El pasado sábado, 13 de mayo, se conmemoraba el centenario de la primera de las seis apariciones de la Virgen de Fátima en Cova da Iria (Portugal). Fue en 1917, en el mes de mayo, cuando los tres pastores Francisco, Jacinta y Lucía, vieron a la señora vestida de blanco por primera vez. No voy a narrar ahora toda la historia porque entiendo que la mayoría la conoce pero, con motivo del centenario, se han organizado multitud de actividades en Fátima, desde peregrinaciones conmemorativas, exposiciones, conferencias, cursos de verano, conciertos de música sacra e incluso he leído que se realizará una especie de representación dramática sobre las apariciones (si quieres saber más pincha aquí). Y entre todos estos actos, se ha contado con la visita del Papa Francisco que ha canonizado a dos de los pastores, los hermanos Francisco y Jacinta Martos. No es la primera vez que un Papa visita Fátima pero si, por regla general el santuario acoge a miles de visitantes en circunstancias normales, imaginaos cómo habrá sido la cosa con la visita papal.
Pues bien, el centenario implica también que la máquina del merchandising se ponga en marcha con libros, cantorales, estampas, medallas, y todo un abanico de objetos y souvernirs que los fieles atesoran. Y entre tanto producto no podía faltar las películas, motivo por el cual vengo con esta entrada hoy miércoles.
Largometrajes que narran las apariciones de Fátima hay muchísimas. Basta con hacer una simple búsqueda en Internet para darse cuenta de la cantidad de filmes que se han hecho al respecto. Sobre este fenómeno que tanta controversia generó en su época y que dio lugar al santuario que hoy conocemos, solo he visionado dos producciones cinematográficas. Por un lado, la adaptación española con Fernando Rey al frente, La señora de Fátima, dirigida por Rafael Gil y cuyo guión corrió a cargo de Vicente Escrivá. Se trata de una versión del año 1951, en blanco y negro, que vi hace bastante tiempo y por eso no soy capaz de poner en pie detalles concretos de lo que me pareció. Solo recuerdo que el ambiente era algo opresivo y que se respiraba un intenso drama que casi incomodaba. En cualquier caso, recuerdo la interpretación de los niños con cariño.
Y hace solo unos días quise acercarme a otra adaptación, de factura portuguesa, Las apariciones de la Virgen de Fátima, de la que he encontrado poquísima información y a la que llegué por casualidad a través de Youtube donde podéis verla en su totalidad (aquí). Esta cinta parece más bien una película-documental producida en 1994 por el mismo Santuario de Fátima, con motivo de la visita del Papa Juan Pablo II el 13 de mayo de 1991. A modo introductorio, una voz en off acompañadas por imágenes actuales del Santuario y los peregrinos, nos narra cómo se han congregado miles de visitantes, figurando entre ellos la propia Lucía dos Santos, una de las pastoras que asistió a las apariciones de la virgen, única superviviente en aquellos tiempos y que falleció en 2005, a la edad de 97 años. El narrador comenta que Lucía ha puesto por escrito todo lo que vivió durante aquellos meses y cómo se produjeron las apariciones, recalcando lo siguiente: «Ha sido sobre este texto, y solo sobre este texto, en lo que se ha basado la película». Esto es lo que más me llamó la atención y lo que me animó a ver la película. Quería comprobar si la historia variaba de algún modo.
Y así comienza el largometraje. A grandes pinceladas, la película muestra familias unidas, muy humildes, dedicadas al pastoreo y extremadamente religiosas. Este último punto casi roza el artificio a través de diálogos especialmente almibarados. En cualquier caso, se hace hincapié en la inocencia y en la ternura de los niños, siempre solícitos y cariñosos tanto con sus familias como con los animales que cuidan, todo en un tono quizá muy dulzón que enfatiza una banda sonora de corte melódica. A diferencia de la otra película que menciono, Las apariciones de Fátima se recrea más en mostrar los preámbulos de los hechos, cómo vivían los niños, a qué se dedicaban, qué relación tenían con sus padres,... hasta el momento en el que «contactan» por primera vez con un ser de los Cielos, que no es la virgen exactamente, sino un ángel de la guarda, el ángel de Portugal. Estamos en 1916 y todavía quedará un tiempo hasta que se produzca la primera aparición de la Virgen, anunciada con grandes fogonazos en el cielo, como si fueran relámpagos, y que tuvo lugar por primera vez el 13 de mayo de 1917. Como sabéis, se apareció cinco veces más, siempre los días 13 de los meses siguientes y anunció tres secretos.
La película recrea lo que los niños tuvieron que vivir. Al contárselo a sus padres, se extendió la voz y muchos, su propia familia, los tacharon de mentirosos y otros prefirieron otorgarle el beneficio de la duda,acudiendo cada día 13 a Cova da Iria para ver por sus propios ojos lo que allí ocurrió. Según se narra en la película, ver lo que se dice ver, no vieron mucho. Si acaso un pequeño hilo de humo que se desprendía de las ramas de los setos sobre los que la virgen aparecía y desparecía, salvo el último día, el 13 de octubre, en el que parece ser que el sol se movió vertiginosamente en lo que se denominó «El baile del sol» o «El misterio del sol.»
Una de las cuestiones que desconocía de estas apariciones es que el niño, Francisco, nunca oyó lo que decía ni el ángel ni la virgen. El pobre pensaba que se debía a su carácter de pecador y se empeña en poner remedio rezando sin parar. La verdad es que su actitud me enterneció. Tampoco sabía que prácticamente pasaron a manos de las autoridades judiciales cuando se negaron a desmentir lo que se decían. En fin que, todo lo que narra el largometraje parece que es fiel a las manifestaciones de Lucía.
Y estéticamente hay que acostumbrarse a la película. La recreación del ángel en forma de áurea blanca que se mueve, resulta un tanto burda pero como digo, tras acostumbrarse, no choca excesivamente. Cuando se aparece la virgen, la técnica para recrear la aparición es la misma pero se intuye una figura entre tanta luz. Por otro lado, creo que está bien ambientada y que los niños no lo hacen mal. A todo esto, los actores fueron bendecidos por el Papa Juan Pablo II, imágenes que se pueden ver al final de la cinta.
Y como digo, películas sobre Fátima, al margen de estas dos que os comento, hay muchas, algunas de animación, otras que solo se pueden ven en inglés como The 13th day,... Es más, con motivo del centenario se han producido que yo sepa, tres nuevas: Jacinta de Jorge Paixao da Costa y Fátima de Joao Canijo, ambas de nacionalidad portuguesa frente a Fátima, el último misterio producida en España. Si tengo oportunidad la veré, por comprobar si hay algo nuevo bajo el sol.
Pero, ¿qué pasó en Fátima? Pues yo no lo sé porque no estuve allí como tampoco estuve en la época en la que vivió Jesús. Me considero una creyente que acostumbra a respetar a los demás y que jamás se cierra en banda cuando hay que debatir sobre este tema. Es más,me interesa muchísimo conocer la opinión de otras personas, los argumentos que esgrimen para rebatir los argumentos de la iglesia o derribar los pilares de la Fe. Pero es innegable que lo uno encuentra cuando visita Fátima supera lo imaginado.
Algo inaudito es lo que me encontré hace un par de años cuando, en una visita a Portugal, me desplacé hasta Fátima. Yo pensaba que me encontraría con un santuario como los muchos que hay repartidos por el mundo pero ya, desde el momento en que nos acercábamos a Fátima y pretendíamos aparcar el coche, sentí que lo que allí iba a ver, más allá de creencias, no lo había visto nunca. Para empezar, hay tanta afluencia de peregrinos que las zonas de aparcamiento son inmensas y están acotadas por áreas. Con suerte, dejas el coche a unos buenos diez o quince minutos andando. Al acercarte a la plaza que antecede el santuario, hay hoteles, viviendas, tiendas de todo tipo, algo que yo no esperaba bajo ningún concepto y luego, lo más increíble es la cantidad de gente que se agrupan frente al santuario. Aquel día se celebraba una misa, y la virgen, pequeña de por sí, apenas podía verla de lo lejos que me encontraba. Imposible acercarse más. Me impresionó mucho lo que allí vi. Miraba a mi alrededor, veía las caras de los peregrinos y sentía que todas aquellas personas estaban allí por un motivo, respetables todos y cada uno de ellos.
En fin que cada uno crea en lo que considere oportuno. Y al igual que os hablo de las películas que narran las apariciones y mi experiencia, también os voy a dejar un tráiler del documental que ha preparado Canal Historia, emitiéndose en estos días, y que se titula, Las caras de Fátima: Un siglo después, basándose en los documentos y estudios originales de la época, una inédita investigación multidisciplinar se propone analizar las circunstancias políticas, sociales y culturales que hicieron de las apariciones de Fátima uno de los mitos más complejos del catolicismo y la religiosidad popular. Conjugando la fe tradicional y el conocimiento de hoy, HISTORIA ofrece una visión global e innovadora de un extraordinario fenómeno de la creencia y la fe humanas.
Si tenéis oportunidad, no os lo perdáis.