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FERNANDO IWASAKI: En 'Ajuar funerario', el terror y la brevedad se han confabulado para que este libro tenga una vida muy larga.

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Justo antes del inicio de las Navidades, cerré el ciclo de entrevistas 2018 con Fernando Iwasaki. Limeño de nacimiento pero con raíces que cruzan medio mundo, su nombre resuena frecuentemente en las tertulias y encuentros literarios de Sevilla. Es autor de cuentos, novelas, ensayos, relatos,... y se cuentan por decenas sus publicaciones. Por si no hubiera abarcado suficientes géneros, ahora también se estrena con el cómic.

La cita tenía por objeto conversar sobre su última publicación, Ajuar funerario,de la que recientemente la editorial Páginas de Espuma ha lanzado al mercado una novela gráfica. Estamos ante un volumen de casi una veintena de microrrelatos escritos por Iwasaki, de los que Imanol Ortíz ha elaborado los guiones y Beñat Olea las ilustraciones. Que me gusta la novela gráfica es algo que todo el mundo sabe o puede intuir si asoma por aquí con frecuencia. Suelo zambullirme en ese género hasta el punto de haber iniciado el 2019 con una reseña de ese género. Pero Ajuar funerario tiene algo que la hace diferente. Para empezar, posee un título que inevitablemente conecta con la muerte. Y luego está la temática y la perspectiva, terror visto desde el ángulo del humor. La mezcla sin duda es singular.

Marisa G.- Fernando, 'Ajuar funerario', el texto original es del año 2004 y desde entonces se ha editado nueves veces.

Fernando I.- Exacto. Probablemente si no se hubieran lanzado nueve ediciones, este cómic no existiría.

M.G.- Pero resulta interesante que un género como el microrrelato, aguante tantas ediciones, ¿qué características poseen estos microrrelatos para que ocurra algo así?

F.I.- Para empezar el tema. El terror tenía su público. Los editores, y no me refiero a Juan Casamayor (editor de Páginas de Espuma), no creían hace veinticinco años ni en el microrrelato ni en el terror. Siempre hemos sido muy duros con los géneros. Por ejemplo, en España había una colección de relatos eróticos de Tusquets que terminó desapareciendo. Luego todo el mundo escribe novela negra y no pasa nada. 

Quiero recordar que este es un libro que escribí a lo largo de ocho años. Los primeros diez microrrelatos que se publicaron aparecieron en una antología de Lengua de Trapo que se titulaba 'Líneas aéreas', del año 98. Posteriormente, Páginas de Espuma publicó en 2001 'Pequeñas resistencias' para el que Andrés Neuman me pidió otro cuento y yo le mandé más microrrelatos. Ahí fue donde Neuman me preguntó si tenía algo más. Y sí, tenía mucho más.

M.G.- Pero ¿por qué escribir todos estos microrrelatos a lo largo de tanto tiempo? Quiero decir, ¿existía una intención de publicar o más bien era un ejercicio de escritura por probar otro género?

F.I.- Siempre escribo para publicar. El tiempo es lo de menos. Llevo escribiendo una novela desde el año 2006, así que, puedes hacerte una idea. A lo mejor la abandono muchos meses y luego la vuelvo a retomar pasado mucho tiempo. Es más, acaba de aparecer un libro mío, de historia, en el Fondo de Cultura Económica, '¡Aplaca, Señor, tu ira!' Tiene como quinientas páginas y he tardado veinte años en escribirlo. El tiempo no me preocupa. Entre otras cosas, quizá, porque no vivo de lo que escribo.

Con 'Ajuar funerario' pasó algo similar. Lo fui escribiendo a mi ritmo, añadiendo relatos según mi ánimo y fue Andresito Neuman el que me dijo que no podía aguardarme todo aquello. Además él descubrió que había cuentos colgados en Internet porque yo los iba regalando, sin más. Este no fue un libro escrito por la prisa de una feria, de un premio. Su premio han sido los lectores.

M.G.- Pero escribir un microrrelato tiene que ser muy complicado. A veces son solo dos o tres líneas y con eso hay que alcanzar al lector. Imagino que, cualquier microrrelato que se precie, tiene que tener unas cualidades muy concretas, el autor debe cumplir unas máximas, ¿no? 

F.I.- No sé si tiene que tener unas cualidades muy concretas o no. Para escribir microrrelatos es necesaria mucha paciencia. Todo lo que escribes en una distancia tan corta, tiene que ser releído muchas veces, a lo largo de mucho tiempo, para que deje de ser algo que sea simplemente un chispazo. En ocho años, la cantidad de micros que tiré y deseché es mucho mayor que lo que he publicado porque los releía y me parecían malas versiones de otros que ya formaban parte del libro. Lo que se ha publicado es lo que ha sobrevivido a un proceso de selección muy duro.

M.G.- También los que se han publicado habrán sido objeto de un proceso de remodelación.

F.I.- Sí, claro. Es un libro que, si ha tenido la vida tan agradecida que tiene, probablemente se deba a esa exigencia que al final ha tenido su fruto. Pero esto no ocurre siempre así. 'Neguijón' es otra de mis novelas. Esa tardé también como cinco o seis años en escribirla y, sin embargo, tan solo tiene una edición. No es cuestión de menos o más trabajo, de menos o más dedicación. Simplemente fue una novela que preparé como una tesis doctoral pero quizá no encontró su público. 

M.G.- Es que esas cosas nunca se saben.

F.I.- No, claro pero en 'Ajuar funerario', el terror y la brevedad probablemente se han confabulado para que este libro tenga una vida muy larga. Si hubieran sido microrrelatos eróticos o de terror pero de mayor longitud, entonces lo mismo no habría tenido la misma suerte.

M.G.- Claro. Pero, ¿por qué hacer un cómic ahora? 

F.I.- El cómic lo vio de una forma muy clara nuestro guionista, Imanol Ortiz. Él hizo en primer lugar un corto sobre 'Peter Pan'.

M.G.- Lo he visto. Muy bueno.

Peter Pan from Sonora Estudios on Vimeo.


F.I.- Pero para hacer el corto, en vez de preparar una escaleta, dibujó un cómic. Aquel fue el primer latido de este libro. 

Coincidió además que Juan (Casamayor) empezó a publicar novelas gráficas. Y así surgió todo. 

M.G.- Juan es un hombre que apuesta fuerte. Adentrarse en los cuentos, en los relatos, un género que yo defiendo a muerte pero que a muchos lectores no le atrae, y ahora atreverse también con la gráfica... Es cosa de valientes.

F.I.- Debe ser que es de Zaragoza. (Risas)

M.G.- (Risas) Sí, va a ser eso.

Bueno, hay muchas ediciones, traducciones, adaptaciones audiovisuales, ahora un cómic. ¿Qué aporta cada formato al texto original? Lo pregunto porque en lo visual o audiovisual, la imaginación del lector queda regalada a un segundo plano.

F.I.- En el cómic o en el corto, el niño de 'Peter Pan' tiene un rostro, una personalidad, la casa del niño tiene una iluminación concreta, el padre tiene otro aspecto. El audiovisual y el cómic tienen a su favor toda esa plasticidad que concede la imagen. Luego, también están los actores y el equipo de producción en el caso del corto, o el dibujante con sus colores y su propia personalidad, en el caso del cómic. 

El dibujante de 'Ajuar funerario', Beñat Olea, al que no conozco todavía, es maravilloso. Solamente hemos hablado por teléfono. Me encantó su trabajo de las distintas propuestas que recibió Juan. Si el dibujante elegido hubiera sido otro, este cómic hubiera sido otra cosa muy distinta. Porque el color que emplea Beñat y sus ilustraciones conectan muy bien con el tipo de cómic que leen actualmente los jóvenes, los Marvel o los Manga. Había otros dibujantes cuyas ilustraciones recordaban a los cómics en blanco y negro de los años 70.

M.G.- Como los 'Creepy'.

F.I.- Sí pero no nos parecía que era el dibujo idóneo para estos cuentos. 

No voy a engañarme. 'Ajuar funerario' tiene una vida muy larga gracias a los institutos y a los profesores que lo han propuesto como lectura. También es verdad que en las universidades se estudia hoy el microrrelato y me siento afortunado porque 'Ajuar funerario' es uno de esos libros que leen los filólogos que trabajan el género. Pero entre el peso del mundo académico y el peso de la educación secundaria y el bachillerato, este último es mucho más grande y sospecho que si este libro tiene nueve ediciones es porque muchos profesores lo han propuesto como lectura, para que los chicos que ya leen poco, puedan dedicar un mínimo tiempo a la lectura a partir de textos muy breves. Esto funciona así. De un texto muy breve, como cualquiera de los que hay en el libro, el profesor es capaz de ir tirando del hilo y sacar una madeja. Lo mismo eso ha animado a los niños a leer más, algo que he comprobado cuando he visitado los institutos y se me han acercado para decirme que se han enganchado a la lectura. 

M.G.- ¡Algo muy bueno!

El cómic recoge una selección de todos los que se publicaron en el formato original, ¿verdad?

F.I.- Sí, el cómic contiene solo quince microrrelatos frente a los cien que tiene el volumen original. Imanol ha elegido temas: monstruos, niños y difuntos. Si esto va bien, seguro que Imanol le propone a Juan hacer otro cómic con otros tres temas, por ejemplo, monjas.

M.G.- Hay uno de monjas en el cómic.

F.I.- Sí, pero en el libro original hay muchos más cuentos sobre monjas.

M.G.- Entonces la selección la ha hecho íntegramente Imanol.

F.I.- Sí. Yo no he tenido nada que ver. En este caso, el guionista y el ilustrador tenían que tener su protagonismo. Y el editor, que es un valiente.
M.G.- De todos modos, todos estos cuentos ¿de dónde proceden? ¿Proceden de la imaginación? ¿Son esas pesadillas que tenía de pequeño?

F.I.- Algunos son pesadillas, sí, pero otros proceden de mis obsesiones de niño, las que tenía en casa de mi abuela. A partir de la quinta edición, se añadió un epílogo al libro, en el que cuento que muchos de estos microrrelatos se originan de la memoria que yo tengo de la casa de mi abuela, en Lima, una casa vieja, antigua, una casa de campo que luego quedó integrada en la ciudad cuando esta última creció. Era una casa donde se decía que pasaban cosas, que había fantasmas, almas en pena y que ocurrían sucesos extraños. Había mucha tía vieja, soltera, que te asustaba de una manera criminal y unas costumbres que hoy en día seguirían siendo muy sorprendentes pero que, en aquella época, eran normales. Por ejemplo, velar a los muertos en tu casa. Hoy tenemos tanatorios y la gente joven no sabe lo que es tener el funeral de tu abuelo o de tu abuela en tu propia casa. Para velar en casa hay que tener toda una intendencia de la muerte y en casa de mi abuela la teníamos. En aquella casa se guardaban todo tipo de objetos, reclinatorios, velas, cruces,..

M.G.- Eso tiene que impresionar muchísimo.

F.I.- Claro, impresiona mucho a un niño de ocho años como yo. A veces todo eso se guardaba en un cuarto, el que se usaba para las visitas. Y cuando yo me quedaba allí a dormir, con siete u ocho años, me tocaba en la habitación de los trastos de la muerte. Como comprenderás yo no dormía en toda la noche. Estaba aterrado. (Risas)

M.G.- (Risas) Ahora entiendo algunos cuentos.

F.I.- Había un corredor muy largo con habitaciones clausuradas. En las puertas se clavaban unos largueros de madera, formando una equis, y con una tiza se escribía el nombre de la hermana que había muerto allí. Al fondo de ese corredor estaba el baño. Jamás fui al baño en casa de mi abuela.

M.G.- (Risas) ¡Muy fuerte!

F.I.- Todos esos recuerdos están en mi memoria y muchos de los microrrelatos de este libro están inspirados en esos recuerdos. O, por ejemplo, en Lima se iba la luz con mucha frecuencia, y mis tías, viejas, sacaban velas y decían: 'Estas son las velas que se usaron en el funeral de tío Rodrigo'. ¡Pánico!

M.G.- (Risas) Pero volviendo a las ilustraciones. Son bastante gore, ¿no?

F.I.- Tienen que serlo si el volumen es de terror. 

M.G.- Pues sí, pero son ilustraciones que contienen homenajes. La primera, por ejemplo, es muy Tim Burton. Esa especie de novia cadáver,... 

F.I.- Sí, sí. Incluso hay un personaje que está leyendo uno de mis libros. 

M.G.- Exacto, también me fijé. Y aparecen en otra ilustración dos gemelas que recuerdan....

F.I.- ... al resplandor, de King.

M.G.- Pues precisamente hablando de King, el otro día leí algo suyo que me pareció muy inteligente. Dijo que 'Los monstruos son reales y los fantasmas también. Viven dentro de nosotros y a veces ganan'

F.I.- Sí, claro, una afirmación muy cierta, sin duda.

M.G.- Pues sí. Bueno, hemos dicho que el libro se estructura en tres partes: Difuntos, Infantes y Monstruos. ¿Por qué nos dan tanto miedo los niños?

F.I.- El niño es la paradoja. De un niño no te esperas que sea un monstruo. Te podrás esperar la crueldad infantil. Arrancarle las patitas a una araña, las alas a una mosca,... pero hay otro tipo de crueldades más terroríficas. Un niño que habla solo porque tiene un amigo invisible no te asusta pero si ese amigo es el vecino que murió el año pasado, la cosa cambia.

M.G.- Los niños en el cine también dan mucho miedo. Leyendo el libro recordé la película que rodó en el 76, Narciso Ibañez Serrador, '¿Quién puede matar a un niño?' Aunque es antigua, la ves ahora y sigue asustando. Esos niños crueles, tan silenciosos y organizados como un ejército.

F.I.- Si, sí... Terrible.

M.G.- Me impresionó mucho esa película. Pero bueno, volvamos al libro. Algunas historias del volumen ni siquiera añaden texto.

F.I.- Eso es una creatividad y originalidad de Beñat. Cuando Imanol le propone a Beñat ilustrar 'El monstruo de la laguna verde', decide hacerlo sin guion. En este caso, el que puso las reglas fue el dibujante. Conste que para mí, en ese cuento, el protagonista debería ser un adolescente gordito, o un adolescente, pero a él se le ocurrió un adulto. Me pareció genial. 

M.G.- La historia funciona igualmente sin texto. Ocurre lo mismo con 'El horóscopo'

F.I.- Exacto. No hay necesidad de una sola línea.

M.G.- Y otros microrrelatos son 'Familia numerosa' que me recuerda un poco una leyenda urbana, con esos muertos que se aferran a los lugares que fallecieron, 'Larga distancia' que tiene un final brutal o 'Papillas' que me dejó ...

F.I.- Con 'Papillas' pasa una cosa. Cuando me invitan a leer algún cuento de 'Ajuar funerario', jamás leo 'Papillas' o 'Familia numerosa', pero Beñat e Imanol le han dado a esos dos microrrelatos una personalidad nueva. Le han encontrado en el cómic un discurso diferente. A mí eso me ha encantado.

M.G.- ¿Y te gustaría destacar alguno más del volumen?

F.I.- Me encanta cómo han trabajado el primero, 'Father and Son'.

M.G.- Es como si solo fuera una sola viñeta y el lector debiera seguir el camino del vehículo.



F.I.- Me parece una idea prodigiosa para luego pasar al desenlace en la última página. Te diré que cada historia tiene solo tres páginas.

M.G.- ¡Ah! No me había fijado en ese detalle.

F.I.- Está hecho adrede. Tres páginas sin contar la portada.

M.G.- Y hay una historia al final, 'Kruszwicy' que rompe la estética de los demás. 

F.I.- La rompe sí, pero es precioso. Ese mircorrelato está basado en un hecho real. En la Edad Media, los pobladores de aldeas pequeñas, con tantas hambrunas, eran devorados por las ratas. El flautista de Hammelin es un cuento para niños pero inspirado en todo esto. ¿Cómo que las ratas se llevan a los niños? Lo que hacían es que se los comían. Es una preciosidad este cuento.

M.G.- Pero son cuentos de terror que tienen su pizca de humor. Algunos te pueden llegar a arrancar una carcajada.

F.I.- Evidentemente. El humor siempre me ha interesado. Aquí el tema es el terror a través del humor. En 'Neguijon' es el dolor físico a través del humor. En 'Libro del mal amor', el tema es el fracaso amoroso pero desde el humor. 

M.G.- Pero también subyacen algunos temas muy actuales como el acoso escolar, el secuestro de niños,...

F.I. Ese del rapto de niños, 'No hay que hablar con extraños', es otro de los cuentos que leo muy pocas veces en voz alta pero se han hecho algunos montajes, combinando teatro, literatura y música. Mis hijas son actrices y lo han interpretado. Lo convirtieron en un monólogo. 

M.G.- Y se termina de imprimir el libro el 31 de octubre de 2018, víspera de la noche de brujas. He notado que cada edición se termina en una fecha muy concreta y especial. Hay mucho juego aquí. 

F.I.- Siempre hay mucho juego. Suelo preguntarle a Juan cuando se terminará de imprimir el libro. Él me da dos o tres fechas y sobre ellas, busco la que me pueda dar pie para un colofón real pero que encaje con el tema.

M.G.- La segunda edición por ejemplo coincidió con el aniversario de la muerte del actor Bega Lugosi. Fantástico. 

F.I.- Cada uno es como un microrrelato nuevo.

M.G.- Pero también la composición. Cómo están distribuidas las palabras. 

F.I.- Sí, es muy importante que parezca como un rosario que cae.

M.G.- Pues sí. Bueno, Fernando, no tengo más preguntas. Muchas gracias por compartir este rato conmigo y desvelarme tantas cosas interesantes sobre el libro.

F.I.- Muchas gracias a ti. 

'Ajuar funerario' es uno de esos libros que bien merece la pena echarle un ojo, especialmente si te gusta el terror, pero un terror especial, de esos que a veces te hacen sonreír. Las ilustraciones son fabulosas, los textos ingeniosos y todo ello conforman un todo que no hay que perderse.






Ficha novela

Editorial: Páginas de Espuma.
Encuadernación: Tapa dura
Nº Páginas: 96
Publicación: noviembre, 2018
Precio: 17,00 €
ISBN: 978-84-8393-245-2
Ficha completa aquí








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