Editorial: Grijalbo.
Fecha publicación: septiembre, 2017.
Precio: 19,90 €
Género: Narrativa.
Nº Páginas: 480
Encuadernación: Tapa dura con sobrecubierta.
ISBN: 9788425356483
[Disponible en eBook y audiolibro;
puedes empezar a leer aquí]
Fecha publicación: septiembre, 2017.
Precio: 19,90 €
Género: Narrativa.
Nº Páginas: 480
Encuadernación: Tapa dura con sobrecubierta.
ISBN: 9788425356483
[Disponible en eBook y audiolibro;
puedes empezar a leer aquí]
Autor
Toni Hill (Barcelona, 1966) es licenciado en Psicología, aunque lleva años trabajando en el ámbito de la traducción literaria. En 2011 publicó su primera novela, El verano de los juguetes muertos (Debolsillo, 2011), un éxito instantáneo de crítica y ventas que se ha publicado en una veintena de países. A esta novela le siguieron Los buenos suicidas (Debolsillo, 2012) y Los amantes de Hiroshima (Debolsillo, 2014), que completaron la apasionante trilogía de novela negra protagonizada por el inspector Héctor Salgado.
Los ángeles de hielo (Grijalbo, 2016) supuso un cambio en la trayectoria literaria del autor, que abandonó el género policial más clásico para adentrarse en una intriga de tintes góticos. Ahora, con Tigres de cristal, Toni Hill da un nuevo giro y nos presenta una intensa historia de suspense psicológico, sobre la culpa y la redención, ambientada en un conflictivo barrio periférico de Barcelona.
Sinopsis
Una absorbente historia de suspense psicológico que explora los límites entre la culpa y la expiación.
Dos amigos del colegio se reencuentran más de treinta años después.. Ambos tienen muchas cosas que contarse, pero también mucho que ocultar. Ninguno de los dos ha olvidado que esa cálida amistad infantil se truncó una noche de diciembre de 1978, cuando un crimen atroz alteró sus destinos. Ahora ha llegado el momento de asumir la verdad, pedir perdón y ajustar cuentas con un pasado que amenaza con romper de nuevo sus vidas. Y esta vez para siempre.
Con una trama intensa y llena de secretos, Toni Hill nos transporta a un barrio mítico del cinturón rojo de Barcelona, tanto en los convulsos años setenta como en la actualidad, donde unos personajes profundamente humanos se ven atrapados en un conflicto marcado por la lealtad, el silencio y la venganza.
[Información tomada directamente del ejemplar]
La sociedad no siempre avanza en la dirección correcta. Sabemos que evolucionamos en muchas esferas pero en lo intrínsecamente humano, a veces damos enormes pasos hacia atrás. Una de las diversas lacras sociales que padecemos y que ponen en evidencia el lado menos amable de nuestra naturaleza es el acoso escolar. No sé quién me dijo una vez que el niño (o la niña) que acosa de pequeño a un compañero de colegio, probablemente se convierta en un maltratador físico o psicológico de adulto. No sé hasta qué punto se cumplirá esta máxima lo que sí os puedo decir es que es un tema que me asusta enormemente. No llego a entender qué clic se activa en la mente de un niño de ocho, nueve, diez,... años para humillar a otro, para mofarse de él, violentarlo e incluso llegar a golpearlo. Supuestamente, son lienzos en blanco sobre los que hay que ir trazando líneas de orden, armonía, paz... Entonces, ¿de dónde salen esos brochazos de maldad? Y no, no vale lo de 'son cosas de niños'.
Después de la exitosa saga Salgado y de una fabulosa novela con tintes góticos (Los ángeles de hielo), Toni Hill vuelve a dar un quiebro con Tigres de cristal. En esta nueva novela, el autor construye una historia que se adherirá a la piel del lector como un tatuaje, adentrándose en la vida humilde de un barrio catalán, principalmente poblado por emigrantes, un entorno en el que parece que las cosas son distintas de otras áreas metropolitanas y donde tendrá lugar un caso de acoso escolar. Ayudándose de dos hilos temporales, Toni Hill analiza las consecuencias que el 'bullying' provoca a largo plazo, cuando el acosado y el acosador son personas adultas.
Tigres de cristal arranca con un prólogo escrito en tercera persona en el que se mezcla el pasado y el presente como en una especie de sueño, la nebulosa que provoca el Alzheimer en la mente de aquellos que lo padecen. Joaquín cree estar en diciembre de 1978, en ese fatídico día 15 en el que su hijo pequeño no regresó a casa. Alarmado por la mujer, sale a buscarlo para encontrar su cadáver envuelto entre los escombros de una obra. Pero no estamos en 1978 sino en 2015. Más de treinta años después, el padre sigue buscando al hijo.
Este inicio da cuerpo a la novela que se irá vertebrando en dos hilos temporales. Ciudad Satélite es un barrio de Cornellá (Barcelona) habitado por gente muy humilde, llegada de otras ciudades españolas que buscan nuevas oportunidades de trabajo. Allí residen Juanpe Zamora y Víctor Yagüe con sus familias, dos jóvenes que intentan no cruzarse en el camino de Joaquín Vázquez, el Cromañón, apodado así por ser un cafre, un abusón que torturaba a los débiles del colegio y les robaba la merienda. Pero la paciencia tiene un límite y el Cromañón recibirá su merecido. Estos son los hechos que tienen lugar en la década de los 70,un caso de acoso escolar de manual, con un acosador al que todos temen pero que tiene fijación por un individuo en concreto, Juanpe. Víctor es el anexo, el apoyo moral que no quiere dejar de lado a su amigo acosado.
El otro hilo temporal lo componen los hechos y los personajes que viven en el mismo barrio durante 2015 y 2016. Juanpe ha regresado a la casa de sus padres, tras dar tumbos por la vida. Por una pirueta del destino vuelve a encontrarse con su amigo de la infancia, Víctor Yagüe, el director de un hotel que oferta una vacante a la que Juanpe se presenta como candidato. Un encuentro que al ejecutivo no parece gustarle demasiado, especialmente porque la reaparición de Juanpe vuelve a sacar a la luz lo que hicieron aquel 15 de diciembre de 1978, un episodio que Víctor ha intentado olvidar, formando una familia y teniendo sus propios hijos, pero Juanpe lleva naufragando demasiado tiempo y su encuentro con Víctor le resulta una tabla de salvación. Solo quiere volver a tener un amigo y saber quién habló más de la cuenta.
Y en el mismo barrio sigue residiendo Miriam, la hermana de Joaquín. Peluquera de profesión, es madre de Iago, un adolescente cuyo nacimiento trajo algo de alegría a una familia machacada por la desdicha. Miriam solo se ocupa de su trabajo, de su hijo y de su padre, sin más tiempo ni ganas más que para amores ocasionales.
Iago acude al instituto del barrio y forma parte del grupo de Alena y Lara. Este será un hilo en el que no solo se narrará el reencuentro entre Juanpe y Víctor, con todo lo que eso implica, sino que se analizarán las relaciones entre los jóvenes, sabremos de sus familias, de sus vidas, de las rencillas entre ellos, de las zancadillas que se ponen y por supuesto, se dará un nuevo caso de acoso escolar pero esta vez, en su nueva variante, la virtual o lo que es lo mismo el ciberacoso.
En todo este armazón en el que se sustenta la novela, con secretos que se gestaron en el pasado y que siguen pasando factura, entra en juego una persona más, un escritor que tiene por nombre Ismael López Arnal, encargado de narrar en primera persona los hechos que ocurrieron en los años 70 pero que, a la vez, se vuelve personaje en la trama más actual, un bucle estilístico que gustará al lector. A través de su crónica conoceremos cómo eran las familias de los protagonistas de la novela. Los Yagüe eran buena gente, un ejemplo a seguir hasta que surge una fisura. Los Zamora vivían bajo el yugo de un marido maltratador. Los Vázquez..., bueno de los Vázquez mejor no cuento nada. Y así, mientras que, en el otro hilo argumental, un narrador en tercera persona hará lo propio con las familias y personajes de 2015.
Tigres de cristal es un constante desfile de personajes, algunos con más protagonismo que otros pero que, en conjunto, constituyen una novela muy coral, una novela de familias, por ponerle alguna etiqueta. Centrándonos en algunos de ellos, se podría decir que Juanpe es un personaje muy complejo. Es un adulto que ha vivido toda su vida con una mochila demasiado pesada. Sus actos del pasado lo apartaron de su familia, vivió experiencias muy traumáticas y al hacerse mayor, eligió el camino equivocado, con malas amistades y una 'profesión' que también tendrá su peso en la novela. Juanpe está solo y tiene problemas mentales. Es un personaje que, en el fondo despierta la compasión del lector porque siempre le ha tocado las cartas más malas. En realidad, a Juanpe le gustaría tener otro tipo de vida, con un trabajo normal, unos amigos normales, y una tranquilidad que hasta el momento no tiene. Por eso, su reencuentro con Víctor le parecerá una puerta abierta para enderezar todo lo que se ha torcido en su vida desde aquella tarde del 15 de diciembre de 1978.
De la trama más actual, tan solo hablaré de un personaje que me ha dejado noqueada pero del que no voy a desvelar su nombre. La construcción de este personaje me ha parecido brillante, la manera en la que se camela a los que lo rodean, el modo en el que engaña al lector y este, pobre infeliz, en cuanto descubre el pastel, se siente más y más atraído por el mismo, desvelando su faz más manipuladora, maquiavélica, tiránica, perversa y cruel. Y es que hay personas, y por ende personajes, que disfrutan haciendo el mal. Así nos lo contó Toni Hill en la entrevista que le hicimos y que puedes leer aquí.
Tiene habilidad el autor a la hora de perfilar psicológicamente a los que transitan por esta novela que generalmente guardan algún que otro secreto.
Esto es algo que ya he advertido en otras ocasiones. El lector puede identificar entre los personajes de sus novelas a personas que le rodean, a su padre o a su madre, a su amigo, a su pareja, a su jefe o a su vecina del quinto. Son personajes humanos con sus fallos y sus virtudes, con sus reflexiones y sus paranoias. Pero en este caso en concreto, no existe maniqueísmo. Es decir, no hay en Tigres de cristal, personajes muy buenos o muy malos, esa clara división que tan fácil se lo pone al lector. No es así, Toni Hill ha construido una historia en la que existe mucha ambigüedad, en la que el lector se preguntara quién es el realmente el pecador, el malo de la película, pues los victimarios se convierten en víctimas y las víctimas en victimarios. Así pues, ¿quién tiene razón? ¿En qué lado se coloca la justicia y la verdad? Esa dualidad provoca un cúmulo de sensaciones en el lector bastante interesante, un debate interno que mantendremos a lo largo de toda la novela.
Y a una buena trama y unos personajes bien trazados, se une una buena ambientación, más concretamente en lo que a los años 70 se refiere. Nacido en 1966, el autor dibuja la época y el escenario con conocimiento de causa pues, según nos comentó en la entrevista, Ciudad Satélite fue el barrio en el que estudió. Y en ese afán de querer crear una buena base social, un reflejo de lo que era y es la vida en ese escenario, Toni Hill hace un retrato preciso del tipo de familias que lo ha habitado, tanto en el pasado como en el presente de la novela, facilitando mucha información sobre cada uno de sus miembros y sobre el vecindario en general, fragmentos sumamente descriptivos que podemos encontrar en los primeros capítulos de la novela y que, en algún momento, me ha parecido que ralentizan un poco la acción.
En cualquier caso, pocas pegas se le pueden poner a Tigres de cristal, ni en cuanto a trama ni en cuanto a estilo. El argumento es lo suficientemente atractivo como para captar y mantener la atención del lector sin que su interés decaiga. La tensión irá creciendo con el avance de la lectura, desvelando esos secretos que los personas guardan y el hilo narrativo nos conducirá hacía unos capítulos finales que vuelan en nuestras manos, para llegar a un desenlace que nos dejará totalmente atónitos. Poco más hay que añadir.
Sin duda, ha sido una buena lectura, un retrato de una época, de un microcosmo social y una temática que sigue estando de actualidad. Seguro que algún lector recordará sus años de colegio e instituto y vendrá a su memoria la imagen de aquel abusón que se paseaba por los pasillos del centro sembrando el terror. Así pues, solo me queda animaros a leer Tigres de cristal para paliar los efectos del calor con una lectura que te hará olvidar que estás en la ciudad o para aprovechar esa estancia en la playa, descansando de los rigores del invierno.