La Feria del Libro de Sevilla da pie a muchísimos encuentros entre los lectores y los escritores. Es una fiesta en la que el libro es el gran protagonista, cientos y cientos de libros a los que nos podemos asomar en las distintas casetas de librerías y editoriales, siendo uno de ellos Los lunes en el Ritz, la última novela de la escritora Nerea Riesco, nacida en Bilbao pero afincada en Sevilla desde hace algunos años. La semana pasada tuvimos oportunidad de conversar con ella sobre esta última publicación que acaba de editar hace unos meses con Espasa Editorial. Estamos ante una novela sumamente atractiva que nos traslada a 1929, con el posterior surgimiento de la Segunda República, en una sociedad que, en palabras de la novelista, no es tan distinta a la actual, y un escenario, el hotel Ritz, en el que un grupo de damas de la alta sociedad se reunía cada lunes para emprender labores sociales.
Marisa G.- Nerea, nos vimos con 'Las puertas del paraíso' en 2015. Han pasado tres años desde entonces. Ya tenía yo ganas de ver otra novela tuya.
Nerea R.- Bueno, pues aquí la tienes. (Risas)
M.G.- 'Las puertas del paraíso' estaba anclada en Sevilla. Ahora, con 'Los lunes en el Ritz', nos trasladas a Madrid para contarnos las vivencias de una familia, los propietarios de este hotel de lujo. ¿Cuál es el germen de esta historia? ¿Cómo surge esta novela?
N.R.- Tenía muchas ganas de hablar de la Segunda República porque creo que es un periodo que se conoce poco. La gente tiene poca información y no se ha estudiado mucho. Así que elegí ese contexto temporal pero me faltaba el lugar. Se me ocurrió que estaría bien que fuera un lugar que la gente pudiera visitar hoy en día, pero con tan mala suerte que el hotel Ritz lo han cerrado ahora para hacer unas obras de reestructuración. De todos modos, me pareció que era un lugar perfecto en el que ocurrieron muchas cosas porque por sus instalaciones pasaron muchísimas personas destacadas que dejaron su huella en la historia. Me pareció el lugar ideal. Así fue como empecé a montar la historia. A partir de ahí todo fue rodado.
M.G.- La novela se inicia con una introducción en 1975, justo con la muerte de Franco. La protagonista principal, Martina Romero, se encuentra en París y ve en la portada de Le Monde la foto de los asistentes al funeral del Caudillo en la puerta del Ritz. Esta fotografía es la que da pie a que volvamos atrás en el tiempo porque la historia comienza realmente en 1929.
N.R.- Sí, además es un inicio muy literario. Cuando empecé a documentarme no sabía muy bien dónde colocar el punto de arranque y de repente me encontré con una fiesta que se celebró en el Ritz en honor a los hermanos Machado para festejar la representación número cien de su obra 'La Lola se va a los puertos', con la presencia del presidente de entonces, Miguel Primo de Rivera. Me pareció un inicio precioso con esa fiesta en la que, con dieciséis años recién cumplidos, Martina asiste por primera vez y entra en la alta sociedad. Además yo soy una enamorada de Antonio Machado, con lo cual todo resultó perfecto.
M.G.- 'Los lunes en el Ritz' es la historia de un gran amor pero también vamos a encontrar otras muchas cosas.
N.R.- Mis novelas son como una cebolla. Un lector puede quedarse simplemente en la superficie, disfrutar con la historia y seguir, en este caso, la historia de amor entre Martina y Bosco, o bien entretenerse con las vivencias de las Damas de la Caridad de San Vicente de Paúl, pero si uno empieza a rascar, nos damos cuenta que el momento histórico de la novela se parece mucho al momento actual. Al repasar los periódicos de 1935, me di cuenta que las noticias no eran tan distintas a las que encontramos hoy, con los partidos muy enfrentados, con el tema de Cataluña que ya por entonces se movía. Así que creo que los lectores que se adentren en la novela van a poder elegir y tirar de hilos que les puede resultar interesantes para adentrarse en aquella época tan determinante para la historia de nuestro país porque, a raíz de aquello, surgió una guerra civil, una guerra entre hermanos, que a día de hoy seguimos arrastrando.
M.G.- La familia que regenta el Ritz está formada por Francisco Romero, un hombre de orígenes muy humildes, oriundo de Riotinto en Huelva, su esposa Eveline que posee una peculiar característica y los hijos de ambos, Fran y Martina. Ellos son prácticamente el núcleo alrededor del cual gira la novela y el resto de personajes secundarios.
N.R.- Claro. Me sirvo de ellos para dar a conocer la realidad del momento. Me sorprendió mucho lo avanzadas que eran las mujeres de aquel momento. Podían ir a la universidad, ocupar escaños en el Congreso, ser aviadoras. Tenían un amplio abanico de posibilidades para desarrollarse. Sin embargo, al leer las noticias en los periódicos advertí cierta condescendencia con ellas. Eso mismo es lo que pasa en la familia Romero. Martina es una joven muy brillante en todos los aspectos pero el padre, de quien realmente espera cosas importantes es de su hijo Fran. Sin embargo, este es un poco cabra loca.
M.G.- Efectivamente es así, hasta tal punto que Martina confiesa que le hubiera gustado haber nacido hombre. Ella se siente la típica mujer objeto.
N.R.- Pues sí. Martina tiene muy claro desde pequeña lo que quiere hacer y cómo lo quiere hacer pero lo tiene muy complicado solo por ser una chica.
M.G.- Martina además padece una enfermedad que se llama sinestesia. ¿Qué es esto?
N.R.- Es algo muy interesante. Según parece la tenemos todos desde que nacemos hasta los cuatro meses aproximadamente. Consiste en que la percepción de los sentidos está trastocada y somos capaces de oler un sabor, escuchar una luz,... Esto hace que Martina tenga un talento especial para pintar porque ella percibe los colores y los sabores de una manera muy particular. La sinestesia de Martina es un motivo más para que su padre la considere imperfecta. Para él era una niña rara y distinta a las demás.
M.G.- En cuanto a los personajes secundarios tenemos al actor Bosco, del que Martina se enamora, a Tatita, Piluca, el padre Eugenio,... Todos ellos tienen su propia parcela de protagonismo con lo cual se puede decir que 'Los lunes en el Ritz' es una novela coral.
N.R.- Sí. Yo quería que fuera una novela en la que todos tuvieran un papel importante, tanto los que viven y acuden al Ritz como parte de la alta sociedad como los que trabajan en el hotel o los que viven fuera y conforman ese Madrid oscuro, con tanta pobreza, miseria y hambre. En cualquier caso, también tenía muy claro que, de todos los personajes, Martina tenía que ser la protagonista indiscutible y la historia tenía que centrarse en ella, de ahí ese prólogo inicial con ella recordando el pasado.
M.G.- Son personajes muy completos y tienen una personalidad muy definida. Por ejemplo, el padre Eugenio hace una reflexión importantísima que me ha llamado la atención. En un momento dado él se cuestiona el papel de la iglesia, si realmente se está haciendo una labor importante para los feligreses. Me pareció osada una reflexión así en este contexto.
N.R.- Bueno, es que también quería escribir sobre los curas sociales que se quedaron fuera de los libros de Historia porque se salen de las generalidades. Eran curas que intentaban ayudar a sus feligreses fuera como fuera. Es curioso porque siempre nos han hecho pensar que la Iglesia se decantaba para la derecha pero estos curas sociales no pensaban así. Al final terminaron por acabar mal después de la guerra porque nadie los reconoció como suyos. Creo que cumplieron un papel importante. Conozco un sacerdote de este tipo, muy de ayudar, como el padre Ángel que todos conocemos, y quería sacarlos en la novela.
M.G.- Para construir los personajes te has hecho eco de personas de carne y hueso, tanto en lo que se refiere al padre Eugenio como a la propia Martina.
Fuente: Dhelytejero.com |
M.G.- Las damas de la alta sociedad constituían grupos para ayudar a los pobres pero parece más bien una pose, como para acallar la conciencia. En la novela tenemos a las Damas de la Caridad de San Vicente de Paúl.
N.R.- Bueno este grupo, al que también pertenece Martina, aunque son mujeres de la alta sociedad, tampoco son muy aceptadas en su entorno. Todas y cada una de ellas tienen una particularidad. Martina tiene sinestesia, Eveline es albina, Tatita es echadora de cartas y Piluca tiene un pasado de actriz que tampoco está muy bien visto. En realidad, son mujeres que se han juntado porque son raras. Ella se reúnen todos los lunes y con ellas, el padre Eugenio ha encontrado a ese grupo perfecto para llevar a cabo sus proyectos, saltándose todas las normas. Al final terminan por meterse en un gran lío.
M.G.- Nerea pero si tenemos que hablar de personajes, no nos podemos olvidar del hotel Ritz.
N.R.- No, claro que no. Visité el hotel para documentarme y gracias a la chica de comunicación, a la que estoy muy agradecida, me enteré de muchas cosas. Vi la cubertería de oro que el rey Alfonso XIII había regalado al hotel porque aseguraba que el oro no alteraba el sabor de los alimentos, curioseé entre las fotografías de las distintas personalidades que pasaron por allí. Realmente, dentro del hotel se hizo y se hace Historia.
M.G.- Son muy curiosas las normas del hotel. A lo largo de la novela vas desgranando algunas. Allí no se podían alojar ni actores o actrices, ni cantantes ni toreros. Y las mujeres no podían usar pantalones.
