Hay ganas de verano. Los días suelen ser luminosos y azules, al menos por estos lares, y una solo piensa en la playa y en darse un chapuzón. Viajar al extranjero se ha vuelto algo complicado, sin embargo, existe una manera mucho más fácil y económica de visitar otros lugares maravillosos, los libros.
Silvia Herreros de Tejada publica La otra isla, con la editorial Espasa. Junto a las tres mujeres protagonistas de esta novela, emprenderemos un viaje a Cuba, a la isla soñada, para recorrer sus calles y conocer a sus gentes. Será un viaje de reencuentro, de regreso a los orígenes, de auto-conocimiento, pero también una aventura en busca de un tesoro, la corona de oro que perteneció a Gertrudis Gómez de Avellaneda, escritora real enterrada en la ciudad de Sevilla, de la que muy pocos sabemos algo.
Silvia Herreros de Tejada publica La otra isla, con la editorial Espasa. Junto a las tres mujeres protagonistas de esta novela, emprenderemos un viaje a Cuba, a la isla soñada, para recorrer sus calles y conocer a sus gentes. Será un viaje de reencuentro, de regreso a los orígenes, de auto-conocimiento, pero también una aventura en busca de un tesoro, la corona de oro que perteneció a Gertrudis Gómez de Avellaneda, escritora real enterrada en la ciudad de Sevilla, de la que muy pocos sabemos algo.
[Fuente: Planeta de libros.com] |
Silvia H.- Totalmente. Esta es la primera vez que me salgo un poco de la figura de Peter Pan. Pero es verdad lo que dices que, incluso en esta novela aparece el personaje. Da la casualidad que hubo una oleada de exilio cubano a la que se llamó Operación Peter Pan. Y, por otra parte, existe también un juego entre la fantasía y la realidad, una forma de ver Cuba como ese país de Nunca Jamás.
M.G.- La otra isla es tu segunda novela, que ha merecido la beca Leonardo de Creación Literaria. ¿En qué consiste esta beca?
S.H.- Es una beca maravillosa. Es la única beca española que se parece un poco a las becas norteamericanas para escritores. Para acceder a ella tienes que presentar un proyecto, y ellos te financian muy bien durante un año y medio para que puedas apartar otros temas profesionales, y te dediques únicamente a escribir. A mí me dieron 35.000 €, una cantidad con la que pude vivir y también viajar para documentarme. Gracias a la beca hice dos viajes a Cuba, estuve en Miami, en Sevilla,...
M.G.- Y esta novela narra la historia de tres mujeres -Lara, Mirta y Letty-, con raíces cubanas y con una historia de exilio a sus espaldas. ¿Cómo surge la idea de escribir sobre ellas?
S.H.- Por un lado, surgió por mi interés en Gertrudis Gómez de Avellana, una escritora totalmente olvidada, como tantas. Me apetecía rescatar su historia y hablar de ella. Por otro, quería hablar también de Cuba y el exilio cubano porque mi familia materna es cubana. Me pareció muy interesante mezclar a Gertrudis con mi familia, aunque no sabía muy bien cómo hacerlo. Luego surgieron estos tres personajes, Lara, Mirta y Letty, y Gertrudis quedó como una presencia más fantasmagórica, pero muy importante.
M.G.- Son tres mujeres que pertenecen a la misma familia y tienen secretos. Emprenden un viaje a Cuba con una finalidad muy concreta.
S.H.- Pues sí, buscar un tesoro, pero no te cuento más. (Risas)
M.G.- (Risas) Me parece bien. Y estas mujeres, ¿en qué se diferencian o qué rasgos tienen en común?
S.H.- Se diferencian en su cubanidad. Letty es la más cubana. Mirta es algo menos cubana. Y Lara no es nada cubana, o eso piensa ella. También se diferencian en sus versiones de Cuba. El título de esta novela alude a las otras Cuba. Cada una de ellas tiene una imagen distinta de Cuba. Mirta recuerda la isla del esplendor, cuando ella era millonaria. Letty tiene en mente la Cuba revolucionaria, de la que ella terminará huyendo. Y Lara tiene la Cuba que descubre, la actual, mágica pero también destruida.
M.G.- Pero para Lara, este viaje no solo implica visitar sus orígenes. También es un viaje interior y emocional.
S.H.- Sí. La otra isla es como una novela de maduración y de aprendizaje para Lara.
M.G.- Silvia y Lara comparten algunas cosas, ¿verdad?
S.H.- Sí. A ver Lara no es muy afín a mí, pero ella estudió cine, como yo, y ambas conocemos bien esa sensación de querer hacer cine. Por eso, yo quería que Lara hiciera una película sobre Gertrudis y que se incluyera un trozo de la misma en la novela.
Por otra parte, y aunque mi madre ya murió, ambas tenemos una relación muy parecida con nuestras madres. Bueno, en realidad, es la típica relación que toda hija puede tener con su madre. Te parecen muy pesadas porque te cuentan siempre las mismas historias, y siempre estás discutiendo con ella.
Por último, nos parecemos también en la imagen que ambas tenemos de Cuba. Yo no conocía la isla hasta que me dieron la beca y fui allí.
Por otra parte, y aunque mi madre ya murió, ambas tenemos una relación muy parecida con nuestras madres. Bueno, en realidad, es la típica relación que toda hija puede tener con su madre. Te parecen muy pesadas porque te cuentan siempre las mismas historias, y siempre estás discutiendo con ella.
Por último, nos parecemos también en la imagen que ambas tenemos de Cuba. Yo no conocía la isla hasta que me dieron la beca y fui allí.
M.G.- ¿Y qué te encontraste?
S.H.- Me encontré lo mismo que se encuentra Lara, una Cuba muy diferente a la que me habían contado. Un detalle muy curioso. Mi madre siempre hablaba de la mansión en la que vivía, y luego vas y te encuentras una casa que está bien, pero no es ninguna mansión. Pero claro es lo que suele pasar. Con el exilio, se idealiza la tierra que has tenido que abandonar, la otra vida y el pasado. Es lo mismo que nos va a pasar a nosotros ahora, que vamos idealizar nuestra vida de antes de la pandemia.
M.G.- Estamos hablando de mujeres pero también hay personajes masculinos. Omar es el marido de la tía Letty, ¿qué papel juega en la historia?
S.H.- Prácticamente todos los capítulos están escritos desde el punto de vista de una mujer pero como esta novela tenía mucho de romanticismo, quería introducir ese típico héroe romántico, ese hombre idealizado, de grandes getas, al estilo de Heathcliff de Cumbres borrascosas o del señor Rochester de Jane Eyre. Quería que hubiera un hombre para mostrar cómo el resto de las mujeres giran alrededor de él y cómo nos comportamos ante un gran amor imposible.
M.G.- Y con el romanticismo tiene mucho que ver este personaje real que comentamos antes, la escritora Gertrudis Gómez de Avellaneda. No sé muy bien cómo llegas a su figura. ¿Por qué te interesa tanto?
S.H.- Gertrudis me interesaba porque, aparte de que era cubana y española, se quedó un poco en el limbo de la nacionalidad. Es decir, en España no se la estudia como escritora española, aunque desarrolló toda su carrera literaria aquí y Cuba era española, en aquella época. Pero en Cuba, durante muchos años no se la consideró una escritora cubana. Ese limbo de nacionalidad ha tenido mucho que ver en su invisibilidad. Pero es que, además, fue una mujer con unos hitos feministas muy importantes. Fue la primera mujer que intentó entrar en la Real Academia de la Lengua, fue de las primeras mujeres que triunfó en el teatro como dramaturga, algo nada habitual, y fue madre soltera en la España del siglo XIX, llevándolo con mucha dignidad. Publicó Álbum cubano de lo bueno y lo bello y solo contrató a mujeres periodistas. Fue una mujer que hizo mucho por nosotras y no la recordamos.
M.G.- Yo es que no la conocía.
S.H.- Y tú estás en Sevilla y no conocías esta vinculación de Gertrudis con Sevilla, ¿verdad?
M.G.- Para nada.
S.H.- Pues su gran amor fue sevillano, vivió allí y, aunque murió en Madrid, quiso que la enterraran en Sevilla, porque Sevilla le recordaba a Cuba. Es decir, que Sevilla fue una ciudad muy importante para Gertrudis.
M.G.- Pues no tenía ni idea, la verdad. Esa es la magia de la literatura que siempre te ayuda a aprender cosas. Pero, La otra isla es una novela que bebe de muchos géneros. Hay amor, hay viajes, hay aventura. Una mezcla muy atractiva para el lector.
S.H.- Tenía claro que quería hacer una novela puzle, y por eso está desordenada cronológicamente y hay que estar atando cabos para entender la historia. Y luego la mezcla de géneros es algo que me gusta mucho. No me gustan las cosas que solo sean una cosa. Así que tiene elementos de la novela de aventuras, de intriga, de aprendizaje, de realismo mágico,...
M.G.- Y estructuralmente también experimentas. Hay un guion, hay mensajes de whatsapp. Es muy actual.
S.H.- Quería hacer algo fragmentado.
M.G.- Y en cuanto a los escenarios, hemos hablado de Sevilla, también sale Madrid, Miami y, por supuesto, Cuba. Pero de Cuba se retratan tres épocas distintas. De las décadas pasadas habrás tenido que indagar sobre cómo era la vida entonces, ¿no?
S.H.- La Habana de los años 50 me la conocía muy bien porque me la han contado en mi casa. Luego La Habana de los años 80, con el éxodo del Mariel, me tuve que documentar. Fue una labor de leer mucho y hablar con mucha, mucha gente.
M.G.- Todos los capítulos están encabezados con versos de canciones, de muy diversos autores como Silvio Rodríguez o Luis Aguilé. Imagino que habrán sido elegidos ex profeso.
S.H.- Sí, sí. Esta novela tiene banda sonora y todos los temas están muy pensados, para que tengan relación con lo que se narra en ese capítulo concreto.
M.G.- Silvia, para terminar, estás metida en el mundillo del cine, ¿cómo se están planteando los rodajes?
S.H.- Pues respetando todas las medidas de seguridad y todos los protocolos. A los actores se les hace las pruebas y estamos teniendo mucho cuidado en todo lo que hacemos.
M.G.- No debe ser fácil adaptarse a la nueva normalidad en los rodajes.
S.H.- Bueno, es lo que toca.
M.G.- De acuerdo. Pues te agradezco que me hayas atendido. Y mucha suerte con esta novela.
S.H.- Gracias a ti.
Sinopsis: Aunque jamás ha puesto un pie en la isla, Lara odia Cuba: en su familia parece que todo gira en torno a ese paraíso perdido. Su madre, Mirta, pese a que lleva en España más de media vida, culpa a Cuba de su divorcio, su ruina económica y su excentricidad. La tía Letty, que no huyó con su adinerada familia sino que se quedó para apoyar la Revolución, acabó siendo la activista más radical de Miami junto a su marido Omar, contrarrevolucionario convencido, al menos, durante su vida cubana.
Tras la muerte de Fidel Castro en 2016, Mirta solo piensa en volver a Cuba para tomar posesión de sus propiedades y recuperar el tesoro familiar, misteriosamente desaparecido: una corona de oro que perteneció a la escritora Gertrudis Gómez de Avellaneda, de la cual descienden. Será entonces cuando Lara, a sus cuarenta años, se dé cuenta de cómo esa isla tan lejana y extraña ha marcado la vida de su madre, la de sus tíos e incluso la suya propia.
Con una estructura brillante y muy original, en la que conviven presente y pasado, La otra isla nos lleva al Madrid desencantado de los 2000, al Miami conspiranoico de los noventa y a la Cuba posrevolucionaria de los años sesenta. Y, sobre todo, nos lleva a conocer a tres mujeres apasionantes, las tres con secretos tan inconfesables que ellas mismas se han convertido en sus propias islas.