Autor
Antonio Tabucchi (Vecchiano, 1943 - Lisboa, 2012) se ha impuesto como el mejor escritor italiano de su generación y goza de un amplio prestigio internacional; un escritor "situado a la cabeza de la literatura europea" (Miguel García - Posada), que ejerce "una fascinación sin par", en palabras de José Cardoso Pires. Ha sido galardonado con los premios más prestigiosos, entre ellos el Pen Club, el Campiello y el Viareggio - Répaci en Italia; el Prix Médicis Étranger, el Prix Européen de la Litérature o el Prix Méditerranée en Francia. También ha sido nombrado Officier des Arts et des Lettres en Francia y Comendador da Ordem do Infante Dom Enrique en Portugal.
Sinopsis
Con esta novela, una de las cumbres de la literatura de esta década, Antonio Tabucchi logró la unanimidad de la crítica, los más prestigiosos galardones y la respuesta masiva de los lectores. Lisboa, 1938. La opresiva dictadura de Salazar, el furor de la guerra civil española llamando a la puerta, al fondo el fascismo italiano. En esta Europa recorrida por el virulento fantasma de los totalitarismos, Pereira, un periodista dedicado durante toda su vida a la sección de sucesos, recibe el encargo de dirigir la página cultura de un mediocre periódico, el Lisboa. Pereira tiene un sentido un tanto fúnebre de la cultura: prefiere la literatura del pasado, dedicarse a la elegía de los escritores desaparecidos, preparar necrológicas anticipadas. Necesitado de un colaborador, contacta con un joven, Monteiro Rossi, quien a pesar de haber escrito su tesis acerca de la muerte está inequívocamente comprometido con la vida. Y la intensa relación que se establece entre el viejo periodista, Monteiro y su novia Marta, cristalizará en una crisis personal, una maduración interior y una dolorosa toma de conciencia que transformará profundamente la vida de Pereira. En esta novela, Tabucchi ha conseguido crear un inolvidable personaje que sin duda dejará una profunda huella en el lector, Pereira. Y con la historia de este periodista, Tabucchi nos ofrece también una espléndida historia sobre las razones de nuestro pasado que pueden ser perfectamente las razones de nuestro incierto presente.
Durante años Tabucchi y su Pereira han rondado mi cabeza. Cada cierto tiempo, un ligero comentario allí o una velada reseña allá me recordaban que tenía pendiente la lectura de este libro. Reconozco que empecé a leerlo sin saber qué me iba a encontrar porque nunca quise profundizar en aquellos comentarios o reseñas y no por falta de ganas sino por no truncar el efecto sorpresa.
Sostiene Pereirano sólo es el título del libro sino una constante coletilla que se reitera con bastante asiduidad a largo de las 182 páginas que componen esta novela de Tabucchi y así, con esta perpetua expresión, el lector tiene la impresión de asistir a una declaración policial.¿Será realmente así? Sólo lo sabremos al final.
Los hechos transcurren en Lisboa, en el año 1938 en plena dictadura salazarista, con la guerra civil española al otro lado de la frontera y el fascismo italiano y el monstruo alemán cabalgando hacia la desembocadura de la II Guerra Mundial. En ese contexto histórico - político conocemos a Pereira, un periodista portugués, viudo, solitario, con problemas de corazón, tendente a la obesidad, adicto a la limonada, preocupado por la muerte y la resurrección de la carne, cuyos días transcurren en un cuchitril en el que redacta las páginas culturales del periódico para el que trabaja, el Lisboa. Aparentemente Sostiene Pereira recoge la anodina vida de este periodista pero la cosa no será tan simple. Su trabajo lo conduce a conocer a dos jóvenes que pondrán su tranquila vida patas arriba. Monteiro Rossi, a quién mira con los ojos de un padre frustrado, y su novia Marta asoman a estas páginas como dos luchadores en la tierra lusitana que no parece verse afectada por el ambiente convulso que se respira en Europa. Pero la realidad es bien distinta. Portugal forma parte de la fiesta y quedará salpicada aunque su pueblo mire para otro lado y permanezca mudo ante el abuso de poder de la dictadura de Salazar.
En este punto quisiera destacar el dibujo socio - político que Tabucchi hace de nuestro país vecino, así como las reflexiones en torno a una profesión, el periodismo, que generalmente se ha visto sometida a los dictámenes del poder establecido. Por eso Pereira se jacta de trabajar en un periódico libre e independiente, «un periódico que no está vinculado a ningún movimiento político» [pág. 108]. Para Pereira, ser periodista conlleva «ser libre, [...], e informar a la gente de manera correcta» [pág. 56]. Lamentablemente Pereira descubrirá que su libertad queda coartada por un jefe que dicta los caminos a seguir hasta que la vida llega a complicársele tanto que no le quedará más que una escapatoria, dejando a un lado su hasta ahora indiferencia hacia la situación política de su país y adoptando una conciencia interna que desconocía de sí mismo.
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