Editorial: Nórdica.
Fecha publicación: septiembre, 2017.
Precio: 15,00 €
Género: Narrativa breve.
Nº Páginas: 80
Encuadernación: Rústica.
ISBN: 978-84-92683-2-6
[Disponible en eBook;
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Autor
Antón Pávlovich Chéjov (Taganrog, 1860 - Badenweiler, 1904). Narrador y dramaturgo ruso. Considerado el representante más destacado de la escuela realista en su país, su obra es una de las más importantes de la dramaturgia y la narrativa de la literatura universal. Su estilo está marcado por una austeridad expresiva así como por la ausencia de tramas complejas. Chéjov se apartó decididamente de la finalidad moral presente en la estructura de las obras tradicionales. Además, no le preocupaban las dificultades que esto planteaba al lector, porque consideraba que el papel del artista es realizar preguntas, no responderlas. Utilizando temas de la vida cotidiana, Chéjov retrató el estado del alma de la sociedad rusa anterior a la revolución de 1905, mostrando la falta de comunicación y el tedio que reinaba en aquella época.
Javier Zabala (Léon, 1962). Estudió Diseño Gráfico e Ilustración en la Escuela de Arte de Oviedo. Ha ilustrado más de 60 libros para las más importantes editoriales españolas y algunas de las más prestigiosas de Suiza, Italia, Reino Unido, China… Sus libros han sido publicados en 15 idiomas y sus ilustraciones expuestas en numerosas muestras por todo el mundo. En 2005 recibe la Mención de Honor de los Premios de la Feria Internacional del libro infantil y juvenil de Bolonia por su libro D. Quijote. El Ministerio de Cultura español le otorga el Premio Nacional de Ilustración 2005 por El Soldadito Salomón.
Sinopsis
«Había corrido la especie de que en el malecón había aparecido un personaje nuevo: una dama con un perrito.» Así comienza este relato, uno de los más conocidos e importantes de la literatura universal.
Esta historia no cuenta ningún acontecimiento extraordinario; los protagonistas llevan una vida corriente, se podría decir que incluso aburrida. El relato es un pequeño ensayo sobre cómo surge el amor entre dos personas, Anna y Gúrov, y su pasión los transforma. El sexo está muy presente en toda la narración, aunque no se muestre explícitamente.
El final queda abierto, pues es algo propio de Chéjov, y como señala Nabokov «mientras las personas sigan vivas no hay conclusión posible y definida de sus conflictos, sus esperanzas o sus sueños».
[Información tomada directamente del ejemplar]
Acercarse a Chéjov era una de esas asignaturas pendientes que vas arrastrando año tras año pero a veces todo se confabula para que no puedas demorar un propósito por más tiempo. Una mención a su obra en una película, un comentario sobre su vida por parte de un amigo, y alguna casualidad más, eran señales más que suficientes para conocer al autor ruso y a uno de sus cuentos más conocidos, La dama del perrito, un texto de breve extensión que lo lees en un par de horas.
En La dama del perrito la acción transcurre inicialmente en Yalta, aunque no será el único escenario. En aquel lugar de reposo pasa sus vacaciones Dmitri Dmitrich Gurov, un hombre de unos cuarenta años, casado y con hijos que pasa sus días sin mucho que hacer. La rutina se rompe cuando irrumpe en el lugar una misteriosa mujer, una joven 'de pelo rubio y mediana estatura' que pasea acompañada de un pequeño perro, como única compañía. La mujer despierta la curiosidad de todos y especialmente la de Dmitri, que se propone inmediatamente entablar amistad con ella.
Un encuentro no tan casual da pie a una conversación entre el hombre y la joven, de nombre Ana Sergeyevna, casada también pero mucho más joven que él. Inicialmente todo se reduce a una amistad, a hacerse compañía mutua pero muy pronto se desata una relación amorosa entre ambos. Y así, entre pasión y remordimiento, la pareja pasa unos días envueltos en amores secretos que ocultan en la habitación de hotel hasta que ella es reclamada por su marido por encontrarse enfermo. La aventura llega a su fin. Fue bonito mientras duró y ahora cada uno debe seguir su camino. Lamentablemente la cosa no resultará como ellos esperaban.
En realidad, La dama del perrito no tiene un argumento con grandes acontecimientos ni giros sorprendentes. Todo discurre con una naturalidad muy universal y muy real en la que los dos protagonistas, descritos con exquisitez, nos permiten explorar el alma humana en una situación tan delicada como un adulterio. Creo que son los personajes, la tormenta que se desata en su interior, lo más destacable de este relato.
Dmitri es un hombre apuesto, con un don especial para seducir a las mujeres. Él, infiel reincidente, encuentra en Ana a un ser maravilloso aunque le molesta su mojigatería y es que la situación es distinta para cada uno. Él está tan acostumbrado a estos deslices que tras el primer encuentro amoroso se limita a comer un trozo de sandía. Para mí no es un personaje con el que me sienta cómoda. Me parece cínico y con derecho a comportarse con altanería aunque confieso que al final del texto modifiqué ligeramente mi opinión. En relación a este personaje, resulta significativa la descripción que se hace de su esposa, señalando su faceta intelectual y su porte algo estirado, aunque el marido considere que en realidad, más que intelectual, es una mujer cursi.
Por su parte Ana queda descrita como una mujer de 'tímida sonrisa', dueña de un 'cuello esbelto y delicado' con unos preciosos ojos grises, que sucumbe ante el remordimiento -es su primera infidelidad-, aunque en el fondo no hace más que justificar su comportamiento alegando que ella se merece algo mejor que lo que le ofrece su marido. Ana es muy humana. Como otras muchas mujeres en el mundo quieren sentirse vivas y solo los inicios de un amor apasionado y además clandestino le hará vibrar. 'Un dulce delirio'.
Sin tomar parte por uno u otro, del texto de Chéjov se puede desprender cuestiones bastante llamativas. Llama la atención la concepción del matrimonio y de la infidelidad, especialmente su reflexión sobre la intimidad que no falta a la verdad, cómo los inicios suelen ser tan mágicos y maravillosos pero todo termina por tornarse tedioso con el paso del tiempo. Pero 'constantemente se había mostrado a ella como no era en realidad, sin intención la había engañado', es algo que todos hacemos cuando conocemos a alguien a quien pretendemos deslumbrar, mostrar nuestro lado más blanco, adornarlo, ensalzarlo y esconder en los abismos de nuestro interior lo peor de nosotros mismos.
Sorprende también la clasificación que se hace sobre las mujeres, algunas ligeras pero con buen fondo; aquellas otras histéricas que ni aman ni sienten pasión, y por último las que son hermosas pero frías, dominantes y reflexivas. Pero Ana es distinta. Ella no puede ser encuadrada en ninguno de esos tres grupos porque es especial,'es una mujer sencilla y buena que ha visto poco en la vida'.
Pero si este cuento se llama La dama del perrito es porque en él aparece un pequeño can. ¿Y qué papel tiene? Pues a priori podría ser un ente aparentemente invisible pero cuando vemos a una mujer sola con un perrito, ¿en qué pensamos? Coincidiréis conmigo en que la imagen está íntimamente relacionada con la soledad. Una mujer que cubre las carencias afectivas y la compañía con un pequeño perro, un perro que además contribuirá a ese primer contacto entre Dmitri y ella y que, posteriormente se evapora. Ya no aparece más, tan solo hacia el final y de pasada, con un propósito muy claro.
Quiero señalar que, sobre este cuento hay ediciones maravillosas como la de Nórdica, que cuenta con las ilustraciones de Javier Zabala. No es esta la edición que ha caído en mis manos pero si quieres acercarte a esta obra, no estaría nada mal contar con una edición ilustrada que tanto aporta a los textos.
Y por último, os cuento que La dama del perrito se llevó al cine en 1960, en una adaptación dirigida por el cineasta soviético.
Para finalizar, La dama del perrito es un relato interesante que cuenta más de lo que dice. No hay que dejar escapar esta obra de Chéjov que, si bien tiene una trama sencilla, muestra la enorme complejidad del ser humano a través de sus personajes.
[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]
Puedes adquirirlo aquí:
Acercarse a Chéjov era una de esas asignaturas pendientes que vas arrastrando año tras año pero a veces todo se confabula para que no puedas demorar un propósito por más tiempo. Una mención a su obra en una película, un comentario sobre su vida por parte de un amigo, y alguna casualidad más, eran señales más que suficientes para conocer al autor ruso y a uno de sus cuentos más conocidos, La dama del perrito, un texto de breve extensión que lo lees en un par de horas.
En La dama del perrito la acción transcurre inicialmente en Yalta, aunque no será el único escenario. En aquel lugar de reposo pasa sus vacaciones Dmitri Dmitrich Gurov, un hombre de unos cuarenta años, casado y con hijos que pasa sus días sin mucho que hacer. La rutina se rompe cuando irrumpe en el lugar una misteriosa mujer, una joven 'de pelo rubio y mediana estatura' que pasea acompañada de un pequeño perro, como única compañía. La mujer despierta la curiosidad de todos y especialmente la de Dmitri, que se propone inmediatamente entablar amistad con ella.
Un encuentro no tan casual da pie a una conversación entre el hombre y la joven, de nombre Ana Sergeyevna, casada también pero mucho más joven que él. Inicialmente todo se reduce a una amistad, a hacerse compañía mutua pero muy pronto se desata una relación amorosa entre ambos. Y así, entre pasión y remordimiento, la pareja pasa unos días envueltos en amores secretos que ocultan en la habitación de hotel hasta que ella es reclamada por su marido por encontrarse enfermo. La aventura llega a su fin. Fue bonito mientras duró y ahora cada uno debe seguir su camino. Lamentablemente la cosa no resultará como ellos esperaban.
En realidad, La dama del perrito no tiene un argumento con grandes acontecimientos ni giros sorprendentes. Todo discurre con una naturalidad muy universal y muy real en la que los dos protagonistas, descritos con exquisitez, nos permiten explorar el alma humana en una situación tan delicada como un adulterio. Creo que son los personajes, la tormenta que se desata en su interior, lo más destacable de este relato.
Dmitri es un hombre apuesto, con un don especial para seducir a las mujeres. Él, infiel reincidente, encuentra en Ana a un ser maravilloso aunque le molesta su mojigatería y es que la situación es distinta para cada uno. Él está tan acostumbrado a estos deslices que tras el primer encuentro amoroso se limita a comer un trozo de sandía. Para mí no es un personaje con el que me sienta cómoda. Me parece cínico y con derecho a comportarse con altanería aunque confieso que al final del texto modifiqué ligeramente mi opinión. En relación a este personaje, resulta significativa la descripción que se hace de su esposa, señalando su faceta intelectual y su porte algo estirado, aunque el marido considere que en realidad, más que intelectual, es una mujer cursi.
Por su parte Ana queda descrita como una mujer de 'tímida sonrisa', dueña de un 'cuello esbelto y delicado' con unos preciosos ojos grises, que sucumbe ante el remordimiento -es su primera infidelidad-, aunque en el fondo no hace más que justificar su comportamiento alegando que ella se merece algo mejor que lo que le ofrece su marido. Ana es muy humana. Como otras muchas mujeres en el mundo quieren sentirse vivas y solo los inicios de un amor apasionado y además clandestino le hará vibrar. 'Un dulce delirio'.
Sin tomar parte por uno u otro, del texto de Chéjov se puede desprender cuestiones bastante llamativas. Llama la atención la concepción del matrimonio y de la infidelidad, especialmente su reflexión sobre la intimidad que no falta a la verdad, cómo los inicios suelen ser tan mágicos y maravillosos pero todo termina por tornarse tedioso con el paso del tiempo. Pero 'constantemente se había mostrado a ella como no era en realidad, sin intención la había engañado', es algo que todos hacemos cuando conocemos a alguien a quien pretendemos deslumbrar, mostrar nuestro lado más blanco, adornarlo, ensalzarlo y esconder en los abismos de nuestro interior lo peor de nosotros mismos.
Sorprende también la clasificación que se hace sobre las mujeres, algunas ligeras pero con buen fondo; aquellas otras histéricas que ni aman ni sienten pasión, y por último las que son hermosas pero frías, dominantes y reflexivas. Pero Ana es distinta. Ella no puede ser encuadrada en ninguno de esos tres grupos porque es especial,'es una mujer sencilla y buena que ha visto poco en la vida'.
Pero si este cuento se llama La dama del perrito es porque en él aparece un pequeño can. ¿Y qué papel tiene? Pues a priori podría ser un ente aparentemente invisible pero cuando vemos a una mujer sola con un perrito, ¿en qué pensamos? Coincidiréis conmigo en que la imagen está íntimamente relacionada con la soledad. Una mujer que cubre las carencias afectivas y la compañía con un pequeño perro, un perro que además contribuirá a ese primer contacto entre Dmitri y ella y que, posteriormente se evapora. Ya no aparece más, tan solo hacia el final y de pasada, con un propósito muy claro.
Quiero señalar que, sobre este cuento hay ediciones maravillosas como la de Nórdica, que cuenta con las ilustraciones de Javier Zabala. No es esta la edición que ha caído en mis manos pero si quieres acercarte a esta obra, no estaría nada mal contar con una edición ilustrada que tanto aporta a los textos.
Y por último, os cuento que La dama del perrito se llevó al cine en 1960, en una adaptación dirigida por el cineasta soviético.
Para finalizar, La dama del perrito es un relato interesante que cuenta más de lo que dice. No hay que dejar escapar esta obra de Chéjov que, si bien tiene una trama sencilla, muestra la enorme complejidad del ser humano a través de sus personajes.
[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]
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