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SUSANA LÓPEZ RUBIO: 'No me da vergüenza ser romántica ni escribir historias románticas'

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Risueña, divertida y alegre. Así podríamos calificar a Susana López Rubio que visitó Sevilla esta semana para promocionar su última novela, Flor de sal (Espasa). La guionista de series y miniseries tan conocidas como Acacias 38, Hospital Central o El tiempo entre costuras debutó en el terreno novelístico en 2017 con El encanto (Espasa), una novela que retrataba la vida cubana de principio de los 50 y la repercusión que tuvo los grandes almacenes 'El encanto' en la Habana. 

López Rubio viaja ahora a Bolivia, a un enclave mágico del que yo, sinceramente, no tenía conocimiento. En el Salar de Uyuni transcurrirá una parte de esta nueva novela que tiene a Julieta Carrión como protagonista, una joven rebelde, llena de prejuicios pero con conciencia social que, tras ser desterrada por su padre, por decirlo de alguna manera, llegará a Uyuni para valérselas por sí misma. Será allí donde conozca a Siwar, un indígena que tiene tantos prejuicios como ella y con quien entablará algo más que una amistad.

Marisa G.- Susana me gusta preguntar a los guionistas si aprovechan sus tácticas para escribir guiones para luego emplearlos en las novelas.

Susana L.- Sí, claro. Siempre digo que hago trampas. Jamás escribo una sola línea hasta que no tengo un esquema, hasta que no confecciono una estructura previa. Ya sabes que hay novelistas que escriben la primera línea sin rumbo fijo y se dejan llevar. Yo no soy así. Además, intento aplicar la misma regla que en los guiones, procurar no aburrir jamás. La gente tiene poco tiempo, si el que tiene te lo dedica, no puedes defraudarlo.

M.G.- ¿Y no ha supuesto mucha presión sentarse a escribir esta novela después de 'El encanto' que tuvo tanto éxito y que se tradujo a nueve idiomas?

S.L.- Debe provocar mucha presión sí, pero es que a mí me pilló justo en el embarazo y nacimiento de mi hijo Oliver, al que le dedico la novela. La primera mitad del libro la escribí con una barriga que no me veía los pies y la otra mitad con mi hijo recién nacido, así que no me dio tiempo a preocuparme ni a ponerme nerviosa. Es ahora cuando me están entrando los nervios pero por suerte me están llegando opiniones muy buenas de muchos lectores que ya se la han leído. La gente está siendo muy generosa. Así que me he tranquilizado un poco.

M.G.- 'Flor de sal' es una historia que nos permite conocer a Julieta Carrión, una chica madrileña, de buena familia que abandona España para irse a vivir a Bolivia. ¿Por qué Bolivia?

S.L.- Por el Salar de Uyuni, uno de los sitios más increíbles de la tierra y de los más desconocidos. Me pareció un sitio muy espectacular para situar la acción y para que ella, una señorita del Madrid más burgués, que se ha criado entre algodones, acabe de repente en un lugar tan árido. El Salar se transforma en un gran espejo cuando llueve y Julieta tenía que reflejarse en él para descubrirse a sí misma. 

M.G.- ¿Y en qué momento surge el Salar en tu cabeza? 

S.L.- Fue un poco como el caldero de la bruja. De repente empiezan a llegar ingredientes para hacer la pócima. Estando embarazada, sentía la necesidad de escribir una historia de padres e hijos y aquello se mezcló con el año 1913, una década que me encanta, y con el auge del estaño en Potosí, ciudad que es más conocida por las minas de plata aunque el estaño también tuvo mucha importancia. Y pensando en Potosí, en Bolivia, surgió el Salar.... Total que se me ocurrió una mezcla que en mi cabeza funcionaba muy bien.

M.G.- En 'El encanto' teníamos a Cuba como escenario. En esta, Bolivia. Parece que tienes una predilección especial por Sudamérica, ¿no?

S.L.- En realidad ha sido casualidad pero estoy pensando que, inconscientemente hay algo. Tengo que hacérmelo mirar porque no deja de ser curioso. (Risas)

M.G.- ¿Pero qué es exactamente la flor de sal?

S.L.- La flor de sal de Uyuni es una sal muy especial y carísima. Se crea en la superficie del desierto por el cambio tan brusco de temperatura que se produce entre el día y la noche. Hay que recolectarla a una hora muy concreta, antes de que el calor la derrita, y solo se puede recolectar a mano. Es algo muy laborioso y por eso es tan delicada y cara.

M.G.- En la novela hay aventura, hay amor,... ¿está todo equilibrado?

S.L.- Creo que hay un equilibrio, sí. La historia de amor nace de mi lado romántico, es algo que ya se vio en 'El encanto'. No me da vergüenza ser romántica ni escribir historias románticas ni escribir historias románticas. Sé que hay mucha gente muy pudorosa con los sentimientos y los romances pero a mí me encanta como lectora y escritora. Y en cuanto a las aventuras, era algo que me hacía ilusión introducir. Me encantan las novelas de aventuras, algo que comparto con la protagonista. Es un género que echo mucho de menos, que se ha quedado un poco 'demodé' por culpa del ritmo de vida que tenemos ahora.

M.G.- Como que no podemos perder el tiempo soñando.

S.L.- Sí. Y creo que me gusta escribir época porque es todo muy evocador. Si querías tener noticias de alguien había que esperar la llegada de una carta, las fotografías había que esperar a acabar el carrete y revelarlas. Pero ahora, es imposible echar de menos a alguien. Tienes la inmediatez del whatsapp. 


M.G.- De todos modos, en la novela también asoma el trasfondo político del momento.

