Editorial: Plaza & Janés
Fecha publicación: Octubre 2019
Fecha publicación: Octubre 2019
Precio: 12,90 €
Género: Humor
Edición: ilustrada
Edición: ilustrada
Nº Páginas: 128
Encuadernación: Tapa blanda con solapas
Autor
Enfermera Saturada se define como una enfermera española que busca hacerse un hueco en la sanidad. Empieza los turnos en planta, baja a la UCI, sube a prematuros y termina en urgencias. Esta enfermera se maneja como pocas en las redes sociales, desde donde a diario decenas de miles de personas ven cómo repasa, con humor y descaro, la actualidad de su hospital y la de cualquier hospital de España.
Sinopsis
Son las nueve de la mañana y Satu regresa a su apartamento en la calle del Pez tras un infernal turno de noche en el hospital. Dicen que no hay noche buena, pero esta ha sido especialmente mala. Tanto que, al llegar, no sabe si desayunar o cenar, si ponerse la crema de día o la de noche, o si su melatonina está a punto de hacer las maletas y buscar otro cuerpo con horarios normales.
Pero una extraña oferta de empleo en la que buscan a una enfermera zurda ha llamado poderosamente su atención. Así que en vez de irse a dormir, decide enviarles su currículum para ver si, de una vez por todas, deja de ser fija en la temporalidad y puede abandonar el jet lag permanente en el que vive... o al menos descubrir qué oculta esta extraña oferta.
Tras conquistar a cientos de miles de lectores con su particular visión de los hospitales y del mundo sanitario, llega una nueva entrega de nuestra querida Florence Nightingale de las redes sociales. Desde las máquinas de medicación hasta los desayunos en el hospital, pasando por los tubos de analítica o los vendedores que recorren las plantas, nada escapa a esta mordaz e hilarante enfermera.
[Información tomada directamente del ejemplar]
Hace muchísima calor. Los 40º grados consiguen que mis neuronas se derritan y me cuesta pensar. Para colmo, esta semana me he incorporado al trabajo presencialmente, después de más de tres meses teletrabajando desde casa y, aunque parezca mentira, tengo que volver a adaptarme a un trabajo en el que, por fin, veo a mis jefes y compañeros cada día. Y no hablo de adaptarme únicamente en relación a la forma de proceder en mis tareas, sino también a la obligación de llevar mascarilla cada vez que me desplazo por el edificio. Una maravilla. Así que, esta semana ha sido un tanto "raruna" y he acabado muchos días sin ganas de nada. Por eso, ayer tomé el penúltimo volumen de Enfermera Saturada que me queda por leer, antes de lanzarme al último título de la colección. Ya sabéis que son lecturas divertidas, amenas, simpáticas, que funcionan muy bien cuando no te apetece leer algo más profundo.
Los que conocéis esta colección sabréis de sobra quién es Satu, esa enfermera sin plaza fija, que parece un saltamontes. No deja de saltar y saltar de un trabajo a otro, siempre a la espera de que la llame la señora de la bolsa para una sustitución. A lo largo de sus muchos años de profesión, ha trabajado como enfermera en todos los lugares en los que se puede trabajar como tal: en un barco, en un colegio, en residencias de ancianos, en centros de salud y, por supuesto, en hospitales. Del que más conocimiento tiene es del Hospital Dos de Mayo (que a mí me recuerda mucho al 12 de Octubre, de Madrid), y es que no hay planta del edificio que Satu no haya visitado.
El silencio de los goteros sigue la misma estructura que los restantes volúmenes. A través de capítulos cortos, Satu nos va contando sus venturas y desventuras como enfermera. En esta ocasión, nos hablará de una máquina infernal que dispensa medicamentos de forma automática. Ella que ya tiene mucha trayectoria, conoce muy bien cómo se las gasta la dichosa máquina y también sabe que, siendo la sustituta, le va a tocar lidiar con ese aparato en más de una ocasión.
En este volumen analiza también las distintas categorías de plantas hospitalarias, basándose en la observación empírica de unos criterios que nunca fallan: los desayunos. En función de la cantidad de productos y bebidas que se desplieguen sobre la mesa, mayor nivel tendrá la planta. No sé si os habrá pasado alguna vez, eso de tener a un familiar hospitalizado, acercarse al control de enfermería para solicitar algo y percatarse de que el personal ha montado una merendola de padre y muy señor mío. A mí me pasó no hace mucho. Por la rendija de una puerta entreabierta vi volar multitud de bandejitas de dulces y zumos de todo tipo. Es una cosa que siempre me ha llamado la atención. Entiendo que todo el mundo tiene derecho a un descanso, pero he visto ágapes hospitalarios que parecen cumpleaños infantiles.
Otras cuestiones que tratará en este libro será la desaparición de muestras en los laboratorios, las mentiras que tiene decir para conseguir un puesto de trabajo, o las rocambolescas excusas de los compañeros cuando no quieren cambiar turno. Me he reído especialmente con la clasificación de los pacientes que van a sacarse sangre. Entre ellos están: el abrigado, el tiritas, el tatuado y el citas. Aunque mi favorito es el dramas, ese que nada más ver la aguja de lejos se echa a temblar y le da un síncope. Y también me he reído muchísimo con una jugarreta que le hacen a la supervisora, que en este volumen sigue siendo el demonio personificado, con tal de averiguar quién es el compañero que birla la comida al resto de sanitarios de la planta.
Como personaje, Satu sigue teniendo mucho desparpajo. Es una chica bondadosa, siempre dispuesta a ayudar a los demás y posee un sentido del humor muy fino e irónico.
Al igual que los demás, este volumen vuelve a estar ilustrado por Clara Lousa. En esta ocasión, los dibujos vienen encabezando los capítulos, mostrando alguna imagen que está en concordancia con lo que se va a narrar en las siguientes páginas.
Nuevamente, me lo he pasado bien leyendo este volumen, aunque me ha resultado algo más sobrio visualmente. No figuran anexos con pasatiempos o encuestas, como ocurría en el anterior. Y también es distinto en el enfoque. Si en el anterior había mucho alegato en favor de la profesión, en este se centra en exponer ciertas situaciones divertidas, sin entrar en cuestiones morales.
Me gustan los libros de Enfermera Saturada, o lo que es lo mismo, de Héctor Castiñeira. En las reseñas anteriores, os he contado quién es el verdadero autor de estos libros y cómo el primer volumen llegó a ver la luz de la mano de Plaza & Janés. Os dejo por aquí los enlaces a los anteriores títulos de la colección.
[Fuente: Imagen de la cubierta tomada de la web de la editorial]
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