Editorial: Espasa
Premio Castellón Letras del Mediterráneo 2019
Premio Castellón Letras del Mediterráneo 2019
Fecha publicación: enero, 2020
Precio: 19,90 €
Género: Novela negra.
Nº Páginas: 336
Encuadernación: Rústica con solapas
ISBN: 9788467057713
[Disponible en eBook;
puedes empezar a leer aquí]
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Autora
Marta Robles, periodista y escritora, comenzó su carrera profesional en la revista Tiempo y desde entonces nunca ha dejado de trabajar en las publicaciones y cadenas de radio y televisión más importantes de España. Actualmente colabora en La Razón, La Gaceta de Salamanca, Espejo Público (Antena 3) y Está Pasando (Telemadrid). Además participa regularmente en mesas redondas, charlas y coloquios, así como imparte conferencias y realiza presentaciones por toda España.
Entre sus numerosos premios cabe destacar el TP de Oro, dos Antenas de Oro, dos de Plata, el Woman de Oro, el Premio Nacional de Comunicación o el Premio PR a la periodista más querida de Madrid.
Ha publicado siete libros de no ficción y nueve de ficción, entre los que destacan Luisa y los espejos (Premio Fernando Lara de Novela, 2013), A menos de cinco centímetros (finalista en el Premio Silverio Cañada de Novela Negra de Gijón, 2017) y La mala suerte (Premio especial de Aragón Negro y finalista de Cartagena Negra 2019).
Vive en Madrid, está casada y es madre de tres hijos.
Sinopsis
El antiguo reportero de guerra y ahora detective Tony Roures, cínico y sentimental, recibe la inesperada visita de su viejo compañero, Alberto Llorens, a quien creía felizmente casado con una rica empresaria de Castellón. La realidad es que tiene problemas en su matrimonio y lleva tiempo frecuentando el club de alterne más famoso de todo Levante. Allí conoció a Blessing, una joven nigeriana prostituida por una red de trata de mujeres, a la que se encuentra atada no solo por la deuda del viaje sino, además, por un ritual de vudú.
Tras serle detectado un cáncer de mama del que es operada chapuceramente, la joven se convierte en "mercancía estropeada" y es asesinada. Será entonces cuando Llorens comience a recibir terribles amenazas con distintos elementos de vudú y, asustado, recurra a su amigo. Roures inicia una peligrosa investigación, en la que poco a poco irá saliendo a la luz una trama criminal de una inusitada crueldad.
Tras los éxitos cosechados con A menos de cinco centímetros y La mala suerte, la autora da de nuevo en la diana al tratar un tema de tanto impacto social como la esclavitud sufrida por infinidad de mujeres, en su mayoría inmigrantes ilegales, atrapadas en las redes mafiosas de trata que operan en nuestro país.
La novela, con un texto de una espléndida calidad, incluye varios niveles de lectura: desde una superficie donde se desarrolla una trama endiablada, hasta un fondo que, como es característico en la autora, interpela al lector a través de unos personajes dotados de una ambigüedad moral irresistible.
La chica a la que no supiste amar comienza con una escena dura, el asesinato a sangre fría de una mujer. Poco más sabremos de ella hasta que Alberto Llorens, amigo de Tony Roures, y fotógrafo que lo acompañaba en la época en la que el detective fue corresponsal de guerra, se presenta ante él. No cabe duda que a Llorens le ocurre algo grave. Presenta un aspecto desaliñado, desbocado, fatigado y nervioso. A través de él sabremos que la joven asesinada es Blessing, una chica nigeriana que ejercía la prostitución en un local. Fue en el club Cocoa, propiedad de un proxeneta apodado el Mula, donde Llorens la conoció e inmediatamente se enamoró de ella. Aunque está casado, quiso ayudarla y sacarla de la prostitución, comprando su deuda, pero le exigían mucho dinero. Luego, la chica enfermó. Le diagnosticaron un cáncer de mama y los propietarios del local se encargaron de llevarla al médico para la correspondiente intervención quirúrgica. Llorens no volvió a saber de ella durante dos meses hasta que, al ver la noticia del hallazgo del cadáver en una playa de Castellón, ha deducido que se trata de Blessing. A ello hay que unir que el fotógrafo está siendo extorsionado y acusado por los esbirros del Mula de haber matado a la joven. Le exigen dinero, le dejan objetos repugnantes en la puerta de su casa, lo persiguen por la calle y le lanzan partes de animales. Le hacen creer que está haciendo vudú con él, que hacen rituales de magia negra para manipularlo. El miedo se ha apoderado tanto de Llorens que cree que, los extraños problemas de salud que sufre su mujer Ana, son provocados por la magia negra. Asustado y sin saber a dónde acudir, recurre a su amigo Tony para que investigue la muerte de Blessing y lo libere de sus extorsionadores.
