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LOS AMANTES ANÓNIMOS de Salvador Gutiérrez.

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Editorial: Stella Maris.
Fecha publicación: noviembre, 2016
Precio: 19,00 €
Género: Cuento ilustrado.
Nª Páginas: 590
Edición: Tapa blanda.
ISBN: 978-84-16541-80-5
[Puedes empezar a leer aquí]

Autor

Salvador Gutiérrez Solís (Córdoba, 1968) empezó su carrera literaria en 1995 con la novela Dictando al cojo. En 1999 inició con La novela de un novelista malaleche la serie que tiene por protagonista al escritor de provincias Germán Buenaventura y que le valió ser finalista del premio de la Crítica. En 2006 apareció una segunda entrega: El batallón de los perdedores. En su ya extensa carrera literaria cabe destacar: El sentimiento cautivo (finalista del premio Fernando Lara, 2003), El orden de la memoria (2008) y El escritor congelado (que obtuvo en 2013 el premio Andalucía de la Crítica). Biografía autorizada (2015) es su último libro publicado. También es autor de la biografía Barnaby Conrad, una pasión española. Ha sido traducido a varios idiomas. Colabora habitualmente en la prensa y ejerce de crítico literario para diferentes publicaciones.
Sinopsis

Carmen Puerto, una inspectora de policía de mediana edad, vive desde hace seis años recluida en su casa sevillana. Le ha alquilado los bajos de su casa a Jesús Fernández, un tranquilo y apocado peluquero que se encarga de hacerle la compra y mandársela a través de un montacarga interior, y desarrolla toda su actividad como policía a través del portátil y el móvil, sin ningún contacto directo con personas de carne y hueso. Sólo recibe a veces a Alberto, cuyos servicios sexuales contrata por internet.

A pesar de esta extraña forma de relacionarse con el mundo y del error que supuestamente cometió en su última investigación, su superior no se ve capaz de prescindir de ella y menos cuando se le presenta un caso complejo. En un mismo día aparecen distintos restos humanos congelados en tres ciudades también distintas: Barcelona, Madrid y Sevilla. Para resolver el caso, Carmen Puerto contará con la colaboración de su ex compañero Jaime y de Julia, convertidos en sus ojos y sus oídos.

Los amantes anónimos es una fascinante incursión literaria a la extraña combinación de soledad e hiperconexión que caracteriza la sociedad contemporánea, y una brillante vuelta de tuerca al género policial. Gracias a la fuerza de los personajes y un relato que permite al lector conocer los pormenores de la investigación como si fuera un miembro más del equipo de Carmen, Salvador Gutiérrez lleva al límite la tradicional pregunta de quién cometió el crimen y nos sumerge en una trama cuyo desenlace está marcado por las profundas transformaciones impuestas por la tecnología en las últimas décadas. En el mundo que nos presenta Los amantes anónimos, la frontera entre lo real y lo virtual tienden a confundirse y difuminarse para lanzar a las personas a una vertiginosa y arriesgada búsqueda de algo que siempre se les escapa.

[Biografía y sinopsis tomadas directamente de la web de la editorial] 

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En el mes de noviembre asistí a la presentación de Los amantes anónimos, la nueva novela de Salvador Gutiérrez Sos, que tuvo lugar en la Fundación Cruzcampo, en el mismo barrio sevillano donde parte de la trama tiene lugar. En aquel acto, sobre el que puedes leer los detalles aquí, el autor nos explicó cómo se le había ocurrido el argumento, a raíz de prestar atención a las ventanas de una vivienda ubicada en el edificio frente al suyo, que siempre lucían con las persianas bajadas, como si los habitantes de la vivienda desearan ocultarse. Aquello le dio la idea para crear al personaje protagonista de esta nueva novela de la que hoy quiero hablaros. Pero, Salvador Gutiérrez no es nuevo en este foro. Anteriormente tuve la oportunidad de leer su novela previa, Biografía autorizada, una novela que narra las vivencias de Carlos J., un músico con sus altibajos y que supuso un repaso al panorama musical pasado y presente (puedes leer la reseña aquí).

Pues bien, un año más o menos después de esa novela, el autor cordobés pero afincado en Sevilla regresa con un cambio de registro, una novela policíaca con un personaje protagonista muy singular al que le ha cogido cariño y por tanto se plantea mantenerlo en el tiempo con nuevas entregas. Pero vayamos al grano.

Los amantes anónimosnarra la investigación policial de tres supuestos asesinatos iniciales a raíz de la aparición de tres miembros amputados en tres ciudades distintas.Una mano seccionada con las uñas pintadas de un rojo intenso es encontrada en la Plaza Catalunya en Barcelona. Posteriormente encuentran un pie seccionado a mitad del tobillo con las uñas pintadas de un azul marino brillante en la Plaza de Callao, muy cerca del edificio Capitol, en MadridY un tercer hallazgo nos traslada a Sevilla, junto al ayuntamiento, donde en el interior de una papelera se ha encontrado un corazón. Todo hace pensar que anteriormente estuvieron congelados. El descubrimiento de estos miembros da pie a una investigación a cuyo frente se encuentra la inspectora de policía Carmen Puerto, una mujer que vive recluida en su vivienda desde donde opera y coordina la acción policial. Junto a ella, y en el exterior, tendrá el apoyo de los policías Jaime y Julia, quienes serán los encargados de viajar de una ciudad a otra o interrogar a los sospechosos. Los ojos y las manos de Carmen.


Como fruto de las investigaciones, la policía encontrará los cadáveres a los que pertenecen la mano, el pie y el corazón. Los tres dentro de un bidón y sumergidos en ácido, de tal modo que la identificación resulta ardua tarea. A partir de ahí el lector se adentra en un complejo entramado lleno de conexiones entre unos hechos y personajes, propio de una maquinaria de relojería suiza, que nos conducirá a un argumento donde tendrá su importancia las sesiones de sexo, los juegos eróticos, los anuncios de contactos y las telenovelas. Incluso el fallido golpe de Estado ocurrido en Venezuela en el año 2002 tendrá su importancia y junto a todo esto, nuevos personajes, como Jesús, el peluquero que vive debajo de Carmen y que, aparentemente no es más que el nexo de unión entre la inspectora y el exterior pero que adquirirá un importante protagonismo, o la actriz venezolana, Luz Márquez, fallecida en trágicas circunstancias y cuya muerte arrojará mucha luz al caso.

Bien, estos son, grosso modo, los mimbres de esta novela. A medida que me adentraba en la trama, me sorprendió encontrarme con una obra de ingeniería sobre la que se asienta toda la historia. Bajo mi punto de vista, el desarrollo de los hechos está muy bien conseguido, las conexiones están cosidas con puntada fina, todo desvela una urdimbre muy medida y pensada, que apunta a que el autor ha trabajado en esta novela concienzudamente. Y es tan faraónico el argumento que lo entendí como un reto para el autor preguntándome si, después de haber establecido un rosario de nexos tan intrincados, ¿sería capaz Salvador Gutiérrez de salir del laberinto en el que se estaba metiendo? Bueno, eso lo tienes que descubrir con la lectura aunque te adelanto que por mi parte aprueba co nota. Lo que sí es cierto es que, sabiendo lo que sé hoy, me hubiera planteado la lectura de Los amantes anónimos de otra manera porque, en algún momento los detalles son tan milimétricos, tan precisos, que no hubiera estado mal haber hecho algunas anotaciones más concretas a lo largo de la lectura pues, confieso, que en alguna ocasión he tenido que volver atrás para refrescar la memoria y enlazar unos hechos con otros.

Creo que Salvador Gutiérrez quiere que el lector «vea» la novela, que no por estar a este lado de las páginas nos perdamos datos importantes o no sintamos lo que sienten los personajes y por eso ahonda en las descripciones y nos ofrece un aluvión de detalles que realmente son bastantes eficaces en ciertos pasajes. No obstante, y dado que el epicentro de los hechos descritos gira alrededor de la actriz venezolana Luz Márquez y sus papeles en diferentes culebrones, para mi gusto hay muchos datos y cifras con respecto a los trabajos de la actriz. No me refiero a los títulos de las telenovelas, o a los papeles que interpretó, o al vestuario que lució la actriz, pues todo esto tiene su por qué dentro del argumento, sino a los años de rodaje de las telenovelas, los guiones, la repercusión mediática que tuvieron o los países en los que se emitieron. Todo esto ayuda a construir la motivación del asesino pero en ciertos momentos me ha abrumado ligeramente, aunque es cuestión de un par de capítulos nada más.




En cuanto a los personajes, encabeza la lista la peculiar inspectora de policía Carmen Puerto. Residente en Sevilla, aunque este dato solo lo sabremos los lectores y no los restantes personajes de la novela, Carmen dirige y coordina la investigación policial desde su domicilio en un conocido barrio sevillano sin poner un pie en la calle. Ayudada por los agentes Jaime y Julia, la inspectora se vale de un impresionante despliegue de medios técnicos con los que surca la red en busca de información. Incluso utiliza medios poco ortodoxos para resolver los casos, bordeando los márgenes de la ley e incluso traspasándolos.

Nuestro acercamiento al personaje no solo se hará desde el punto de visto profesional sino también desde el personal. Por ejemplo, su sexualidad estará muy presente en la novela, protagonizando escenas eróticas de alto voltaje, bien descritas y hasta estimulantes. No soy muy partidaria de incluir situaciones tórridas en las novelas, especialmente porque hay algunos autores que explotan el sexo hasta límites insospechados y casi sin venir al caso, como si quisieran engrosar el argumento, ocultando la verdadera historia. Por suerte, en Los amantes perdidos no ocurre así. Es verdad que vamos a ser testigos de excepción de las fantasías y los encuentros sexuales de Carmen pero llega un momento, cuando hay que abordar estrictamente la trama policíaca, en la que el sexo pasa a un segundo plano. Entiendo que esto, junto con el desglose de los gustos musicales y el interés de los protagonistas por diversas series de televisión muy conocidas es una manera de dibujar y profundizar en los personajes. Y efectivamente, considero que el personaje de Carmen Puerto está muy bien construido. Carmen es una mujer de personalidad fuerte, con las ideas muy claras, inteligente y brillante pero también un tanto excéntrica. Huidiza, esquiva, maniática, manipuladora, cuadriculada, solitaria, mordaz, meticulosa,... son algunos de los adjetivos que podrían encajar en su perfil y, aunque inicialmente no me cayó muy bien por su obstinada prepotencia y soberbia, llegué a un punto de la trama en la que pude contemplar cómo el personaje evoluciona hacia un lado más humano o más considerado, suavizando sus formas y tratando de entender y ayudar al contrario.




En cualquier caso, y quizá por acentuar su particular personalidad casi esquizoide(Julia la denomina «la pirada») hay detalles del personaje que me resultaron irritantes. Por un lado, muestra una obsesión casi compulsiva por el funcionamiento de un particular electrodoméstico de su casa. Este aspecto de su personalidad me desquició sin llegar a comprender por qué se enroca una y otra vez en comprobar si el electrodoméstico funciona o no. Por otro, y aquí sí me quito el sombrero ante el autor, me desconcertó sobre manera la presencia de un juguete infantil en su vida, un juguete que emite un sonido concreto y cuya finalidad no llegué a entender hasta un momento dado sin que el autor de ninguna explicación al respecto pero basta la deducción lógica del lector para entenderlo.

Así pues, con sus luces y sus sombras, Carmen Puerto es el alma mater de esta novela, un personaje que a mí me ha resultado sumamente interesante desde el punto de vista literario por la reclusión a la que se ve obligado. La inspectora lleva enclaustrada en su casa hace seis años sin más contacto con el exterior que Jesús el peluquero o un ocasional amante que la visita de vez en cuando. El motivo por el que lleva encerrada no lo llegaremos a saber a ciencia cierta. Se da a entender que un error en el pasado la obligó a apartarse de la vista de indeseables pero en ningún momento se explica con exactitud qué le ocurrió. Sinceramente me hubiera gustado saber qué le pasó, que el autor se adentrara algo más en el pasado de la inspectora para llegar a entender el motivo de su reclusión pero, de todos modos, me ha parecido especialmente curioso verla trabajar entre cuatro paredes, siguiendo con exactitud cronológica una rutina auto-impuesta.

Por suerte, y tratando de averiguar por qué no se nos da mucha explicación al respecto, me encuentro con una entrevista publicada en Diario de Sevilla, en la que se afirma lo siguiente:

En Los amantes anónimos el escritor ha dejado "muchas puertas abiertas de forma premeditada que se volverán a cruzar en alguna futura novela", indicó. Es decir, en esos próximos libros se resolverán algunas incógnitas y se profundizará mejor en el pasado de la detective.


Me encantará conocer qué le paso a la inspectora para acabar recluida de esta forma año tras año, y vivir casi en la penumbra sin apenas permitir que la luz del sol entre en su casa. También me gustará saber algo más de algunas cuestiones que en esta novela quedan en el aire, p que al menos no quedan suficientemente claras para mí.

Pero Carmen no será el único personaje bien dibujado. Bajo mi punto de vista todos tiene un rol perfectamente delimitado. Si Carmen es la excéntrica, Jaime será el complaciente, el peón a las órdenes de ella, que atiende todas sus peticiones por rocambolescas que parezcan, mientras que Julia es la inconformista, la que no aprueba por regla general los métodos de Carmen, existiendo tanta fricción entre ellas que su relación llega a echar chipas ni tampoco entiende el servilismo de su compañero Jaime.

Pero no podemos dejar atrás a Jesús, el peluquero. Un personaje de esos a los que se les coge cariño, por sincero, por  natural, hasta por simple. Jesús es una pieza clave en esta novela aunque él no lo sabe.

Con un ritmo que se mantiene más o menos estable a lo largo de toda la novela, sin excesivo ímpetu salvo en los momentos puntuales y cuando ya hemos avanzado bastante en la lectura, Los amantes anónimos cuenta con un narrador con un marcado carácter omnisciente. Dice el autor en la entrevista concedida al diario ABC (puedes leerla aquí) que «Esta novela se podría definir como una teleserie narrativa». En este sentido cobra especial protagonismo el estilo narrativo pues los hechos se presentan de maneraglobal y simultánea, transmitiéndonos lo que ocurre en diversos puntos o lo que hacen diferentes personajes al mismo tiempo. 

Y estructuralmente, y casi con seiscientas páginas, la novela se sustenta sobre cuatro grandes bloques a lo largo de los que se distribuyen los capítulos encabezados por las fechas y las horas en las que se suceden los hechos, algo que también favorece ese sensación de serie de televisión que el autor quiere otorgar a su novela.

Concluyendo, sé que me ha salido una reseña larguísima pero la novela así lo exige. No concibo Los amantes anónimoscomo una novelapolicíaca al uso. Me parece novedoso la manera en la que la protagonista ejerce su profesión, un personaje que tiene un punto trasgresor, algo que le aporta una personalidad muy atractiva. Como dije antes, me hubiera gustado saber algo más de su pasado pero por lo que se ve tendremos que esperar a futuras entregas. En cuanto al entramado, reconozco que el autor tiene bastante mérito a la hora de coordinar tantas conexiones, hechos y personajes, lo que la convierte en una novela de cierta complejidad que a mí, más allá de algún detalle, me ha gustado leer.


[Algunas imágenes e ilustraciones tomadas de Google]

Retos:

-  Autores de la A a la Z

- 25 Españoles
-100 libros



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