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ENTREVISTA A GREGORIO LEÓN (La emperatriz de jade)

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Autor

Gregorio León nació en Murcia un día muy caluroso de 1971. Se gana la vida desde hace más de veinte años como periodista de Onda Regional, la emisora autonómica de Murcia. También ha hecho televisión.


Tiene cuatro novelas publicadas: Murciélagos en un burdel (Premio Ciudad de Badajoz), El pensamiento de los ahorcados (Premio Diputación de Córdoba), Balada de perros muertos (Premio Valencia de Novela) y El último secreto de Frida K (Premio Emilio Alarcos Llorach). Igualmente ha recibido el Premio Alfonso Grosso de relatos, o el Miguel de Unamuno, entre otros. Su obra ha sido traducida al francés.


Confiesa que cuando inicia la escritura de una nueva novela siempre persigue un objetivo: escribir una historia fácil de leer, pero difícil de olvidar. Billy Wilder no podía estar equivocado: el primer mandamiento es "No aburrirás". Por eso es mejor no alargar más de la cuenta el texto de una solapa. A esta solo le falta un detalle:


Twitter: @GregorioLeonOR


Sinopsis

En el fastuoso Berlín del Tercer Reich, Sophie Larisson, una espléndida actriz que trabaja para los estudios de la UFA, desaparece misteriosamente de las carteleras. Casi un siglo después, la detective Daniela Ackerman se tropieza con ella cuando intenta resolver su nuevo caso: encontrar un libro encuadernado en piel humana que le regalaron a Hitler en su cumpleaños. Moscú, Berlín, Roma o Brighton esconden algunas piezas de tan extraña misión, pero solo una película pornográfica puede explicarlo todo: La emperatriz de jade.


A caballo entre el género histórico y la novela negra, La emperatriz de jade nos sumerge en los secretos más recónditos del alma humana, cuando el amor se confunde con la obsesión. 


«Un thriller que juega muy bien con la historia, de una manera ingeniosa». Le Monde.


«Brillante».. Le Figaro.





–—˜™–—˜™–—˜™–—˜™–—˜™–—˜™–—


Pensaba yo que ya os había traído la última entrevista de la temporada y aquí me tenéis de nuevo. Hoy quiero presentaros a Gregorio León, el autor de la novela La emperatriz de jade. Un libro que me ha gustado muchísimo y del que os hablaré en breve a través de la correspondiente reseña.

Nos citamos en el café cultural La Mercería, sito en la calle Regina, nº 10 en Sevilla, un lugar agradable en el que se puede hablar con tranquilidad de literatura. No en vano tienes la opción de tomarte un café mientras lees algunos de los libros que guardan reposo en las estanterías que adornan las paredes del establecimiento. 




Gregorio llegó y tras el saludo inicial me preguntó mi opinión sobre el libro, casi exigiéndome sinceridad absoluta, así, sin miedo. No me ando por las ramas pero en esta ocasión lo tenía bien fácil. 


Marisa G.- Gregorio, antes que nada darte las gracias por darnos la oportunidad de hablar contigo. A tu pregunta, por supuesto que te voy a ser sincera. Tu nueva novela sencillamente me ha encantado.


Gregorio L.- Me alegra. Uno intenta hacer las cosas con la mayor dignidad posible para que el lector salga complacido y que al finalizar la lectura piense que ha invertido un tiempo en leer la novela pero que ha merecido la pena. 

M.G.- Si no estoy equivocada, La emperatriz de jade es tu quinta novela. Las anteriores han cosechado muchos premios (Murciélago en un burdel, -Premio Ciudad de Badajoz-, El pensamiento de los ahorcados, -Premio Diputación de Córdoba-, Balada de perros muertos, -Premio Valencia de Novela-, El último secreto de Frida K, -Premio Emilio Alarcos Llorach-). ¿Esta última novela también la presentaste a algún premio antes de ser publicada por Algaida?

G.L.- No, no ha pasado por ningún premio. Cuando presentas una novela a concurso tienes que esperar durante algún tiempo antes de publicarla, pero yo tenía la novela acabada y la quería publicar ya. Llevaba mucho tiempo sin publicar y no quería someterme a un jurado. Muchas veces los premios son aciertos y otras veces no tanto. Tenía la necesidad de volver a tener contacto con los lectores y no espaciar demasiado el tiempo que pasaba entre una novela y otra. Además esta es mi novela más comercial y me parecía que no era una novela para concurso. Deliberadamente yo quería hacer una novela comercial y una novela que ganara muchos lectores. Creo que era mejor coger el camino del atajo y publicarla directamente. Por mi experiencia, creo que las novelas muy comerciales no suelen tener mucha suerte en los concursos.

M.G.- De profesión periodista, actualmente trabajas para Onda Regional de Murcia. He observado que sois muchos los periodistas que se adentran en el mundo de la literatura. ¿El periodismo es un camino para llegar a la literatura o una excusa?


G.L.- Creo que el periodismo lo que proporciona es una herramienta de tal manera que, cuando escribes un artículo o haces una entrevista para la radio, tienes que estar muy pegado a la realidad, mientras que en la literatura tienes que alejarte lo máximo que puedas. Pero el vínculo entre los dos oficios, el periodismo y la literatura, y subrayo lo de oficio, es el lenguaje y por eso creo que tiene mucho que ver el periodismo con la literatura. Siendo dos géneros diferentes hay un punto de conexión que es el lenguaje.


M.G.- Centrándonos en La emperatriz de jade, si no estoy equivocada creo que tenías en mente otro título para tu novela, ¿no es así?


G.L.- Sí. El editor y yo manejamos otros títulos como «La piel marcada» porque precisamente se ajustaba a la historia que cuento, un libro encuadernado en piel humana y una piel marcada en uno de los personajes que explica la historia al final. Pero sin embargo, después me gustó mucho la propuesta del editor y decidimos titularla «La emperatriz de jade», haciendo así referencia a la última película erótica que filmó Erika Stapleton o Sophie Larisson (uno de los personajes) en Berlín. De este modo también se hace homenaje al cine y quería hacerlo a través de un título muy cinematográfico como este.


M.G.- En tu novela me encuentro con un argumento que engancha desde el principio. En los párrafos iniciales, nos topamos con un hombre al que vemos colocarse un hábito de monje pero que al mismo tiempo le da una patada furiosa a una Biblia. Esto es lo que yo llamo un buen inicio. ¿Cómo se consigue empezar una novela con tan buen pie?


G.L.-  Pues es muy fácil de conseguir. Tienes que ponerte en la piel de lector. Tú quieres encontrar una historia que te atrape desde el principio. El lector no concede segundas oportunidades y no puedes defraudarlo en un primer capítulo. Posteriormente la tensión se tiene que ir manteniendo  pero el primer o segundo capítulo son fundamentales. Cuando escribo siempre estoy pensando en el lector y me pregunto qué le gustaría encontrar. Uno puede meter la pata de forma muy grave en un primer capítulo  y es lo que intento evitar.


M.G.- ¿Pero ese inicio lo tienes pensado de ante mano o surge así?


G.L.- Esta novela tiene dos imágenes. Una, la de una señora mayor en un hotel de Berlín que estaba llorando. Imaginé que esa señora había vivido una historia de amor en ese hotel hace setenta años. La otra imagen es la de un nazi escondido en un convento que me viene después de leer un ensayo del periodista José María Irujo de El País. Estas imágenes fueron el motor de la historia. De este modo consigo a los protagonistas principales del romance que cuento en el libro. Lo que cuento, más allá de la Segunda Guerra Mundial, es una historia de amor. 


Yo siempre tengo mente y pensamiento de lector porque por encima de escritor soy lector. Cuando estás escribiendo quieres seducir a los lectores.


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