Editorial: Algaida.
Fecha publicación: octubre, 2016
Fecha publicación: octubre, 2016
Precio: 18,00 €
Género: Narrativa.
Nª Páginas: 432
Edición: Tapa blanda con solapas.
Nª Páginas: 432
Edición: Tapa blanda con solapas.
ISBN: 978-84-9067-682-0
[Puedes leer el primer capítulo aquí;
disponible en eBook]
Autor
Manuel Sánchez-Sevilla (Sevilla, 1974) es un escritor que se caracteriza por narraciones sencillas y que nos transporta en el tiempo con sus novelas. Su debut literario, Como la vida misma, fue un compendio de relatos cortos donde la humanidad caracterizaba cada historia. Gaia Augusta (2011) fue su primera novela histórica y con la que ha cosechado éxitos de críticas tanto en España como en Sudamérica. En El Enigma de las Seis Copas (2013) nos traslada a la Al-Andalus profunda, donde misterio y ciencia se dan la mano.
Sinopsis
Sevilla, 1809. Las tropas de Napoleón han entrado en España y por todas partes resuenan noticias de saqueos y pillajes. Los representantes de las principales familias de la ciudad, reunidas en la iglesia de San Francisco, deciden ocultar las riquezas al invasor; maese Rodrigo de Vega, notario de la ciudad, será el único que conozca el destino de tan fabuloso tesoro.
En los meses siguientes sólo Cádiz logrará resistir el empuje del ejército francés. La ciudad de Sevilla es ocupada y José Bonaparte, hermano de Napoléon y rey de España, quiere dar normalidad a su gobierno, por lo que decide celebrar un baile en el Alcázar de Sevilla.
En esos mismos días, el capitán Guillot ya está sobre la pista del tesoro y dispuesto a hacerse con él. Pero la muerte de maese Rodrigo cuando los soldados franceses entran en su casa puede sepultar para siempre el paradero de las riquezas... a no ser que una muchacha que fue vista por allí poco tiempo antes sepa algo. Esa mujer será a partir de entonces el objetivo de todas las tropas francesas acantonadas en la ciudad.
[Biografía y sinopsis tomadas directamente del ejemplar]
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Cuando cae en mis manos una novela cuya trama se desarrolla en mi ciudad natal, en mi querida Sevilla, una ciudad en la que no solo vivo sino que también convivo, he de reconocer que dicho libro adquiere inmediatamente un plus de interés, me gana de cierta manera antes de tiempo y me entrego a su lectura con mayor deleite. Después me podrá gustar más o menos, me podrá dejar con mejor o peor sabor de boca, eso ya se irá viendo, pero los instantes previos a iniciar la lectura resultan de lo más alentadores.
Esto mismo es lo que me ha ocurrido con El tesoro del Álcázar de Manuel Sánchez-Sevilla,una novela de la que he disfrutado por bella, amena, fresca y ágil y cuya lectura me ha hecho vibrar porque ha sido un libro que me ha mantenido pegada a sus páginas, con el interés sin desfallecer y que he devorado sin calma, para saber cuál iba a ser su desenlace.
El argumento es sencillo aunque no por ello deja de ser muy original a la vez, al margen de tener un sustento real que alimenta la trama.Con los franceses a las puertas de Sevilla, en plena invasión gabacha, los nobles y ricos con poderes de la ciudad, incluida parte de la Iglesia, temen perder sus caudales y obras de arte ante el más que posible saqueo por parte del ejército invasor, por lo que qué mejor manera de protegerlos que escondiéndolos en un lugar seguro y del que nadie pueda siquiera sospechar. De ahí a recordar el título de la novela hay poco trecho y, aunque en la realidad cada familia guardó sus riquezas donde pudo o supo, los personajes de esta novela optarán por buscar una ubicación común, ni más ni menos que el propio Alcázar de Sevilla.
La novela comienza con la reunión, en la sevillana iglesia de San Francisco, de los personajes que querrán tener a buen resguardo sus posesiones, un año antes de que José Napoleón quede entronizado en España. Desde aquí empieza ya a desfilar toda una galería de personajes que nos acompañarán durante todo el contenido de la obra, y es que la misma es muy coral, con muchas voces, llegando a dudar a veces quién es el protagonista verdadero, si realmente solo existe uno. Los personajes irán apareciendo y desapareciendo, para volver a resurgir más tarde, cobrando protagonismo poco a poco como la«alegre» Francisca de Arteche y su marido Joaquín, la aprendiz de modista María, su novio Juyan, los parias Pérez y el Rata, el sicario Cifuentes, Fray Jorge de Usera, maese Rodrigo, Federico de Guzmán y Flandes –duque de Aguasfrancas-, el capitán francés Guillot, y tantos otros… El autor consigue meternos en la piel de cada uno de ellos, lo que destaca su habilidad para perfilar y dibujar con precisión la psique de los mismos. Tanto es así, que llegué a pensar que algunos de ellos podría protagonizar en solitario su propia aventura en una novela aparte, a modo de spin off. Pero de todos los personajes quisiera destacar uno de ellos, el notario maese Rodrigo, que será el encargado de esconder el tesoro, y temiendo por su vida, entregará a María el mapa en el que se indica dónde está escondido. Este simple acto desencadenará todo un sinfín de aventuras y situaciones que nos van atrapando poco a poco, pues son muchos bandos los que quieren encontrar esta ingente cantidad de riquezas. A medida que vamos pasando una página y otra, nos vamos dejando llevar hacia un final del todo inesperado que, como nos desveló el propio autor en la entrevista que le realizamos al autor y que pronto verá la luz, cogerá al lector por sorpresa. Y es que el desenlace tendrá lugar en un baile de gala que el monarca José I organiza en el mismo Alcázar sevillano, y que nos hará revolvernos en el sillón para al fin poder soltar el aire tras acumular tanto suspense.
La trama se desarrolla en 1809,teniendo como único escenario la ciudad de Sevilla, con franceses y afrancesados, rufianes y personajes de baja estofa, nobles y realeza, pero bien podría haber sido una historia de piratas pues, además de contar con su tesoro, la historia cuenta con aventuras, amores–alguno más impúdico que otro-, sexo, honor, celos, intriga y, por si fuera poco, está salpicada de hechos históricos, leyendas de la ciudad del Guadalquivir, y alguna que otra anécdota. No deja de resultar curioso que a José Napoleón se le apodara Pepe Botella cuando él era abstemio y solo bebía agua y refrescos.
Por otra parte,el autor nos muestra un fiel reflejo de la sociedad sevillana de la época, con sus defectos que aún hoy en día son reconocibles, así como la relación de la población con los invasores. De este modo tendremos constancia que los afrancesados no eran tan minoritarios como podríamos pensar antes de leer esta novela y al respecto nos hace reflexionar sobre qué futuro le hubiera devenido a nuestro país si la ocupación francesa hubiera triunfado y no hubieran sido expulsados de España al poco.¿Se hubiera establecido la Ilustración?, ¿la sociedad hubiera sido más justa por las reformas que nos traían de allende los Pirineos? Son preguntas nos conducen a pensar y hacer trabajar a la imaginación, asunto no baladí en un libro que, además, entretiene.
La prosa, como indicaba anteriormente, es muy ligera y ágil, rebosando argucias literarias como metáforas y bellas comparaciones. El autor ha tejido un entramado de conspiraciones y estrategias, todo muy bien urdido y pensado, siendo palpable su buena documentación y amplio conocimiento, tanto de los hechos históricos que tuvieron lugar en su contexto como del mismo palacio del Alcázar, un espacio que he tenido ocasión de visitar en varias ocasiones y he visto reflejado entre las páginas de esta novela sus preciosos jardines, sus suntuosos salones y de manera muy especial, su Patio de la Montería, donde cada año, en una noche de verano por lo general calurosa, se otorgan los Premios de Novela Ateneo de Sevilla.
Escrito en tercera persona, consta de un preámbulo, una introducción, cincuenta y nueve capítulos, un epílogo y las correspondientes notas del autor, las cuales no tienen desperdicio alguno.Con estos elementos, más todos los que os he desgranado hasta ahora, estoy segura de que cualquier lector disfrutará de esta novela, al menos yo así lo he hecho pues, como el mismo autor nos confesó en esa entrevista que antes he mencionado, su primer objetivo es hacer pasar a los lectores un buen rato y tengo que reconocer que lo consigue con creces, dejándome con ganas de acercarme y descubrir más obras suyas.
Por todo ello, no puedo más que recomendar la lectura de El tesoro del Alcázar, especialmente si eres lector al que le apasione el misterio, los tesoros y las intrigas aderezados con su pincelada histórica.
[Algunas imágenes e ilustraciones tomadas de Google]
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