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JAVIER IRIONDO: 'Tu voz interior es la que determina la calidad de tu vida'

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Javier Iriondo fue deportista de élite en Estados Unidos. Posteriormente se dedicó al marketing y al desarrollo personal, impartiendo conferencias por todo el mundo. Con una vida que se dio la vuelta muchas veces, decidió volcar su aprendizaje en historias que podían ayudar a otras personas. Así vio la luz su primer libro, Donde tus sueños te lleven, que se convirtió en un súper ventas. Recientemente acaba de publicar La vida te está esperando, y sobre esta nueva novela estuvimos hablando con él hace unas semanas, en Sevilla. 

Marisa G.- Javier, de deportista de élite, a conferenciante y posteriormente a escritor. ¿Cómo se produce ese salto?

Javier I.- La vida me ha dado muchos bofetones. Llegué a Estados Unidos con veinte años, cuando me ficharon para jugar como deportista profesional. Tenía una larga carrera por delante, pero solo duró ocho meses. Me vi envuelto en una huelga larguísima que fue inscrita en el libro Guinness. Acabé hundido en la miseria, con problemas de alcohol y muchas otras cosas, como le ocurrió a otras tantas personas. Perdí el norte, la esperanza y casi mi vida, porque a punto estuve de cometer una locura. Por suerte, encontré a una persona, un auténtico sabio, un ex jugador de fútbol americano del que aprendí mucho. Se me presentó la oportunidad de cambiar, de dejar el deporte profesional,  y adentrarme en el mundo del marketing. Pero tenía un gran problema. Necesitaba conquistar mi mente porque se había convertido en mi enemigo más cruel. Leí muchísimo en aquella época, algo que no había hecho nunca, y convertí mi pasado en experiencias de superación. A pesar de lo hundido que estaba, seguía teniendo iniciativa, energía y conseguí cosas increíbles. A partir de ahí empezaron a invitarme a dar conferencias, de marketing, de psicología, de motivación, de superación. De no tener nada, conseguí tenerlo todo. Me iba de maravilla, pero me metí en un proyecto de inversiones en Brasil y volví a perderlo todo de nuevo. Fue entonces cuando eché la vista atrás y sentí que tenía una historia que contar. Yo no sé escribir, pero me habían pasado tantas cosas que creía que debía compartirlo, así que escribí un libro muy visceral y sincero que, inicialmente, sirvió para curarme a mí mismo. De aquel primer libro se han lanzado más de treinta ediciones, se han vendido ciento treinta mil ejemplares, es un libro recomendado por algunos psicólogos e incluso hay gente que se ha tatuado el título. Me di cuenta que, cuando buscas la plenitud, lo único que debes hacer es dar. Yo lo entendí después de que la vida me diera muchas hostias, por eso digo que me he convertido en un catedrático de hostiología. La vida es una universidad en la que nunca te gradúas. 

M.G.- Pero tú sigues dando conferencias, ¿no?

J.I.- Sí, ayer mismo en Huelva.

M.G.- Participas en el proyecto Mentes Expertas. Me gustaría que me contaras un poco en qué consiste, si contáis vuestras experiencias para ayudar a los demás,...

J.I.- Hay distintos tipos de ponentes. Algunos hablan de su profesión, como Mar Romera, que es una de las personas más expertas en educación del país, y luego está también Pedro García Aguado, que cuenta su experiencia. Son conferencias que antes se hacían en empresas, y ahora están abiertas a todo tipo de público, con lo que tienes un público muy diverso, y cada uno se lleva aquello que está buscando. 

Estas conferencias son para mí un momento para parar, respirar en silencio y reflexionar sobre la vida. Vamos a tal velocidad, que la vida se convierte en una auténtica locura. 

M.G.- ¿Por qué a veces necesitamos que una tercera persona nos abra los ojos para reaccionar? Yo creo que hay cosas que interiormente sabemos, pero no lo queremos ver.

J.I.- A veces sí y a veces no. La mayoría sabemos demasiado pero es que estamos tan ocupados, que no nos damos tiempo para parar y reflexionar sobre lo que verdaderamente importa. La mayor parte de nuestra vida estamos entretenidos con cosas triviales o preocupados por lo que pensamos que son problemas, hasta que llega un problema de verdad. 

M.G.- En las primeras páginas, leemos que este libro existe gracias a la inspiración de muchas personas. ¿En qué medida te han influenciado esas personas para volcarte en este libro?

J.I.- Cuando estaba escribiendo, me entraron dudas. Esto es algo muy habitual que nos pasa a todos, en todos los ámbitos. Sabía que tenía algo que contar pero ¿quién soy yo para escribir todo esto? Sin embargo, al echar un vistazo a los miles de mensajes que me llegan, dándome las gracias, mensajes de gente que te cuenta historias terribles, a las que, en cierto modo, has ayudado con tu testimonio, te das cuenta que la realidad supera la ficción. Gente que te pide que no dejes de escribir. ¿Hay algo que te puede llenar más que eso? La plenitud requiere que te alejes de tu camino, que te olvides de ti, para ayudar a otros.  Yo sé lo que es sufrir y cuando has sufrido, no puedes ver el sufrimiento de los demás, no puedes quedarte sin hacer nada. Si tienes la capacidad de tocar a alguien con tu ayuda, al final se ilumina más la tuya. Pero estamos todo el día pensando en el yo, en impresionar, y ese es el gran drama del ser humano, en ser incapaz de dejar de pensar en sí mismo.

M.G.- 'La vida te está esperando' resume la vida de Sofía. Cuéntame un poco qué puede el lector encontrar en esta historia.

J.I.- En realidad, la historia de Sofía es la historia de cada uno de nosotros en cualquier momento de nuestra vida. El libro es una ventana, a través de la cual puedes ver tu propia vida e identificarte con el personaje. Vas a comprender cosas de ti que no has comprendido hasta ahora, y te vas a dar cuenta de que, lo que te pasa a ti, le pasa a todo el mundo. 

La historia de Sofía es la de una mujer que tiene una vida digna, correcta, con un buen trabajo, y una relación sentimental, pero a pesar de que todo está bien exteriormente, interiormente siente que falta algo. Sofía no es capaz de disfrutar del presente, y siempre tiene una preocupación por el futuro. Y llega un momento en el que viaja a Mallorca para dar una conferencia sobre marketing digital. La tarde está preciosa, todo es idílico, se asoma a la ventana de su suite frente al mar, pero inmediatamente se dispone a revisar los apuntes para su conferencia porque está muy nerviosa. Sin embargo, se queda dormida y al rato despierta sobresaltada. El tiempo ha cambiado radicalmente. Del sol de la tarde, el día se ha vuelto lluvioso, un temporal tremendo, que parece el fin del mundo. Ese cambio de tiempo es una metáfora. A veces te acuestas con tu vida en orden y te levantas al día siguiente con todo patas arriba, has perdido la confianza, te sacuden los miedos, las dudas, la angustia, la preocupación. Esto nos pasa a todos. Somos una noria emocional. Sofía bajará a dar la conferencia toda nerviosa y ¡pum!, pierde el conocimiento y se despierta en un hospital. Por suerte, su compañera de habitación será una mujer dulce, Maya, con la que empieza a hablar de la vida. Maya la ayudará a afrontar lo que será algo mucho más grave que un mareo por tensión y ansiedad. Sofía tiene que enfrentarse a la posibilidad de que su vida se acabe en pocos meses.


M.G.- A la par que has escrito la historia de Sofía, también viviste un episodio complicado.

J.I.- Sí. El destino, con su cachondo sentido del humor, solapó mi vida con la de Sofía. Estuve tomando notas sobre el libro durante dos años, doscientas páginas de ideas, de la historia, de las reacciones de los personajes. Y empiezo a escribir la historia, que tenía en mi cabeza. Justo cuando tenía que describir la reacción de Sofía al recibir la mala noticia, siento una molestia en un testículo. Al principio no le hice caso pero aquello fue a más, tenía la zona inflamada, así que me fui a urgencias y me dijeron que tenía un tumor. Me hicieron pruebas y vieron que tenía unas manchas en el hígado. Me tuvieron que operar de manera urgente. Fue un shock pero me lo tomé con calma porque había procesado toda la vivencia del personaje. Al día siguiente de recibir el diagnóstico, tuve uno de los días más tranquilos de mi vida, de una paz absoluta. Me levanté muy temprano, me preparé mi café, me senté en la terraza, a mirar el cielo, las nubes, los pájaros,... El mundo se paró por completo. Todas las preocupaciones del futuro habían desaparecido, porque yo no tenía claro si ese futuro iba a llegar para mí. Era presente puro y duro. Nada te atrae más al ahora que saber que tu vida se puede acabar. Es entonces cuando te das cuenta de lo que importa realmente y te arrepientes de los abrazos no dados, de las llamadas no hechas, de los 'te quiero' no dichos. La cercana muerte te puede despertar la vida

M.G.- ¿Tenemos miedo a vivir? Ocurre que, cuanto todo nos va muy bien y la vida nos sonríe, estamos constantemente temiendo un golpe de gracia.

