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JUDY (DRAMA - 2019)

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Año: 2019

Nacionalidad: Reino Unido

Director: Rupert Goold

Reparto: Renée Zellweger, Jessie Buckley, Rufus Sewell, Finn Wittrock, Michael Gambon, Bella Ramsey, John Dagleish, Gemma Leah Devereux, Gaia Weiss, Andy Nyman, Fenella Woolgar, Phil Dunster, Julian Ferro, Royce Pierreson, Lucy Russell, Philippe Spall, Kate Margo

Género: Drama. Biografía.

Sinopsis: Durante el invierno de 1968, treinta años después del estreno de 'El mago de Oz', la leyenda Judy Garland llega a Londres para dar una serie de conciertos. Las entradas se agotan en cuestión de días a pesar de haber visto su voz y su fuerza mermadas. Mientras Judy se prepara para subir al escenario, regresan los fantasmas que la atormentaron durante su juventud en Hollywood. A sus 47 años, la cantante se enfrenta a las inseguridades que la acompañaron desde su debut, pero esta vez vislumbra una meta firme: regresar a casa con su familia para encontrar el equilibrio. 

[Fuente: Filmaffinity]


"Yo hago películas pero tu trabajo es darle a los espectadores un sueño." 

Estas palabras de Louis B. Mayer, productor de cine estadounidense y uno de los dueños de la Metro-Goldwing-Mayer, sentenciaron la vida de Frances Ethel Gumm, o lo que es lo mismo, de Judy Garland. Nacida en Minnesota, el 10 de junio de 1922, creció en el seno de una familia que se dedicaba al espectáculo y al teatro. "Llevo cantando desde los dos años", llegó a declarar. Y efectivamente, así fue pues, desde bien niña, recorrió algunas ciudades actuando y cantando junto a sus hermanas. Se hacían llamar las Hermanas Gumm. Su padre fue protagonista de un escándalo sexual y su madre estaba deseando sacarle partido a la talentosa voz de su hija, así que transigía con todo. De entrada, no parece que tuviera una vida idílica. Por eso, cuando la Metro la fichó en 1935, con tan solo trece años, imagino que pensaría que aquello fue un golpe de suerte. Y es que, acostumbramos a pensar que los actores y los cantantes llevan una vida de ensueño, alzados sobre la espuma de la fama y el éxito. Sin embargo, ya hemos conocido varios casos en los que se ha dejado patente que no es oro todo lo que reduce, que cuando los flashes y las cámaras se apagan, a algunos los abriga únicamente la soledad y la depresión. 

Judy retrata los últimos años en la vida de Judy Garland, cuando esas luces que la habían iluminado durante tantos años, comenzaban a apagarse y a dejarla en una completa oscuridad. La película se inicia cuando ya se ha divorciado del que sería su tercer marido, Sidney Luft, con quien tuvo dos hijos: Lorna y Joey. Por entonces, su primera hija, Liza, fruto de su matrimonio con el director Vincent Minelli, caminaba sola por el mundo y forjaba su propia carrera. Judy estaba arruinada. Hacía mucho que no conseguía un buen papel, no tenía casa fija y vagaba de hotel en hotel con sus hijos, aceptando actuaciones de medio pelo por las que cobraba algo más de cien dólares. Sid amenazaba con quitarle la custodia de los niños y eso la sumió en una profunda depresión. Para salir del agujero económico en el que se encontraba, aceptó una serie de conciertos en Londres, donde aún se la veneraba. Allí intentó estabilizar su vida, contrayendo matrimonio con Mickey Deans, pero parece que ya era demasiado tarde para todo. Fue en Londres donde terminó de tocar fondo. 

Fallece seis meses después, con 47 años.





Pero este largometraje también nos va a mostrar la adolescencia de la actriz y cantante. El rodaje de El mago de Oz se convirtió en un suplicio. Sometida a jornadas maratonianas, no le permitían tomar ningún alimento que estuviera fuera de su estricta dieta. La presión, las exigencias y la dureza con la que era tratada, la convirtieron en una joven que necesitaba pastillas para poder rendir todo lo que se le exigía, para poder dormir y para controlar su apetito. Judy no quería eso. Quería una vida normal, como la que tenían el resto de las chicas de su edad pero eso, en palabras de Mayer, sería tener una vida insignificante, una vida aburrida y doméstica, frente al éxito y a la fortuna que le reportaría su voz si continuaba con su carrera artística. "Cualquier chica mataría por ser Dorothy", claudicó Garland, y así fue cómo ejecutó su sentencia.

Judy,cuyo guion sigue la obra de Peter Quilter, me ha parecido una película bonita, pero muy triste. No sabía prácticamente nada de la vida de Judy Garland, más allá de su éxito en El mago de Oz, que la catapultó definitivamente a la fama. Somewhere over the rainbow es una de esas canciones que jamás morirá, y que se ha versionada infinidad de veces, una canción en la que la tristeza y la esperanza se entremezclan. Como digo, la película hace un breve recorrido por su adolescencia, mostrando la dureza de los rodajes o su amistad con Mickey Rounee, al que consideró su amor de adolescencia. Son apenas unos recuerdos en formato flashback, que me han sabido a poco. Porque esta película se centra principalmente en la edad adulta de Garland, en sus últimos años, donde se aprecia su declive, su bajada a los infiernos, como fruto de una infancia y adolescencia complicada, y de una luz que comenzaba a apagarse. De su madurez, nada se dice de David Rose, su primer marido, ni de Vincent Minelli, el que fue padre de Liza, ni de su cuarto marido, Mark Herron, con quien estuvo casada solo unos meses. La relación amorosa que más presencia tiene en esta película fue la que mantuvo con su último marido, Mickey Deans, un músico americano que intentó reconducir la carrera de la artista sin mucho éxito. Fue él quien encontró el cuerpo sin vida de la cantante en la casa que compartían. ¿Muerte accidental o suicidio? En la película no se dice nada al respecto. Tan solo se menciona antes de los créditos finales que murió a los 47 años y es que, no se profundiza mucho en sus intentos previos de suicidio, y su adicción a las pastillas protagoniza solo unas cuantas escenas. No obstante, sí me ha parecido percibir que la cinta intenta destacar el amor que ella siente por sus hijos, recalcar su papel de madre. "Dicen que soy una mala madre", declara en un programa de televisión. La veremos sufrir muchísimo cuando tiene que separarse de Lorna y Joey, o cuando Luft la amenaza con quitarle la custodia de sus hijos. Para conseguir recuperarlos tuvo que dejarlos en EE.UU y viajar a Londres, donde protagonizó una escena final muy emotiva que, según he leído, transcurre más o menos literalmente.  Sin embargo, los conciertos de Londres no fueron los últimos que dio. Al parecer, después de cinco semanas en el local británico Talk of the Town, viajó a Copenhague donde actuó por última vez.  

La película muestra a un personaje vulnerable, débil y derrotado. Cuando la estrella deja de brillar, cuando la máquina deja de fabricar dinero, queda arrumbada en cualquier esquina y todo el mundo se olvida de ella. Esa es la condena a la que Hollywood somete a sus actores, después de que estos regalen a la meca del cine sus mejores años. Y a Judy la vemos con miedo, con pánico por dejar de ser la que fue, por sentir su final pisándole los talones, asustada con la idea de perder aún más de lo que ya había perdido. Por eso se muestra caprichosa, insatisfecha y frustrada. Por eso se refugia en el alcohol, en el tabaco y en las pastillas. Judy, como otras tantas actrices famosas, fue una moneda con su cara y su cruz. 

El papel de Judy Garland (adulta) lo interpreta Renée Zellweger.Admito que en los primeros fotogramas me provocó cierto rechazo. No veía a la actriz en el papel de Judy. Su rostro me parecía de cartón piedra, con un maquillaje poco delicado, que acentuaba un aspecto decrépito, asemejándose (y con perdón) a una momia con lápiz de labios. Si solo tenía 47 años, ¿cómo ofrecía ese aspecto? Sin embargo, busqué algunas fotografías de la actriz en sus últimos años y descubrí que la caracterización no estaba tan alejada de la realidad. Basta con ver las instantáneas que se tomaron en su última boda. Se la veía realmente mal. De todos modos, hay algún primer plano que chirría. Por otra parte, en esta ocasión, creo que Zellweger ha sabido controlar su lenguaje gestual, ese repertorio de muecas y tics con el que suele adornar sus actuaciones, que tanto la caracterizan y que tan bien encajan en sus papeles humorísticos. Para meterse en la piel de Garland, en esos años tan complicados de su vida, el humor y su gesticulación deben quedar fuera. No es una actuación limpia de todo mohín, porque alguno se le escapa. Sin embargo, hay que reconocerle a esta señora la labor que hace al cantar las canciones de Judy Garland. ¡Ojito, que la Zellweger no hace playback! Ahora bien, ¿su interpretación mereció tantos premios, incluido el Oscar? No lo creo. 

Judy me ha parecido una película interesante. Muestra a la actriz en las últimas, cual juguete roto y abandonado, acerca al espectador a sus años de declive, para ver cómo su mirada se pregunta una y otra vez: Si soy una estrella, ¿por qué me siento tan sola? Me ha parecido un bonito tributo, que me gustaría recomendaros. Y también podéis echarle un ojo a este documental sobre su vida. 





Por cierto, nunca he visto El mago de Oz. Me pasa como con Alicia en el país de las maravillas, que son historias que no me atraen en absoluto. Sin embargo, admito que ver Judy me ha hecho cambiar de opinión. Saber que Hollywood la exprimió tantísimo, insinuando además otras cuestiones que se deducen de una escena con Mayer, conocer que aquella película impuso una disciplina férrea a una adolescente Garland, ha despertado mi curiosidad, así que intentaré verla esta semana. 

Tráiler:  

Puedes adquirirla aquí:






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