Editorial: El Paseo Editorial.
Fecha publicación: mayo, 2019.
Precio: 10,00 €
Género: Novela corta.
Nº Páginas: 148
Encuadernación: Tapa blanda con solapa.
ISBN: 9788494976056
Autor
José Ibáñez (San Juan de Aznalfarache, 1984) es autor de las novelas Dos minutos de tu vida (2009), Bébeme, bésame (2013) y La niña perdida (El Paseo Editorial, 2019), con la que obtuvo el Premio de Novela Universidad de Sevilla de 2017. Licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla, ha trabajado o colaborado en diversos medios: La Voz del Sur, Jot Down Magazine, Canal Sur Televisión, Radio Betis, Radio Guadalquivir, Equo, Faro TV (Buenos Aires), COAG Sevilla y Asamblea de Cooperación por la Paz. Como locutor de radio ha dirigido y presentado programas como Me buscas y me encuentras (Radio Betis), Generación Despierta y La Radioteca, junto a Carmen Cuadrado (Radio Guadalquivir). Ha impartido talleres de escritura creativa y ha participado en la publicación de los libros de relatos El miedo tiene los ojos grandes (2009), El derbi final (El Paseo Editorial, 2016). Ha vivido en España, Argentina y República Checa.
Sinopsis
Nerea es una mujer invidente que trabaja en una emisora de radio y sueña con ser actriz. Lleva más de veinte años viviendo sola cuando acepta la propuesta de su hermano, Carlos, para que alguien le ayude. Tras entrevistar a varias chicas deciden contratar a Rocío, de diecinueve años. Mientras tanto, Carlos, tras perder su empleo, decide luchar por el amor de su vida: Anaïs, una francesa a la que dejó escapar por cobardía. Del encuentro entre ambas mujeres prende una chispa inesperada que les cambiará la vida a todos para siempre. Rocío será el lazarillo de Nerea, y esta, a su vez, se convertirá en un espejo para la joven en su camino para aceptarse a sí misma.
Escrita en una delicada clave sentimental, La niña perdida es una novela en la que el amor juega un papel fundamental para configurar y dar luz a la verdadera identidad de sus personajes.
Este verano tuve la oportunidad de leer La niña perdida de José Ibáñez, ganadora del XXIII Premio de Novela 'Rafael de Cózar', Universidad de Sevilla. Aunque el autor sevillano ha publicado con anterioridad - Dos minutos de tu vida (2009), Bébeme, bésame (2013)-, lo cierto es que nunca había leído nada suyo, más allá de uno de los relatos que componen la antología El derbi final, titulado Dos mujeres en la orilla.
En La niña perdida, Ibañez relata la historia de dos mujeres, Nerea y Rocío. Como figura en la sinopsis, Nerea es una mujer invidente de mediana edad que vive sola. Su discapacidad genera cierta inquietud en su hermano Carlos, de ahí que siempre haya intentado súper protegerla, a pesar de las protestas de Nerea. En cualquier caso, y tras tanto insistir, ella accede a sus propósitos y permite que él contrate a alguien para que la ayude. Esa persona será Rocío, una chica que ha dejado su pueblo para mudarse a la ciudad e iniciar estudios en la Universidad. Para la joven, es un paso muy importante. No solo deja atrás una vida rural e inicia un nuevo proyecto con el que pretende dar un giro a su vida, sino que, en el plano sentimental, también supondrá un punto y aparte. Atrás dejó a Sebas, su novio de toda la vida con el que las cosas no han terminado bien. La conexión entre Nerea y Rocío será casi inmediata. Aunque la joven llega a la ciudad algo cohibida y desorientada, la relación entre ambas se irá afianzando con el paso de los días. Pronto surgirá algo entre ellas que dará un vuelco a sus vidas.
Pero la novela desarrolla otro hilo argumental que afecta directamente a Carlos. El hermano de Nerea echará la vista atrás y recordará un amor de juventud por el que todavía siente algo. Anaïs es una joven francesa que él conoció un verano y con la ha seguido manteniendo contacto. La trama que afecta a Carlos es una historia paralela que sirve de apoyo a la principal. Si bien es cierto que la relación entre Carlos y Anaïs sufre un avance, su relación no llegará a tener tanto protagonismo con la de las chicas.
La niña perdida habla de emociones y sentimientos, de encontrar tu lugar en el mundo, de aceptarte a ti mismo, y de descubrimiento personal. La vida nos conduce a veces por unos derroteros del todo inimaginables que, sin embargo, nos tienen reservadas importantes sorpresas. Pero, a su vez, y a través del hilo protagonizado por Carlos, la novela profundiza en esas decisiones que vamos tomando en distintas momentos de nuestra vida, actos que siempre van a tener repercusión en nuestro presente y en nuestro futuro, sin olvidar que, solo a veces, la vida nos regala una segunda oportunidad que no debemos desaprovechar. Ahora bien, más allá de los temas que aborda, el punto fuerte de la novela son sus personajes, especialmente el de Nerea y Rocío. Enfrentarse como autor a la construcción de una protagonista con discapacidad visual no debe resultar fácil. A las dificultades propias de dibujar una personalidad con su carácter y sus peculiaridades, hay que añadir lo que conlleva tener que hacer verosímil la ceguera de un personaje. En este sentido, debo confesar que José Ibáñez describe con bastante acierto el mundo sensorial de los ciegos, dando detalles técnicos y clínicos de la ceguera que padece Nerea. Me ha resultado fácil imaginarme a esta mujer, manejarse por sí sola con determinación y soltura, y moverse por espacios conocidos o desconocidos para ella.
Nerea es una mujer que tiene muy asimilada su discapacidad hasta el punto de que ni siquiera le resulta algo incapacitante. Eso le proporciona al personaje una gran seguridad en sí misma, algo que se advierte en su manera de moverse y relacionarse. Nerea es un personaje espontáneo y hasta algo deslenguado. Es lo que se dice una persona echada para adelante, con un gran sentido del humor, y algo descarada. Su actitud puede llegar a descolocar un poco al lector hasta que la conocemos algo más, como le ocurrirá a Rocío, pues es un personaje que, en cierto sentido, rompe lo que podríamos pensar de él, una persona más bien timorata, inseguridad y dependiente. Nerea es todo lo contrario, y eso la convierte en un personaje atractivo.
Por su parte Rocío, es una joven que está constantemente divagando. Acaba de llegar a la ciudad, procede de un pueblo en el que sus oportunidades se reducían a la mínima expresión y entra a trabajar para una mujer, a la que no sabe inicialmente cómo tratar. La situación le desborda y siente miedo. Rocío me ha parecido un personaje muy real. Todo es nuevo para ella y es normal que, con diecinueve años que tiene, se sienta confundida. Sin embargo, ambas mujeres se complementarán muy bien, de tal modo que, una sea el apoyo de la otra.
Creo que la relación entre ambas hubiera dado más de sí. Bajo mi punto de vista, la historia pedía algo de más de extensión (la novela cuenta con ciento cincuenta páginas), lo que se hubiera traducido en algo más de profundidad. Me ha parecido que la conexión entre ambas aflora un poco pronto y que, lo mismo, hubiera estado bien que lo que surge entre ambas se demorara algo más. A su vez, el desenlace lo he sentido un tanto precipitado, como si acabara en un momento que todavía no le correspondía. Y es que, ambos personajes están tan bien llevados, que se merecían algo de tiempo, algo más de existencia. En cualquier caso, esta no es más que mi opinión personal, y como decía mi coordinadora del club de lectura, la novela la ha escrito su autor y no yo.
Con abundancia de diálogos que servirá para definir a los personajes, La niña perdida está escrita en tercera persona, con un total de quince capítulos de corta extensión. Todo ello contribuye a que la novela se lea con mucha agilidad y rapidez.
Dicho lo cual, y más allá de mis apreciaciones, creo que La niña perdida parte de una premisa interesante y aborda cuestiones importantes a nivel personal. Insisto en que, su mayor baza son sus personajes y que, solo por conocer a Nerea y a Rocío, saber lo que ocurre entre ambas, y cómo evolucionan, merece la pena su lectura.
[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]
Puedes adquirirlo aquí: