Nacionalidad: España.
Director: Álex Pastor y David Pastor.
Reparto: Javier Gutiérrez, Mario Casas, Bruna Cusí, Ruth Díaz, David Ramírez, David Selvas, David Verdaguer, Vicky Luengo, Ernesto Collado, Mireia Rey, Aleida Torrent, Josep Maria Alejandre, Raúl Ferrer
Género: Thriller.
Sinopsis: Javier Muñoz era un ejecutivo publicitario de éxito pero, tras un año en el paro, él y su familia se ven obligados a dejar el piso que ya no se pueden permitir. Un día, Javier descubre que aún conserva un juego de llaves de su antigua casa, y empieza a espiar a la joven pareja que ahora vive allí. Poco a poco, Javier empezará a infiltrarse en la vida de los nuevos propietarios, decidido a intentar recuperar la vida que ha perdido… a costa de quien sea.
[Fuente: Filmaffinity]
Qué gran aliado está suponiendo Netflix en estos días de confinamiento. He visto por redes cómo la gente se recomienda series y películas, o cómo solicitan recomendaciones, para hacer más llevadero este encierro. Así que yo vengo hoy a aportar mi granito de arena, y lo hago con una película española que me ha parecido más que digna. Hogar, dirigida por Álex y David Pastor e interpretada por Javier Gutiérrez y Mario Casas, es una propuesta que no te debes perder y de la que es mejor no contar demasiado. Intentaré ser breve.
Javier (Javier Gutiérrez) es un publicista en horas bajas. Supuestamente dejó su anterior empleo en una agencia importante del sector para buscar nuevos aires y retos, pero esto no es más que una excusa, tras la que oculta un despido. Ahora va de entrevista en entrevista. Lleva así un año, empeñado en la búsqueda de empleo, con la esperanza de encontrar algo que le impida tener que deshacerse de su ático de lujo y de su coche de alta gama. Sin embargo, la situación es cada vez más crítica y al final, no tiene más remedio que dejarse arrastrar.
Casado con Marga, una mujer que lo apoya y lo anima en sus peores momentos, y padre de un hijo al que acosan en el colegio, la familia regresa a El Carmelo, un barrio en la Barcelona más humilde, donde tienen un pequeño piso en propiedad. Atrás quedan las magníficas vistas de la ciudad Condal que le ofrecía su ático, atrás quedan sus sueños y sus esperanzas. Ahora el lujo y el éxito se ha impregnado del olor a lejía que desprende su mujer, empleada como limpiadora en una tienda de ropa, mientras él se pasa las tardes en un curso de reciclaje empresarial, donde sólo coincide con perdedores. Sin embargo, un suceso casual lo lleva de nuevo a su antiguo piso. Allí descubrirá a la nueva familia que ocupa su antigua vivienda, y a partir de ahí trazará un plan para recuperar lo que ha perdido. No cuento ni una pizca más del argumento porque justo en el momento en el que Javier regrese a su antiguo barrio, el espectador irá de sorpresa en sorpresa.
Hogar la he visto un par de veces. En el primer visionado se escapan algunos detalles que se convierten en pequeñas fisuras cuando te sientas a verla por segunda vez. Pero, a grandes rasgos, este largometraje cuenta con una trama bien urdida, en la que asoma el desempleo, el alcohol, la pederastía y alguna lacra social más. Quizá hay un par de situaciones que me han parecido cogidas con pinzas, como la presencia de un perro ladrador que perturba los planes de Javier y que me ha parecido un aderezo innecesario, salvo por la intención de mostrar la crueldad del ser humano, o un accidente que queda en el aire, y sin investigar, algo que no termina de cuadrar.
Al margen de la trama, otro punto fuerte de este largometraje es su coherencia. Las reacciones de los personajes que me parecen creíbles y convincentes. Hay cierta lógica en el desarrollo de los hechos, incluso tratándose del plan maquiavélico que dibuja Javier. Pero lo más potente de este filme es precisamente el protagonista, Javier, ese hombre amargado, que no soporta la felicidad de los demás porque él ha perdido la que le correspondía. Es un tipo manipulador, un viejo zorro que sabe qué camino coger y cómo ganarse a la gente para conseguir lo que se propone. En definitiva, la película te muestra cómo un publicista hogareño y familiar se puede convertir en un ser diabólico.
En paralelo tenemos a Marga (Ruth Díaz), esposa fiel y comprensiva que se adapta a las circunstancias, hasta que comienza a percibir cosas extrañas en su marido. Díaz le da un toque desafiante a su personaje. Ya me lo pareció cuando interpretó a una policía en Adiós, precisamente con el mismo Mario Casas como compañero, otro film del que puede que os hable. Su personaje tiene un momento clave en la trama, aunque unas buenas cartas no siempre te hacen ganar la partida.
Tomás (Mario Casas) y Lara (Bruna Cusí) son la familia que ha ocupado el ático de lujo que abandonó Javier por la crisis. Es o era un matrimonio feliz porque, mudarse a este ático es lo peor que han hecho. A Mario Casas hay que alabarle que vocalice mucho mejor en esta película. Recientemente noto que ha mejorado en este aspecto. En realidad va mejorando también en otros asuntos porque va dejando atrás aquellos papeles de joven malote y rompe-corazones, y se acerca más a un hombre maduro, con las ideas claras. Admito que, para lo poco que me gusta como actor, en esta ocasión lo he visto bastante centrado, muy pegado a su personaje. , quizá sea porque he visto dos protagonizadas por él en el que se le nota, o al menos yo le noto, una mejoría al respecto. En este caso, me ha parecido.
De Hogar, hay escenas que quedan en la retina. Un grifo que gotea como metáfora, un plano de Javier, de espaldas al espectador, mientras mira con fijeza la luz que desprende su microondas al calentar unos tristes macarrones con tomate. ¿Dónde habrán quedado aquellas cenas suculentas? O esos anuncios que emite un canal de televisión y en los que Javier queda embobado, que muestran vidas idílicas y felices, nada más lejos de la realidad. Javier entiende que ha estado vendiendo humo y que la felicidad se consigue con otros medios o quizá añora tanto esa vida que enseñan la publicidad que no le importa coger una senda peligrosa.
Javier Gutiérrez es un grande. Nos tiene acostumbrados a interpretaciones fabulosas y en esta ocasión no se queda atrás. Su papel en Hogar lo obliga a meterse en la piel de un hombre que ha dejado de brillar. De publicista de gran éxito ha pasado a convertirse en un hombre "demasiado cualificado para los puestos que ofertan las agencias". Tras cada rechazo vive la frustración como si le acabaran de decir que su vida como actor se ha acabado, que ahora vienen otros jóvenes pisando fuerte, que su técnica ha quedado desfasada, y ya no convence a los espectadores. Es un actor que construye sus personajes con carne y hueso, que los hace creíbles, que los llena de matices. Su lenguaje gestual es casi más importante que el oral.
Hogar me ha gustado. Como digo, es cierto que hay algunas cosas que no convencen o sobre las que se pasa muy por encima pero, a grandes rasgos, es una película entretenida, bien interpretada y que te puede hacer disfrutar.
Tráiler: