El año 2017 nos deja en unas horas. Es posible que muchos hagan balance, que recuerden los momentos de felicidad vividos, aquellos en los que solamente sonaron risas y cascabeles, pero también le llegará el turno a los episodios más grises y no faltará ese recuerdo por los que se marcharon. La vida tiene su cara y su cruz, de otro modo no sería vida. Cada día nos toca lidiar con lo que nos viene en suerte por eso no hay mejor lección que aquella que nos enseña a valorar lo que tenemos, a darle la importancia justa a las cosas, a pararnos a mirar lo que nos rodea y a arrancarle una sonrisa a cada hora, minuto y segundo del día.
El 2018 traerá lo que tenga que traer pero cerremos los ojos con fuerza, inspiremos profundamente y deseemos con todo el ímpetu que seamos capaces de encontrar en nuestro interior que sea un año benévolo.
Por 365 días llenos de salud, paz y felicidad, sin olvidar, por supuesto, las buenas lecturas.
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