Editorial: Ediciones Alfar.
Fecha publicación: octubre, 2019.
Precio: 16,80 €
Género: Viajes. Infantil y Juvenil.
Nº Páginas: 154
Encuadernación: Tapa blanda con solapa.
ISBN: 9788478988273
[Disponible en eBook]
Fecha publicación: octubre, 2019.
Precio: 16,80 €
Género: Viajes. Infantil y Juvenil.
Nº Páginas: 154
Encuadernación: Tapa blanda con solapa.
ISBN: 9788478988273
[Disponible en eBook]
Yo, Antonio Pigafetta, nacido en la ciudad italiana de Vicenza, fui uno de los dieciocho hombres que hizo el primer viaje alrededor del Globo. Había leído en los libros las cosas admirables que ven los navegantes y los descubridores de tierras remotas y quería comprobar con mis propios ojos si eran ciertas. Pero la ocasión de embarcarme no se me presentó hasta 1519, a los 28 años. Estaba en Barcelona con el séquito del embajador del Papa en la corte del Serenísimo rey Carlos I, cuando me enteré de que se preparaba en Sevilla una flota para abrir una nueva ruta por mar hasta las islas Molucas, de donde vienen las especias. Recogí cartas de recomendación, fui a Málaga en barco, llegué por tierra a Sevilla y me presenté al gentilhombre portugués don Fernando de Magallanes, que estaba al mando de la escuadra. Me tomó para escribir la crónica del viaje a bordo de la nao Trinidad.
La navegación alrededor del mundo fue larga y muy penosa. Duró tres años, y de cinco navíos que partieron de Sevilla solo regresó uno, y de 237 hombres solo volvimos 18. Durante el peligroso viaje dibujé mapas y anoté día a día en varios cuadernos las maravillas que veía y las calamidades que sufríamos.
Sinopsis
Esta adaptación sigue el texto original, pero no es un resumen ni una mera transcripción modernizada. Reduce pasajes o informaciones irrelevantes que harían premiosa la lectura. La mayor intervención afecta a la sintaxis. La hechura y la extensión de la frase original se aligeran para facilitar la lectura fluida. Los diálogos indirectos pasan a ser directos y se añaden otros para escenificar situaciones. No se elimina cierto retrogusto de la lengua del siglo XVI, porque se mantienen arcaísmos imprescindibles y en algunas palabras patrimoniales se mantiene su acepción antigua, hoy poco usada.
Muy ocasionalmente se aporta algún dato que no figura en el libro original. Pigafetta no nombra ni una sola vez a Juan Sebastián Elcano. En esta adaptación lo citamos cuatro veces porque capitaneó la nao Victoria desde las islas Molucas hasta rendir viaje el 8 de septiembre de 1522 en Sevilla, dos días después de entrar en la bahía de Sanlúcar. El propósito de esta adaptación es, pues, facilitar la lectura de un relato histórico para que entretenga y sea útil al cumplirse 500 años de aquella azarosa, larga y admirable aventura.
[Información tomada directamente del ejemplar]
El 10 de agosto de 2019 se conmemoró el V centenario de la primera vuelta al mundo, hazaña estrechamente vinculada con dos nombres: Fernando de Magallanes y Juan Sebastián Elcano. Con tal motivo, en la ciudad de Sevilla se pusieron en marcha diversas actividades culturales y exposiciones que, a día de hoy, todavía siguen vigentes, pues la celebración se prolongará hasta el 2022. Un centro de interpretación, una réplica de la nao Victoria o una exposición en el Archivo de Indias, son parte de una programación a la que se han unido diversas instituciones. Desde el mundo editorial, el sello sevillano Alfar lanzó en el mes de octubre, un volumen que recoge una crónica de aquella expedición. El primer viaje alrededor del mundo de Antonio Pigafetta es una versión adaptada por el catedrático de literatura Eduardo Alonso, dirigida a un público infantil y juvenil. Con ella se pretende acercar a los lectores más jóvenes el relato de una de las mayores aventuras de la historia del mundo.
La crónica se inicia con un capítulo introductorio (Presentación) en el que Antonio Pigafetta narra de qué modo se embarcó en esta aventura. Italiano de nacimiento, se encontraba en Barcelona, acompañando "al séquito del embajador del Papa en la corte del Serenísimo rey Carlos I", cuando tuvo conocimiento de la expedición que se estaba organizando en Sevilla. La idea era abrir una nueva ruta hacia las islas Molucas (archipiélago de Indonesia) de donde procedían las especias. Era un producto muy valorado que se empleaba tanto en la alimentación como en la elaboración de perfumes o ungüentos medicinales. En aquellos años, el comercio de las especias estaba dominado por los portugueses, cuya ruta partía de Lisboa en dirección a oriente. Sin embargo, el reino de España pretendía encontrar una ruta distinta e incluso más corta, partiendo de Sanlúcar de Barrameda, en Cádiz, y en dirección a occidente, de tal modo que le dieran la vuelta al globo terráqueo.
