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ALGO VA MAL de Fermín Bocos

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Editorial: Destino
Fecha publicación: febrero, 2020
Precio: 18,90 €
Género: Thriller 
Nº Páginas: 336 
Encuadernación: Rústica con solapas 
ISBN: 9788423356959 
[Disponible en eBook]



Autor

Fermín Bocos nació en Santander y tiene tres hijos. Es escritor y periodista. Ha dirigido y presentado diversos informativos y programas de actualidad tanto en emisoras de radio como en televisión. Ha sido profesor asociado de la Universidad Carlos III de Madrid y es columnista político de la agencia Europa Press. Ha publicado las novelas El libro de Michael (1998), El resplandor de la gloria (1999), La venganza de Byron (2005) y El informe San Marcos (2009). En el ámbito del ensayo, es el autor de Tecnología bélica y censura en la Guerra del Golfo y Ellas (en coautoría con otros escritores) y el libro de viajes Viaje a las puertas del Infierno (2015)

Sinopsis

«Algo va mal. Aquí hay algo que no cuadra», dijo el comisario encargado del caso señalando uno de los dos cuerpos que aparecían en la foto con el rostro desfigurado por el impacto de una bala.

El cadáver de Cosme Damián, magnate de los medios de comunicación y director del influyente El Diario, aparece en su habitación de hotel en Ámsterdam la víspera de una de las elitistas reuniones internacionales del Club Bilderberg a la que iba a asistir. 


La intriga se desarrolla en escenarios que transportan al lector a las reuniones privadas del Club Bilderberg en los días previos a la guerra de Iraq; al París del mundo secreto del tráfico de obras de arte; a Berlín cuando todavía operaba la Stasi, la temible policía política de la RDA, la Alemania comunista; o a Gibraltar, puerto de negocios turbios y refugio de espías.

Un thriller trepidante en el que el autor vuelca con inteligencia y solidez narrativa su experiencia como periodista y construye un retrato acerado de la relación no siempre limpia entre la prensa y el poder, con la corrupción como telón de fondo en la España de nuestros días.



[Información tomada directamente del ejemplar]


Si rascamos sobre la superficie de la sociedad en la que vivimos, si profundizamos en la economía y en la política, comparando datos, leyendo aquí y allá, cuestionando lo que nos dice la prensa, siguiendo la pista a tal personaje, mostrando nuestro lado más crítico,... es posible que descubramos una telaraña enorme y preocupante. A veces pienso que vivimos en un mundo decorado con un bonito papel pintado que, al arrancarlo, deja a la luz paredes que muestran viejas pinturas y restos de otros papeles. Siempre hay algo debajo de lo que vemos. Algo va mal, la nueva novela de Fermín Bocos, se encamina hacia esa dirección, muestra un gran entramado que pone de manifiesto una realidad que se nos antoja lejana, desconocida, pero que nos afecta a todos por igual.¿Sabes bien en qué mundo vives?

En Ámsterdam tiene lugar una nueva reunión del Club Bilderberg. A la misma asisten empresarios, políticos, financieros, industriales,... pero entre los asistentes figura también un español, Cosme Damián, dueño del periódico El Diario, un rotativo sensacionalista, encargado de sacar los trapos sucios de toda figura insigne del país, así que no es de extrañar que tenga muchos enemigos. La invitación supone para él, la cúspide de su trayectoria, y entrar en las filas de los hombres más poderosos. Sin embargo, su participación en esta reunión le saldrá cara. Alguien entra en su habitación de hotel, mientras practica sexo, lo asesinan a sangre fría, a él y a su acompañante. De la investigación, aparte de las autoridades holandesas, se hará cargo en España el comisario Aquilino Malvar y su mano derecha, el inspector Gabriel Montañés. Ambos tendrán que ir colocando las piezas de un puzle mucho más grande de lo que pensaban y que ponen en el punto de mira los tejemanejes de un constructor, el pasado de un político o las actividades ilegales de un financiero gibraltareño. El asesinato de Cosme Damián no será el único. Pero, ¿quién es el asesino? No destrozo la trama si os doy su identidad, pues este dato lo sabremos muy pronto. Se trata de Walter de Roux, al que apodan el Marsellés, un asesino a sueldo. 

Algo va mal es un thriller pero, si sabemos quién comete los crímenes, ¿qué gracia tiene la novela? Bueno, en esta historia no es tan importante el quién, el qué, el cómo, o el cuándo, como el porqué. ¿Por qué hay que quitar de en medio a Cosme Damián? ¿Por qué se cometen más asesinatos? ¿Por qué los poderosos siempre salen indemnes? Aunque otras preguntas también serán importantes como ¿Al servicio de quién opera el Marsellés? ¿Qué intereses tienen los personajes de esta novela? Esta frase, dicha por boca de un personaje, político de profesión, y que ya se recoge como cita en las primeras páginas, define por sí misma lo que vamos a encontrar en esta trama. 

"No me preocupa la sangre, me preocupa la tinta. La prensa, los medios y el escándalo político."[pág. 245]

Porque, como decía Fermín Bocos en la entrevista que pude hacerle, y que puedes leer aquí, a (algunos) políticos no les preocupa lo que hacen, sino que la población sepa lo que hacen. Un pensamiento que encaja en cualquier época, y más en los momentos que vivimos.

Algo va mal es un thriller porque hay asesinatos, víctimas e investigación pero es un thriller con claros componentes políticos, sociales y económicos, que transcurre entre los años 2002 y 2003, con la guerra de Irak y las armas de destrucción masiva como telón de fondo. Es cierto que me ha parecido una trama sin grandes giros argumentales que te roban el aliento, pero creo que el propósito de esta novela es incidir en una realidad que a los ciudadanos de a pie no está vetada, mostrar un red oculta que manipula a su antojo, tras la cual hay gente muy poderosa, que se esconde bien tras parapetos.¿Me refiero con ello al Club Bilderberg? No especialmente. El poder traspasa las fronteras de este club que, en la novela queda descrito como un foro discreto, al que pertenecen los personajes más poderosos del mundo, "un lobby [...] formado por grandes banqueros, financieros, políticos en activos y otros que lo fueron en sus respectivos países, empresarios de los medios de comunicación y algún personaje de actualidad convertido en autoridad en una determinada materia de interés para los miembros del club", pero alrededor del cual gira mucha leyenda propiciada por la imaginación de los periodistas. No se profundiza mucho más en la naturaleza de este club, tampoco hay razón para ello.

Sin embargo, Bocos sí se afana en mostrar la relación entre política y periodismo, y es ahí donde, como lectora, he encontrado mucho más interés. ¿Cuántas películas habéis visto en la que ambos sectores están intrínsecamente relacionados? No es de extrañar ver el periodismo al servicio de un partido político, del gobierno o de la oposición. Para mí, ha sido uno de los temas más interesantes que se abordan. Sacar a la luz una noticia o dejarla en el cajón en función del protagonista en cuestión es algo que no decide siempre el periodista. ¿Nunca te paras a pensar quien mueve los hilos realmente? ¿Si hay personajes a la sombra que son los que ostentan verdaderamente el poder? ¿Si lo que lees en las noticias es realmente así o simplemente estamos manipulados? ¿No te asusta todo esto? A mí, sí. Las respuestas son claras.

Y más allá del periodismo o la política, otras cuestiones interesantes como la corrupción, el blanqueo de dinero, la mafia rusa, el tráfico de obras de arte y la Stasi. Debo admitir que, de la Stasi, me hubiera gustado saber algo más. ¿Qué tiene que ver aquella policía política en esta trama? Obviamente no os lo voy a decir. Simplemente os comentaré que hay un personaje cuyo pasado estuvo vinculado a aquella organización y un periodista intenta sacar la noticia a la luz. Ahí lo dejo. 

¿Y qué pasa con el desenlace? Bueno pues, sinceramente no es lo que me esperaba. Los últimos párrafos no cierran todo lo que había dejado abierto y, más allá de una relación amorosa que no barruntaba, no me ha aclarado mucho más.¿Es que acaso hay intención de continuar con la historia? Pues la verdad es que no lo sé. No se me ocurrió preguntarle al autor, -no había terminado de leer la novela cuando me senté a conversar con él-, ni tampoco he leído nada al respecto. En cualquier caso, y por si pensáis que la lectura me ha defraudado, debo decir que no. Todo lo que acontece a lo largo de las algo más de trescientas páginas huele tanto a realidad y engancha por sorprendente, que a mí me ha parecido una lectura aceptable. Que me hubiera gustado saber más de la Stasi, que hubiera preferido otro final, pues sí, no lo voy a negar pero Algo va mal cuenta con un entramado interesante que puede sorprender al lector. 

Y ahora toca hablar de los personajes. Me quedo con dos, uno de cada bando. Por un lado, Walter de Roux me parece un tipo peculiar e interesante. Huérfano de padre desde muy pequeño, desarrolló cierta crueldad infantil, y tras pasar por la legión, terminó convirtiéndose en asesino a sueldo. El desarrollo de los hechos nos permite conocerlo mejor y sabréis por qué digo que es un tipo peculiar.

El otro personaje es Gabriel Montañés, un policía de carne y hueso, que se tiene que enfrentar a una dura labor de investigación, compleja e intrincada, esquivando las dificultades que le pone la burocracia. Me ha gustado este personaje porque me ha parecido muy real, un hombre con preocupaciones comunes, con quejas comunes, con relaciones comunes. Es fácil que te caiga bien. Además, es ese policía a través del cual se muestra esa perenne rivalidad entre Guardia Civil y Policía Nacional. No llega a unos límites muy exacerbados sino que, cuando hace falta, se echan un cable el uno al otro. 

Algo va mal es una novela algo coral en la que figuran otros personajes como Francis Hamiltón, exsecretario de Estado norteamericano; Julián Santaeugenia, un constructor; Telmo Salcedo, un político muy poderoso e intocable; Mordekai, un financiero gibraltareño; y los periodistas Mikel Azuera que investiga la relación de un hombre poderoso español con la Stasi, y Felipe Mazarrasa, que se centra en los negocios sucios de Santaeugenia. De todo un poco. 

En cuanto a los escenarios hay varios: Ámsterdam, Berlín, Nueva York, Gibraltar,... y otros más. No cobran gran protagonismo, por lo que tampoco hay mucho que decir. Eso sí, me quedo con la bonita visión que Bocos nos ofrece de mi ciudad. 

"...Sevilla, la gran capital andaluza, que ha crecido dejándose llevar, como casi todas las ciudades españolas, por la especulación urbanística, pero en su caso sin perder el extraordinario encanto que la convierte en única." [pág. 174]

La estructura de Algo va mal es alternante. Es decir, los capítulos, de corta extensión, van saltando de una cuestión a otra, de un personaje a otro, de tal manera que al lector le resulta fácil ir siguiendo el desarrollo de los hechos de forma paralela. El fraseo corto, la brevedad de los capítulos, la continuidad de una acción tras otra, imprimen mucho ritmo a la lectura, aunque, como dije antes, no hay grandes giros ni un suspense explosivo. Eso sí, el humor y la ironía fina están muy presentes en el texto. 

En definitiva, de esta novela me quedo con ese retrato de la actualidad de la que tanto desconocemos. Lo que ocurre en esta historia podría ocurrir perfectamente pues basta con abrir los periódicos para encontrarte a un Julián Santaeuegenia o un Telmo Salcedo, y eso es lo que la convierte en una lectura interesante.







 

[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]


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