Editorial: Tusquets Editores.
Fecha publicación: abril, 2015
Precio: 17,00 €
Género: Relatos.
Nª Páginas: 186
Edición: Rústica con solapas.
Nª Páginas: 186
Edición: Rústica con solapas.
Autora
Cristina Fernández Cubas, la prestigiosa y aclamada autora de algunos de los mejores libros de cuentos de la literatura española, nació en Arenys de Mar (Barcelona) en 1945. Ha publicado cinco libros de relatos –Mi hermana Elba, Los altillos de Brumal, El ángulo del horror, Con Agatha en Estambul, Parientes pobres del diablo-, dos novelas - El año de Gracia y El columpio–, una obra de teatro –Hermanas de sangre– y un originalísimo libro de memorias narradas, Cosas que ya no existen. Su obra está traducida a diez idiomas. Todos los cuentos mereció el Premio Ciutat de Barcelona, el Premio Salambó, el Premio Cálamo, el Premio Qwerty y el Premio Tormenta 2008. Con el seudónimo de Fernanda Kubbs ha publicado asimismo La puerta entreabierta. Tras la consagración de Mi hermana Elba como lectura obligatorio en los programas oficiales de bachillerato, Cristina Fernández Cubas regresa con La habitación de Nona, que ha merecido el Premio Nacional de la Crítica 2015 y el Premio Nacional de Narrativa 2016.
Sinopsis
Una niña siente una envidia creciente hacia su hermana Nona a quien todo lo que le ocurre es “especial” y, lo que es peor, le ocurre a escondidas. Una mujer al borde del desahucio confía en una benévola y solitaria anciana que le invita a tomar café. Un grupo escolar comenta un cuadro, y de repente alguien ve en él algo inquietante que perturba la serenidad del momento. La narradora se aloja en un hotel madrileño y al salir vive un salto en el tiempo… Cristina Fernández Cubas revisita la infancia y la madurez, la soledad y la familia, la cotidianidad de nuestras casas y nuestras ciudades y nos descubre que en todos ellos tal vez aniden inadvertidos el misterio, la sorpresa y el escalofrío.
[Biografía y sinopsis tomadas directamente del ejemplar]
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No conocía a Cristina Fernández Cubas, esta periodista y autora española que en 2016 fue galardonada con el Premio Nacional de Narrativa precisamente con el libro del que hoy os quiero hablar, La habitación de Nona, un volumen de relatos que me ha parecido una maravilla.
La habitación de Nona ha supuesto el último libro que hemos analizado en el club de lectura. Al no sonarme de nada el nombre de la autora, no supe muy bien a qué atenerme cuando la coordinadora del club dio a conocer el título de nuestra siguiente lectura. No obstante, cuando ya tuve el volumen en mis manos, para mi sorpresa advertí que eran relatos y además que Cristina Fernández Cubas había ganado el Premio Nacional de Narrativa con un género que, sigo diciéndolo, los lectores consideran menor.
Me pasa con los relatos como con el cine español, soy firme defensora. Siempre he pensado que un relato, si está bien escrito y narra una historia perfectamente urdida, tiene mucho más mérito que una novela, por cuestiones de extensión y desde luego, La habitación de Nona se compone de seis historias magníficas que no dejan indiferente. Tanto es así que, cuando llegó la hora de devolver mi ejemplar, salí pitando a la librería para comprarme uno propio. No importa que ya lo hubiera leído. Son tan buenos que merecen la pena volver a ellos en el futuro y llegado tal ocasión quiero tener mi propio ejemplar.
Como digo, La habitación de Nona se compone de seis relatos de extensión variable, siendo el primero de ellos el que da título a todo el volumen y sobre el que más me voy a extender. Ese primer relato resultó para mí como una bofetada en toda la cara, con la mano abierta. La culpa la tuvo la primera línea:
«Mi hermana es especial»
Bueno, más que la frase completa, lo que inmediatamente me puso en alerta fue la palabra «especial», un adjetivo que lleva planeando sobre mi cabeza la friolera suma de 42 años, los mismos que tiene mi hermana pequeña. Os cuento.
La habitación de Nona nos hablará de dos hermanas y la relación que existe entre ellas. La narradora es la hermana mayor que se siente desplazada por Nona. No se trata de que la hermana pequeña vaya a su aire y pase de la otra, sino de que Nona es autosuficiente, no necesita del apoyo de su hermana, como suele ocurrir generalmente, de hecho no necesita a nadie, y eso es lo que más incomoda a la narradora que no entiende la actitud de su hermana. Para encontrar respuestas la narradora acudirá a sus padres y a su abuela, sin que consiga sacar nada en claro. Los primeros tratarán a la hermana mayor con condescendencia hasta que, tanta insistencia por su parte desplegando extrañas y locas teorías, terminará por irritar a sus progenitores. De la abuela tampoco podrá extraer nada pues es una mujer mayor que no habla y simplemente se limita a sonreír. Junto con Nona, a la que jamás veremos hablar, la abuela y el psicólogo del centro escolar al que las hermanas asisten serán los personajes más intrigantes de la historia.
Sobre este relato en concreto me gustaría destacar dos cuestiones, una sobre el fondo y la otra sobre la forma. Para empezar hay que dejar claro que el adjetivo «especial», que se reitera una y otra vez, hace alusión a la enfermedad que posee Nona, una enfermedad que jamás se menciona pero, a poco que conozcas un poco sobre ella, vas a relacionar inmediatamente con el síndrome de Down (SD). Además con cierta frecuencia se mencionan algunos rasgos físicos que son enteramente inequívocos. Por eso decía antes que este relato ha supuesto para mí como una bofetada a mano llena porque mi hermana, como muchos ya sabréis, es SD y leer sobre Nona ha sido leer sobre mi hermana. Me ha parecido que la autora clava a la perfección la actitud y el comportamiento de las personas que tienen SD. Hasta tal punto me ha parecido todo tan real que he llegado a pensar que la autora debe tener un familiar muy cercano con esta discapacidad porque, de otro modo, es totalmente imposible que haya podido plasmar perfectamente el mundo de estas maravillosas personas.
Nona no necesita a nadie y eso es lo que más incomoda a su hermana, la narradora de este relato. Nona ha creado dentro de su propia habitación su propio universo donde es feliz y donde no permite que nadie entre, ni husmee y esto genera muchísima curiosidad en su hermana. Nona es feliz dentro de su burbuja y su hermana siente envidia. Nona no busca la aceptación ni el cariño de nadie, se tiene a sí misma. Nona es tremendamente lista pero no se jacta de ello. Nona ordena su vida y sus cosas milimétricamente y si desplazas ligeramente un libro que ella ha colocado sobre la mesa, lo advertirá en cuestión de segundos. En este sentido Nona es extremadamente maniática y ordenada. Además juega y se divierte con unos amigos que solo ve ella aunque su hermana no está tan segura de que sean amigos imaginarios. ¿Quiénes son esas personas con las que Nona no deja de hablar y reírse? En este punto habría que señalar que el relato tiene un componente que raya en la fantasía y que irá tornándose poco a poco en algo inquietante y misterioso.
En cuanto a la forma, confieso que el desenlace me ha sobrecogido. La autora construye un final brillante, una vuelta de tuerca que cambiará por completo la perspectiva del relato y lo hace de tal modo que el lector ni se percata de ello. Cuando pensábamos que estábamos a un lado, entendemos de repente que no, que nuestra ubicación es justo la contraria y jugar así con el punto de vista me ha encantado. De algún modo me he sentido como Alicia en el país de las maravillas que, sabiéndose que está a este lado del espejo, descubre que en realidad está en lado opuesto.
Y precisamente un giro similar vamos a encontrar también en el segundo relato, Hablar con viejas. Alicia está a punto de ser desahuciada. No tiene un duro y decide recurrir a un antiguo novio que ni siquiera se presenta a la cita. En situación de necesidad se encuentra con una anciana que también requiere ayuda. Quid pro quo piensa Alicia. ¿Y si la anciana es la solución a sus problemas? Accederá entonces a lo que la vieja le propone y en un ambiente de tensión in crescendo, el final nos asestará un golpe certero en la nuca.
Si el anterior relato tiene un toque de magia y fantasía, Hablar con viejas bien podría ser un corto de terror, con un personaje, esa anciana, que juega a la dualidad ya que inicialmente nos parecerá una benévola y dulce anciana pero... Ahí lo dejo.
Si el anterior relato tiene un toque de magia y fantasía, Hablar con viejas bien podría ser un corto de terror, con un personaje, esa anciana, que juega a la dualidad ya que inicialmente nos parecerá una benévola y dulce anciana pero... Ahí lo dejo.
Interno con figura aúna el arte pictórico y la literatura en un ejercicio metaliterario que nos va a permitir cómo es el trabajo de la escritura, de qué técnicas y recursos se sustenta gracias a un desenlace circular que de nuevo resulta muy atractivo. Sin embargo, más allá del ejercicio de la escritura, este relato nos habla de la comunicación que se establece entre un cuadro y su observador. No sé si habéis visto alguna vez a un grupo de escolares en un museo. Generalmente los sientan en el suelo frente a la obra que la monitora va a explicar y todos intentan contemplar la pintura con ojo crítico, fijándose en los detalles. Algo así es lo que nos contará Interno con figura, cómo, al igual que una pieza narrativa encierra una historia, un cuadro también lo hace y el observador puede caer bajo su influjo, interpretando y construyendo una historia que va más allá del título de la obra. ¿Nunca habéis visto una pintura que os haya causado pavor? ¿Qué opináis de esta que os muestro ahora?
Se trata de la pintura que ilustra el libro y que se titula efectivamente Interno con figura de A. Cecioni. ¿Qué pensáis que está haciendo la joven? ¿Parece dormida o está asustada? La puerta entreabierta provoca cierta inquietud. Parece que, de un momento a otro, va a entrar alguien tenebroso. A veces las historias traspasan las páginas de un libro al igual que pueden traspasar los límites de un marco. La respuesta en el relato.
El final de Barbro tiene como protagonista a tres mujeres, tres hermanas - Bel, Luz y Mar- huérfanas de madre. El padre de las jóvenes, con ganas de rehacer su vida tras la muerte de su esposa, conocerá a Barbro una mujer de suma belleza, mucho más joven, que irrumpe en la vida familiar como el caballo de Atila. El padre está totalmente entregado a Barbro mientras que las hijas comienzan a mostrar ciertas reticencias. La historia nos conducirá por unos senderos escabrosos en los que confluyen la desconfianza, la falsedad y el distanciamiento para llegar a un final, como viene siendo habitual hasta ahora, que nos colocará una sonrisa en los labios.
Y es que, a estas alturas del libro, el lector ya sabe que Cristina Fernández Cubas nos va a asestar el golpe de gracia por lo que es inevitable avanzar en la lectura en compañía de una tensión que va creciendo hasta llegar al final que nos tiene preparado. Probablemente, no todos serán igual de impactantes pero sí serán lo suficientemente buenos como haber merecido la pena la lectura.
El penúltimo relato, La nueva vida, abre en el espacio un agujero negro para que su protagonista transite del presente al pasado. Vuelve a aparecer en esta pieza un componente fantástico, en los que los reflejos y los espejos funcionan como
Y es que, a estas alturas del libro, el lector ya sabe que Cristina Fernández Cubas nos va a asestar el golpe de gracia por lo que es inevitable avanzar en la lectura en compañía de una tensión que va creciendo hasta llegar al final que nos tiene preparado. Probablemente, no todos serán igual de impactantes pero sí serán lo suficientemente buenos como haber merecido la pena la lectura.
El penúltimo relato, La nueva vida, abre en el espacio un agujero negro para que su protagonista transite del presente al pasado. Vuelve a aparecer en esta pieza un componente fantástico, en los que los reflejos y los espejos funcionan como
Sencillamente todos estos relatos me han parecido fantásticos, a excepción del último, Días entre los Wasi-Wano, el más largo de todos y que, a mi juicio rompe con la atmósfera que los restantes crean. Es por ello que no voy a demorarme en hablaros de él porque me ha costado seguirle el hilo y la historia en sí no me ha entusiasmado aunque también cuenta con su punto de suspense. En cualquier caso, insisto, las historias restantes son tan buenas que el volumen en sí supone una lectura fabulosa.
Reitero que, bajo mi punto de pista, el punto fuerte de estos relatos es la vuelta de tuerca a la que la autora somete los relatos. El lector se acomoda, y creyendo dominar la situación, se relaja pensando que los hechos van a discurrir por unos caminos tranquilos, cuando nos tiene preparado una sorpresa final. No hay nada como un buen desenlace.
De extensión variable y narrados tanto en primera como en tercera persona, La habitación de Nona es una lectura altamente recomendable, de esas que no puedes dejar pasar, e independientemente de que te guste el género o no. Estoy convencida de que estas historias no te van a defraudar.
Reitero que, bajo mi punto de pista, el punto fuerte de estos relatos es la vuelta de tuerca a la que la autora somete los relatos. El lector se acomoda, y creyendo dominar la situación, se relaja pensando que los hechos van a discurrir por unos caminos tranquilos, cuando nos tiene preparado una sorpresa final. No hay nada como un buen desenlace.
De extensión variable y narrados tanto en primera como en tercera persona, La habitación de Nona es una lectura altamente recomendable, de esas que no puedes dejar pasar, e independientemente de que te guste el género o no. Estoy convencida de que estas historias no te van a defraudar.
[Algunas imágenes e ilustraciones tomadas de Google]
Retos:
- Autores de la A a la Z
- 25 Españoles
- Mujeres laureadas
- 100 libros
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