S.L.- Sí, me parecía interesante ubicar la historia en 1913 porque está a punto de estallar la guerra. Todas las películas y novelas que tienen que ver con el periodo de guerras se desarrollan en Europa. A mí me resultaba interesante retratar un acontecimiento histórico lejos del ojo del huracán. 

M.G.- A Julieta Carrión la describes muy bien. Al margen de ser una chica rebelde y poco conformista, ¿cómo la ves tú?

S.L.- Julieta tiene muchas cosas buenas como la valentía, la lealtad a sus amigos,... pero también tiene defectos como por ejemplo los prejuicios que tiene con respecto a los indígenas. He intentado hacer un personaje humano pero lo más importante del personaje es que va a aprender mucho. Es una mujer que va a descubrir cosas de sí misma según va avanzando la historia. A ella le pasa lo mismo que a mí, que descubro cosas de mí que me sorprenden cada día. 

M.G.- Tiene un sentido de la moral muy desarrollado. Se va a encontrar con situaciones y personas que no le gustan en absoluto pero sabe reconocer cuándo se está cometiendo una injusticia. Esto es algo que me gusta mucho del personaje.

S.L.- Sí, es verdad. Julieta es así por las enseñanzas de los profesores que tenía en Madrid. De su padre aprenderá a ser inconformista, a rebelarse cuando algo no le gusta. Es curioso porque luego su padre será el que más intente controlarla. Y luego, su idealismo, su sentido de la injusticia proviene de sus profesores, un par de socialistas utópicos, muy ilusionados con el proyecto de Ciudad Lineal. 

M.G.- La relación con el padre es muy compleja. Ella tiene una idea de él que luego cambia por completo.

S.L.- En principio ella ve al padre con ojos de niña y por tanto lo idolatra pero luego pasan los años y descubre otro hombre, otro diferente cuando lo ve con los ojos de adulta. Ella se da cuenta que su padre es humano, que tiene cosas buenas pero también tiene muchas sombras con las que la hija no contaba. En realidad, es lo que nos pasa a todos con los padres y al revés porque también me  he puesto en el papel de don Gonzalo. Él también tiene sus justificaciones. Los villanos de las historias nunca saben que lo son y por eso también hay que ponerse en su piel.  

M.G.- ¿Cómo ha sido documentarte sobre Bolivia? Hablas mucho del país en muchos ámbitos diferentes.

S.L.- Disfruto muchísimo con el proceso de documentación. Intento leer de todo. Con esta novela me ha costado documentarme más que con la otra, porque claro, no puedes hablar con alguien que haya vivido en 1913. He tenido que recurrir a fuentes escritas. 

M.G.- Pero te metes en la industria minera que es un tema muy árido y aprovechas para denunciar la explotación infantil.

S.L.- Sí y también me ha servido para introducir un personaje real. Simón Patiño era el rey del estaño y tuvo una vida que da para una novela o una película. Pero con la documentación me tengo que frenar porque consigo tanto que me da miedo luego volcarlo todo y meter pegotes. La documentación tiene que servir para afianzar la historia y ya está,  porque los pegotes se notan. 

M.G.- La parte en la que nos hablas de los indígenas es muy llamativa. Nos cuentas cosas muy curiosas sobre los rituales, la cultura, su lengua,... Todo eso habrá supuesto tener que estudiar bastante.

S.L.- Sí, pero es un mundo tan fascinante...

M.G.- ¿Algo que te haya llamado especialmente la atención?

S.L.- No sabría decirte. Tengo cuadernos enteros con apuntes y me he dejado fuera un montón de cosas. Soy bastante niña pequeña para esto de las leyendas y los mitos. A los adultos ya no se nos cuentan cuentos y a mí, sin embargo, todas las leyendas me parecen tan apasionantes,...

M.G.- También hay mucho simbolismo en la novela. Los colibrís tienen un papel importante y los flamencos rosas que aparecen en la cubierta.

S.L.- Los flamencos están en la laguna colorada. Verlos allí supone enfrentarte a una imagen espectacular. Hay mucha magia en la novela para que el lector la vaya descubriendo poco a poco. 

M.G.- ¿Se va a publicar en otros países?

S.L.- No lo sé todavía porque salió la semana pasada. Espero que sí.

M.G.- Seguro que sí, Susana. No te robo más tiempo. Un placer conocerte y confío en que la novela tenga tanto éxito como la anterior. A mí me está gustando mucho.

S.L.- Muchas gracias.


Sinopsis: Año 1914. Acaba de estallar la Gran Guerra y Julieta Carrión de la Vega llega con 16 años a Bolivia procedente de España, para reencontrarse con su padre, don Gonzalo Carrión, que dirige una mina de estaño en la ciudad de Potosí. Huérfana de madre, Julieta adora a su padre, o al menos la imagen idílica que tiene de él, pero muy pronto choca con la dura realidad. Don Gonzalo emplea niños para trabajar en la mina, y padre e hija tienen un primer y tremendo enfrentamiento. No solo eso, Julieta descubre que, desde hace años, su padre tiene una amante, Adela, una atractiva y peligrosa mestiza.

Harto de las peleas con su hija, don Gonzalo decide enviarla a una de sus propiedades en un lugar recóndito e inhóspito: El Salar de Uyuni. Allí, en un paraje de belleza salvaje, Julieta encuentra a paz y crea con los indígenas de la aldea cercana a su casa una cooperativa para explotar la sal. Conoce sus costumbres, sus valores, sus miedos, y también conoce a Siwar, un atractivo indígena, con quien entra en conflicto al principio, pero de quien acabará enamorándose.

[Puedes empezar a leer aquí]




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