Año: 2011.
Nacionalidad: Francesa.
Director: Dominik Moll.
Reparto: Vincet Cassel, Déborah François, Joséphine Japy, Sergi López, Catherine Mouchet, Jordi Dauder, Geraldine Chaplin, Roxane Duran, Fréderic Noaille, Javivi.
Género: Thriller. Religión.
Sinopsis: Satanás (Sergi López) intenta corromper a un monje, el Hermano Ambrosio (Vincent Cassel), que fue abandonado a las puertas de un monasterio cisterciense, donde fue acogido y educado por los monjes.
De casualidad di con esta película que en principio me desorientó un poco al pensar que se trataba de otro largometraje, americano para más señas, del mismo título y rodada en el año 2003, cuyo argumento no me atraía ni lo más mínimo. Nada más lejano.
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| Matthew Gregory Lewis |
Tal y como la sinopsis revela estamos ante una cinta que recoge la eterna disputa entre el bien y el mal, entre el Altísimo y el Maligno. Todo comienza con la confesión de un supuesto cristiano más ante el abad Ambrosio. En dicha confesión se habla de pensamientos pecaminosos, actos impuros, roces carnales,... Confesiones que en principio dejan indiferente al monje.
Poco después damos un salto atrás, hacia diciembre de 1595. Una noche tormentosa y oscura como la boca de lobo, alguien deposita un bebé a la puerta de un monasterio a las afueras de Madrid. El bebé tiene una marca de nacimiento, una mancha que tiene la forma de una mano posada sobre el hombre derecho del pequeño. ¿Señal divina o demoníaca?
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Ese bebé se convertirá de mayor en el abad Ambrosio. Un hombre noble y bondadoso que goza de un gran afecto y respeto entre sus hermanos y entre la comunidad de fieles, siendo considerado el hombre de Dios. Sus sermones son seguidos con absoluta concentración y devoción por los cristianos. Sin embargo, la férrea fe del abad Ambrosio se verá tentada por la aparición de Valerio, un joven que ha sido víctima de un terrible incendio en el que fallecieron sus padres. Las horribles cicatrices que el fuego ha dejado en su rostro le obligan a portar durante el día una máscara. Pero, ¿qué esconde Valerio realmente?
Al mismo tiempo que se desarrolla el argumento en torno al padre Ambrosio, dos líneas argumentales más convergen en el mismo punto. Por un lado, la historia de una joven pareja, Lorenzo de Medina y Antonia, que comienzan un idilio.Él procede de una familia prestigiosa, los Medinaceli, mientras que ella es fruto de una unión deshonrosa, por lo que el futuro enlace pende de un hilo.
Por otro lado tenemos a una novicia, Sor Inés, cuya clausura en el convento es contraria a su voluntad pues su corazón no pertenece sólo a Dios sino también a un mortal. Inés llega al convento con un pasado que la conducirá a un final trágico.
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Poco después damos un salto atrás, hacia diciembre de 1595. Una noche tormentosa y oscura como la boca de lobo, alguien deposita un bebé a la puerta de un monasterio a las afueras de Madrid. El bebé tiene una marca de nacimiento, una mancha que tiene la forma de una mano posada sobre el hombre derecho del pequeño. ¿Señal divina o demoníaca?
Ese bebé se convertirá de mayor en el abad Ambrosio. Un hombre noble y bondadoso que goza de un gran afecto y respeto entre sus hermanos y entre la comunidad de fieles, siendo considerado el hombre de Dios. Sus sermones son seguidos con absoluta concentración y devoción por los cristianos. Sin embargo, la férrea fe del abad Ambrosio se verá tentada por la aparición de Valerio, un joven que ha sido víctima de un terrible incendio en el que fallecieron sus padres. Las horribles cicatrices que el fuego ha dejado en su rostro le obligan a portar durante el día una máscara. Pero, ¿qué esconde Valerio realmente?Al mismo tiempo que se desarrolla el argumento en torno al padre Ambrosio, dos líneas argumentales más convergen en el mismo punto. Por un lado, la historia de una joven pareja, Lorenzo de Medina y Antonia, que comienzan un idilio.Él procede de una familia prestigiosa, los Medinaceli, mientras que ella es fruto de una unión deshonrosa, por lo que el futuro enlace pende de un hilo.
Por otro lado tenemos a una novicia, Sor Inés, cuya clausura en el convento es contraria a su voluntad pues su corazón no pertenece sólo a Dios sino también a un mortal. Inés llega al convento con un pasado que la conducirá a un final trágico.