Danzando entre los libros de la sección infantil de la biblioteca (desde que veo tanto libro bonito para los pequeños en las distintas bitácoras me entran muchas ganas de hacerme con unos pocos) encontré este librito cuyo titulo me llamó poderosamente la atención porque sonaba como a desafío.
Se trata de un cuento ilustrado con treinta páginas para niños de ocho años y superior, en el que se narra la aventura de un pequeño que nació bien hermoso con 4 kgs y 300 grs.
Ya desde su nacimiento le gustaba mucho comer y entre su glotonería y su abuela que lo atiborra a dulces y galletas, comienza a adquirir unas dimensiones preocupantes.
Ya desde su nacimiento le gustaba mucho comer y entre su glotonería y su abuela que lo atiborra a dulces y galletas, comienza a adquirir unas dimensiones preocupantes.
El cuento está narrado desde la perspectiva del pequeño y en ningún caso se menciona la opinión de sus padres que ven como su retoño engorda sin remedio. Debido a su obesidad, los niños no quieren jugar con él porque apenas puede correr, sin embargo un hecho en el parque lo convierte en un héroe y de gordito rechazado pasa a ser un personaje admirado, porque los gorditos también son personas y pueden llegar a hacer cosas tan importantes como los demás. Este es el mensaje que el cuento quiere trasmitir.
Como ya he dicho me llamó mucho la atención por el título pero, después de haberlo leído, me sorprende bastante más. Hay niños que debido a su sobrepeso se pueden llegar a sentir discriminados y en ese sentido entiendo el mensaje del cuento pero se ha hablado tanto de la obesidad infantil debido a tanta bollería industrial y dulces que no sé si es un cuento muy adecuado o si el mensaje que trasmite se queda corto. Me decanto más por lo segundo.
Unos kilos de más, sea a la edad que sea, no debe ser sinónimo de vergüenza pero también es verdad que hay que cuidar la alimentación y vigilar los alimentos que ingerimos para mantener una dieta equilibrada. Un aprendizaje que corresponden tanto a niños como a adultos.
En Andalucía (no sé si en el resto de España), desde hace algunos años, se viene celebrando cada año en los centros educativos el Día del Desayuno Sano, con la intención de fomentar entre los más pequeños la ingestión de productos saludables y el rechazo de dulces y bollos, que de vez en cuando se pueden tomar pero sin llegar a convertirse en una costumbre.
Bueno, pues ya sabéis, aquí tenéis un libro que puede ayudar a los más pequeños a sentirse mejor en caso de sufrir de sobrepeso pero la lección no debe quedar ahí.
Estoy gordito, ¿y qué? es un libro que forma parte de una colección de Editores Asociados y que cuenta con otros títulos como Mi padre es ama de casa, No sé nadar, Voy a tener una hermanita, Vivo en dos casas, Soy adoptada,... entre otros. Todos ellos parecen muy aleccionadores.
Besos.
Unos kilos de más, sea a la edad que sea, no debe ser sinónimo de vergüenza pero también es verdad que hay que cuidar la alimentación y vigilar los alimentos que ingerimos para mantener una dieta equilibrada. Un aprendizaje que corresponden tanto a niños como a adultos.
En Andalucía (no sé si en el resto de España), desde hace algunos años, se viene celebrando cada año en los centros educativos el Día del Desayuno Sano, con la intención de fomentar entre los más pequeños la ingestión de productos saludables y el rechazo de dulces y bollos, que de vez en cuando se pueden tomar pero sin llegar a convertirse en una costumbre.
Bueno, pues ya sabéis, aquí tenéis un libro que puede ayudar a los más pequeños a sentirse mejor en caso de sufrir de sobrepeso pero la lección no debe quedar ahí.
Estoy gordito, ¿y qué? es un libro que forma parte de una colección de Editores Asociados y que cuenta con otros títulos como Mi padre es ama de casa, No sé nadar, Voy a tener una hermanita, Vivo en dos casas, Soy adoptada,... entre otros. Todos ellos parecen muy aleccionadores.
Besos.