Tras meditarlo y obtener ciertas cartas de recomendación, partió de Barcelona a Málaga en barco, y de allí a Sevilla por tierra, para presentarse ante la persona que iba a estar al frente de la escuadra, el portugués don Fernando de Magallanes, quien lo contrató para escribir la crónica del viaje, a bordo de la nao Trinidad, que el propio Magallanes comandaría.
En esta presentación, Pigafetta resume breve y numéricamente lo que supuso aquel viaje. La expedición partió con un total de 237 hombres repartidos en cinco navíos. Tras tres años y un mes, llenos de peligros y calamidades, regresaron a España dos barcos y 18 hombres. Pigafetta era uno de ellos.
A partir de este punto y estructurado en diez capítulos, Pigafetta se encarga de narrar esta aventura, en forma de crónica, que dedica a don Felipe Villiers. Su objetivo es entretener y, a la vez, que su nombre no "caiga en el olvido, antes bien alcance fama en la posteridad".
Los preparativos del viaje les llevaron año y medio. Tuvieron que acondicionar y reparar los navíos que llenaron con grandes cantidades de víveres, así como con infinidad de objetos y artículos que les sirvieran como método de pago por las especies, o cualquier otro producto que pudieran necesitar durante el viaje. Por fin, el 10 de agosto de 1519 partieron desde Sanlúcar de Barrameda (Cádiz). Les quedaba un larguísimo viaje por delante, del que Pigafetta deja claro la dureza del mismo desde las primeras páginas.
Tenerife, Cabo Verde, Río de Janeiro, Cabo Deseado, Isla de los Tiburones, Isla de los Ladrones, y otros tantos, fueron los lugares en los que hicieron escala y de todos ellos Pigafetta deja constancia en esta crónica.
Son muchísimos los datos curiosos que se recogen, como la forma que tenían los barcos de comunicarse, empleando cierto número de antorchas por la noche. También me ha llamado la atención descubrir por qué Rio de Janeiro, Tierra de Fuego o el Pacífico, se llaman de este modo. En cuanto a las distintas civilizaciones que se encontraron en su camino, Pigafetta deja por escrito las costumbres, ritos y ceremoniales de cada pueblo, a los que intentaron cristianizar. Es muy divertido leer cómo estos nativos quedaban maravillados con los barcos y los artículos que recibían a cambio de agua o alimento. Los objetos que más le llamaban la atención eran aquellos hechos de cristal, las cuentas de colores y los espejos.
Pero, en honor a la verdad, hay que decir que algunos de esos nativos fueron retenidos y embarcados, con la intención de llevarlos a España, apartándolos de sus orígenes y familias.
Y en esta crónica no podía faltar la narración de la muerte de Magallanes, fruto de un enfrentamiento con los nativos de la isla de Mactán, el 27 de abril de 1521, así como el momento en el Juan Sebastián Elcano se hace cargo de la nao Victoria. La cuestión es que, después de sufrir infinidad de vicisitudes, tormentas, escasez de alimentos y agua o enfermedades, e incluso motines que acabó con la muerte de algún capitán, la expedición llegó de regreso a Sanlúcar el 6 de septiembre de 1522, ganándole un día al tiempo, como bien explica el cronista en su relato. Y como comenté al principio, los dos nombres que más sobresalen en esta aventura son el de Magallanes y el de Elcano.
Fernando de Magallanes queda descrito como un hombre de 39 años, experto navegante, recto y severo, que impuso unas estrictas normas y no toleraba la insubordinación. Ojo que era portugués y el resto de capitanes españoles que comandaban las restantes naves recelaban de él, de ahí los motines que mencioné antes. Pero es que, que Magallanes tuvo sus más y sus menos con su rey don Manuel de Portugal y se puso al servicio del reino de España.
Sobre Juan Sebastián Elcano no hay grandes descripciones, y es que su nombre no se menciona en el texto original, no así en esta adaptación que figura en varias ocasiones.
El volumen que nos ofrece Alfar cuenta con alegres ilustraciones a color, realizadas por Rafa J. Cordero Creaciones y un glosario final que es de gran ayuda. También cuenta con numerosas notas al pie que nos permiten entender algunos hechos, ubicar lugares o comprender términos. Insisto en que este libro está dirigido a un público infantil y juvenil, y aunque es igualmente interesante para un adulto, vamos a encontrar muchas notas al pie que definen conceptos perfectamente asequibles para una persona adulta, como cogollo, zarpar, maravedí o responso. No ocurre así con otros, cuya aclaración es del todo necesaria.
De igual modo, y por el mismo motivo, en algún momento me ha parecido que la narración es muy naïve, pero es que se pretende poner esta crónica al alcance de los lectores más jóvenes. Eso sí, Pigafetta no será siempre un mero narrador. En alguna ocasión se implica y expone su parecer sobre los hechos, algo que acerca su voz al lector.
En cualquier caso, tengo que decir que he echado en falta un mapa de la ruta española. Es fácil localizarla en Internet pero, dado que en los capítulos se van mencionando los distintos lugares por los que pasa la expedición, nunca viene de más contar con un mapa que nos ayude a ubicarnos.
En definitiva, la adaptación realizada por Eduardo Alonso sobre la crónica escrita por Pigafetta, diría que es una lectura imprescindible, en la que, tanto los jóvenes como los adultos pueden aprender mucho sobre una de las mayores aventuras de la historia del mundo. No estaría mal que fuera lectura obligatoria en los centros escolares. Su carácter aventurero, unido a la importancia del hito que narra, la convierte en una lectura idónea.
[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]
Puedes adquirirlo aquí:
Muy ocasionalmente se aporta algún dato que no figura en el libro original. Pigafetta no nombra ni una sola vez a Juan Sebastián Elcano. En esta adaptación lo citamos cuatro veces porque capitaneó la nao Victoria desde las islas Molucas hasta rendir viaje el 8 de septiembre de 1522 en Sevilla, dos días después de entrar en la bahía de Sanlúcar. El propósito de esta adaptación es, pues, facilitar la lectura de un relato histórico para que entretenga y sea útil al cumplirse 500 años de aquella azarosa, larga y admirable aventura.
[Información tomada directamente del ejemplar]
El 10 de agosto de 2019 se conmemoró el V centenario de la primera vuelta al mundo, hazaña estrechamente vinculada con dos nombres: Fernando de Magallanes y Juan Sebastián Elcano. Con tal motivo, en la ciudad de Sevilla se pusieron en marcha diversas actividades culturales y exposiciones que, a día de hoy, todavía siguen vigentes, pues la celebración se prolongará hasta el 2022. Un centro de interpretación, una réplica de la nao Victoria o una exposición en el Archivo de Indias, son parte de una programación a la que se han unido diversas instituciones. Desde el mundo editorial, el sello sevillano Alfar lanzó en el mes de octubre, un volumen que recoge una crónica de aquella expedición. El primer viaje alrededor del mundo de Antonio Pigafetta es una versión adaptada por el catedrático de literatura Eduardo Alonso, dirigida a un público infantil y juvenil. Con ella se pretende acercar a los lectores más jóvenes el relato de una de las mayores aventuras de la historia del mundo.
La crónica se inicia con un capítulo introductorio (Presentación) en el que Antonio Pigafetta narra de qué modo se embarcó en esta aventura. Italiano de nacimiento, se encontraba en Barcelona, acompañando "al séquito del embajador del Papa en la corte del Serenísimo rey Carlos I", cuando tuvo conocimiento de la expedición que se estaba organizando en Sevilla. La idea era abrir una nueva ruta hacia las islas Molucas (archipiélago de Indonesia) de donde procedían las especias. Era un producto muy valorado que se empleaba tanto en la alimentación como en la elaboración de perfumes o ungüentos medicinales. En aquellos años, el comercio de las especias estaba dominado por los portugueses, cuya ruta partía de Lisboa en dirección a oriente. Sin embargo, el reino de España pretendía encontrar una ruta distinta e incluso más corta, partiendo de Sanlúcar de Barrameda, en Cádiz, y en dirección a occidente, de tal modo que le dieran la vuelta al globo terráqueo.
[Ruta portuguesa.Fuente: Google Sites] |
[Ruta Expedición de Magallanes; Fuente: Wikipedia] |
Tras meditarlo y obtener ciertas cartas de recomendación, partió de Barcelona a Málaga en barco, y de allí a Sevilla por tierra, para presentarse ante la persona que iba a estar al frente de la escuadra, el portugués don Fernando de Magallanes, quien lo contrató para escribir la crónica del viaje, a bordo de la nao Trinidad, que el propio Magallanes comandaría.
En esta presentación, Pigafetta resume breve y numéricamente lo que supuso aquel viaje. La expedición partió con un total de 237 hombres repartidos en cinco navíos. Tras tres años y un mes, llenos de peligros y calamidades, regresaron a España dos barcos y 18 hombres. Pigafetta era uno de ellos.
A partir de este punto y estructurado en diez capítulos, Pigafetta se encarga de narrar esta aventura, en forma de crónica, que dedica a don Felipe Villiers. Su objetivo es entretener y, a la vez, que su nombre no "caiga en el olvido, antes bien alcance fama en la posteridad".
Los preparativos del viaje les llevaron año y medio. Tuvieron que acondicionar y reparar los navíos que llenaron con grandes cantidades de víveres, así como con infinidad de objetos y artículos que les sirvieran como método de pago por las especies, o cualquier otro producto que pudieran necesitar durante el viaje. Por fin, el 10 de agosto de 1519 partieron desde Sanlúcar de Barrameda (Cádiz). Les quedaba un larguísimo viaje por delante, del que Pigafetta deja claro la dureza del mismo desde las primeras páginas.
Tenerife, Cabo Verde, Río de Janeiro, Cabo Deseado, Isla de los Tiburones, Isla de los Ladrones, y otros tantos, fueron los lugares en los que hicieron escala y de todos ellos Pigafetta deja constancia en esta crónica.
Antonio Pigafetta; Imagen extraída del volumen |
Pero, en honor a la verdad, hay que decir que algunos de esos nativos fueron retenidos y embarcados, con la intención de llevarlos a España, apartándolos de sus orígenes y familias.
Y en esta crónica no podía faltar la narración de la muerte de Magallanes, fruto de un enfrentamiento con los nativos de la isla de Mactán, el 27 de abril de 1521, así como el momento en el Juan Sebastián Elcano se hace cargo de la nao Victoria. La cuestión es que, después de sufrir infinidad de vicisitudes, tormentas, escasez de alimentos y agua o enfermedades, e incluso motines que acabó con la muerte de algún capitán, la expedición llegó de regreso a Sanlúcar el 6 de septiembre de 1522, ganándole un día al tiempo, como bien explica el cronista en su relato. Y como comenté al principio, los dos nombres que más sobresalen en esta aventura son el de Magallanes y el de Elcano.
Fernando de Magallanes queda descrito como un hombre de 39 años, experto navegante, recto y severo, que impuso unas estrictas normas y no toleraba la insubordinación. Ojo que era portugués y el resto de capitanes españoles que comandaban las restantes naves recelaban de él, de ahí los motines que mencioné antes. Pero es que, que Magallanes tuvo sus más y sus menos con su rey don Manuel de Portugal y se puso al servicio del reino de España.
Sobre Juan Sebastián Elcano no hay grandes descripciones, y es que su nombre no se menciona en el texto original, no así en esta adaptación que figura en varias ocasiones.
El volumen que nos ofrece Alfar cuenta con alegres ilustraciones a color, realizadas por Rafa J. Cordero Creaciones y un glosario final que es de gran ayuda. También cuenta con numerosas notas al pie que nos permiten entender algunos hechos, ubicar lugares o comprender términos. Insisto en que este libro está dirigido a un público infantil y juvenil, y aunque es igualmente interesante para un adulto, vamos a encontrar muchas notas al pie que definen conceptos perfectamente asequibles para una persona adulta, como cogollo, zarpar, maravedí o responso. No ocurre así con otros, cuya aclaración es del todo necesaria.
De igual modo, y por el mismo motivo, en algún momento me ha parecido que la narración es muy naïve, pero es que se pretende poner esta crónica al alcance de los lectores más jóvenes. Eso sí, Pigafetta no será siempre un mero narrador. En alguna ocasión se implica y expone su parecer sobre los hechos, algo que acerca su voz al lector.
En cualquier caso, tengo que decir que he echado en falta un mapa de la ruta española. Es fácil localizarla en Internet pero, dado que en los capítulos se van mencionando los distintos lugares por los que pasa la expedición, nunca viene de más contar con un mapa que nos ayude a ubicarnos.
En definitiva, la adaptación realizada por Eduardo Alonso sobre la crónica escrita por Pigafetta, diría que es una lectura imprescindible, en la que, tanto los jóvenes como los adultos pueden aprender mucho sobre una de las mayores aventuras de la historia del mundo. No estaría mal que fuera lectura obligatoria en los centros escolares. Su carácter aventurero, unido a la importancia del hito que narra, la convierte en una lectura idónea.
[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]
Puedes adquirirlo aquí: