Año: 1960.
Nacionalidad: EE.UU.
Director: Charles Walter.
Reparto: Doris Day, David Niven, Janis Paige, Spring Byington, Richard Haydn, Patsy Kelly, Jack Weston, John Harding, Margaret Lindsay, Carmen Phillips, Mary Patton, Charles Herbert, Stanley Livingston, Flip Mark.
Género: Comedia.
Sinopsis: Un crítico teatral y su familia (mujer, cuatro hijos y perro) se ven obligados a abandonar Nueva York, al vencer su contrato de alquiler, y buscar una casa en las afueras lejos del bullicio de la gran ciudad. El problema es que el cambio de ambiente afecta a las relaciones familiares.
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Ayer hablaba de temas muy importantes pero muy tristes, así que he decidido dar un cambio de rumbo a este rincón para lo que queda de semana. Y para sacudirnos la seriedad qué mejor que una comedia que nos arranque la sonrisa. En temas cinematográficos hay muchas comedias donde elegir: más actuales unas, más antiguas otras, en blanco y negro, en color,... Dado que algunas escenas me andaban rondando los últimos días, he decidido hablaros hoy de No os comáis las margaritas con Doris Day y David Niven.
Yo guardaba muy buenos recuerdos de esta película vista por última vez hace muchísimos años. No obstante, confieso que este último visionado me ha dejado algo más fría. No es que conociera el argumento y por eso los momentos más cómicos hayan dejado de hacerme gracia -de hecho tan solo tenía una idea vaga de la trama- sino que en ocasiones lo que nos parecía divertido hace quince años ahora no lo es tanto. En cualquier caso, esta película no deja de ser una fórmula de puro entretenimiento. No hará que te rompas a carcajadas pero para pasar el ratillo no está mal.
No os comáis las margaritas tiene un argumento mucho más profundo -sí, aunque sea comedia-, que el que plantea la web Filmaffinity. Al margen de esa mudanza que se menciona en la sinopsis y que efectivamente provocará grietas en la relación conyugal, la película plantea otras cuestiones de interés.Os cuento.
Basada en la novela de Jean Kerr, de cuyos libros ya se han hecho varias adaptaciones, No os comáis las margaritas tiene como protagonista a los Mackay, una familia numerosa residente en Nueva York. Al matrimonio formado por Larry (David Niven) y Kate (Doris Day) hay que añadirle cuatro hijos pequeños, un perro, una suegra, un padrino y un taxista que se une al clan como el que no quiere la cosa. Larry es un profesor de Historia del Teatro en Columbia que, después de muchos años de docencia, abandona las aulas para empezar a trabajar en un periódico como crítico teatral. Su debut será con la obra de un buen amigo, Alfred North, a la que le hace la peor crítica inimaginable llevándose por delante también a la actriz principal, Deborah Vaughn. Y, aunque inicialmente su moral y sus principios le reporten algún disgusto, lo cierto es que, a la larga, Larry se volverá muy célebre y todo el mundo querrá invitarlo a sus fiestas y será el centro de atención de las mujeres.
Por su parte, Kate es la típica ama de casa, madre entregada al cargo del cuidado de cuatro niños que no dejan de hacer travesuras y fiel esposa, siempre pendiente de su marido, apoyándolo en su trabajo, acompañándolo a todos los actos sociales y quedándose en un discreto segundo plano. Kate se siente orgullosa de su marido pero lo que inicialmente será ilusionante terminará por convertirse en un nubarrón negro en el horizonte.
¿Qué nos quiere decir la película? Pues que el éxito cambia a las personas. Los Mackay siempre han sido una familia discreta con una vida tranquila pero la fama de Larry lo aparta de su mujer y sus hijos,intentando siempre esquivar las tentaciones que se le cruzan por el camino. Además su humildad decae estrepitosamente cuando el reconocimiento en el sector le deslumbra. Larry es humano y es normal que caiga en los engaños de una vida suntuosa donde todo el mundo te regala lisonjas pero no hay que perder el norte, ni olvidarse de qué lugar ocupa cada uno y, lo más importante, no abandonar a los que realmente te quieren y te aprecian. Lo demás son espejismos.
Por otro lado se nota el pequeño tirón de orejas que la película quiere dar a los críticos teatrales. El discurso de unos de los alumnos de Larry cuestionandola integridad de los críticos no pasará desapercibido porque, hay que tener claro quelos críticos no son espectadores comunes, sino que suelen ser individuos con intereses personales y muchísimos prejuicios.Es decir, una profesión de riesgo cuando llueven puñaladas.
Por su parte, Kate es la típica ama de casa, madre entregada al cargo del cuidado de cuatro niños que no dejan de hacer travesuras y fiel esposa, siempre pendiente de su marido, apoyándolo en su trabajo, acompañándolo a todos los actos sociales y quedándose en un discreto segundo plano. Kate se siente orgullosa de su marido pero lo que inicialmente será ilusionante terminará por convertirse en un nubarrón negro en el horizonte.
¿Qué nos quiere decir la película? Pues que el éxito cambia a las personas. Los Mackay siempre han sido una familia discreta con una vida tranquila pero la fama de Larry lo aparta de su mujer y sus hijos,intentando siempre esquivar las tentaciones que se le cruzan por el camino. Además su humildad decae estrepitosamente cuando el reconocimiento en el sector le deslumbra. Larry es humano y es normal que caiga en los engaños de una vida suntuosa donde todo el mundo te regala lisonjas pero no hay que perder el norte, ni olvidarse de qué lugar ocupa cada uno y, lo más importante, no abandonar a los que realmente te quieren y te aprecian. Lo demás son espejismos.
Por otro lado se nota el pequeño tirón de orejas que la película quiere dar a los críticos teatrales. El discurso de unos de los alumnos de Larry cuestionandola integridad de los críticos no pasará desapercibido porque, hay que tener claro quelos críticos no son espectadores comunes, sino que suelen ser individuos con intereses personales y muchísimos prejuicios.Es decir, una profesión de riesgo cuando llueven puñaladas.
En cuanto a la relación conyugal, la película tiene tintes rosados que muestran un matrimonio idílico. La vida es maravillosa aunque los niños te pongan de los nervios y tu marido solo piense en sí mismo. Me divierte encontrar escenas que hoy en día provocarían el rasgado de vestiduras de muchos colectivos. Complicado sería que la sociedad viera con buenos ojos que unos padres mantienen a su hijo encerrado en una jaula y bajo llave porque es la única manera de controlarlo. Tampoco se vería con buenos ojos algunas líneas de diálogo en las que el marido reprocha a la mujer que no esté en casa cuando él llega o que la culpe de todo lo que sale mal en el hogar. ¡Ojo,y encima la suegra se pone de parte del yerno!Esto sí que me hace reír a carcajadas. Obviamente, las cosas en 1960 eran muy distintas y como tal hay que entenderlas.
En cuanto a las interpretaciones, Doris Day es una muñequita que nunca me ha convencido. Aquí hace un buen papel, muy maleable, muy acorde con su posición pero nada más, no suele transmitirme mucho. Otra cosa es David Niven, la elegancia, el cabeza de familia, el centro del universo aunque ama tanto a su esposa y es tan buen hombre, que se resiste a no tener en cuenta los deseos de su mujer. La pareja funciona bien, encajan emocionalmente y eso resulta agradable de ver. Pero a mí sinceramente el que me ha hecho mucha gracia es Joe Positano (Jack Weston), el taxista-dramaturgo que busca una oportunidad en el mundo del teatro. Es un personaje que está adosado a los protagonistas pero que cuestiona y analiza las reacciones y decisiones del matrimonio con humor fino.
En definitiva, No os comáis las margaritas es una comedia que se percibe tal que así desde los créditos, con una estética alegrey un colorido vistoso que acompaña al transitar de nombres mientras suena una risueña melodía. Y precisamente, esta película tiene algún toque musical -no podría ser de otro modo estando Doris Day en el reparto- pero no por ello hay que enclavarla en ese género. Estamos ante una películasimplemente simpática y amable. No sobresale por un argumento en el que las escenas divertidas nos arranquen una carcajada, solamente nos harán sonreír. Eso sí, me ha parecido algo larga pero bueno, para una tarde...
En cuanto a las interpretaciones, Doris Day es una muñequita que nunca me ha convencido. Aquí hace un buen papel, muy maleable, muy acorde con su posición pero nada más, no suele transmitirme mucho. Otra cosa es David Niven, la elegancia, el cabeza de familia, el centro del universo aunque ama tanto a su esposa y es tan buen hombre, que se resiste a no tener en cuenta los deseos de su mujer. La pareja funciona bien, encajan emocionalmente y eso resulta agradable de ver. Pero a mí sinceramente el que me ha hecho mucha gracia es Joe Positano (Jack Weston), el taxista-dramaturgo que busca una oportunidad en el mundo del teatro. Es un personaje que está adosado a los protagonistas pero que cuestiona y analiza las reacciones y decisiones del matrimonio con humor fino.
En definitiva, No os comáis las margaritas es una comedia que se percibe tal que así desde los créditos, con una estética alegrey un colorido vistoso que acompaña al transitar de nombres mientras suena una risueña melodía. Y precisamente, esta película tiene algún toque musical -no podría ser de otro modo estando Doris Day en el reparto- pero no por ello hay que enclavarla en ese género. Estamos ante una películasimplemente simpática y amable. No sobresale por un argumento en el que las escenas divertidas nos arranquen una carcajada, solamente nos harán sonreír. Eso sí, me ha parecido algo larga pero bueno, para una tarde...
Trailer [en inglés]: