Editorial: Ediciones B.
Fecha publicación: noviembre, 2018.
Precio: 20,90 €
Género: Thriller.
Nº Páginas: 568
Encuadernación: Tapa dura con sobrecubiertas.
ISBN: 9788466664417
[Disponible en eBook y en audiolibro;
puedes empezar a leer aquí]
Autor
Juan Gómez-Jurado (Madrid, 1977) es periodista y autor de varias novelas de gran éxito, traducidas a más de cuarenta lenguas. Su último thriller, Cicatriz, escaló hasta lo más alto de las listas de best sellers y fue el ebook más vendido en España en 2016. Actualmente es colaborador en varios medios y cocreador de los podcast Cinemascopazo, Todopoderosos y Aquí hay dragones, convertidos en fenómenos de masas.
Sinopsis
No has conocido a nadie como ella.
Antonia Scott es especial. Muy especial.
No es policía ni criminalista. Nunca ha empuñado un arman ni llevado una placa, y, sin embargo, ha resuelto decenas de crímenes.
Pero hace un tiempo que Antonia no sale de su ático de Lavapiés. Las cosas que ha perdido le importan mucho más que las que esperan ahí fuera.
Tampoco recibe visitas. Por eso no le gusta nada, nada, cuando escucha unos pasos desconocidos subiendo las escaleras hasta el último piso.
Sea quien sea, Antonia está segura de que viene a buscarla.
Y eso le gusta aún menos
[Información tomada directamente del ejemplar]
Juan Gómez-Jurado es un nombre que no pasa desapercibido en el panorama literario. Tras publicar novelas como El paciente y Cicatriz, sus lectores han constituido legión, devoran con avidez todo lo que el madrileño publica y colapsan las presentaciones y firmas de libro. De Gómez-Jurado se dice que es el autor español de thrillers más leído en el mundo y lo cierto es que sus novelas se han traducido a más de cuarenta países. Pero, ¿es verdad que sus novelas son tan adictivas?
Cicatriz pasó por este espacio en 2016. Por entonces comenté que había sido una lectura satisfactoria, aunque algo menos de lo esperado. Y es que el marketing y las campañas de promoción no siempre hacen un favor a las publicaciones. No son pocos los lectores que huyen del boom mediático, del revuelo publicitario, de las sentencias impactantes y de los alardes,... Poner las expectativas por las nubes puede tener un efecto contraproducente aunque la novela sea absolutamente fabulosa. A veces pienso que los autores deberían refrenar un poco el entusiasmo de las editoriales en su deseo de 'capturar' y atraer lectores. Lo mismo, una campaña algo menos agresiva llegaría la misma cuota de mercado e incluso a aquel sector del público que acostumbra a apartarse de lo más mediático. Es mi opinión.
Pero, volviendo al libro. Acabo de releer mi opinión de Cicatriz y he recordado su argumento que hoy me parece elaborado, complejo y trabajado. Es precisamente la misma impresión que he tenido con Reina Roja, un relato en el que el autor nos va a introducir en una organización secreta que lucha contra el crimen, una instancia por encima y al margen de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Lo hará basándose en dos personajes principales de los que os paso a dar algunos apuntes.
Jon Gutiérrez es un inspector de policía de 43 años, con sobrepeso y en apuros. En su afán de repartir justicia ha traspasado el límite de la legalidad y eso le ha acarreado más de un problema. Actualmente está suspendido de empleo y sueldo, acusado de delito de falsedad documental, alteración de pruebas, obstrucción a la justicia y deslealtad profesional, por lo que perdido toda credibilidad pero en su vida aparecerá Mentor, un extraño individuo que promete sacarle del apuro si a cambio le hace un pequeño favor.
Antonia Scott es una joven de treinta y poco años, bastante introvertida y seria. De pequeña seguramente era la rarita de la clase. Practicante de yoga, vive en un piso con una decoración casi inexistente, desprovisto de lo más esencial, lo que otorga al espacio una sensación desangelada, probablemente la misma que ella siente en su interior. Por las noches, duerme en un hospital, junto a la cama de Mario, su marido, en coma desde hace tres años.
El motivo por el que estos dos personajes se conocen tiene que ver con Mentor y con el favor que este le ha pedido a Jon. El policía tiene que sacar a la extraña Antonia de su reclusión, convencerla para que acuda a un lugar y se reincorpore al trabajo después de tres años de aislamiento pero ella no se lo va a poner fácil. Tras un tira y afloja en el que Jon está a punto de abandonar, aunque eso implique seguir tirado en la cuneta profesional, la joven termina accediendo a las peticiones pero ¿a qué trabajo tiene que incorporarse? Pues será la encargada de investigar el asesinato del joven Álvaro Trueba, el hijo adolescente de la presidenta del banco más grande de Europa, que ha aparecido muerto en el domicilio familiar en una puesta en escena de lo más irracional. La investigación será totalmente extra oficial, al margen de la que lleva a cabo la policía, y no será la única víctima a la que nuestra pareja protagonista tenga que enfrentarse. Vendrán más muertes y más misterios.
El argumento de Reina Roja nos conducirá a conocer una organización peculiar a nivel mundial pero que permanece oculta y al margen de la opinión pública. Estructurada en 'una división central y una unidad especial en cada país de la Unión Europea' tiene como misión encargarse de los crímenes más complicados de resolver y para ello cuenta con un personal exiguo pero de alto nivel. Gracias a un flashback, sabremos más detalles de esta organización, así como la forma en la que se recluta a sus miembros. Estamos ante un argumento que me ha dado que pensar. ¿Y si existiera algo así y no lo sabemos?¿Y si hay una estructura en las sombras que vigila, observa, manipula, y se mueve a otros niveles?
Sea como fuere, tengo que reconocer que la trama de Reina Roja va ganando con el avance en la lectura. Si bien al principio no me sentía poderosamente enganchada, es justo reconocer que los capítulos finales se vuelven muy intensos y el ritmo se acelera mucho, cuando los acontecimientos se precipitan y estamos a punto de conocer la identidad del asesino y sus motivaciones. Sin embargo, no me ha parecido tan adictiva como esperaba. Creo que me ha pasado igual que con Cicatriz. Reconozco que son novelas que me gustan, me lo paso bien, tienen un argumento interesante y unos personajes potentes pero no he encuentro un ritmo tan vertiginoso como para no parar de leer. En cualquier caso, nada de esto la desprestigia.
Pero más allá de una trama interesante -ojo a algunas escenas que son buenas de verdad-, con alguna crítica social intercalada, el potencial de Reina Roja recae en la disparidad de sus dos personajes protagonistas. Jon y Antonia son la noche y el día. El es un policía pasado de rosca que emplea sus propios métodos. Vive con su madre, es homosexual y procede del País Vasco, tres cualidades que en ningún caso son explotadas, algo que he de agradecer al autor por no incurrir en tópicos y clichés. La homosexualidad de Jon es solo anecdótica, una característica más como podría ser tener el pelo oscuro o los ojos verdes y el hecho de que no se incida en esta cuestión, que no se aproveche la tesitura para explotar al máximo al personaje, desviándolo de su cometido principal, me parece algo positivo. Lo mismo, otros lectores hubieran deseado que se profundizara más en esa parte del personaje pero, en lo que a mí respecta, me ha parecido correcto no hacerlo.
En cualquier caso, y en lo referente a personajes, la que parte el bacalao (como decimos en mi tierra) es Antonia, una joven totalmente asocial, o por lo menos en el presente de la novela, pues la única relación que mantiene con un ser vivo es a través de Skype y con un familiar algo peculiar. Más allá de eso, solo breves intercambios con los vecinos de su edificio -y por un motivo que ya entenderéis cuando leáis la novela - y con su marido en estado comatoso, como ya he mencionado. Así que, la irrupción de Jon en su vida no le hace nada de gracia.
Antonia es un personaje enigmático, que llamará poderosamente la atención y mantendrá en vilo la curiosidad del lector en los preludios de la novela. Sufre anosmia (no puede oler nada), no soporta que la toquen, es esquiva pero tremendamente inteligente. Su cualidad principal, y por el que es requerida en la investigación, queda descrita en el momento oportuno, siendo todo un enigma hasta entonces. En mi caso llegué a pensar que tenía poderes paranormales, que veía muertos o podía hablar con ellos. Luego me decanté por sus habilidades informáticas, pensando que se trataba de un hacker capaz de hacer saltar los sistemas de seguridad más inaccesibles del país. Y por último, se me pasó incluso por la cabeza que era un robot. Por suerte, no di ni una porque así, las verdaderas habilidades de Antonia me pillaron por sorpresa.
De Antonia se dice que no es policía, ni criminalista, ni jamás ha empuñado un arma pero ha salvado decenas de vidas. ¿Cómo lo hace? Bueno, tendréis que leer la novela para averiguarlo. A mí me ha gustado el personaje porque, más allá de su faceta profesional, soporta una carga personal que la hace muy humana (porque no, no era un robot como yo había pensado). En cualquier caso, todo lo que gira a su alrededor es sumamente interesante y por eso se dice en la sinopsis que nunca hemos conocido a nadie así.
Y entre estos dos personajes, ¿quién falta? Pues por supuesto el asesino. Del que iremos sabiendo algunos detalles poco a poco porque en este caso, también el asesino presta su voz al texto. A grandes rasgos os puedo decir que siente la necesidad de desenmascarar a los poderosos, sea en el ámbito que sea. Pretender quitarle la máscara a todos aquellos que, de un modo un otro, se consideran superiores pero en el fondo, y con excepciones, son personas ruines, sin escrúpulos y
Reina Roja se estructura en tres partes, a lo largo de los cuales se distribuyen capítulos de corta extensión. Algunos ellos acaban en un punto de bastante suspense, son pequeñas piezas en las que van ocurriendo sucesos que hacen avanzar la trama de forma paralela, por un lado la investigación y por otro los actos criminales del asesino. En ellos suele predominar bastante el diálogo frente a la narración. Los personajes interactuan constantemente de tal modo que el narrador, omnisciente, queda relegado a un segundo plano con frecuencia, un narrador que, dicho sea de paso, muestra un alto grado de ironía y sarcasmo. La consecuencia más lógica es que la novela se lee sola, es decir, el lector, animado por una trama llena de suspense, un asesino que nos despistará en alguna ocasión y unos investigadores tan dispares, se sentirá atraído hacia una desenlace que vaticina una segunda parte. Esta pareja funciona bien pues, a pesar de ser tan distintos, se compenetran a la perfección. Se presupone que nos reencontraremos con ellos en el futuro.
Con un estilo ligero, directo y muy accesible sobre el que prima el argumento y los personajes, Reina Roja ha sido una lectura entretenida y amena que me ha permitido adentrarme en la mente de un asesino que aprovecha las circunstancias que le regaló la vida para hacerse poderoso. No podría decir que me ha resultado adictiva pero, como he comentado anteriormente, es cierto que va ganando fuerza con el paso de las páginas. Por lo tanto creo que es una novela que podría gustar a esos lectores que, cansados de todo un día de trabajo, desean zambullirse en una lectura que los transporte a otro lado, para hacerlo testigo de unos crímenes horribles, conocer a un asesino implacable y a unos investigadores peculiares.
Atención a la edición en formato electrónico. Tirado de precio para ser una novedad editorial.
[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]
Puedes adquirirlo aquí:
Con un estilo ligero, directo y muy accesible sobre el que prima el argumento y los personajes, Reina Roja ha sido una lectura entretenida y amena que me ha permitido adentrarme en la mente de un asesino que aprovecha las circunstancias que le regaló la vida para hacerse poderoso. No podría decir que me ha resultado adictiva pero, como he comentado anteriormente, es cierto que va ganando fuerza con el paso de las páginas. Por lo tanto creo que es una novela que podría gustar a esos lectores que, cansados de todo un día de trabajo, desean zambullirse en una lectura que los transporte a otro lado, para hacerlo testigo de unos crímenes horribles, conocer a un asesino implacable y a unos investigadores peculiares.
Atención a la edición en formato electrónico. Tirado de precio para ser una novedad editorial.
[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]
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