Editorial: Nórdica
Fecha publicación: octubre, 2016
Precio: 13,95 €
Género: Cuento ilustrado.
Nª Páginas: 64
Edición: Cartonado.
Nª Páginas: 64
Edición: Cartonado.
Autores
Jacob y Wilhelm Grimm (Hanau, Alemania, 1785-1863 / 1786-1859). Filólogos de formación y estudiosos del folclore. Fueron profesores universitarios en Kassel, en Gotinga y en la Universidad Humboldt de Berlín. Recorrieron su país hablando con los campesinos, con las vendedoras de los mercados, con los leñadores y recogiendo historias de los lugareños, además de estudiar la lengua y el antiguo folclore de la región. Fruto de este trabajo son sus cuentos, entre los que destacan Hansel y Gretel, Blancanieves, etc., que recopilaron con el título de Cuentos de hadas de los hermanos Grimm.
Iban Barrenetxea (Elgoibar, 1973). El absurdo y la casualidad, leyes absolutamente presentes en nuestro mundo, son un elemento más de su paleta, con la que retrata a carismáticos personajes que transpiran una sutil ironía. Tras una década dedicado al diseño gráfico, inició su carrera como ilustrador en 2010. Desde entonces ha ilustrado una decena de libros, ha escrito dos de ellos y su obra ha sido reconocida con galardones del prestigio de Bratislava y los literarios de Euskadi.
Sinopsis
En 1812 Jacob y Wilhelm Grimm publicaron en la ciudad alemana de Kassel un volumen que reunía los conocidos cuentos populares. Ahora oímos un rumor que se acerca: «aihó, aihó...». ¿Os suena? Pues sí, son los enanitos de Blancanieves. Con la nueva traducción, de Isabel Hernández, y el impresionante trabajo gráfico de Iban Barrenetxea es la edición perfecta para redescubrir este relato clásico y es nuestro homenaje a los Grimm en este aniversario.
Los regalos de los Reyes Magos a veces se demoran más de la cuenta. No es culpa de sus majestades sino de sus colaboradores, concretamente del servicio de correos postal que un día entrega un paquete en una dirección equivocada aunque los datos del destinatario figuran correctamente en el sobre. A eso se le suma que el falso receptor del envío,ni corto ni perezoso, sin mirar si el paquete iba dirigido a él realmente (prefiero pensarlo así), lo abre y mira en su interior. Encuentra que dentro figura un libro. Imagino que será entonces cuando se da cuenta de que el paquete no era para él y opta por localizar al cartero y devolverlo, abierto por supuesto, pero eso sí, con el interior inmaculado. Sin embargo no es fácil coincidir con el cartero por la calle por lo que van pasando los días, uno tras otros, y el paquete sigue en el paradero equivocado. Por fin, y cuando lo daba por perdido, llegó a mis manos, veinticinco días depués. ¡Aleluya!Si el remitente me lo hubiera mandado desde Groenlandia, seguro que hubiera tardado menos pero el remitente no vive en esos fríos parajes, aunque a lo mejor le gustaría en verano, sino que reside donde el terral pega fuerte cuando se le tercia. Malagueña que es ella. ¡Gracias!
Blancanieves es uno de esos cuentos clásicos de los hermanos Grimm, escrito y publicado entre 1812 y 1815 pero, desde entonces, ha sido traducido mil y unavez, editado y reeditado, se han hecho diversas adaptaciones al cine y al teatro. En esta ocasión es la editorial Nórdica la que nos ofrece su versión, ilustrada por Iban Barrenetxea y con la que he disfrutado de lo lindo.
Por supuesto, no es necesario que entremos en el argumento porque estoy convencida de que todos conocéis a la reina buena que cose y se pincha el dedo, cuya sangre mancha la nieve, que tendrá una hija a la que pondrá de nombre Blancanieves, que la madre morirá y el padre volverá a casarse, que la nueva reina es mala y pretendeliquidar a la hijastra más bella que ella, que aparecerán unos enanos, una manzana y un príncipe. Colorín colorado.
Seguro que no os extraña si os digo que esta Blancanieves no es la que yo conocía, que me he topado con diferencias sustanciales y hechos que desconocía y no os debe extrañar porque, en cuestión de cuentos, todos andamos bajo el influjo de la escuela Disney y sus almibaradas pero preciosas adaptaciones. En esta versión el cazador tiene que entregar a la malvada reina el hígado y el pulmón de la joven mientras que en el cine queda mucho elegante sustituir esos órganos por un rojo corazón. Así mismo, y bajo diferentes disfraces, la madrastra intenta matar a Blancanieves no una vez, sino tres. La manzana será el último y definitivo intento. Y lo más desgarrador, no existe el beso de amor por parte del príncipe, ese ósculo que deshace el hechizo mortal y rescata a la bella joven de las garras de la muerte.
Por otra parte, en cuanto a personalidades también hay diferencias entre la versión original y la cinematográfica. Para empezar, los enanos no tienen ningún apodo, es más ni siquiera sabremos cómo se llaman. Además los encuentro más serios, más fríos y distantes con Blancanieves que, a su vez, deja de ser tan tímida y candorosa para mostrarse más ingenua e incluso un poco obtusa porque reincide una y otra vez en un comportamiento que solo le trae trágicas consecuencias.
Algo que no me había parado a pensar hasta ahora que he leído el cuento es la inexistencia de la figura del rey. No sale por ningún lado, no se manifiesta, no tiene ningún tipo de protagonismo en este cuento. Y leyendo información al respecto me encuentro con una respuesta a mi pregunta. Veréis, por lo que he leído en la red, hay una teoría que relaciona el cuento de Blancanieves con una historia real, la de Maria Sophia Margaretha Catharina von Erthal.Esta joven vivía en un castillo con su padre en la localidad de Lorh (Alemania). El hombre, tras quedarse viudo, volvió a casarse con otra mujer y dejó a su hija a cargo de ella pues él viajaba constantemente y apenas pernoctaba en el castillo, de ahí que, al no tener mucho trato con la niña, su presencia en el cuento es nula.
Si buscáis en internet encontraréis muchos datos que señalan a esta joven como la inspiración para el cuento de Blancanieves. De hecho se menciona que el castillo de la familia se puede visitar hoy en día pues se ha convertido en el Museo del Spessart. En su interior todavía se puede contemplar un espejo muy singular, germen del famoso espejo mágico del cuento. Se trata de una pieza de gran envergadura que, con motivo de una específica fabricación, tenía una peculiaridad de lo más curiosa. Si alguien hablaba muy cerca del espejo, este reverberaba y reproducía la voz. Tanto es así que se le conocía como El espejo parlante que se traduce en el espejo mágico en el cuento.
En fin, hay mucha información en relación a esta historia, datos y curiosidades que incluso hablan del valor cabalísticos de los números que aparecen en la narración.El número 3 -las tres gotas de sangre que caen en la nieve o los tres intentos de asesinato por parte de la malvada reina- o el número 7 - los siete enanitos, con sus siete platitos, sus siete tenedorcitos, sus siete camitas-. Por teorías no serán.
Pero centrándonos en la edición de Nórdica, hay que destacar las preciosas ilustraciones de Iban Barrenetxea en las que predomina la escala de los grises y los sepias, con brevísimas notas de colores más llamativos. Esto contrasta muchísimo con otras versiones, no ya con la cinematográfica, sino con otras ediciones escritas en las que las ilustraciones son más vistosas. Bajo mi punto de vista, los dibujos de Barrenetxea encajan perfectamente con la historia, mucho más sobria y más trágicade lo que siempre se ha pensado gracias al cine, porque, aunque el cuento tiene un final feliz para Blancanieves -un final, en el que entra en juego la justicia poética-, no hay que olvidar que la joven ha tenido que pasar por la muerte hasta alcanzar la felicidad y la dicha.
[Biografía y sinopsis tomadas directamente de la web de la editorial]
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Los regalos de los Reyes Magos a veces se demoran más de la cuenta. No es culpa de sus majestades sino de sus colaboradores, concretamente del servicio de correos postal que un día entrega un paquete en una dirección equivocada aunque los datos del destinatario figuran correctamente en el sobre. A eso se le suma que el falso receptor del envío,ni corto ni perezoso, sin mirar si el paquete iba dirigido a él realmente (prefiero pensarlo así), lo abre y mira en su interior. Encuentra que dentro figura un libro. Imagino que será entonces cuando se da cuenta de que el paquete no era para él y opta por localizar al cartero y devolverlo, abierto por supuesto, pero eso sí, con el interior inmaculado. Sin embargo no es fácil coincidir con el cartero por la calle por lo que van pasando los días, uno tras otros, y el paquete sigue en el paradero equivocado. Por fin, y cuando lo daba por perdido, llegó a mis manos, veinticinco días depués. ¡Aleluya!Si el remitente me lo hubiera mandado desde Groenlandia, seguro que hubiera tardado menos pero el remitente no vive en esos fríos parajes, aunque a lo mejor le gustaría en verano, sino que reside donde el terral pega fuerte cuando se le tercia. Malagueña que es ella. ¡Gracias!
Blancanieves es uno de esos cuentos clásicos de los hermanos Grimm, escrito y publicado entre 1812 y 1815 pero, desde entonces, ha sido traducido mil y unavez, editado y reeditado, se han hecho diversas adaptaciones al cine y al teatro. En esta ocasión es la editorial Nórdica la que nos ofrece su versión, ilustrada por Iban Barrenetxea y con la que he disfrutado de lo lindo.
Por supuesto, no es necesario que entremos en el argumento porque estoy convencida de que todos conocéis a la reina buena que cose y se pincha el dedo, cuya sangre mancha la nieve, que tendrá una hija a la que pondrá de nombre Blancanieves, que la madre morirá y el padre volverá a casarse, que la nueva reina es mala y pretendeliquidar a la hijastra más bella que ella, que aparecerán unos enanos, una manzana y un príncipe. Colorín colorado.
Seguro que no os extraña si os digo que esta Blancanieves no es la que yo conocía, que me he topado con diferencias sustanciales y hechos que desconocía y no os debe extrañar porque, en cuestión de cuentos, todos andamos bajo el influjo de la escuela Disney y sus almibaradas pero preciosas adaptaciones. En esta versión el cazador tiene que entregar a la malvada reina el hígado y el pulmón de la joven mientras que en el cine queda mucho elegante sustituir esos órganos por un rojo corazón. Así mismo, y bajo diferentes disfraces, la madrastra intenta matar a Blancanieves no una vez, sino tres. La manzana será el último y definitivo intento. Y lo más desgarrador, no existe el beso de amor por parte del príncipe, ese ósculo que deshace el hechizo mortal y rescata a la bella joven de las garras de la muerte.
Por otra parte, en cuanto a personalidades también hay diferencias entre la versión original y la cinematográfica. Para empezar, los enanos no tienen ningún apodo, es más ni siquiera sabremos cómo se llaman. Además los encuentro más serios, más fríos y distantes con Blancanieves que, a su vez, deja de ser tan tímida y candorosa para mostrarse más ingenua e incluso un poco obtusa porque reincide una y otra vez en un comportamiento que solo le trae trágicas consecuencias.
Algo que no me había parado a pensar hasta ahora que he leído el cuento es la inexistencia de la figura del rey. No sale por ningún lado, no se manifiesta, no tiene ningún tipo de protagonismo en este cuento. Y leyendo información al respecto me encuentro con una respuesta a mi pregunta. Veréis, por lo que he leído en la red, hay una teoría que relaciona el cuento de Blancanieves con una historia real, la de Maria Sophia Margaretha Catharina von Erthal.Esta joven vivía en un castillo con su padre en la localidad de Lorh (Alemania). El hombre, tras quedarse viudo, volvió a casarse con otra mujer y dejó a su hija a cargo de ella pues él viajaba constantemente y apenas pernoctaba en el castillo, de ahí que, al no tener mucho trato con la niña, su presencia en el cuento es nula.
Si buscáis en internet encontraréis muchos datos que señalan a esta joven como la inspiración para el cuento de Blancanieves. De hecho se menciona que el castillo de la familia se puede visitar hoy en día pues se ha convertido en el Museo del Spessart. En su interior todavía se puede contemplar un espejo muy singular, germen del famoso espejo mágico del cuento. Se trata de una pieza de gran envergadura que, con motivo de una específica fabricación, tenía una peculiaridad de lo más curiosa. Si alguien hablaba muy cerca del espejo, este reverberaba y reproducía la voz. Tanto es así que se le conocía como El espejo parlante que se traduce en el espejo mágico en el cuento.
En fin, hay mucha información en relación a esta historia, datos y curiosidades que incluso hablan del valor cabalísticos de los números que aparecen en la narración.El número 3 -las tres gotas de sangre que caen en la nieve o los tres intentos de asesinato por parte de la malvada reina- o el número 7 - los siete enanitos, con sus siete platitos, sus siete tenedorcitos, sus siete camitas-. Por teorías no serán.
Pero centrándonos en la edición de Nórdica, hay que destacar las preciosas ilustraciones de Iban Barrenetxea en las que predomina la escala de los grises y los sepias, con brevísimas notas de colores más llamativos. Esto contrasta muchísimo con otras versiones, no ya con la cinematográfica, sino con otras ediciones escritas en las que las ilustraciones son más vistosas. Bajo mi punto de vista, los dibujos de Barrenetxea encajan perfectamente con la historia, mucho más sobria y más trágicade lo que siempre se ha pensado gracias al cine, porque, aunque el cuento tiene un final feliz para Blancanieves -un final, en el que entra en juego la justicia poética-, no hay que olvidar que la joven ha tenido que pasar por la muerte hasta alcanzar la felicidad y la dicha.
En definitiva, y como dije hace poco, es una maravilla acercarse a los cuentos infantiles desde la distancia que impone los años. Nuestra percepción cambia y por supuesto, podemos indagar más sobre las historias que recogen estas narraciones en busca de influencias, teorías o leyendas que pueden enriquecer la lectura.Muy recomendable.
Os dejo con el booktrailer del libro: