Año: 2017
Nacionalidad: Española.
Director: Paco Plaza.
Reparto: Sandra Escacena, Bruna González, Claudia Placer, Iván Chavero, Ana Torrent, Consuelo Trujillo, Sonial Almarcha, Maru Valdivieso, Leticia Dolera, Ángela Fabián, Carla Campra, Samuel Romero.
Género: Terror
Sinopsis: Inspirada en una historia real sucedida en el madrileño barrio de Vallecas en los años 90. Tras hacer una ouija con unas amigas, una adolescente es asediada por aterradoras presencias sobrenaturales que amenazan con hacer daño a toda su familia.
[Fuente: Filmaffinity]
Para ser el género cinematográfico que más me gusta hace mucho tiempo que no asoma una película de terror por aquí. Debe ser que, con los años, me voy volviendo más miedosa pero no me he podido resistir a este largometraje. Especialmente porque me ha sorprendido que Verónica sea una de las candidatas a llevarse el Goya a la Mejor Película en la gala que tendrá lugar el próximo sábado. No recuerdo muchas películas de este género como candidatas así que, algo tenía que tener para acabar entre las cinco favoritas. Motivo suficiente como para sentarme a verla.
Verónica comienza con una llamada desesperada al teléfono de emergencias. Estamos en Madrid y llueve copiosamente la noche del 15 de junio de 1991. Pasada la una de la madrugada y alertados por la llamada de socorro en la que se escucha a una niña gritar, la policía se persona en el domicilio. La vivienda está a oscuras y todas las cosas están rotas y tiradas por el suelo. Al final del pasillo, justo tras una puerta cerrada, la policía encontrará una escena insólita.
Tras esta introducción, la acción se retrotrae al jueves, 12 de junio de 1991. Verónica es una joven de quince años que tiene que hacerse cargo de sus tres hermanos pequeños, Lucía, Irene y Antonio. Desde que el padre falleció y la madre trabaja día y noche en un bar del barrio, la joven, aficionada a las revistas de misterio, se ha encargado de cuidar y atender a sus hermanos pequeños. Es una joven responsable, madura y atenta pero que se siente sola, sin un hogar al uso, donde los padres gestionen la familia. Tan solo en el instituto, un centro educativo religioso, encontrará algo de calor junto a su amiga Rosa.
Un día, Verónica, Rosa y Diana, otra compañera de clase, deciden jugar a la ouija en el sótano del colegio. Lo preparan todo, y entre bromas y risas comienzan el ritual. Verónica quiere contactar con su padre fallecido tiempo atrás pero la sesión no acaba bien y la joven sufre un desmayo. A partir de este momento, la vida de la joven cambiará radicalmente. Comenzará a actuar de forma extraña, con temblores y convulsiones, a sufrir terribles pesadillas, aparecerán marcas de dedos en algunas partes de su cuerpo y empezará a sentir presencias a su alrededor. Además, en su casa se produce un suceso paranormal tras otro, como golpes, ruidos, puertas que se abren y se cierran solas, sombras en la pared, figuras que se vislumbran a través del cristal esmerilado de puertas y ventanas, objetos que se caen solos, pero todo ello única y exclusivamente en ausencia de la madre de la joven.
Y así transcurrirán los siguientes tres días hasta que la acción llega al punto de inicio de la película, a esa noche lluviosa del 15 de junio de 1991, cuando en plena madrugada se persona la policía tras esa llamada de emergencia. Lo que ocurrió antes, durante y después de ese hecho, lo tendrás que descubrir en el caso de que te atrevas a ver la película.
Este es grosso modo el argumento de Verónica, una película de Paco Plaza (REC) inspirada en un hecho real pero ocurrido en una fecha distinta, con protagonistas de distinto nombre y con algunas licencias más.Toda la información que figura en el informe policial redactado por el inspector a cargo del caso ha servido de base para reconstruir los sucesos narrados. Pero existe muchísima información al respecto en Internet. Páginas y páginas han recopilado diversas teorías, hipótesis, y han desvelado información que, al parecer, se mantenía oculta. Hasta el mismo Iker Jiménez abordó este caso en uno de los programas de Cuarto Milenio. Basta con poner 'Expediente Vallecas' en el buscador de Google para que te aparezcan más de cincuenta mil resultados. Y así, el caso Vallecas es el trasfondo de esta película cuyo argumento no es totalmente redondo. Hay 'obstáculos' que se salvan sin explicación alguna, los personajes a veces reaccionan de un modo absurdo y quizá lo que menos me ha gustado, la presencia de una monja ciega, un tanto esperpéntica, que no aporta absolutamente nada, salvo por su aspecto, decrépito y mortecino, de ahí que los alumnos le denominen Sor Muerte.
[Fuente: Filmaffinity]
Para ser el género cinematográfico que más me gusta hace mucho tiempo que no asoma una película de terror por aquí. Debe ser que, con los años, me voy volviendo más miedosa pero no me he podido resistir a este largometraje. Especialmente porque me ha sorprendido que Verónica sea una de las candidatas a llevarse el Goya a la Mejor Película en la gala que tendrá lugar el próximo sábado. No recuerdo muchas películas de este género como candidatas así que, algo tenía que tener para acabar entre las cinco favoritas. Motivo suficiente como para sentarme a verla.
Verónica comienza con una llamada desesperada al teléfono de emergencias. Estamos en Madrid y llueve copiosamente la noche del 15 de junio de 1991. Pasada la una de la madrugada y alertados por la llamada de socorro en la que se escucha a una niña gritar, la policía se persona en el domicilio. La vivienda está a oscuras y todas las cosas están rotas y tiradas por el suelo. Al final del pasillo, justo tras una puerta cerrada, la policía encontrará una escena insólita.
Tras esta introducción, la acción se retrotrae al jueves, 12 de junio de 1991. Verónica es una joven de quince años que tiene que hacerse cargo de sus tres hermanos pequeños, Lucía, Irene y Antonio. Desde que el padre falleció y la madre trabaja día y noche en un bar del barrio, la joven, aficionada a las revistas de misterio, se ha encargado de cuidar y atender a sus hermanos pequeños. Es una joven responsable, madura y atenta pero que se siente sola, sin un hogar al uso, donde los padres gestionen la familia. Tan solo en el instituto, un centro educativo religioso, encontrará algo de calor junto a su amiga Rosa.
Un día, Verónica, Rosa y Diana, otra compañera de clase, deciden jugar a la ouija en el sótano del colegio. Lo preparan todo, y entre bromas y risas comienzan el ritual. Verónica quiere contactar con su padre fallecido tiempo atrás pero la sesión no acaba bien y la joven sufre un desmayo. A partir de este momento, la vida de la joven cambiará radicalmente. Comenzará a actuar de forma extraña, con temblores y convulsiones, a sufrir terribles pesadillas, aparecerán marcas de dedos en algunas partes de su cuerpo y empezará a sentir presencias a su alrededor. Además, en su casa se produce un suceso paranormal tras otro, como golpes, ruidos, puertas que se abren y se cierran solas, sombras en la pared, figuras que se vislumbran a través del cristal esmerilado de puertas y ventanas, objetos que se caen solos, pero todo ello única y exclusivamente en ausencia de la madre de la joven.
Y así transcurrirán los siguientes tres días hasta que la acción llega al punto de inicio de la película, a esa noche lluviosa del 15 de junio de 1991, cuando en plena madrugada se persona la policía tras esa llamada de emergencia. Lo que ocurrió antes, durante y después de ese hecho, lo tendrás que descubrir en el caso de que te atrevas a ver la película.
Este es grosso modo el argumento de Verónica, una película de Paco Plaza (REC) inspirada en un hecho real pero ocurrido en una fecha distinta, con protagonistas de distinto nombre y con algunas licencias más.Toda la información que figura en el informe policial redactado por el inspector a cargo del caso ha servido de base para reconstruir los sucesos narrados. Pero existe muchísima información al respecto en Internet. Páginas y páginas han recopilado diversas teorías, hipótesis, y han desvelado información que, al parecer, se mantenía oculta. Hasta el mismo Iker Jiménez abordó este caso en uno de los programas de Cuarto Milenio. Basta con poner 'Expediente Vallecas' en el buscador de Google para que te aparezcan más de cincuenta mil resultados. Y así, el caso Vallecas es el trasfondo de esta película cuyo argumento no es totalmente redondo. Hay 'obstáculos' que se salvan sin explicación alguna, los personajes a veces reaccionan de un modo absurdo y quizá lo que menos me ha gustado, la presencia de una monja ciega, un tanto esperpéntica, que no aporta absolutamente nada, salvo por su aspecto, decrépito y mortecino, de ahí que los alumnos le denominen Sor Muerte.
Verónica es una película que, a mi juicio, va de más a menos. A mí me ha inquietado mucho más la primera mitad de la película, cuando los acontecimientos paranormales empiezan a intuirse pero aún no se han vuelto virulentos, cuando el espectador sabe que algo extraño va a ocurrir y se siente nervioso, inquieto, con el miedo metido en el cuerpo. Sin embargo, en el avance del largometraje, cuando los hechos están en plena apoteosis, la historia dejó de impactarme. Y es que la imaginación es muy poderosa y puede superar a la realidad, o al guion en este caso. De todos modos, la película se deja ver y juega a favor el hecho de estar inspirada en un suceso real.
En cuanto a los personajes, no es una película que destaque por sus interpretaciones. Debuta Sandra Escacena en el papel de Verónica, un papel complejo por lo que entraña pero que tampoco brilla en exceso. Encontraremos también a una casi invisible Leticia Dolera y una casi desaparecida de escena Ana Torrent, si no fuera por un par de cortos en los últimos años. Creo que, en este tipo de películas, más que las interpretaciones, lo que realmente resulta efectivo es el uso de los claroscuros, el manejo de la luz y las sombras, y por supuesto, los efectos de sonido. Todos sabemos que, en las películas de terror, la sorpresa es fundamental. Hay que sobrecoger al espectador y para ello se recurre a ensordecedores sonidos que acompañan los momentos de máxima tensión. Verónica cuenta con unos cuantos sobresaltos de este tipo y que te obligarán a taparte la cara con las manos.
Algo que me ha gustado muchísimo en este largometraje es lo cuidado que están los detalles. Los hechos ocurren a principios de los años 90 y todo, desde el vestuario, el menaje y la vajilla de la casa de Verónica, los anuncios en televisión,... corresponden a aquellos años. Es más he podido reconocer dos objetos que me han recordado perfectamente a aquella época, por un lado el juego de luces Simón y por otro un reloj-despertador en forma de gallina que yo también tenía en casa. En este sentido se nota que se ha querido contextualizar la trama, lo que consigue que el espectador viaje en el tiempo y se integre en el argumento.
Y hablando de sonidos, sabed que buena parte de la banda sonora se compone de canciones de Héroes del Silencio, grupo favorito de Verónica, a lo que hay que sumar otro temas de ambiente que recuerdan mucho a las bandas sonoras de antiguas películas de terror americanas.
En fin que, más allá del morbo que produce saber que Verónica está inspirada en hechos reales, no deja de ser una película de terror más, con jóvenes imprudentes y apariciones del otro lado. Empezó muy bien pero me fui desinflando poco a poco. Aun así, para una noche de palomitas en compañía, eso sí, bien puede valer. ¡Ojo!, a la gente le ha encantado.
Trailer: