El pasado 11 de noviembre tuvo lugar la presentación de la nueva novela Isabel San Sebastián, titulada La peregrina (Ediciones B), acto que tuvo lugar en la Fundación Cajasol y cuya dirección corrió a cargo del periodista Francisco Robles.
Con la sala llena de público, se inició la presentación haciendo un breve recorrido a la trayectoria profesional de la autora, tanto en su faceta como periodista como en la de novelista.
La peregrina, de la que Robles señaló que guarda ciertas concomitancias con La visigoda, novela de la autora publicada en 2006, se adentra en la época visigoda, 'a través de la mirada de una mujer', en el año 827, momento en el que reinaba Alfonso II el Casto,'rey de Asturias y aliado de Carlomagno'. La peregrina es una novela en la que vamos a encontrar intrigas nobiliarias y luchas entre cristianos y sarracenos pero también secretos celosamente guardados por monjes, 'y en medio de todo esto, tendrá lugar un descubrimiento que cambiará la historia de Galicia', pues en un bosque cercano a Iria Flavia, 'aparece algo que despertará la curiosidad del rey', quien iniciará un viaje hacia ese punto concreto de la geografía española, dando pie a lo que luego será el Camino de Santiago.
Después de novelas como La visigoda y Astur, la pregunta más inmediata para la autora sería por qué abordar otra vez la época visigoda, interrogante que formuló Francisco Robles y a la que la autora respondió.
Una de las dudas más importante que surge cuando se habla de la tumba del apóstol Santiago es conocer si realmente allí descansan sus restos. Isabel San Sebastián comentó que no se sabe con certeza si esos restos pertenecen al apóstol porque nunca se han hecho pruebas de ADN. 'En una antigua sepultura romana aparecieron tres cadáveres, el de un varón en el último tercio de su vida, muerto por decapitación, y otros dos varones más jóvenes que la tradición identifica como los discípulos de Santiago, Atanasio y Teodoro'. Comentó la autora que en los tiempos del papa León XIII, en el siglo XIX, se hicieron algunas pruebas médicas a dichas reliquias y en los restos atribuidos a Santiago se descubrió que faltaba un pequeño hueso del cuello, la apófisis mastoidea izquierda, pieza que correspondía exactamente con la reliquia que se venera en la ciudad de Pistoya (Italia) 'desde tiempos inmemoriales'. Aquella concordancia fue suficiente para que la delegación papal determinara que aquellos restos eran los del apóstol Santiago. Sin embargo, las peregrinaciones habían empezado mucho tiempo antes. 'De hecho, en la catedral de Santiago se conserva un documento que recoge una donación hecha por Alfonso II el Casto, al monasterio que él mismo mandó levantar junto al sepulcro de Santiago. Sería el año 830, pues treinta años después, hacia el 860, se tiene constancia de la primera peregrinación de un monje francés que recoge dicha peregrinación en un martirologio'
Otra de las preguntas que surgió durante la presentación era por qué al rey Alfonso II se le denominada el Casto. Isabel San Sebastián respondió que no se sabe. 'La historiografía oficial adorna esa castidad como una entrega a su obligación militar y a una renuncia de la carne'. Resulta curioso que, en una época tan complicada, donde era necesario perpetuar la estirpe y mantener un reino unido, un rey no tuviera descendencia ni legítima ni ilegítima pero fue así aunque con respecto al motivo de la castidad, la autora desveló que hace su propia especulación en la novela. En cualquier caso, y fuera por el motivo que fuera, al fallecimiento del rey se produjeron diferentes conflictos sucesorios que acarreó una pequeña guerra entre la estirpe asturiana y la gallega. 'Prevaleció la gallega'.
San Sebastián añadió que 'el descubrimiento de las reliquias en términos históricos supuso algo realmente gigantesco y el Camino de Santiago se ha convertido en patrimonio inmaterial de la humanidad en todos sus recorridos', aunque aquello estaba en el fin del mundo. Lo único que había cercano era Iria Flavia, una ciudad romana cercana al único enclave más o menos civilizado, como era Lugo. Más allá de todo eso, solo había bosques. Sin embargo, en pleno auge del cristianismo, en una época de teocentrismo, 'donde Dios y Jesucristo eran referente para todo', acudir en peregrinación para postrarse ante los pies de la tumba del apóstol Santiago era algo muy importante pues era la única forma de conseguir la indulgencia plenaria. Pero, ¿cómo llegaron esos restos a Galicia? Nos los desvela en el siguiente vídeo.
Sobre las primeras peregrinaciones, señaló que se describen muy bien el Códice Calixtino,'famoso hace unos años porque lo robaron'. Se trata de un texto escrito tres siglos después de la aparición del sepulcro en el que se narra que los peregrinos sufrían asaltos, robos, estafas y demás penalidades.'Era un camino durísimo. El que recorre la comitiva en mi novela sigue la calzada romana en algunos tramos pero en otros no había nada. Para la comitiva real de Alfonso II era una aventura aunque ellos llevaban guardias, soldados y provisiones. Para los peregrinos normales y corrientes era una aventura suicida'. Pero el Camino de Santiago se lleva recorriendo desde hace doce siglos y todos sus recorridos se han ido jalonando de hospitales y albergues.'El concepto hospital está intrínsecamente ligado al Camino de Santiago y a las peregrinaciones'.
La autora recomendó a los neófitos recorrer el camino primitivo, especialmente por tener dos ventajas. En primer lugar, porque es el camino auténtico, 'el que llevó al rey Casto desde Oviedo al lugar donde se levanta Santiago hoy, y dio arranque a todos los caminos que surgieron después'. Y además señaló que el camino primitivo cuenta con una segunda ventaja y es que, al ser paradójicamente descubierto hace poco tiempo, es el que está menos transitado.'Uno puede hacer el camino de Santiago sin tener la sensación de estar en las rebajas de El Corte Inglés porque el camino francés, en verano, parece más una romería que una peregrinación'.
Llegados a este punto se abrió el turno de preguntas. Me llamaba la atención que la protagonista de esta nueva novela, Alana, sea la misma que protagonizaba La Visigoda. Tenía curiosidad por saber si estábamos ante una segunda parte porque en ningún momento se hizo referencia a este hecho en la presentación. Isabel San Sebastián respondió que Alana es también un personaje de Astur pero que cada una de las novelas son totalmente independientes por lo que no hay necesidad de leer las anteriores para leer La Peregrina.
Posteriormente se le fue formulando a la autora distintas preguntas que tenían más que ver con la actualidad política de nuestro país y más concretamente con el resultado de las las elecciones celebradas recientemente en Andalucía, pero estas cuestiones prefiero dejarlas al margen de este espacio.
Y así concluyó esta presentación. La verdad es que La peregrina tiene un argumento que me llama poderosamente la atención. Todo lo relativo al Camino de Santiago ha despertado siempre mi curiosidad así que creo que esta novela será una de mis lecturas para estas Navidades.
Con la sala llena de público, se inició la presentación haciendo un breve recorrido a la trayectoria profesional de la autora, tanto en su faceta como periodista como en la de novelista.
La peregrina, de la que Robles señaló que guarda ciertas concomitancias con La visigoda, novela de la autora publicada en 2006, se adentra en la época visigoda, 'a través de la mirada de una mujer', en el año 827, momento en el que reinaba Alfonso II el Casto,'rey de Asturias y aliado de Carlomagno'. La peregrina es una novela en la que vamos a encontrar intrigas nobiliarias y luchas entre cristianos y sarracenos pero también secretos celosamente guardados por monjes, 'y en medio de todo esto, tendrá lugar un descubrimiento que cambiará la historia de Galicia', pues en un bosque cercano a Iria Flavia, 'aparece algo que despertará la curiosidad del rey', quien iniciará un viaje hacia ese punto concreto de la geografía española, dando pie a lo que luego será el Camino de Santiago.
Después de novelas como La visigoda y Astur, la pregunta más inmediata para la autora sería por qué abordar otra vez la época visigoda, interrogante que formuló Francisco Robles y a la que la autora respondió.
Una de las dudas más importante que surge cuando se habla de la tumba del apóstol Santiago es conocer si realmente allí descansan sus restos. Isabel San Sebastián comentó que no se sabe con certeza si esos restos pertenecen al apóstol porque nunca se han hecho pruebas de ADN. 'En una antigua sepultura romana aparecieron tres cadáveres, el de un varón en el último tercio de su vida, muerto por decapitación, y otros dos varones más jóvenes que la tradición identifica como los discípulos de Santiago, Atanasio y Teodoro'. Comentó la autora que en los tiempos del papa León XIII, en el siglo XIX, se hicieron algunas pruebas médicas a dichas reliquias y en los restos atribuidos a Santiago se descubrió que faltaba un pequeño hueso del cuello, la apófisis mastoidea izquierda, pieza que correspondía exactamente con la reliquia que se venera en la ciudad de Pistoya (Italia) 'desde tiempos inmemoriales'. Aquella concordancia fue suficiente para que la delegación papal determinara que aquellos restos eran los del apóstol Santiago. Sin embargo, las peregrinaciones habían empezado mucho tiempo antes. 'De hecho, en la catedral de Santiago se conserva un documento que recoge una donación hecha por Alfonso II el Casto, al monasterio que él mismo mandó levantar junto al sepulcro de Santiago. Sería el año 830, pues treinta años después, hacia el 860, se tiene constancia de la primera peregrinación de un monje francés que recoge dicha peregrinación en un martirologio'
Otra de las preguntas que surgió durante la presentación era por qué al rey Alfonso II se le denominada el Casto. Isabel San Sebastián respondió que no se sabe. 'La historiografía oficial adorna esa castidad como una entrega a su obligación militar y a una renuncia de la carne'. Resulta curioso que, en una época tan complicada, donde era necesario perpetuar la estirpe y mantener un reino unido, un rey no tuviera descendencia ni legítima ni ilegítima pero fue así aunque con respecto al motivo de la castidad, la autora desveló que hace su propia especulación en la novela. En cualquier caso, y fuera por el motivo que fuera, al fallecimiento del rey se produjeron diferentes conflictos sucesorios que acarreó una pequeña guerra entre la estirpe asturiana y la gallega. 'Prevaleció la gallega'.
San Sebastián añadió que 'el descubrimiento de las reliquias en términos históricos supuso algo realmente gigantesco y el Camino de Santiago se ha convertido en patrimonio inmaterial de la humanidad en todos sus recorridos', aunque aquello estaba en el fin del mundo. Lo único que había cercano era Iria Flavia, una ciudad romana cercana al único enclave más o menos civilizado, como era Lugo. Más allá de todo eso, solo había bosques. Sin embargo, en pleno auge del cristianismo, en una época de teocentrismo, 'donde Dios y Jesucristo eran referente para todo', acudir en peregrinación para postrarse ante los pies de la tumba del apóstol Santiago era algo muy importante pues era la única forma de conseguir la indulgencia plenaria. Pero, ¿cómo llegaron esos restos a Galicia? Nos los desvela en el siguiente vídeo.
Sobre las primeras peregrinaciones, señaló que se describen muy bien el Códice Calixtino,'famoso hace unos años porque lo robaron'. Se trata de un texto escrito tres siglos después de la aparición del sepulcro en el que se narra que los peregrinos sufrían asaltos, robos, estafas y demás penalidades.'Era un camino durísimo. El que recorre la comitiva en mi novela sigue la calzada romana en algunos tramos pero en otros no había nada. Para la comitiva real de Alfonso II era una aventura aunque ellos llevaban guardias, soldados y provisiones. Para los peregrinos normales y corrientes era una aventura suicida'. Pero el Camino de Santiago se lleva recorriendo desde hace doce siglos y todos sus recorridos se han ido jalonando de hospitales y albergues.'El concepto hospital está intrínsecamente ligado al Camino de Santiago y a las peregrinaciones'.
La autora recomendó a los neófitos recorrer el camino primitivo, especialmente por tener dos ventajas. En primer lugar, porque es el camino auténtico, 'el que llevó al rey Casto desde Oviedo al lugar donde se levanta Santiago hoy, y dio arranque a todos los caminos que surgieron después'. Y además señaló que el camino primitivo cuenta con una segunda ventaja y es que, al ser paradójicamente descubierto hace poco tiempo, es el que está menos transitado.'Uno puede hacer el camino de Santiago sin tener la sensación de estar en las rebajas de El Corte Inglés porque el camino francés, en verano, parece más una romería que una peregrinación'.
Llegados a este punto se abrió el turno de preguntas. Me llamaba la atención que la protagonista de esta nueva novela, Alana, sea la misma que protagonizaba La Visigoda. Tenía curiosidad por saber si estábamos ante una segunda parte porque en ningún momento se hizo referencia a este hecho en la presentación. Isabel San Sebastián respondió que Alana es también un personaje de Astur pero que cada una de las novelas son totalmente independientes por lo que no hay necesidad de leer las anteriores para leer La Peregrina.
Posteriormente se le fue formulando a la autora distintas preguntas que tenían más que ver con la actualidad política de nuestro país y más concretamente con el resultado de las las elecciones celebradas recientemente en Andalucía, pero estas cuestiones prefiero dejarlas al margen de este espacio.
Y así concluyó esta presentación. La verdad es que La peregrina tiene un argumento que me llama poderosamente la atención. Todo lo relativo al Camino de Santiago ha despertado siempre mi curiosidad así que creo que esta novela será una de mis lecturas para estas Navidades.
Editorial: Plaza & Janés.
Encuadernación:Tapa dura con sobrecubierta.
Nº Páginas: 528
Publicación: agosto, 2018
Precio: 22,90 €
ISBN: 9788401019982
Disponible en e-Book
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Ficha completa aquí.