N.R.- El hotel imponía el NTR, es decir, No Tipo Ritz. No podían alojarse ni actores, ni cantantes o toreros porque este tipo de gente siempre van acompañado de mucho ruido, de fans, o de gente muy bulliciosa que podían molestar al resto de huéspedes. Y por supuesto las mujeres tampoco podían usar pantalones. En el tiempo de la novela se llevaba mucho el pantalón 'palazzo' o lo que hoy conocemos como de pata de elefante. Era una prenda que las mujeres de Hollywood usaban mucho pero no podían entrar con ellos en el Ritz. Hay una anécdota muy divertida. Se cuenta que un grupo de mujeres americanas fueron al hotel a tomar café y llevaban estos pantalones. Un camarero les llamó la atención y ellas, tan diligentemente, fueron al baño y se quitaron los pantalones. Tan solo quedaron cubiertas por las gabardinas.
O por otro lado, a James Stewart le impidieron entrar por ser actor pero consiguió el acceso por ser militar de los Estados Unidos. Este tipo de cosas eran muy tentadoras y me apetecía utilizarlas en la novela.
M.G.- La trama abarca desde 1929 a 1935, salvo esa introducción que comentamos antes y que se sitúa en 1975. Esto te permite hacer un retrato social y político muy intenso e interesante de la época.
N.R.- Sí, y como te decía antes te puedes encontrar situaciones que son muy parecidas a las que se producen ahora como toda la polémica con la autonomía de Cataluña o incluso noticias de violencia de género. Me acuerdo ahora mismo de la noticia que recogía la paliza que el torero Cagancho dio a su novia o aquella otra que mencionaba a eso padres que vendían a sus hijas de trece años para estar con hombres mayores. Son noticias que te iban dando una semblanza de la sociedad, una sociedad que se iba radicalizando cada vez más. Ya en las últimas elecciones prácticamente había desaparecido el centro. Fue una sociedad partida en dos y era muy parecida en muchos aspectos a la nuestra.
M.G.- Y no solamente haces un retrato político-social sino que también vas mencionando una serie de hitos históricos como la huelga de los mineros en Riotinto, el incendio en el Novedades, la primera llamada transoceánica, la aparición de la insulina. No sé si te has permitido alguna licencia histórica.
N.R.- No, no, no ha hecho falta. El momento histórico era muy atractivo de por sí con la Exposición del 29 y el submarino de Isaac Peral, el viaje del Zeppelin, las vueltas al mundo en avión,... Todo este tipo de sucesos daban mucho juego. Incluso hasta se personó la propia Matahari en el Ritz, algo que también me pareció muy sorprendente. Fue un momento histórico muy apetecible para narrar. Yo solo tenía que abrir el periódico para encontrarme toda la documentación necesaria.
M.G.- Te has tenido que beber los periódicos.
N.R.- Sí pero ha sido un placer. En la novela aparece una revista que se llama 'El Cronista Impaciente'. En realidad es un homenaje a una publicación de la época. La revista 'Crónica' se convirtió en una Biblia para mí a la hora de escribir esta novela. Era una revista semanal tipo Interviú porque tenía un poquito de todo. Publicaba muchos reportajes sobre la mujer, las portadas casi siempre eran femeninas y luego en el interior encontrabas noticias políticas, reportajes de investigación, ecos de sociedad, noticias deportivas... Se empezó a editar en 1929 y terminó con la guerra porque se quedó sin papel.
M.G.- En esa revista había anuncios curiosos de los que tú ya nos has hablado en alguna presentación y que también podemos encontrar en la novela. ¿Cuál te ha parecido el más insólito?
N.R.- Pues mira había un anuncio muy raro del que no tenía muy claro su finalidad. Decía algo así como: 'Por caridad me sobran unas pesetas y quiero dar a conocer un remedio que me dio un sacerdote para curar las hemorroides. Si quieren saber cuál es escríbanme a tal dirección'. Siempre digo lo mismo, no tengo nada claro cuál era el negocio de este señor. Luego me explicaron en una presentación que antiguamente de usaba una peseta muy fría para curar las hemorroides, colocándola en el lugar apropiado.
Pero a la gente le hace mucha gracia también otro anuncio en el que se anunciaba un joven de treinta y un año, distinguido, atractivo, con carrera universitaria, etc... dispuesto a casarse con mujer de fortuna.
M.G.- (Risas) El negocio era redondo.
N.R.- Totalmente. Me hizo tanta gracia que no pude evitar usarlos para la novela, aunque los que yo he incluido en la trama son inventados.
M.G.- Te lo has tenido que pasar muy bien escribiendo esta novela.
N.R.- Muchísimo. Me lo he pasado muy bien.
M.G.- Bueno Nerea, pues no tengo más preguntas que hacerte. Muchas gracias por compartir este rato con nosotros y espero que la novela llegue a muchísimos lectores y guste mucho.
N.R.- Eso espero.
M.G.- Seguro que sí. Muchas gracias.
N.R.- Gracias a ti.
Los lunes en el Ritz es una novela muy apetecible, de las que se disfruta plenamente, con una trama interesante y unos personajes singulares de la que os hablaré con detalle muy pronto.
Los lunes en el Ritz es una novela muy apetecible, de las que se disfruta plenamente, con una trama interesante y unos personajes singulares de la que os hablaré con detalle muy pronto.