J.I.- Es que nos pasamos la vida buscando la seguridad antes de poder disfrutar. Para poder ser feliz, creemos que tenemos que tener el futuro asegurado porque, de otro modo, no podemos vivir tranquilos el presente. Nos invaden los miedos, no nos atrevemos a invocarlos, a hablar de ellos, porque pensamos que solo los sufrimos nosotros, y no es así. Necesitamos abrirnos, quitarnos la coraza, dejar de lado las apariencias y tener conversaciones de verdad. Porque esa es otra. Necesitamos apartarnos de tanta pantalla y hablar de verdad, mirarnos, tocarnos,... La tecnología es maravillosa si la usas correctamente y si no, eres víctima de la tecnología. 

M.G.- En la novela se habla del okupa que todos llevamos dentro que nos amarga la vida.

J.I.- Sí, así es. Ese okupa es la voz del ego. Creo que todo el mundo tiene la sensación de que, en algún momento de su vida, alguien se infiltró en su cabeza. Es una voz que no se calla ni debajo del agua, es un monólogo constante que secuestra nuestra atención. Tu voz interior es la que determina la calidad de tu vida. A veces tengo la sensación de que, dentro de mí, vive un preocupador profesional, un contador de historias de terror, que siempre está preocupado por el futuro y que nunca jamás te deja descansar. Nos pasamos la vida pensando, sin darnos cuenta de que estamos pensando. Así que, ya que vas a pasar el resto de tu vida con el okupa, ¿qué tal si llegamos a un acuerdo para que nos trate un poco mejor? Porque esa voz debería ser una voz amiga, amable, dulce y cariñosa, que nos calmara. Sin embargo, hoy en día la mente se ha convertido en un brutal enemigo. 

M.G.- En cuanto a los personajes, has hablado de Sofía y de Maya. No obstante, hay un tercer personaje, Nacho. 

J.I.- Sí, un personaje real. Le conté parte de la historia a una amiga y ella me dijo que conocía a Nacho, a alguien que era igual que el personaje. Y me lo presentó en Zaragoza. Nacho es un enfermero de quirófano infantil, es un hombre entrañable, con una luz espectacular, y que en sus ratos libres, se pasa el día con los niños que tienen cáncer. Suele decir que va a visitar a sus niños, incluso en vacaciones o días libres, porque ha perdido a muchos y estos niños le enseñan un montón. Nacho es un héroe anónimo, que nadie conoce, el héroe sin capa, sin ningún poder especial,... Su súper poder es hacer sonreír a cualquier persona en el momento más dramático. Y me enseñó algo importantísimo, que los niños solo se quejan cuando les duele. Si a los adultos nos dan una mala noticia, empezamos a rumiarlo y ya no lo soltamos, sin parar de quejarnos.

M.G.- El prólogo es de Víctor Kuppers. Él dice varias cosas muy interesantes. Una de ellas, que valoramos más la inteligencia que la bondad. Esto me llamó mucho la atención porque las dos cualidades son importantes.

J.I.- Sí, pero ser inteligente es un don. Ser bondadoso suele requerir un esfuerzo y un trabajo. No es genético y vas a tener que trabajarlo. 

M.G.- De acuerdo, Javier. Tomo nota de todo lo que me has dicho. Muchas gracias por este momento.

J.I.- Gracias a ti. 


Sinopsis: Sofía es una mujer de mediana edad dedicada intensamente a su vida profesional. Tras sufrir un desmayo frente a un gran grupo de personas cuando iba a empezar su intervención en un evento público, debe ser ingresada en el hospital. Al día siguiente, le comunican una terrible noticia. 

A partir de ese momento, Sofía inicia un camino de transformación personal y lo que en un principio es una noticia trágica se convierte en una lección de vida en la que todo su mundo cobra un nuevo sentido. 

A través de las conversaciones con Maya, su sabia y dulce compañera de habitación, Sofía transformará la visión de su vida aprendiendo a deshacerse de sus miedos y a concentrarse en lo verdaderamente importante. Su temor por el futuro desaparece por completo y de pronto el presente se le revela como la única fuente de plenitud. 

Para poder comunicar todo lo que esta experiencia le ha transmitido, decide organizar una fiesta de despedida para todos sus amigos, a quienes, en su carta de invitación, les hará tres peticiones muy especiales. 

Con el estilo profundo y emotivo al que Javier Iriondo nos tiene acostumbrados, esta novela llena de sensibilidad nos enfrenta a nosotros mismos, nos revela afectos fundamentales de la vida y cómo nuestros miedos y expectativas nos impiden disfrutar de lo único que tenemos: el presente.

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