Editorial: Aguilar.
Fecha publicación: mayo, 2018.
Precio: 16,90 €
Género: Humor.
Nº Páginas: 216
Encuadernación: Tapa blanda con solapa.
ISBN: 9788403518728
[Disponible en eBook;
puedes empezar a leer aquí]
Fecha publicación: mayo, 2018.
Precio: 16,90 €
Género: Humor.
Nº Páginas: 216
Encuadernación: Tapa blanda con solapa.
ISBN: 9788403518728
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Fernando Fabiani (Sevilla,1975) es licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Sevilla y especialista en Medicina Familiar y Comunitaria. Trabajó en urgencias hospitalarias y, desde hace 12 años en un centro de salud. Subido a las tablas de los escenarios desde hace 25 años, a partir de 2003 se hace cargo de la dirección artística de la compañía Síndrome Clown y en 2017 dirigió a Manu Sánchez en El Buen dictador. Experto en coaching. Apasionado de la docencia y la comunicación, imparte cursos de cómo hacer presentaciones creativas y participa en congresos y eventos de ciencia y comunicación. Convencido del poder del humor como herramienta comunicativa. En 2016 publicó Vengo sin cita (Aguilar). Vengo de urgencias (Aguilar, 2018) es su segundo libro. Amante del chocolate negro. Y de la vida. ¿Cambiamos el mundo?
Laura Santolaya del Burgo (Pamplona, 1982) es licenciada en Publicidad y Relaciones Públicas por la Universidad de Navarra. Ha desarrollado su formación en el mundo de la comunicación, el marketing y la publicidad. En 2008 comenzó su blog Prohibido escuchar canciones ñoñas en el que dio vida a P8ladas (Pocholadas), su álter ego. En 2013 fue seleccionada por el diario El País en su sección "Se busca talento" y en marzo de 2014 publicó su primer libro Los lunes me odian. Desde entonces ha publicado sus viñetas como humorista gráfica en varios medios online y realizado diferentes campañas de publicidad. Su sueño es trabajar en pijama y que sus dibujos sean tan conocidos como los sanfermines
Laura Santolaya del Burgo (Pamplona, 1982) es licenciada en Publicidad y Relaciones Públicas por la Universidad de Navarra. Ha desarrollado su formación en el mundo de la comunicación, el marketing y la publicidad. En 2008 comenzó su blog Prohibido escuchar canciones ñoñas en el que dio vida a P8ladas (Pocholadas), su álter ego. En 2013 fue seleccionada por el diario El País en su sección "Se busca talento" y en marzo de 2014 publicó su primer libro Los lunes me odian. Desde entonces ha publicado sus viñetas como humorista gráfica en varios medios online y realizado diferentes campañas de publicidad. Su sueño es trabajar en pijama y que sus dibujos sean tan conocidos como los sanfermines
Sinopsis
¿Sabes que si alguna vez has dicho «vengo de urgencias» es muy probable que no lo fuera? ¿Qué pasa cuando rompes aguas pero no es cosa del fontanero? ¿Por qué odiamos tanto los mocos si luego nos encantan los caracoles? ¿Es posible que alguien vaya a urgencias de un hospital por un tirón de pelos? ¿Sabes por qué ahora que todo es light estamos más gordos que nunca? ¿Tiene tanto peligro una tensión descompensada? Y sobre todo... ¿Puede matarte la burbuja de aire del suero?
Teodoro Jarcia, Teo para los amigos, es médico de familia. Para el doctor Teo no es fácil ser médico en la actualidad, pero lo sobrelleva como puede. Y como la mayoría de los médicos de nuestro país, está obligado a hacer guardias...
Fernando Fabiani, @FernandoFabiani, médico de profesión, construye un relato sobre divertidas y sorprendentes anécdotas del mundo de la medicina, de las guardias y la consulta diaria. Tras el éxito de Vengo sin cita, vuelve para hablar sin pelos en la lengua y con mucho humor de la verdad que esconden las consultas y las urgencias, abordando grandes temas de salud de modo sencillo y divertido. Vengo de urgencias hará las delicias de los sanitarios pero sobretodo enseñará y divertirá a pacientes... vayan o no de urgencias.¿Qué pasa cuando rompes aguas pero no es cosa del fontanero?
¿Sabes que si alguna vez ha dixho "vengo de urgencias" es muy probable que no lo fuera?
¿Sabes que si alguna vez has dicho «vengo de urgencias» es muy probable que no lo fuera? ¿Qué pasa cuando rompes aguas pero no es cosa del fontanero? ¿Por qué odiamos tanto los mocos si luego nos encantan los caracoles? ¿Es posible que alguien vaya a urgencias de un hospital por un tirón de pelos? ¿Sabes por qué ahora que todo es light estamos más gordos que nunca? ¿Tiene tanto peligro una tensión descompensada? Y sobre todo... ¿Puede matarte la burbuja de aire del suero?
Teodoro Jarcia, Teo para los amigos, es médico de familia. Para el doctor Teo no es fácil ser médico en la actualidad, pero lo sobrelleva como puede. Y como la mayoría de los médicos de nuestro país, está obligado a hacer guardias...
Fernando Fabiani, @FernandoFabiani, médico de profesión, construye un relato sobre divertidas y sorprendentes anécdotas del mundo de la medicina, de las guardias y la consulta diaria. Tras el éxito de Vengo sin cita, vuelve para hablar sin pelos en la lengua y con mucho humor de la verdad que esconden las consultas y las urgencias, abordando grandes temas de salud de modo sencillo y divertido. Vengo de urgencias hará las delicias de los sanitarios pero sobretodo enseñará y divertirá a pacientes... vayan o no de urgencias.¿Qué pasa cuando rompes aguas pero no es cosa del fontanero?
[Información tomada directamente del ejemplar]
¡Cuánta razón hay en ese dicho popular que dice que el humor es la mejor medicina! La vida a veces te hace la gran puñeta, colocándote en el ojo del huracán que ríete tú de los que arrasan el Caribe. Y así ando yo estos días, envuelta en una sinrazón y tratando de esquivar balonazos en forma de problemas que solo me producen ansiedad y taquicardias. Sobra decir que todos los pelotazos me dan de lleno. En circunstancias como esta, la lectura siempre es un buen antídoto pero claro, no te vas a enfrentar a un drama novelístico de los que exprimen el corazón. Eso rozaría ya el masoquismo. Es mucho mejor adentrarte en una lectura liviana que te arranque una sonrisa, que te haga olvidar los problemas aunque solo sean por un rato. Y ahí estaba él de nuevo, Fernando Fabiani, el médico, el actor, el director artístico, el escritor e incluso el youtuber. O me sobran roles o sus días tienen más horas que los míos.
A Fabiani lo conocí en 2016 cuando publicó su primer trabajo, Vengo sin cita (puedes leer la reseña aquí). Me lo pasé pipa leyendo aquel compendio de anécdotas y curiosidades que había vivido en sus años de profesión, y como el ser humano es un pozo sin fondo de insólitos aconteceres, el autor repite fórmula y a mí no ha podido llegarme este ejemplar en mejor momento. El tratamiento ha sido infalible. Vale que no habrá eliminado mis tropecientos problemas de un plumazo pero al menos ha conseguido que sonría.
En Vengo de urgencias, el lector vuelve a encontrarse con el médico de familia Teodoro Jarcia, (Teo para los amigos), el alter ego de Fabiani, y encargado de contarnos todo tipo de vivencias. Si en Vengo sin cita, se recogían las anécdotas que se producían en el interior de la consulta de un centro de salud, en esa relación especial entre médico y paciente, este nuevo volumen está más enfocado a lo que son las urgencias sanitarias y sobre eso, nuestro querido narrador tiene experiencias muy prematuras, no en balde, su propio nacimiento fue una auténtica urgencia provocado por un empacho de melón de su madre, esa madre que, en esta ocasión se atreve a hacer de prologuista, poniendo los puntos sobre las íes.
De este modo, y a lo largo de dieciocho capítulos, algunos de los cuales están dividido en secciones, se nos va contando todo tipo de disparates sobre cuestiones del gremio como por ejemplo, las peculiaridades de las guardias, tan incongruente como que un médico se puede pasar curando enfermos 24 horas pero un camionero no puede conducir más de 10 -curiosa reflexión-, las comidas en las cafeterías del hospital, lo que se debe considerar urgencia y lo que no, la lata que dan algunos acompañantes de enfermos en la sala de espera de urgencias, la diabetes o la naturaleza de los 'cuerpos extraños'. Sin duda es un libro con el que te lo pasarás genial porque se rompen muchos mitos y todo se enfoca con un magnífico sentido del humor.
Me reído lo indecible con algunas cuestiones como por ejemplo lo que nos cuenta sobre los catering que organizan las cenas de Nochebuena y Nochevieja en los hospitales. Pensar que en estas dos fechas te toca estar en un hospital, ya sea como paciente o como sanitario, es muy deprimente pero más lo es aún saber qué tipo de comida te ponen esos días. Y fantástico también es el capítulo en el que se narra lo complicado que a veces resulta ser una persona normal de vacaciones cuando eres médico de profesión porque claro, surgen pacientes con mil dolencias como champiñones mientras uno está a la orillita del mar. Pero si hay que reírse de verdad, lo conseguirás sin duda con la sección @dijoelpaciente en la que se recogen un montón de aportaciones espontáneas y naturales de los pacientes que intentan explicar su síntomas y malestares. ¡Fa-bu-lo-so!
En cualquier caso, y a diferencia del volumen anterior, Vengo de urgencia me ha parecido en alguna ocasión como esa enciclopedia médica de consulta en la que, con un lenguaje llano y unos ejemplos claros, puedes encontrar la respuesta a muchas preguntas. En este sentido se abordan cuestiones como el embarazo con todo lo que eso implica -pruebas, citas y medicación-, o la diferencia entre un catarro y la gripe o todo lo relativo a la tensión arterial. Pero si hay algo que me ha llamado la atención es el capítulo sobre la automedicación. En este apartado, nuestro Teo Jarcia nos informa con lógica sobre en qué situaciones hay que automedicarse y cómo. ¡Por fin, algo de cordura!
El libro vuelve a estar ilustrado por la mano de P8ladas, o lo que es lo mismo, Laura Santolaya del Burgo. Ella es la encargada de representar de manera gráfica algunas de las escenas que se recogen en los distintos capítulos, siempre con un estilo muy definido y colorista. A su vez, este volumen cuenta con larguísimas notas al pie que son muy aclaratorias e informativas. Y por último se aportan dos anexos, uno que explica a la perfección cómo medirse la tensión arterial en casa y otro que resulta ser un monográfico sobre las siglas que se utilizan en los informes médicos y que arroja algo de luz a ese galimatías de letras que no entiende ni Dios.
Pone la nota final un divertido epílogo de la mano de Manu Sánchez, el broche perfecto para un libro que ha conseguido que me evada de mi realidad por unas horas, así que, gracias Teodoro Jarcia, gracias Manu Sánchez, gracias Fernando Fabiani y gracias también a la madre del autor. Más risas y más humor, por favor.
Muy recomendable en esos días en los que una nube gris se asienta sobre tu cabeza.