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LOS DOS PAPAS (DRAMA - 2019)

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Resultado de imagen de FILMAFFINITY LOS DOS PAPAS
Año: 2019

Nacionalidad: Reino Unido

Director: Fernando Meirelles

Reparto: Jonathan Pryce, Anthony Hopkins, Juan Minujín, Cristina Banegas, Sidney Cole, Luis Gnecco, Federico Torre, María Ucedo, Thomas D Williams, Pablo Trimarchi.

Género: Drama

Sinopsis: Explora la relación que mantuvieron el Papa Benedicto XVI y su sucesor, el Papa Francisco, dos de los líderes más poderosos de la Iglesia Católica, que abordan sus propios pasados y las demandas del mundo moderno para que la institución avance.

[Fuente: Filmaffinity]


Nunca me gustó Joseph Ratzinger. Hablo del hombre, no del Papa. No entro a evaluar su gestión de la Iglesia como Sumo Pontífice, ni sus años de papado, aunque alguna que otra declaración suya podría dar lugar a un jugoso debate. No. De Ratzinger no me gustó lo que veía en su mirada, lo que me transmitían sus ojos, su expresión, sus gestos.¿No os ha pasado alguna vez que, sin conocer verdaderamente a alguien, con tan solo verlo un minuto, sentís que no os transmite buenas vibraciones? Pues eso es lo que me pasó a mí la primera vez que vi a Joseph Ratzinger, como Benedicto XVI, en el balcón de San Pedro. Con el Papa Francisco las sensaciones son totalmente opuestas.

Los dos papas, como bien dice la sinopsis, muestra la relación entre Benedicto XVI y el actual Papa, cómo el primero decidió renunciar a su cargo en favor del segundo. La película comienza y termina, construyendo un círculo, con la misma escena, una situación simpática, en la que el Papa trata de sacar, telefónicamente, un pasaje de avión para viajar desde Roma a Lampedusa. No lo hace a través de su secretario personal, sino que es él mismo el que realiza la gestión, lo que provoca una coyuntura bastante cómica. Esta secuencia inicial ya nos hace entender qué tipo de persona es Jorge Bergoglio, y detalles de este tipo los iremos viendo a lo largo de todo el metraje.

Pero, antes de ser elegido Papa en 2013, la película retrocede al año 2005 para contarnos cómo era la vida de Bergoglio en Buenos Aires. Veremos a un hombre de Dios muy unido al pueblo, preocupado por los problemas de su gente, cercano y amable. Ese mismo año fallece Juan Pablo II, se celebra un cónclave para elegir nuevo Papa y la Curia elige a Ratzinger. Es entonces cuando Bergoglio regresa a Argentina, mascando la idea de retirarse como cardenal arzobispo de Buenos Aires. 

Un salto en el tiempo nos conduce a 2012 justo cuando un escándalo salpica al Vaticano, conocido como el Vatileaks. Una mano mano cercana al Papa, robó unos documentos confidenciales y acabó con el mayordomo del pontífice entre rejas. Pero no se profundiza en esta cuestión, no es el núcleo de la película. Por aquellas fechas, Bergoglio sigue con la idea de dejar su cargo y convertirse en cura de pueblo. Para ello viaja a Roma, con la idea de que Benedicto XVI le conceda el retiro. Y es ahí, realmente donde empieza lo más interesante de esta película. ¿De qué hablaron el alemán y el argentino durante los días que estuvieron juntos? ¿Qué se dijeron el uno al otro? Por supuesto, esto no te lo voy a desvelar.

Si tuviera que destacar lo que más me ha gustado de esta película, lo resumiría del siguiente modo:

a) La película analiza la personalidad de ambos religiosos. Hace un retrato nítido de cada uno de ellos. Dos personalidades muy distintas, sobresaliendo, o al menos así lo veo yo, el carácter y la naturaleza de Bergoglio. Un hombre que siempre se señaló como firme defensor de la reforma de la Iglesia, un hombre que mira con una sonrisa socarrona la infraestructura del Vaticano, con tanto lujo, grandes villas, helicópteros y medios excesivos al servicio del Papado. Veremos a un Bergoglio que prefiere ropajes sencillos, zapatos viejos y cruces de plata. 

b) La película muestra también la postura de ambos como hombres de Dios. La opinión de Ratzinger y Bergoglio respecto a algunas cuestiones del mundo moderno como la homosexualidad, el celibato, los divorcios, el narcisismo de la Iglesia, y los abusos que se han producido en el seno de la misma, serán temas de sus conversaciones. 

Para mí, este es el plato fuerte de la película. Esas conversaciones en las que Ratzinger reprocha y Bergoglio justifica, uno clamando con indignación y el otro replicando con calma, es casi de lo mejor de esta cinta. Se establece un pulso dialéctico entre ambos que no tiene precio, una conversación que culmina con una declaración del argentino que me pareció absolutamente honesta: "Ya no quiero ser vendedor de un producto que ya no puedo defender honestamente". El guion cuenta con perlas tan maravillosas como esta, que prefiero no reproducir aquí.

c) La película hace un viaje al pasado de cada uno. Antes de ser elegido Papa, ¿cómo fue la vida de ambos? ¿Qué actos impuros cometieron antes de ser designados como el representante supremo de Dios sobre la Tierra? Todos tenemos pasado, incluido Benedicto XVI y Francisco. Haciendo uso de diversos flashbacks, conoceremos a un Jorge Bergoglio joven y laico, que un día recibe la llamada de Dios, que ingresa en el seminario y que, con el tiempo, se verá envuelto en un asunto turbio, en una época en la que Argentina, bajo el yugo de una dictadura, sufrió por sus hijos. 

Esta es la parte más impactante de la película. Ese retrato personal, esos tropiezos de un hombre de fe, al que veremos cargando aún el peso de la culpa. 

d) Y por último, esta película nos deja ver por qué Ratzinger decidió renunciar al cargo.  Al margen de su deterioro físico, conoceremos otro motivo más. Si esto es cierto o pura especulación lo dejo a vuestro criterio. 

Jonathan Pryce como el Papa Francisco y Anthony Hopkins como Benedicto XVI hacen un trabajo soberbio. Al margen del parecido razonable, que en el caso de Hopkins intuyo que ha debido de haber una labor de caracterización más profunda, ambos encajan perfectamente en los perfiles. Buena parte de la película se sustenta en escenas en las que uno está frente al otro y todo, y la complicidad entre ambos es brutal. No ves a dos actores, ves a un Papa y a un cardenal. Me parece que ambos se apoyan y se complementan en sus interpretaciones.

De esta película llama también la atención los escenarios. Los exteriores de la Ciudad del Vaticano son fáciles de rodar pero ¿qué pasa con esas escenas que transcurren dentro de la Capilla Sixtina? Los que la habéis visitado, sabéis que es un espacio con importantes medidas de seguridad y restricciones muy duras. En su interior, no se puede hacer ni una sola fotografía. Entonces, ¿permitieron el rodaje? Rotundamente no. Para la película se construyó una Capilla Sixtina y en este artículo podéis leer cómo lo hicieron.

Con una banda sonora peculiar, que incluye algún tema de ABBA, -curioso, ¡eh?-, con el empleo de imágenes reales que muestras el funeral de Juan Pablo II, la llegada de los cardenales al cónclave o algunas otras en las que vemos a los verdaderos protagonistas de esta historia, debo admitir que me ha gustado mucho Los dos papas. Me parece una película valiente. No todo el mundo se atreve con la Iglesia pero el brasileño Fernando Meirelles (Ciudad de Dios, 2002) construye una bonita historia, íntima, personal, que muestra más al hombre que al religioso. La he disfrutado un montón. Y os la recomiendo con los ojos cerrados.




Tráiler: 








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