Editorial: Seix Barral
Fecha publicación: enero, 2020
Fecha publicación: enero, 2020
Precio: 18,00 €
Género: Novela.
Nº Páginas: 232
Encuadernación: Rústica con solapas
ISBN: 9788467057713
[Disponible en eBook, Boslillo y Audiolibro;
puedes empezar a leer aquí]
puedes empezar a leer aquí]
Autora
Nació en Barcelona en 1961. Su primera novela, Las noches de San Juan, obtuvo el Premio Femenino Lumen en 1998. Con posterioridad, publicó Primer vuelo (2001), El viaje de las palabras (2005) y Perseguidoras (2006). En 2009 fue galardonada con el Premio Biblioteca Breve por Corazón de napalm (Seix Barral, 2009). Su siguiente novela, La hija del Este (Seix Barral, 2012), recibió el Premio de la Crítica, el Premio Ciutat de Barcelona y el Premio de la Cultura Mediterránea; "una novela bellísima" (A. Sofri, La Repubblica), "una subyugante mezcla de ensayo histórico y ficción" (Javier Cercas, El País), por la que Usón pasó a ser considerada como "una de las grandes escritoras europeas de nuestro tiempo" (Ana María Moix). Su más reciente novela, Valor (Seix Barral, 2016), confirma que su obra narrativa "da muestras de una solidez y un brillo cada vez mayores" (Alejandro Luque, El Correo de Andalucía)
Sinopsis
En la agitada trayectoria de Sandra Mozarovski, una jovencísima actriz del cine de destape supuestamente relacionada con las más altas esferas en la España de la Transición, y en el oscuro episodio de su muerte, que conmocionó a la sociedad española de los años setenta, Clara Usón encuentra resonancias de su propio proceso de autodestrucción y de la compleja relación que mantuvo desde niña con su madre, a la que rinde homenaje en esta novela.
Las reflexiones de Wittgenstein, Camus y Pavese iluminan una trama llena de intriga que gira en torno al asesino tímido que le da título, y que nos habla del sentido de la vida, de las esperanzas ciegas de la juventud y del relato que construimos como forma de supervivencia, a través de dos jóvenes convencidas de que el futuro les pertenece.
En esta brillante y conmovedora novela, Clara Usón, una de las escritoras de mayor prestigio literario en la actualidad, lleva a un punto de perfección y de madurez creativa los elementos presentes en toda su obra: los límites de la tragedia y la comedia, de la ironía y la ternura, de la documentación y la imaginación, con una escritura erudita e implacable, un tono desenfadado y un ritmo muy ágil.
Es difícil encuadrar este libro. No sabría muy bien si otorgarle la categoría de novela, a pesar de que figura bajo esa etiqueta en la web de la editorial. Sin duda, novela es, pero la definición se queda especialmente corta a juzgar por todo el contenido. En El asesino tímido, hay como una suerte de mescolanza, una combinación equilibrada de elementos que va desde la biografía, la de la actriz Sandra Mozarovski, de la que lo desconocía absolutamente todo, a la crónica social, con el retrato de una España que encaraba los últimos años de una dictadura y se adentraba hacia la Transición. Pero es que el lector también va a encontrar autobiografía, filosofía, ... y otras tantas cosas que, como digo, hacen imposible su clasificación. Y para tener la certeza de que no estamos equivocados, de que este libro es mucho más que una novela, pues ese ha sido el propósito de la autora, habrá que avanzar mucho en la lectura para encontrar lo siguiente:
"Yo también recelo de las abstracciones y, como antigua abogada, me repugnan las normas, no creo, por ejemplo, en la UNIDAD de la novela, pienso, como Cervantes, que la novela es "escritura desatada" y que en ella cabe todo, incluso el desorden, si tiene un propósito, pero hace ya unas cuantas páginas que me reconcome la conciencia, ¿cómo puedo justificar los saltos inapropiados de Sandra Mozarovski a mi madre?, ¿de mi madre a Wittgenstein?, ¿del rey a mí misma?, ¿sé a dónde voy?; ¿voy a algún sitio? (y si voy a algún sitio, ¿por qué doy tantos rodeos?), e intento convencerme de que este juego que me estoy inventando tiene unas reglas y una lógica:..."[pág. 124]
Adentrarse en El asesino tímido es dejarse llevar por los senderos que a Usón le parecen oportunos. Es cierto que de una cuestión se desplaza a otra que nada tiene que ver, o sí, porque, si lo piensas, dentro de esta estructura caótica, siempre hay un paso que conduce al siguiente.
En cualquier caso, pienso que es importante poner sobre aviso al lector. En esta novela hay muerte acaecida en extrañas circunstancias y un título que puede hacerte pensar en lo que no es. Usón no escribe en estas páginas una novela negra, no emprende una labor periodística para esclarecer los hechos que acabaron con la vida de la joven actriz, no va tras la pista del asesino, si es que hubo alguno. La vida y la muerte de Sandra es el hilo conductor que ensarta lo verdaderamente importante en esta novela, toda esa biografía, autobiografía, filosofía y retrato social del que os hablaba antes. Es más, voy a ir más lejos, me atrevería a decir que ni siquiera es hilo conductor, sino más bien excusa. Pero vayamos por parte.
Su título, El asesino tímido, hace referencia a la definición que Pavese hizo del suicidio, "un asesino medroso" que arrebata vidas, la propia. Es esta una cuestión que se aborda desde diferentes puntos de vista y se retrata con ejemplos prácticos. Estremecedor es el relato de María y Michele, dos jóvenes que deciden acabar con sus vidas, dejándose arrollar por un tren, pues este mundo ha dejado de tener lógica para ellos. ¿Qué induce a una persona a quitarse la vida? Usón pone a nuestro alcance las reflexiones de filósofos y escritores como Camus, Pavese, Wittgenstein o Chéjov. Son esas meditaciones las que dan al libro ese toque filósofo-existencial que convierte el texto en algo más que una novela, más que un relato de unos hechos. Se ponen sobre la mesa cuestiones como la muerte, teorías y cavilaciones que corren en paralelo a la vida de Sandra y también, por qué no, a la vida de la propia Usón.
Pero la muerte siempre va unida a la vida y la pregunta ¿cuál es el sentido de la vida? aparecerá pronto. Nada más cruzar el umbral del libro encontramos lo siguiente:
"Un adolescente -o una adolescente, hablo por mí, de cuando lo era- no alberga duda: el sentido de la vida es el amor, el Amor con mayúsculas, y está bien que sea sí; si esa adolescente intuyera o adivinara que al hacerse adulta lo que le impedirá dormir por las noches no serán zozobras del corazón, sino apuros de dinero o inquietudes del trabajo, quizá perdiera el deseo o el interés en seguir viviendo."[pág. 11]
Y de la mano de ese adolescente que cree que el amor es lo único que nos justifica en este mundo, llegaremos a los acordes autobiográficos del libro. Clara Usón nos cuenta (aunque desconozco si hay algo de autoficción) su adolescencia, etapa que pasó enamorada de su profesor de esquí. Hasta Formigal viajaba toda la familia, cuando viajar implicaba embarcarse en un trayecto larguísimo por carreteras muy secundarias hoy. Nos contará también cómo eran sus padres, haciendo especial hincapié en la relación complicada que la unió con su madre, o cómo eran sus hermanos. Tengo que mencionar que las últimas páginas son un tanto desgarradoras, un relato en primera persona que cuesta trabajo digerir por lo autodestructivo, por el abismo que se abre a los pies de quien relata, mientras el lector intenta alargar la mano para asir a una Usón que cae al fondo del pozo. Las drogas, la rehabilitación, los psiquiátricos, siempre bordeando la idea del suicidio resulta un testimonio espeluznante, aunque insisto, desconozco la veracidad de los hechos. En cualquier caso, es reconfortante contemplar el papel que jugó la literatura en su propia vida.
Usón habla de su tiempo, de su época, una circunstancia que le permite igualmente describir cómo era su vida, la vida, en una España de cambios, centrándose en el cine de destape como símbolo de esa transición. Con un toque irónico desvela lo siguiente:
Usón habla de su tiempo, de su época, una circunstancia que le permite igualmente describir cómo era su vida, la vida, en una España de cambios, centrándose en el cine de destape como símbolo de esa transición. Con un toque irónico desvela lo siguiente:
En las postrimerías del régimen de Franco, los españoles -algunos españoles, bastantes, no todos- reclamábamos con más y más fuerza y creciente insistencia la libertad de expresión; el régimen entendió que lo que queríamos era ver mujeres desnudas o semidesnudas, pechos, sobre todo, y así fue como a mediados de los años setenta del siglo pasado asistimos maravillados, casi incrédulos, a las primeras tentativas de apertura, y hubo una cascada de películas en las que la protagonista femenina a los diez segundos de su aparición en pantalla se abría la camisa, o se despojaba de ella sin ningún recato, y nos mostraba las tetas; la libertad era eso [...] [pág. 16]
Y entre todas esas mujeres que dejaban ver sus tetas en televisión estaba Sandra Mozarovski. Pero, ¿quién era realmente esta joven? Mira que he visto cine español de todos los tiempos pero reconozco que el cine de destape nunca me ha interesado, ni siquiera ese subgénero conocido como terror erótico del que encontramos buena muestra en la filmografía española de la época. Y con Sandra como compañera de viaje, me he embarcado en un intenso periplo de búsqueda, siguiendo la pista de esta joven de "belleza eslava; enormes ojos verdes, ligeramente rasgados, boca ancha de labios llenos, la tez pálida, una melena castaña abundante, lisa y larga", indagando en todas esas películas en las que participó hasta su prematura muerte, a los 18 años.
Dice Usón que la chica solo interpretó dos tipos de papeles: de "doncella inocente una y otra vez vejada, atada y asesinada por monstruos atroces, indescriptibles" o prostituta, y de todos esos largometrajes la autora hace un resumen del argumento, mencionando algún detalle curioso, no falto de cierta ironía. Haciendo referencia a diversos artículos y entrevistas que concedió a revistas como Hola!, Pronto o Diez Minutos, conseguirá hacer un retrato de la joven, lleno de incongruencias y sueños, los mismos sueños u otros distintos que tenía la imaginativa Usón.¿Y qué extrañas circunstancias son esas que rodean su muerte? La cuestión es que nunca quedó claro si fue suicidio o asesinato. ¿Quién podría querer matarla? Y es ahí donde se desvela su supuesta relación con el rey Juan Carlos. Lo que permite a la autora meterse de ello en la monarquía de los últimos Borbones y elucubrar sobre esa otra muerte extraña que también salpica la vida del rey emérito.
Dudo que El asesino tímido sea una lectura para todos los públicos. Aunque la narración fluye, hay partes que me han gustado mucho más que otras -me sobra tanto Wittgenstein-, y pasajes que me han dolido o han despertado mi curiosidad más que otros. No ha resultado una lectura especialmente fácil pero sí interesante. A pesar de su brevedad, me ha llevado unos cuantos de días finalizarla, más que nada porque me he ido parando en todos los detalles de la vida de Sandra, y todas las películas que se mencionan en la novela. Creo que es un relato sincero y valiente, un ejercicio de auto-aprendizaje, de auto-aceptación o de recomposición de unos pedazos vitales, los de la autora, al tiempo que se recomponen los de la vida de Sandra.
Ah, por cierto. Me quedé de piedra al saber que Paco Martínez Soria era dueño de un burdel.
Dice Usón que la chica solo interpretó dos tipos de papeles: de "doncella inocente una y otra vez vejada, atada y asesinada por monstruos atroces, indescriptibles" o prostituta, y de todos esos largometrajes la autora hace un resumen del argumento, mencionando algún detalle curioso, no falto de cierta ironía. Haciendo referencia a diversos artículos y entrevistas que concedió a revistas como Hola!, Pronto o Diez Minutos, conseguirá hacer un retrato de la joven, lleno de incongruencias y sueños, los mismos sueños u otros distintos que tenía la imaginativa Usón.¿Y qué extrañas circunstancias son esas que rodean su muerte? La cuestión es que nunca quedó claro si fue suicidio o asesinato. ¿Quién podría querer matarla? Y es ahí donde se desvela su supuesta relación con el rey Juan Carlos. Lo que permite a la autora meterse de ello en la monarquía de los últimos Borbones y elucubrar sobre esa otra muerte extraña que también salpica la vida del rey emérito.
Dudo que El asesino tímido sea una lectura para todos los públicos. Aunque la narración fluye, hay partes que me han gustado mucho más que otras -me sobra tanto Wittgenstein-, y pasajes que me han dolido o han despertado mi curiosidad más que otros. No ha resultado una lectura especialmente fácil pero sí interesante. A pesar de su brevedad, me ha llevado unos cuantos de días finalizarla, más que nada porque me he ido parando en todos los detalles de la vida de Sandra, y todas las películas que se mencionan en la novela. Creo que es un relato sincero y valiente, un ejercicio de auto-aprendizaje, de auto-aceptación o de recomposición de unos pedazos vitales, los de la autora, al tiempo que se recomponen los de la vida de Sandra.
Ah, por cierto. Me quedé de piedra al saber que Paco Martínez Soria era dueño de un burdel.
Películas mencionadas en El asesino tímido:
- El otro árbol de Guernica(Pedro Lazaga, 1969)
- Lo verde empieza en los Pirineos(Vicente Escrivá, 1973)
- El último tango en París (Bernardo Bertolucci, 1972)
- Emmanuelle (Just Jaeckin, 1974)
- El mariscal del infierno (León Klimovsky, 1974)
- La noche de las gaviotas (Amando de Ossorio, 1975)
- El colegio de la muerte (Pedro Luis Ramírez, 1975)
- Sensualidad (Germán Lorente, 1975)
- Las protegidas (Francisco Lara Polop, 1975)
- Los ojos azules de la muñeca rota (Carlos Aured, 1973)
- El hombre de los hongos (Roberto Gavaldón, 1976)
- Beatriz (Gonzalo Suárez, 1976)
- El espiritista (Augusto Fernando, 1977)
- Ángel negro (Tulio Demicheli, 1978)
- Pecado mortal (Miguel Ángel Díez, 1977)
- Tren especial de Hitler: el placer de los SS (Alain Payet, 1979)
- Cuando el cuerno suena (Luis María Delgado, 1975)
- La ciudad no es para mí (Pedro Lazaga, 1966)
- El turismo es un gran invento (Pedro Lazaga, 1968)
- Abuelo made in Spain (Pedro Lazaga, 1969)
- Abortar en Londres (Gil Carretero, 1977)
- Hasta que el matrimonio nos separe (Pedro Lazaga, 1977)
- El último tango en París (Bernardo Bertolucci, 1972)
- Emmanuelle (Just Jaeckin, 1974)
- El mariscal del infierno (León Klimovsky, 1974)
- La noche de las gaviotas (Amando de Ossorio, 1975)
- El colegio de la muerte (Pedro Luis Ramírez, 1975)
- Sensualidad (Germán Lorente, 1975)
- Las protegidas (Francisco Lara Polop, 1975)
- Los ojos azules de la muñeca rota (Carlos Aured, 1973)
- El hombre de los hongos (Roberto Gavaldón, 1976)
- Beatriz (Gonzalo Suárez, 1976)
- El espiritista (Augusto Fernando, 1977)
- Ángel negro (Tulio Demicheli, 1978)
- Pecado mortal (Miguel Ángel Díez, 1977)
- Tren especial de Hitler: el placer de los SS (Alain Payet, 1979)
- Cuando el cuerno suena (Luis María Delgado, 1975)
- La ciudad no es para mí (Pedro Lazaga, 1966)
- El turismo es un gran invento (Pedro Lazaga, 1968)
- Abuelo made in Spain (Pedro Lazaga, 1969)
- Abortar en Londres (Gil Carretero, 1977)
- Hasta que el matrimonio nos separe (Pedro Lazaga, 1977)
[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]
Puedes adquirirlo aquí: