

T.P.- Sí, sí, Poncela, los Hermanos Marx e incluso los Monty Python.  Claro que son referentes. En el terreno español, me gusta mucho el teatro de Valle. De hecho, y esto es algo que mucha gente no cree, esta novela empezó siendo una obra de teatro, por eso hay tanto diálogo, y el narrador en realidad casi no interviene. Lo que hace son descripciones meramente porque me interesaba mostrar de plano a los personajes, un poco bobos y muy caricaturescos, dejarlos hablar y que ellos mismos se definieran. Pero luego cambié de idea y lo transformé en novela. Corregí mucho el borrador. Pero sí, las influencias son teatrales, Mihura, Jardiel Poncela, Valle,... incluso Muñoz Seca. Todo ese teatro burgués de primeros de siglo que pasó un poco desapercibido hasta que llegó Lorca y  barrió todo ese teatro de humor. 

Y claro, también hay influencia de los autores ingleses. Me gusta mucho Oscar Wilde, Chesterton, Sharpe, John Irving,... todos estos con ese humor inglés, muy corrosivo que busca la denuncia. O como has dicho, el cine de los Hermanos Marx o de los Monty Python,...

M.G.- Pero Tania, la sátira en España, como género, ¿cuaja?

T.P.- No, no,... Los españoles somos muy chistosos, nos gusta tomarnos la vida con mucho humor pero en la literatura parece que se considera un género menor. Antes te he comentado que el teatro de Lorca llega con sus tragedias y arrasa con todo eso. Siempre hemos valorado más lo trágico, lo grave más que lo humorístico. En España, con la novela picaresca parece que muere lo satírico, lo burlesco, que por otra parte contaba cosas muy duras con situaciones graciosas. Hoy en día se hace poco humor. Se me ocurre mencionar a Eduardo Mendoza y hay otro autor que me gusta mucho, Joaquín Berges, y que también hace novela humorística pero poco más. Podemos encontrar casos muy concretos como Luis Mateo Díaz con su novela La fuente de la edad, pero solo novelas humorísticas aisladas. No sé qué pasa que en España no se hacen novelas humorísticas. Es más, yo pensé que el premio no me lo iban a dar porque aquí el humor no se valora.

M.G.- Me gusta lo que mencionas, hablar de lo serio a través del humor porque es verdad que en tu novela voy encontrando mensaje tras mensaje, reflexión tras reflexión.

T.P.- Esa era la idea, hacernos pensar, reflexionar, aunque sea a través del humor y a través de unos personajes muy estrambóticos pero muy bien definidos, que nos hablarán de cosas que suceden hoy.

M.G.- Pero Tania tú este libro lo escribiste hace bastante tiempo, ¿no?

T.P.- Sí, el primer borrador aquel en teatro lo escribí en la Fundación Antonio Gala, donde fui becada en 2004-2005. En aquella época ya habían tenido lugar los atentados de Atocha, el problema del yihadismo ya estaba ahí, la crisis aún no nos había golpeado fuerte pero sí existían ya casos de corrupción. Hace dos años decido sacarla del cajón y corregirla, añadiendo algunos elementos de actualidad porque me di cuenta que la trama aquella que escribí era totalmente actual, más que nunca. Fue una obra muy visionaria.

M.G.- Eso te iba a decir. Es preocupante que escribas una historia en 2004 y lo que narras se vaya cumpliendo.

T.P.- Sí, sí. La gente me dice que es una novela muy actual, y realmente lo es pero la escribí hace doce años, aunque ya  te digo que he retocado algunas cosas. Pero sí tiene más actualidad ahora que cuando la escribí.

M.G.- Sí que es curioso, sí. Y la historia se inicia en Córdoba pero transcurre en diferentes escenarios, ¿verdad?

T.P.- Sí, paso por diferentes escenarios. Se inicia en Córdoba, en el Palacio de la Arruzafa, donde se celebra un mitin político del Partido Monárquico Conservador, que mira muy de cerca al PP. Se produce un falso secuestro del político pero que en realidad solo pretende encubrir el robo de la Custodia de la Catedral. La idea es llevar esa Custodia a los Altos Hornos de Bilbao en un viaje absolutamente disparatado, es un viaje bastante quijotesco, con el fin de conseguir dinero para financiar una nueva formación política, lo que da lugar a un transfuguismo político, algo muy de moda.

M.G.- Una auténtica locura.

T.P.- Totalmente.

M.G.- Pero, a pesar de las reflexiones serias a las que tú nos quieres conducir con tu novela, te lo has tenido que pasar muy bien escribiéndola, ¿verdad?

T.P.- Me lo he pasado muy bien, sí. Esta novela no solo es un viaje para el lector sino un viaje también para mí misma. Me lo he pasado muy bien escribiéndola, bueno corrigiéndola, una labor muy complicada porque no había página en la que no hiciera una escabechina, quitando cosas de aquí y de allá. El manuscrito original casi era el doble pero he tenido que ir haciendo una criba. El humor no puede cansar.

M.G.- Eso es como tener a una persona al lado que se pasa todo el día contándote chistes.

T.P.- Exacto. Tenía que medir mucho y no pasarme. El humor en exceso puede llegar a cansar si eliminamos de la ecuación lo inesperado o lo espontáneo. Me obligaba a pensar que menos es más y que tenía que ser minimalista, afinar todo lo posible. Además cuenta con un final más grave que creo que le viene bien, para que al lector le quede algo de poso, para que piense por ejemplo en esa frase que figura en la cubierta y que no es mía. Creo que esa frase resumen muy bien la novela.

«Cuando la realidad parece mentira,
cualquier ficción puede ser cierta»
.

M.G.- Has llegado a comentar que piensas que la novela puede molestar a la Iglesia porque en el argumento, los protagonistas pretenden quitar la parte cristiana de la Mezquita de Córdoba. Esta declaración me ha sorprendido mucho. ¿Realmente crees que puede llegar a ser así?

T.P.- Es que en Córdoba tenemos a un obispo muy bobo. La polémica sobre la propiedad de la Mezquita que se ha generado en los últimos tiempos ha sido muy importante en Córdoba. Es tremendo ver a los musulmanes que entran en la Mezquita y se agachan a rezar. Inmediatamente vienen los guardias de seguridad a levantarlos. Allí no pueden rezar ellos porque no se considera un templo musulmán. En la sociedad cordobesa hay mucha sensibilidad con este tema. La Mezquita es un templo de la Iglesia Católica, todo, en su conjunto, y aunque tengan allí su muro de la quibla no pueden utilizarlo para rezar. A ver, a mí eso me parece regular porque si llega un hombre y se agacha pues...

M.G.- Cada uno reza como quiere, ¿no?

T.P.- Claro y al final todo es lo mismo pero hay mucha controversia. Y encima en ABC me sacan un artículo y hablan del anticlericalismo de la novela. ¡Dios mío! ¿Anticlericalismo? Si yo no me meto con la iglesia en ningún momento. Me hizo mucha gracia esa etiqueta que me colocaron porque, además muchos de mis mejores amigos son curas y son los primeros que se leen la novela y se ríen. Yo estudié en un colegio católico, pegado a un seminario y tengo nueve amigos curas, nueve, y muy amigos míos.

M.G.- Tomarse la novela como una ofensa me parece excesivo, la verdad.

Y en cuanto a los personajes, de los cuatro principales, hay una señora, Leonarda Parda, que... ¡vaya señora!

T.P.- Sí, ella construye un matriarcado con los demás personajes. Es un poco la Merkel de la novela, tiene esa cosa de mujer como líder que arrastra a todos los hombres, que utiliza sus armas de seducción y ejerce una especie de dictadura hasta que se enamora de uno de ellos. Entonces, todo se diluye y se produce un juego de fuerzas que ganarán los hombres porque esta sociedad es así.

M.G.- Pero Tania, una cosa, antes de venir para encontrarme contigo le estuve echando un vistazo a tu anterior novela. Veo que también tenía muchísimos personajes y muy peculiares.

T.P.- Sí, eso parece que me gusta.

M.G.- ¿Pero era una sátira también?

T.P.- Bueno, era diferente. Tenía una trama histórica pero sí que había algunas ramificaciones humorísticas. Es verdad que esa visión de lo satírico o de lo humorístico me gusta pero no, no, era diferente. También estaba ambientada en Córdoba y había cruce de tiempos, por un lado una trama ambientada en la Guerra Civil, otra en el siglo XVII donde aparecía Góngora,... Era un disparate de novela porque además también aparecía Hitler, el Conde Duque de Olivares,... Un montón de personajes con un montón de ingredientes.

M.G.- Al ver los personajes y leer la sinopsis pensé que la sátira podía ser tu seña de identidad.

T.P.- Sí bueno, de alguna manera sí. Creo que el punto más claro de unión entre esta novela y la anterior es la reflexión sobre la vida como teatro, eso me gusta mucho, la frontera entre la realidad y la ficción. Fíjate cómo será que la palabra «persona» viene del latín y significa máscara, actor. Esto es muy significativo y no lo sabe mucha gente.

M.G.-  De ahí vendrá el término «personaje», entonces.

T.P.- Claro. Me hace gracia cuando alguien grita «Es que somos personas», pues fíjate de dónde viene la palabra y cómo nos definimos. Es que somos poco de fiar, no vamos nunca de frente.

M.G.- Sí, tendemos a tener más de una cara.

T.P.- Hay gente que tiene tropecientas (Risas)

M.G.- Pues sí. Oye Tania, que me gusta a mí preguntar a los autores por las citas con las que abren sus novelas. En la tuya hay un montón.

T.P.- Sí, soy muy de citas, soy muy pesada con eso. 

M.G.- ¿Por qué eliges estas? Es que hay una mezcla muy rara (Risas).

T.P.- (Risas) Hay de todo, sí. Por un lado una canción de Aute que refleja la idea del sinsentido, el viaje sin rumbo y a ninguna parte. La negación de las cosas lleva al nihilismo más absoluto y eso enlaza con la cita de Camus, con ese existencialismo ateo que viene a decir que ¿para qué?, que no tenemos ninguna finalidad aquí. Es duro pensar eso. Siempre necesitamos tener una finalidad. 

M.G.- Pero es que también incluyes una estrofa de la canción Las chicas son guerreras.

T.P.- (Risas) Eso es por Leonarda Parda porque tratar con ella es como manejar la nitroglicerina. Leonarda es muy guerrera.

Y luego pongo la cita de Noche de Reyes de Shakespeare porque me gusta mucho esa obra, una comedia en la que se plantea el tema del travetismo, donde la protagonista se hace pasar por hombre, un tema muy habitual en el teatro isabelino. La idea del hombre-mujer o mujer-hombre, esa androginia que tiene que ver con la libertad sexual, la idea de la anulación de las fronteras, todo eso me parece fascinante. La incluí pensando en Leonarda, esa mujer que se hace pasar como hombre para controlar al resto, ese líder carismático. Por ejemplo, fíjate cómo visten las grandes ejecutivas de las multinacionales, todas tienen un aspecto muy masculino porque parece que de otro modo no tienen valor.

M.G.- Es verdad. Es muy curioso. Bueno, y después de esto ¿qué?

T.P.- Pues tengo otra novela en el cajón, bueno en el escritorio del ordenador.

M.G.- ¿Ya terminada?

T.P.- Sí, porque los tiempos editoriales no son los tiempos de escritura. Se parece más a la primera, tiene una trama histórica que se desarrolla en Sintra (Lisboa), aunque hay una parte en Asturias y habla de la fundación del imperio portugués, la proclamación de la República y todo ese ambiente del último rey que vivió un tiempo en el exilio. Aparecerá también la figura de Pessoa sobre el que se cuenta algo que no sabe mucha gente, y es que a Pessoa le gustaba el esoterismo y hacía pronósticos y jugaba a ver el futuro... Son varias tramas, algunas en el presente, otras en el pasado, hay amor, humor y mucho diálogo, porque a mí me gusta mucho el diálogo, me gusta mucho el teatro.

M.G.- Y a mí también. Ir a una obra de teatro es una experiencia fabulosa y el poco teatro que se lee.

T.P.- Nada. Yo recomiendo mucho leer teatro pero mi gozo en un pozo. Se siguen editando las obras de teatro clásicas, hay mucha gente joven escribiendo teatro hoy en día y cuyas obras se pueden ver en Madrid u otras ciudades y luego está la editorial Ñaque que solo publica teatro. Es muy placentero leer teatro. Pero nada, tampoco es un género muy aceptado.

M.G.- Una pena la verdad. Bueno Tania, lo dejamos aquí porque ahora vas a presentar la novela en Casa del Libro y se hace tarde. Espero de verdad que te vaya todo genial y que la novela funcione muy bien.


T.P.- Gracias a ti, un placer.




Y hasta aquí la entrevista a Tania Padilla, la autora de esta disparatada novela de la que os daré debida cuenta a la mayor brevedad posible. Pasad buena tarde.






[Algunas imágenes e ilustraciones tomadas de Google]




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