Este es el caso principal al que se tendrá que enfrentar Roures, pero no será el único. De manera paralela, también tendrá que investigar la distribución de drogas adulteradas, que están poniendo en peligro a los jóvenes de la zona. Aunque se trata de un caso menor, también tendrá cierta repercusión en la vida del detective. En cualquier caso, es el mundo de la prostitución el eje central de esta novela. Y cuando digo mundo de la prostitución me refiero a una esfera que es mucho más amplia de lo que el ciudadano de a pie cree. La chica a la que no supiste amar nos va a mostrar la complicadísima vida que tienen estas jóvenes que se dedican a prostituirse. Veremos cómo algunas son vendidas por su propia familia, el viaje espeluznante que tienen que hacer desde África a Europa, los rituales a las que las someten para inculcarles el miedo y no denuncien a sus captores, los proxenetas, los locales al frente de los cuales suelen estar testaferros, las especulaciones inmobiliarias, las revisiones médicas a las que se someten a las jóvenes, las "mamis", los clientes,... En definitiva, la prostitución esconde un complejo entramado en el que están implicados todo tipo de profesiones y personas que, a priori, podríamos imaginar muy lejos de ese mundillo. Y todo esto queda reflejado en esta novela, reflejado y denunciado, a través de una trama que esconde escenas complicadas y duras de leer pero que, según nos contó Marta Robles en la entrevista, son un reflejo de la realidad. Y creo que, es ahí donde radica la fluidez de esta lectura, en la verosimilitud de unos hechos que son escandalosos, pero no están alejados de la realidad.
Ahora bien, como novela negra que es, no puede faltarle el suspense y la intriga, bien aderezada por unos cuantos giros argumentales que no me esperaba, una cuestión de suma importancia a la que se añade unos personajes que no son siempre lo que parecen. Así que, al lector le esperan unas cuantas sorpresas en esta novela.
En cuanto a los personajes, los que hayan leído las entregas anteriores, tendrán una idea clara de Tony Roures. A mí me ha parecido un detective con sabor añejo. Me refiero a que, aunque no llega gabardina ni sombrero, hay algo en él que me recuerda a los detectives clásicos. Quizás sea su reloj Corto Maltés. Es un hombre entrado en años, con la sabiduría que da la vida vivida, con actos del pasado que hoy le provocan remordimiento, lo que lo convierte en un personaje muy humano. Divorciado, lo veremos también en el plano más personal, pues desde la entrega anterior mantiene una relación con la jueza Carlota Aguado. Aunque hay diferencia de edad, se llevan bien, hay feeling y buena comunicación. Pero no es una relación sin más, un mero adorno de la trama, sino que también permitirá a la autora hacer una reflexión sobre el amor.
Blessing es la joven nigeriana, una belleza de ébano junto a la cual viviremos el horror en el que se ha convertido su vida desde que abandonó su país. A través de sus recuerdos, la veremos sometida por su familia, que la vende a una red de trata de blanca. Saber cosas de su vida me ha revuelto las tripas en más de una ocasión y es que acostumbramos a apartar la vista de un asunto social que se nos antoja lejano pero que, aunque cueste creerlo, nos afecta a todos. Espeluznante ha sido el capítulo en el que se narra el viaje hacia Europa, el temor que les inculcan con los amarres de vudú, la soledad en la que viven constantemente. Y es que, para construir a este personaje, la autora ha mantenido conversación varias "Blessings" y es algo que se nota. Hay desgarro en la narración por lo que la trama afecta al lector y lo conmueve. Es la parte más dolorosa pero también la más viva de este relato.
Sobre Alberto Llorens mejor no os cuento nada. Es un personaje interesantísimo del que prefiero no desvelar nada.
Y luego están los personajes más secundarios pero que, en algún momento van a tener su parte de protagonismo como Ana, la mujer de Llorens, o el Mula, un tipo despreciable como los muchos que campan a sus anchas. Ahora bien, si hablamos de personajes habría que mencionar la ciudad de Castellón. La chica a la que no supiste amar ha recibido el galardón Castellón Letras del Mediterráneo 2019, pues la trama transcurre en esta ciudad y el lector puede hacer perfectamente un recorrido por sus calles y sus rincones. No obstante, la novela no solo muestra el lado más amable de la localidad sino también su parte más oscura, esa que existe en todas las ciudades, de las que su consistorio y sus ciudadanos no se sienten precisamente orgullosos pero que suponen una realidad a nivel nacional.
Otra cuestión interesante a destacar es la presencia de la música, un recurso que ya usó la autora en entregas anteriores. La chica a la que no supiste amar hace un recorrido musical que va desde el regatón a la música pop y rock internacional, a través de temas musicales que tienen que ver con la trama o con los propios personajes, lo que redunda en la cercanía del lector.
Como veis el tema principal de la novela es la trata de blanca y todo lo que ello conlleva, que la autora retrata con veracidad y crudeza, tal y como es ese mundo. Pero también se tocarán otros temas como el juego ilegal, el tráfico de drogas, el machismo, la mentira o el amor. A través de una narración fluida y directa, Marta Robles conecta al lector con una realidad desgarradora, tras la cual se encuentra gente muy poderosa que conocen perfectamente todo tipo de subterfugios.
En resumen, me ha parecido muy interesante el enfoque que la autora hace de la prostitución, a través de una joven que, no solo está lejos de su familia, que no solo está sometida a vejaciones y humillaciones sino que, además, está enferma, y eso la coloca en el ultimísimo escalón de una estructura negra y espesa. Así pues, La chica a la que no supiste amar me ha parecido una lectura entretenida con una importante carga de denuncia social, tan necesaria en los tiempos que corren.
Puedes adquirirlo aquí:
Este es el caso principal al que se tendrá que enfrentar Roures, pero no será el único. De manera paralela, también tendrá que investigar la distribución de drogas adulteradas, que están poniendo en peligro a los jóvenes de la zona. Aunque se trata de un caso menor, también tendrá cierta repercusión en la vida del detective. En cualquier caso, es el mundo de la prostitución el eje central de esta novela. Y cuando digo mundo de la prostitución me refiero a una esfera que es mucho más amplia de lo que el ciudadano de a pie cree. La chica a la que no supiste amar nos va a mostrar la complicadísima vida que tienen estas jóvenes que se dedican a prostituirse. Veremos cómo algunas son vendidas por su propia familia, el viaje espeluznante que tienen que hacer desde África a Europa, los rituales a las que las someten para inculcarles el miedo y no denuncien a sus captores, los proxenetas, los locales al frente de los cuales suelen estar testaferros, las especulaciones inmobiliarias, las revisiones médicas a las que se someten a las jóvenes, las "mamis", los clientes,... En definitiva, la prostitución esconde un complejo entramado en el que están implicados todo tipo de profesiones y personas que, a priori, podríamos imaginar muy lejos de ese mundillo. Y todo esto queda reflejado en esta novela, reflejado y denunciado, a través de una trama que esconde escenas complicadas y duras de leer pero que, según nos contó Marta Robles en la entrevista, son un reflejo de la realidad. Y creo que, es ahí donde radica la fluidez de esta lectura, en la verosimilitud de unos hechos que son escandalosos, pero no están alejados de la realidad.
Ahora bien, como novela negra que es, no puede faltarle el suspense y la intriga, bien aderezada por unos cuantos giros argumentales que no me esperaba, una cuestión de suma importancia a la que se añade unos personajes que no son siempre lo que parecen. Así que, al lector le esperan unas cuantas sorpresas en esta novela.
En cuanto a los personajes, los que hayan leído las entregas anteriores, tendrán una idea clara de Tony Roures. A mí me ha parecido un detective con sabor añejo. Me refiero a que, aunque no llega gabardina ni sombrero, hay algo en él que me recuerda a los detectives clásicos. Quizás sea su reloj Corto Maltés. Es un hombre entrado en años, con la sabiduría que da la vida vivida, con actos del pasado que hoy le provocan remordimiento, lo que lo convierte en un personaje muy humano. Divorciado, lo veremos también en el plano más personal, pues desde la entrega anterior mantiene una relación con la jueza Carlota Aguado. Aunque hay diferencia de edad, se llevan bien, hay feeling y buena comunicación. Pero no es una relación sin más, un mero adorno de la trama, sino que también permitirá a la autora hacer una reflexión sobre el amor.
Blessing es la joven nigeriana, una belleza de ébano junto a la cual viviremos el horror en el que se ha convertido su vida desde que abandonó su país. A través de sus recuerdos, la veremos sometida por su familia, que la vende a una red de trata de blanca. Saber cosas de su vida me ha revuelto las tripas en más de una ocasión y es que acostumbramos a apartar la vista de un asunto social que se nos antoja lejano pero que, aunque cueste creerlo, nos afecta a todos. Espeluznante ha sido el capítulo en el que se narra el viaje hacia Europa, el temor que les inculcan con los amarres de vudú, la soledad en la que viven constantemente. Y es que, para construir a este personaje, la autora ha mantenido conversación varias "Blessings" y es algo que se nota. Hay desgarro en la narración por lo que la trama afecta al lector y lo conmueve. Es la parte más dolorosa pero también la más viva de este relato.
Sobre Alberto Llorens mejor no os cuento nada. Es un personaje interesantísimo del que prefiero no desvelar nada.
Y luego están los personajes más secundarios pero que, en algún momento van a tener su parte de protagonismo como Ana, la mujer de Llorens, o el Mula, un tipo despreciable como los muchos que campan a sus anchas. Ahora bien, si hablamos de personajes habría que mencionar la ciudad de Castellón. La chica a la que no supiste amar ha recibido el galardón Castellón Letras del Mediterráneo 2019, pues la trama transcurre en esta ciudad y el lector puede hacer perfectamente un recorrido por sus calles y sus rincones. No obstante, la novela no solo muestra el lado más amable de la localidad sino también su parte más oscura, esa que existe en todas las ciudades, de las que su consistorio y sus ciudadanos no se sienten precisamente orgullosos pero que suponen una realidad a nivel nacional.
Otra cuestión interesante a destacar es la presencia de la música, un recurso que ya usó la autora en entregas anteriores. La chica a la que no supiste amar hace un recorrido musical que va desde el regatón a la música pop y rock internacional, a través de temas musicales que tienen que ver con la trama o con los propios personajes, lo que redunda en la cercanía del lector.
Como veis el tema principal de la novela es la trata de blanca y todo lo que ello conlleva, que la autora retrata con veracidad y crudeza, tal y como es ese mundo. Pero también se tocarán otros temas como el juego ilegal, el tráfico de drogas, el machismo, la mentira o el amor. A través de una narración fluida y directa, Marta Robles conecta al lector con una realidad desgarradora, tras la cual se encuentra gente muy poderosa que conocen perfectamente todo tipo de subterfugios.
En resumen, me ha parecido muy interesante el enfoque que la autora hace de la prostitución, a través de una joven que, no solo está lejos de su familia, que no solo está sometida a vejaciones y humillaciones sino que, además, está enferma, y eso la coloca en el ultimísimo escalón de una estructura negra y espesa. Así pues, La chica a la que no supiste amar me ha parecido una lectura entretenida con una importante carga de denuncia social, tan necesaria en los tiempos que corren.
Títulos mencionados en La chica a la que no supiste amar:
- Matria de Raquel Lanceros (Editorial Visor Libros)
[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]
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