Editorial: Plaza & Janés.
Fecha publicación: 18 enero, 2018.
Precio: 17,90 €
Género: Narrativa.
Nº Páginas: 328
Encuadernación: Tapa blanda con sobrecubierta.
ISBN: 9788401019975
Precio: 17,90 €
Género: Narrativa.
Nº Páginas: 328
Encuadernación: Tapa blanda con sobrecubierta.
ISBN: 9788401019975
Autor
Javier Cid es uno de los periodistas más mordaces y polémicos de los medios y de las redes sociales. Premio Alan Turing de Comunicación por su defensa de los valores LGTB, se dio a conocer con Diario de Martín Lobo (Plaza & Janés, 2010), un libro que recogía el espíritu de Blogback Mountain, un blog de elmundo.es donde narraba sus desventuras con un seudónimo, y que durante un tiempo fue la bitácora más leída del periódico. Llamarás un domingo por la tarde es su primera novela.
Sinopsis
Si hoy en día eliges una carrera, un trabajo, unos amigos, una dieta, una terapia, un gimnasio, una app de citas, un servicio de comida a domicilio, una droga, una hipoteca, ¿por qué cuesta tanto elegir ser feliz?
Llamarás un domingo por la tarde comienza, como todas las tragicomedias de altura, con un desamor fulminante que hará que su protagonista caiga en cada uno de los vicios de este siglo insoportable. Con la coartada de la soledad, que es la triste enfermedad de los domingos, emprende un descenso a las cloacas de las redes sociales, al tórrido maná del culto al cuerpo, al azote del psicoanálisis. Con el tictac de los cuarenta años siguiéndole los pasos, a punto de estallarle como una bomba de relojería, caminará sin paraguas bajo la tormenta. En este viaje a no-sé-donde también hay bullying, pasiones fugaces, revelaciones místicas, gintónics, muertos, tartas de zanahoria e incluso milagros. Y aún deberá descubrir si la amistad auténtica, un último viaje o algún amor tardío podrán salvarle.
[Información tomada directamente de la web de la editorial]
Así empieza Llamarás un domingo por la tarde:
Llamarás un domingo por la tarde es un título perfecto para la reseña de hoy, la primera tras las vacaciones. Hoy lunes, 2 de septiembre, es un día en el que todo comienza a rodar de nuevo, en el que la inmensa mayoría regresa a las obligaciones, a los trabajos, a la rutina, un día precedido por una tarde-noche, la de ayer domingo, en la que seguramente muchos nos sentimos invadidos por la nostalgia de los días de ocio recién finalizados. Pero existen muchos otros motivos por los que una persona puede sentir añoranza, morriña o melancolía, incluido el vacío que deja una ruptura amorosa, un desamor. Esto es lo que le ocurre al protagonista de esta novela, con la que arranco de nuevo la actividad del blog tras las vacaciones estivales.
El periodista Javier Cid se estrena en las lides literarias con una historia en la que vuelca parte de su ser, construyendo una autoficción en la que retrata su periplo amoroso. El protagonista, un periodista en la cuarentena y homosexual, acaba de ser abandonado por su pareja tras cuatro años de relación. El mundo se le cae encima, la casa se le queda grande y solo ve un incierto futuro por delante. ¿Por qué todos avanzan y él no? La ruptura desencadena una serie de emociones comunes y ciertos acontecimientos propios de todo aquel que intenta emerger de sus cenizas. Necesita un cambio que lo saque del profundo pozo en el que se encuentra y para ello pondrá su cuerpo en manos de un entrenador pues el primer paso para sentirse mejor es conseguir un físico que levante la envidia de todo el mundo, especialmente, la del ex-. Como necesitamos consuelo, exhibirá su pena en las redes para sentir el calor virtual, emprenderá viajes que lo conducirán a nuevas aventuras y se refugiará esa familia postiza que cada cual tiene entre las paredes de un bar. Todo con tal de renacer, de resurgir, de intentarlo de nuevo, volviendo a estar en el mercado, con disponibilidad absoluta, y procurando seducir a Fidel, ese otro hombre que se cruza en su camino. Y es que, nuestro protagonista tiene miedo a la soledad porque su estado natural es estar en pareja y alimentarse del amor. Sin embargo, la vida está llena de tropiezos, así que, entre viajes y fiestas desenfrenadas se producirá un nuevo cataclismo vital que lo condenará al colapso. Y mientras todo esto ocurre, también desvelará parte de su pasado, episodios trágicos que, de un modo u otro lo han marcado y que él creía tener superados. En definitiva, Llamarás un domingo por la tarde nos dará a conocer a un hombre normal, con sus idas y sus venidas, con sus luces y sus sombras, una vida en la que hay lágrimas pero también risas, en la que hay amor pero también dolor.
Javier Cid desgrana en estas casi trescientas páginas la vida de un hombre que bien podría ser nuestro hermano, vecino, amigo o compañero de trabajo. En mi caso concreto, me ha gustado más el cómo que el qué. Bajo mi punto de vista, la historia finaliza de forma un tanto abrupta y he tenido la sensación de que navegaba sin un rumbo claramente definido. Intuyo un hilo central - su relación con Fidel - que sirve de cordón umbilical, uniendo los diversos episodios que jalonan la vida del protagonista pero, me ha faltado algo de cohesión. Otra cosa distinta es el estilo. A Cid se le nota sus tablas periodísticas y no lo digo porque la novela esté narrada bajo la luz del género, sino porque, si su relación con los hombres ha sufrido algún resbalón que otro, la relación que el autor tiene con las palabras es sólida y hermosa. Me ha gustado mucho su prosa, elegante, metafórica, engatusadora, y es precisamente esa habilidad a la hora de transmitir emociones lo que ha permitido que disfrute del camino.
En cualquier caso, Llamarás un domingo por la tarde narra una historia que entretiene y divierte, con ciertos momentos tiernos en los que difícilmente no empatizarás con el protagonista porque, en esto de los desamores, circunstancia que a todos nos ha tocado vivir alguna vez, el lector podrá sentirse reflejado en los sinsabores del protagonista. Nos parecemos más de lo que se presupone, diría que somos idénticos, y a todos nos duele por igual lo mismo, todos sentimos un vacío inmenso cuando, de un día para otro, el que dormía a nuestro lado ha dejado un hueco inmenso en el colchón.
Llamarás un domingo por la tarde posee luz de otoño entre sus páginas y te puede resultar una apuesta interesante para los tiempos que se acercan.
[Lectura de las páginas 11 a 13 de la novela;
música: 'Passing Time' de Kevin MacLeon - Biblioteca Audio Youtube]
Llamarás un domingo por la tarde es un título perfecto para la reseña de hoy, la primera tras las vacaciones. Hoy lunes, 2 de septiembre, es un día en el que todo comienza a rodar de nuevo, en el que la inmensa mayoría regresa a las obligaciones, a los trabajos, a la rutina, un día precedido por una tarde-noche, la de ayer domingo, en la que seguramente muchos nos sentimos invadidos por la nostalgia de los días de ocio recién finalizados. Pero existen muchos otros motivos por los que una persona puede sentir añoranza, morriña o melancolía, incluido el vacío que deja una ruptura amorosa, un desamor. Esto es lo que le ocurre al protagonista de esta novela, con la que arranco de nuevo la actividad del blog tras las vacaciones estivales.
El periodista Javier Cid se estrena en las lides literarias con una historia en la que vuelca parte de su ser, construyendo una autoficción en la que retrata su periplo amoroso. El protagonista, un periodista en la cuarentena y homosexual, acaba de ser abandonado por su pareja tras cuatro años de relación. El mundo se le cae encima, la casa se le queda grande y solo ve un incierto futuro por delante. ¿Por qué todos avanzan y él no? La ruptura desencadena una serie de emociones comunes y ciertos acontecimientos propios de todo aquel que intenta emerger de sus cenizas. Necesita un cambio que lo saque del profundo pozo en el que se encuentra y para ello pondrá su cuerpo en manos de un entrenador pues el primer paso para sentirse mejor es conseguir un físico que levante la envidia de todo el mundo, especialmente, la del ex-. Como necesitamos consuelo, exhibirá su pena en las redes para sentir el calor virtual, emprenderá viajes que lo conducirán a nuevas aventuras y se refugiará esa familia postiza que cada cual tiene entre las paredes de un bar. Todo con tal de renacer, de resurgir, de intentarlo de nuevo, volviendo a estar en el mercado, con disponibilidad absoluta, y procurando seducir a Fidel, ese otro hombre que se cruza en su camino. Y es que, nuestro protagonista tiene miedo a la soledad porque su estado natural es estar en pareja y alimentarse del amor. Sin embargo, la vida está llena de tropiezos, así que, entre viajes y fiestas desenfrenadas se producirá un nuevo cataclismo vital que lo condenará al colapso. Y mientras todo esto ocurre, también desvelará parte de su pasado, episodios trágicos que, de un modo u otro lo han marcado y que él creía tener superados. En definitiva, Llamarás un domingo por la tarde nos dará a conocer a un hombre normal, con sus idas y sus venidas, con sus luces y sus sombras, una vida en la que hay lágrimas pero también risas, en la que hay amor pero también dolor.
Javier Cid desgrana en estas casi trescientas páginas la vida de un hombre que bien podría ser nuestro hermano, vecino, amigo o compañero de trabajo. En mi caso concreto, me ha gustado más el cómo que el qué. Bajo mi punto de vista, la historia finaliza de forma un tanto abrupta y he tenido la sensación de que navegaba sin un rumbo claramente definido. Intuyo un hilo central - su relación con Fidel - que sirve de cordón umbilical, uniendo los diversos episodios que jalonan la vida del protagonista pero, me ha faltado algo de cohesión. Otra cosa distinta es el estilo. A Cid se le nota sus tablas periodísticas y no lo digo porque la novela esté narrada bajo la luz del género, sino porque, si su relación con los hombres ha sufrido algún resbalón que otro, la relación que el autor tiene con las palabras es sólida y hermosa. Me ha gustado mucho su prosa, elegante, metafórica, engatusadora, y es precisamente esa habilidad a la hora de transmitir emociones lo que ha permitido que disfrute del camino.
En cualquier caso, Llamarás un domingo por la tarde narra una historia que entretiene y divierte, con ciertos momentos tiernos en los que difícilmente no empatizarás con el protagonista porque, en esto de los desamores, circunstancia que a todos nos ha tocado vivir alguna vez, el lector podrá sentirse reflejado en los sinsabores del protagonista. Nos parecemos más de lo que se presupone, diría que somos idénticos, y a todos nos duele por igual lo mismo, todos sentimos un vacío inmenso cuando, de un día para otro, el que dormía a nuestro lado ha dejado un hueco inmenso en el colchón.
Llamarás un domingo por la tarde posee luz de otoño entre sus páginas y te puede resultar una apuesta interesante para los tiempos que se acercan.
[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]
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