Año: 2016.
Nacionalidad: Española.
Director: Inés París.
Reparto: Belén Rueda, Eduard Fernández, Diego Peretti, María Pujalte, Fele Martínez, Patricia Montero.
Género: Comedia.
Sinopsis: Isabel se debate entre la necesidad de sentirse valorada como actriz, sus inseguridades, su temor a envejecer, su coquetería y sus contradicciones. Una noche, es la anfitriona de una cena muy especial: su marido Ángel, que es guionista, y Susana, la ex-mujer de Ángel, y directora de cine, quieren convencer al actor argentino Diego Peretti para que protagonice una película. Pero en un momento dado ocurre algo inesperado que sorprende a todos y perturba la velada.
[Información facilitada por Filmaffinity]
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Me enfrenté a esta comedia española con pocas pretensiones. No había oído hablar de ella ni para bien ni para mal pero me atraía el reparto, así que decidí darle una oportunidad y la verdad es que no me arrepiento de haberlo hecho.
La noche que mi madre mató a mi padre es una comedia bien construida que fue ganando enteros a medida que iban pasando los minutos de metraje. Los enredos se suceden uno tras otro, son ingeniosos, nada de gags manidos y predecibles, y cuenta con algunos giros bastante divertidos y que me han llegado a sorprender.
Ángel, Isabel, Susana y Carlos mantienen una relación peculiar. Para comprenderla sería mucho más sencillo dibujar un árbol genealógico que nos permitiría entender qué lazo une a cada uno de un simple vistazo pero para no andar con dibujos os diré que Ángel e Isabel están casados. Susana es la ex-mujer de Ángel y Carlos el ex-marido de Isabel. De cada relación existe un hijo pero los tres niños que aparecen en el filme tienen poco papel, salvo al final. Al contrario de lo que se pueda pensar, todos se llevan a las mil maravillas, son amigos, trabajan en lo mismo, comparten vivencias, los hermanastros viajan juntos,... El ambiente familiar está lleno de amor, concordia y armonía.
Con objeto de cerrar un contrato para una película en la que Susana es la directora y Ángel el guionista, organizan una cena en casa de Isabel, una mansión enorme y preciosa, a la que asistirá el que puede ser el actor protagonista y coproductor del largometraje, Diego Peretti. Pero la repentina aparición de Carlos con una jovencísima novia, lo trastoca todo. A partir de ese momento, un episodio trágico levantará ampollas entre los asistentes a la cena, recelos, dudas, sospechas, silencios incómodos y un documento en el que puede estar la clave de todo. Al final llegaremos a un desenlace ingenioso, tras el que se esconde una estratagema, un buen propósito que termina por torcerse hasta límites insospechados. Manipular es lo que tiene, que nos puede explotar todo en la cara.
Decía antes que me dejé llevar por el reparto de esta película y no erré en la decisión. Belén Rueda da vida a Isabel, una actriz en horas bajas, en plena crisis de los cuarenta, que intenta mantenerse en el candelero y hacerse visible pero solo consigue hacer un casting tras otro. Su interpretación es bastante correcta a mi juicio, aunque hay una pequeña secuencia en la que no me ha parecido creíble. No obstante, en líneas generales mantiene bien la tensión del momento en prácticamente toda la película y juega bien sus cartas. Por otro lado, creo que le han hecho flaco favor con la caracterización. A pesar de que la actriz ya no cumplirá los cincuenta, siempre se ha mantenido muy joven y atractiva y más aún en esta película donde tiene que meterse en la piel de una mujer de cuarenta años. Sin embargo, no me ha parecido acertada ni el trabajo de peluquería, ni el maquillaje ni el vestuario. La he visto demasiado envejecida para como ha aparecido recientemente en alguna serie de televisión.
Isabel mantiene una estupendísima relación con su marido, Ángel en cuya piel se mete Eduard Fernández, un hombre un pelín pesimista, cínico, inquieto y algo alterado pero con una manera de razonar que nos arrancará más de una sonrisa. Adoro a este actor, la modulación de su voz, la gesticulación, la credibilidad con la que siempre inviste a sus personajes no deja de sorprenderme. Sintiéndose bajo presión, su personaje cometerá una de las mayores locuras, la que nos dejará con la boca abierta y no solo a los espectadores.
En cuanto a Susana, será María Pujalte la que se encargue de interpretar el papel de esta directora de cine. Al contrario que me ha ocurrido con Rueda, a Pujalte la veo muy bien caracterizada, con un aspecto de mujer moderna, resolutiva, independiente y con una profesión en la que tiene que estar a la última. Susana ya viene de vuelta de todo y es ahora, en plena madurez, cuando descubre su verdadera personalidad y se sorprenderá a sí mismo y a los que la rodean al cambiar hábitos que tenía muy arraigados. Y es que lo que le toca vivir en casa de Isabel la sacará completamente de quicio.
Susana, a pesar de que mantiene una relación cordial con la actual esposa de su ex-marido, no desaprovecha la ocasión para ponerla en evidencia, algo que a Isabel la incomoda mucho pero aún así, y por el bienestar de su matrimonio, intenta no prestar mucha atención.
Diego Peretti se interpreta a sí mismo y sinceramente está maravillosamente bien. Buena parte de los momentos más divertidos de la película corren a cargo de este actor argentino que, de sorpresa en sorpresa, siente que lo que se suponía iba a ser una cena de negocios termina por convertirse en un
Carlos y Alex (Fele Martínez y Patricia Montero) son los personajes que menos me han gustado, bueno mejor sería decir los que menos llamativos me han parecido porque, aunque sin sus personajes la trama no tendría sentido, son los que menos aportan. Fele Martínez encarna a ese marido que aún vive en la adolescencia, que fuma maría y mantiene una relación de colega con su hijo. Puede que nos produzca algo de rechazo inicialmente pero esa es la idea. Sin embargo, descubriremos que es el más sufrido de todos ellos y que tras esa figura de trasnochado se esconde un buen corazón.
En cuanto a Alex, la jovencita desenfrenada que pone patas arriba todo en cuanto aparece en la cena, será Patricia Rodero, la chica tonta que no lo es tanto.
Verdaderamente, me he reído mucho con la película, es lo bueno que tiene no tener ningún tipo de expectativas, a la que le he notado un cierto aire teatral y que contiene un mensaje tras tanta risa. En La noche que mi madre mató a mi padre me he encontrado con un guión bastante divertido, una comedia de enredo y malentendidos con unos puntos muy socarrones. Además, cuenta con un buen reparto, con buenas interpretaciones y unos personajes disparatados. Bajo mi punto de vista, creo que es un largometraje con el que puedes pasar un buen rato y que sin duda, te dejará un buen sabor de boca.
Trailer:
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